Saturday, February 25, 2023

Liderazgo puesto a prueba

 

 

Liderazgo puesto a prueba


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

Una nación moderna y económicamente exitosa en el siglo XXI debe ser progresista, innovadora y adaptable al cambio. Se requieren liderazgos que estén a la altura del complejo entorno en que vivimos. Algunas de las características que normalmente se asocian con la modernidad y el éxito son:

 

1.     Infraestructura: una nación moderna y económicamente exitosa generalmente tiene una infraestructura sólida, que incluye carreteras, puertos, puentes, aeropuertos y otras redes de transporte, así como sistemas de comunicación, conectividad y energía confiables y eficientes.

 

2.     Talento: Una fuerza laboral calificada es esencial para una nación que quiere avanzar. Esto requiere un sistema educativo que proporcione a las personas las habilidades y los conocimientos que necesitan para tener éxito en la economía moderna.

 

3.     Innovación y tecnología: las naciones exitosas suelen estar a la vanguardia de la innovación y la tecnología, desarrollando nuevos productos y servicios que pueden impulsar el crecimiento económico y mejorar la vida de sus ciudadanos.

 

4.     Apertura al comercio y la inversión: las naciones modernas tienen economías abiertas que dan la bienvenida al comercio y la inversión de otros países. Esto puede ayudar a estimular el crecimiento económico y crear nuevos puestos de trabajo mejor pagados.

 

5.     Entorno político y económico estable: Un entorno político y económico estable es fundamental para atraer inversiones y promover el crecimiento. Esto incluye estado de derecho, un gobierno estable, un sistema legal predecible y políticas económicas bien pensadas.

 

6.     Sostenibilidad ambiental: en el siglo XXI, una nación moderna y económicamente exitosa también debe ser ambientalmente sostenible. Esto requiere políticas que promuevan la energía limpia, reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y protejan los recursos naturales.

 

7.     Diversidad social y cultural: las naciones exitosas confían en la diversidad social y cultural, lo que puede promover la creatividad, la innovación y el crecimiento económico. Esto incluye la tolerancia hacia las diferentes culturas, religiones y estilos de vida.

 

Recuerdo que cuando iniciaba la pandemia, y la incertidumbre reinaba en nuestros países, leí una columna de Thomas L. Friedman, en The New York Times (21 de abril de 2020), en donde argumentaba que necesitábamos un gran liderazgo en ese momento. Y añadía que esos tiempos ponían a prueba a todos los líderes, desde las escuelas hasta la Casa Blanca, desde los ayuntamientos hasta las oficinas corporativas.

 

Pasó la pandemia y llegó la polarización y el desacuerdo. Hoy las naciones, de nuevo, están poniendo a prueba a sus líderes. Cuando los países viven épocas de crisis, cuando los ciudadanos están preocupados por la división, el encono, los rencores y los agravios, los liderazgos importan cada vez más.

 

Friedman se preguntaba ¿cómo vamos a manejar lo inevitable? ¿Cómo vamos a evitar lo que es inmanejable? ¿Cuánto confiamos en el gobierno? ¿Cuánto confiamos en las empresas? ¿Sabrán nuestros líderes lo que están haciendo? ¿Sabrán superar sus debilidades? ¿Estarán a la altura de los desafíos que debemos encarar? 

 

Yo me pregunto hoy si lograremos sobreponernos a las divisiones para iniciar una nueva época de colaboración que permita a México convertirse en una nación moderna y exitosa. El año preelectoral en el que vivimos no dejará nada oculto. Todos los días descubrimos fortalezas y debilidades de nuestros líderes. Leer los periódicos y escuchar las noticias es una constante prueba de estrés. La realidad siempre pone a cada personaje en su lugar.

 

En su columna, Friedman transcribe una conversación que tuvo con Dov Seidman, quien es el fundador y presidente de la empresa de ética y cumplimiento LRN y de The HOW Institute for Society, que promueve el liderazgo basado en valores.

 

Seidman se unió al Programa Hauser de Líderes en la Escuela Kennedy de Harvard en el otoño de 2022. Rescato cinco de sus comentarios que pueden estimular la reflexión ciudadana cuando se vive en un país marcado por la polarización: 

 

1.     “El liderazgo en todos los niveles y las diferentes esferas nunca había importado tanto: maestros, directores, presidentes, superintendentes escolares, directores de hospitales, directores ejecutivos de empresas, alcaldes, gobernadores, medios de comunicación y padres de familia. En todos los lugares en los que concurren estos líderes, se enfrentan a cuestiones morales y retos desconcertantes”.

