Thursday, November 08, 2012

Mensaje de Javier Treviño en la Comparecencia del Secretario de Energía y el Director de PEMEX


Preguntas para el Secretario de Energía y el Director de PEMEX


Palabras del Diputado Federal Javier Treviño Cantú durante la comparecencia del Secretario de Energía y del Director General de Pemex ante la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados

México, D.F., 7 de noviembre de 2012

Señor Secretario,

Señor Director General:

El Grupo Parlamentario del PRI tiene absoluta claridad en que el sector energético y PEMEX, en particular, deben ser una palanca del desarrollo nacional y que la seguridad energética resulta crucial para el crecimiento y la integridad de la nación.

Igualmente podemos estar de acuerdo en que la actual dependencia que las finanzas públicas tienen del ingreso petrolero constituye una fuente de vulnerabilidad para el desarrollo y el crecimiento económico sostenido de nuestro país.

Nos interesa que el sector energético nacional se mantenga debidamente actualizado, ante las tendencias recientes que se observan en el mercado de hidrocarburos a nivel mundial y regional, por las oportunidades que generan los incesantes avances tecnológicos en el campo de la exploración y producción, tanto en la que se refiere al petróleo, el gas y otros combustibles fósiles, como a las crecientes fuentes de energía renovables y el progreso en materia de eficiencia energética.

Por ello vemos con profunda preocupación la crisis que presenta el sector de energía y con la cual concluyen ustedes su gestión. Porque seis años después del compromiso de asegurar un suministro confiable, de calidad y a precios competitivos de los insumos energéticos, como establece el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, nos encontramos con un sector que está frenando el desarrollo del país y que requiere de una urgente reforma.

Por lo anterior, nos interesa dejar establecido, en forma clara y objetiva, cuál es el estado que a esta fecha guarda el sector energético nacional, así como las responsabilidades y omisiones correspondientes.      

Veamos sólo algunos de los problemas evidentes del sector.

 En primer lugar, en los últimos 10 meses se han presentado 15 “alertas críticas” por falta de gas en los ductos, lo que implica un desabasto o racionamiento de gas a los industriales, especialmente a los del centro y norte del país. Ello ha generado un profundo malestar en el sector privado, ante pérdidas que se estiman en 150 millones de dólares diarios por cada 24 horas de alertas críticas.

Adicionalmente, el sistema de gasoductos es anticuado y está saturado, la infraestructura disponible no permite aumentar el consumo de gas natural, y no se está utilizando la alternativa de importar gas natural por barco e internarlo en las plantas regasificadoras del país, a pesar de que la demanda del sector público energético es la que ha saturado el Sistema Nacional de Gasoductos.

Asimismo, es causa de consternación el deterioro significativo de la seguridad industrial en el sector energético, ante la frecuencia y la gravedad de los incidentes que causan trágicas muertes e incapacidad de horas-hombre trabajadas, cuya frecuencia se incrementó en un 17% en el primer semestre de 2012, con respecto al año anterior.

También en materia de seguridad, reiteramos la preocupación que ya hemos expresado en esta Cámara, por el incremento de 100% en el número de tomas clandestinas, entre 2010 y 2011. A lo cual se agregan los faltantes en las refinerías, los cuales ascendieron a 15.8 miles de barriles diarios entre enero y agosto de 2011.

Por otra parte, las ineficiencias en el sistema eléctrico se reflejan en altas tarifas de servicio. El problema es grave, porque no se cobra alrededor del 18% de la electricidad generada. Y la Tarifa doméstica de alto consumo, DAC, que es la tarifa de referencia en baja tensión sin subsidios, es de las más caras del mundo.

Las elevadas tarifas industriales reflejan también la ineficiencia del sector y la desventaja competitiva en que se encuentra el aparato productivo nacional. De acuerdo con las estadísticas disponibles, el mayor consumo de electricidad está en la industria, pues el 0.7% de los usuarios consumen el 58% de la electricidad. Y aunque se permite el autoabastecimiento eléctrico, éste no se facilita para los usuarios en mediana tensión.

Sin duda, el sector de transporte también incide en las ineficiencias del sector energía. México cuenta con un parque vehicular anticuado e ineficiente, por lo que los combustibles para la movilidad de las personas y de la carga están orientados exclusivamente a los derivados del petróleo. Los combustibles para el transporte son de baja calidad, y no se cuenta con los incentivos para aprovechar otras opciones tecnológicas, como el gas natural o la electricidad.

Estas son solamente algunas de las preocupaciones que tenemos ante la situación crítica que observamos en el sector de energía. En intervenciones posteriores habremos de extendernos en temas particularmente sensibles.