 

2.     “Lo que comenzó como una crisis de salud explotó en una crisis humanitaria y luego rápidamente se convirtió en una crisis económica y de desempleo sin precedentes. Y ahora también es una crisis moral, que obliga a los líderes a equilibrar el esfuerzo para salvar vidas y salvar los medios de subsistencia. Estas crisis están estallando juntas en la era de las redes sociales, por lo que el miedo, el pánico y la desinformación se propagan instantánea y ampliamente, y los líderes pueden ser desafiados, examinados, criticados y expuestos desde un millón de direcciones diferentes”.

 

3.     “Los grandes líderes siempre hablan con la verdad; y toman decisiones difíciles guiadas por valores y principios, no sólo por la política, la popularidad o las ganancias a corto plazo. Los grandes líderes entienden que cuando tantas personas vulnerables y asustadas están dispuestas, tan rápidamente, a poner su sustento, e incluso sus vidas, en las manos de sus líderes, y hacer los sacrificios que se les pide, esperan la verdad y nada más que la verdad a cambio”.

 

4.     “El verdadero antídoto contra el miedo es la esperanza, no el optimismo. La esperanza proviene de ver a su líder actuar de una manera que saca lo mejor de las personas al inspirar la colaboración, el propósito común y las posibilidades futuras. Se necesita esperanza para superar un gran miedo y enfrentar grandes desafíos. La gente, por supuesto, aprecia las buenas noticias y el optimismo de sus líderes, pero sólo si se basa en la realidad, los hechos y los datos”.

 

5.     “Además de la verdad y la esperanza, lo que la gente realmente quiere en un líder, incluso uno carismático, es humildad. Me siento más seguro frente a la incertidumbre cuando un líder me dice: no lo sé, pero aquí están los expertos sabios a los que voy a acudir, y así es como vamos a buscar las respuestas juntos". 

 

En los últimos años, la polarización y la división políticas se han vuelto cada vez más frecuentes en muchos países del mundo. A menudo se ven alimentadas por la rápida difusión de información y la facilidad con la que las personas pueden comunicar sus opiniones en línea. Sin embargo, hacer una pausa en este momento puede ser una forma brillante de repensar y reimaginar las cosas.

 

Hacer una pausa significa alejarse del flujo constante de información y la presión de responder de inmediato a cada noticia o publicación en las redes sociales. Significa tomarse el tiempo para reflexionar sobre valores y creencias, y escuchar las perspectivas de los demás sin reaccionar o descartarlas de inmediato.

 

Una pausa puede ayudar a reducir las reacciones emocionales y las respuestas instintivas. Cuando las personas son bombardeadas constantemente con información y opiniones que contradicen las suyas, puede ser fácil ponerse a la defensiva y reaccionar emocionalmente. Hacer una pausa puede brindarles el tiempo y el espacio para abordar las conversaciones y los debates de una manera más reflexiva y racional, para encontrar puntos en común y trabajar hacia soluciones que beneficien a todos. 

 

¿Cómo vamos a construir confianza? Es tentador pensar que podemos hacerlo tomando medidas inmediatas. Pero la forma más efectiva de comenzar es con una pausa. Hacemos una pausa para dar sentido a nuestra situación y reconectarnos con nuestras creencias más profundas. Generar confianza no es sólo una cuestión de declaraciones. Debemos construir un relato, confiarle la verdad a las personas, entablar conversaciones sinceras sobre temas críticos y reconocer la capacidad que tienen para hacer lo correcto.

 

Esto es extremadamente difícil de realizar. No se puede reducir a una marcha ni se puede lograr con un solo discurso, por más inspirador que sea. No se puede comenzar a generar confianza sin una reflexión seria. Y eso comienza con una pausa, pero no termina allí. Será en la pausa donde nuestros líderes podrán comenzar a ver a dónde nos llevará el siguiente paso en la tarea de la construcción de una nación moderna y exitosa para nuestros hijos.

 

Ralph Waldo Emerson, el ensayista, poeta y filósofo estadounidense del siglo XIX, escribió sobre la importancia de las pausas en su ensayo titulado "Prudencia". Emerson argumenta que las pausas son necesarias para una vida significativa y que nos permiten reflexionar sobre nuestras acciones y elecciones. "Las pausas entre las frases de un sabio son tan notables como su discurso". Emerson creía que las pausas eran esenciales para la prudencia, que él definía como la capacidad de tomar decisiones sabias y bien pensadas. Él creía que hacer una pausa permitía a las personas considerar las consecuencias de sus decisiones y elegir el mejor curso de acción.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/liderazgo-puesto-a-prueba/

Saturday, February 18, 2023

¿Quiere usted ser un buen ciudadano?

 

 

¿Quiere usted ser un buen ciudadano?


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

1. Mantenerse informado. 2. Involucrarse en los asuntos de la nación. 3. Estar abierto al compromiso. 4. Permanecer con actitud civilizada. 5. Rechazar la violencia. 6. Valorar las normas. 7. Promover el bien común. 8. Respetar el servicio que brinda el gobierno. 9. Apoyar la enseñanza de la educación cívica. 10. Poner siempre primero al país. Según Richard Haass, estos son los diez hábitos de los buenos ciudadanos.

 

Conocí a Richard en 1985. Yo iniciaba la maestría en políticas públicas y él era uno de los profesores más jóvenes y brillantes de la Escuela Kennedy de Gobierno de Harvard. El Dr. Haass es un diplomático veterano y una voz prominente en la política exterior estadounidense. Desde hace veinte años se desempeña como presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Nueva York. Becario Rhodes, tiene una licenciatura de Oberlin College y una maestría y un doctorado de la Universidad de Oxford. Es autor o editor de catorce libros sobre política exterior estadounidense.

 

Desde enero de 2001, hasta junio de 2003, fue director de planeación de políticas del Departamento de Estado, y fue el principal asesor del Secretario de Estado Colin Powell. Con rango de embajador, Haass también se desempeñó como coordinador de la política de Estados Unidos para el futuro de Afganistán y enviado al proceso de paz de Irlanda del Norte. De 1989 a 1993, fue asistente especial del presidente George H.W. Bush y director sénior de asuntos del Cercano Oriente y el sur de Asia en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

 

En enero pasado, Richard Haass publicó un nuevo libro, “The Bill of Obligations: The Ten Habits of Good Citizens” (New York: Penguin Press, 2023). Lo sorprendente es que no se trata de política exterior. Propone nuevas obligaciones para la ciudadanía estadounidense, que son esenciales para sanar las divisiones y salvaguardar el futuro de su país. Lo que intenta con estas obligaciones es imaginar lo que significa ser un ciudadano que defiende la democracia y contrarresta la creciente apatía, ira, egoísmo, división, desinformación y violencia que amenazan a todos.

 

Inicia su libro con una idea muy poderosa. Haass nos cuenta que a lo largo de su carrera de estudio y práctica de la política exterior estadounidense, con frecuencia le han preguntado: ¿Qué le quita el sueño? ¿Es China? ¿Rusia? ¿Terrorismo? ¿Cambio climático? ¿Otra pandemia? Si bien todos estos temas exigen nuestra atención, en los últimos años Haass ha dicho algo más profundo: “la amenaza más urgente para la seguridad y la estabilidad de Estados Unidos no proviene del exterior sino del interior, de las divisiones políticas que ponen en peligro el futuro de la democracia estadounidense e incluso a Estados Unidos mismo”.

 

La pregunta obvia de seguimiento es ¿qué hacer al respecto? Haass responde inspirado en el Pésaj, cuando los judíos celebran su liberación del antiguo Egipto. Se les instruye para que se aseguren de que cada generación comprenda tanto lo que significa ser judío como lo que se requiere para ser judío. Sólo contando su historia han podido preservar su identidad, a pesar de milenios de persecución. Lo que Haass argumenta en su nuevo libro es que nadie debe asumir que su identidad será automáticamente heredada a la próxima generación. Eso se tiene que enseñar. Es nuestra responsabilidad. 

 

“Una de las principales razones por las que la identidad estadounidense se está fracturando es que no nos enseñamos unos a otros lo que significa ser estadounidense. No estamos unidos por una sola religión,raza o etnia. En cambio, Estados Unidos está organizado en torno a un conjunto de ideas que deben articularse una y otra vez para sobrevivir. Por lo tanto, es esencial que cada estadounidense obtenga una base sólida en educación cívica (las estructuras y tradiciones políticas del país, junto con lo que se debe y se espera de sus ciudadanos) desde la escuela primaria hasta la universidad. Debe reforzarse dentro de las familias y las comunidades. Debe ser enfatizado por nuestros líderes políticos y religiosos, por los directores ejecutivos y los periodistas” escribe Haass con toda la razón.