Frente a este panorama desolador para el sector energético nacional, deseamos dejar claramente asentada la convicción que tenemos de que México está destinado a consolidarse como una potencia emergente, pero para lograrlo no puede seguir dejando pasar el tiempo y las oportunidades en un ámbito de carácter estratégico.

Es absolutamente impostergable una reforma energética de fondo que resguarde la propiedad y la rectoría fundamental del Estado mexicano sobre los recursos energéticos y, a la vez, promueva la inversión y facilite el aprovechamiento de la participación privada.

La potestad soberana del Estado mexicano sobre los recursos energéticos con que contamos en el país, no está ni estará jamás a discusión.

Lo que sí es necesario y urgente, es replantear la forma en que el Estado ejerce su rectoría sobre dichos recursos, para asegurar que su eficaz explotación, procesamiento y distribución contribuyan a la seguridad energética de la nación, al abasto oportuno y a precios accesibles para todos los consumidores, a la generación de mayores recursos e ingresos presupuestales, así como a la asignación de tales recursos con base en criterios transparentes y de largo plazo, como una inversión estratégica para el desarrollo actual y futuro de México.

Señor Secretario:

Con respeto y con la responsabilidad que merece el tratamiento de estos temas vitales para el desarrollo del país, quisiéramos tener una respuesta puntual a las siguientes inquietudes:

¿Cómo concibe usted la seguridad energética de México? ¿Cómo explica la escasez de gas natural en algunas zonas del país y el hecho de que hasta esta hora no se haya remediado el desabasto que afecta la actividad productiva y la generación de empleos? ¿Qué respuesta inmediata tiene usted para las agrupaciones industriales que han demandado a las autoridades cumplir con su responsabilidad de mantener el abasto de gas natural? ¿Quién debe desarrollar la capacidad de transporte de gas natural? ¿Cuándo estima que se podrá tener acceso a gas natural en todos los Estados de la República?
¿Por qué no se revisaron a tiempo la red de gasoductos para intensificar el uso industrial y doméstico en todo el país? ¿Por qué no se hizo una revisión completa de las tarifas eléctricas? ¿Por qué no se facilitó la compra de electricidad entre las mismas empresas privadas?
¿En qué estado se habrá de entregar a la próxima administración federal la infraestructura crítica nacional integrada por las instalaciones del sector energético? ¿Cuáles son los retos y riesgos inmediatos que deberán atenderse?
¿Qué acciones se han tomado para incentivar otros métodos de movilidad que no usen gasolina o diesel y qué medidas considera usted que deberán adoptarse en el plazo inmediato?

Señor Director de Pemex:

También con el debido respeto y consideración a los delicados asuntos que tratamos:
Si la respuesta es negativa, ¿quien tiene el mandato? Si la respuesta es afirmativa ¿por qué no lo ha cumplido?


¿Tiene Pemex un mandato u obligación de suministrar gas natural?
¿Por qué debe PEMEX asumir los altos riesgos de la exploración de petróleo en aguas profundas?
¿Qué seguridad se tiene de la rentabilidad de las inversiones en exploración y explotación de petróleo?
¿Qué seguridad se tiene de que la producción de crudo sobrepasará los 3 millones de barriles diarios como lo estima la Estrategia Nacional de Energía?
¿Considera usted convincente la Estrategia Nacional de Energía cuando plantea que, de manera inercial, PEMEX una vez más producirá 3.35 millones de barriles de petróleo crudo por día?
¿Es realmente factible que PEMEX logre restituir con nuevos descubrimientos los 16 mil millones de barriles de crudo que se producirían en los próximos 15 años?
¿Podría usted explicarnos por qué no obstante que Chicontepec representa el 36% de las Reservas 3P, sólo representa el 2.8% de la producción? ¿Cuál es su índice de productividad?

Nos preocupa que en 11 años, del 2000 al 2011, la producción acumulada aumentó de 27,576 millones de barriles de petróleo crudo a 39,695.  Es decir, se produjeron 12,119 millones de barriles de petróleo crudo adicionales. Sin embargo, las reservas probadas, en ese mismo período, disminuyeron en 13,635 millones de barriles de petróleo crudo, es decir, bajaron de 23,660 a 10,025.  Y las reservas probables también bajaron 434 millones de barriles de petróleo crudo, de 8,982 a 8,548.  Las únicas reservas que subieron fueron las posibles, y lo hicieron en 4,764 millones de barriles.  Es decir, las reservas posibles pasaron de 7,275 a 12,039 millones de barriles de petróleo crudo. 

¿Está usted en la capacidad de ratificar la veracidad de estos datos? Porque parece evidente que en un escenario como éste las finanzas públicas no podrían depender del petróleo en el futuro. ¿Qué alternativas considera usted factibles?