 

No podemos abdicar a la responsabilidad de enseñar a nuestros hijos los hábitos de la democracia. Debemos asegurarnos que sepan mucho sobre la historia, los ideales y las prácticas de su propio país y sistema político. Describir las estructuras fundamentales del gobierno, tanto los derechos como las obligaciones de la ciudadanía, es la mejor medicina preventiva contra la polarización. Las naciones se debilitan cuando las divisiones políticas plantean también dudas sobre el futuro de su democracia.

 

La polarización erosiona la democracia; hace que sea casi imposible para una nación abordar muchos de sus problemas económicos, sociales y políticos. El enfrentamiento tiene consecuencias adversas para la capacidad de encarar los retos y agresiones del exterior. Con divisiones, una nación no puede desarrollar su verdadero potencial.

 

Uno de los 10 "hábitos de los buenos ciudadanos" del libro de Haass es: "poner el país y la democracia antes que el partido o la persona". Es una guía provocadora sobre cómo debemos repensar la ciudadanía para que la democracia sobreviva. ¿Estamos preparados para hacer lo necesario para salvar nuestra democracia? El libro de Haass es un llamado audaz hacia el cambio. La idea misma de ciudadanía debe ser revisada y ampliada. 

 

El texto de Haass señala que “la Declaración de Derechos está en el centro de nuestra Constitución, sin embargo, nuestros conflictos más difíciles a menudo surgen de puntos de vista contrastantes sobre cuáles deberían ser nuestros derechos”. Por eso, a lo largo de los años, la lección es clara: los derechos por sí solos no pueden proporcionar la base para una democracia funcional, y mucho menos floreciente. Haass propone una cura a este mal: “poner las obligaciones en el mismo plano que los derechos”. 

 

Las diez obligaciones que Haass presenta en su libro son esenciales para sanar las divisiones. Replantean lo que significa ser ciudadano. No son una carga sino compromisos que hacemos con los conciudadanos y con el gobierno para defender la democracia y contrarrestar la creciente apatía, ira, egoísmo, división, desinformación y violencia que nos amenazan a todos. La obligación de mantenerse informado es fundamental para ser exitoso en todas las demás. Agrega que una de las grandes ironías o contradicciones de este momento es que estamos nadando en información, pero también en desinformación. 

 

El autor tiene toda la razón cuando dice que “el hecho de que alguien disfrute de una posición de poder no significa que sepa mucho. Por eso, una de las 10 obligaciones, es precisamente poner primero al país. Esperamos carácter, virtud, de nuestros líderes políticos. No espero que muchas de estas personas que vemos en la vida pública simplemente se vuelvan virtuosas y antepongan al país a sus propias ambiciones políticas. Pero eso depende de nosotros los votantes”. Puede ser que no todos los políticos sean responsables, pero todos responden. Por eso los ciudadanos tienen que premiar los buenos comportamientos y sancionar los malos. 

 

Una democracia vigorosa está también en el interés de las empresas. Ante quienes argumentaban que la única responsabilidad de una empresa era maximizar las ganancias y recompensar a los accionistas, la realidad es muy diferente hoy. Accionistas, empleados, proveedores y clientes juzgan a las empresas por sus prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo, cómo contratan y su compromiso con la responsabilidad social. Deben promover un entorno de trabajo inclusivo y más igualitario. Las empresas dependen de la democracia y del estado de derecho, de la división de poderes, de los frenos y contrapesos, de la honestidad y la transparencia.

 

A través de una combinación de civismo, historia y buen análisis político, el libro plantea la manera de recuperar actitudes que les puedan permitir recuperar el camino del éxito. Como argumenta Richard Haass, “Tenemos el gobierno y el país que nos merecemos. Sin embargo, construir el país que necesitamos depende de nosotros”. La “declaración de obligaciones” brinda a los ciudadanos de todo el espectro político un plan de acción para lograrlo.

 

Haass dice, con razón, que “si todo el mundo se centra en sus derechos, entonces no hay lugar para el compromiso porque los derechos se vuelven absolutos muy rápidamente”. Todos sabemos que los derechos vienen junto con las responsabilidades. Pero Haass decide enfocarse en las obligaciones. No son requisitos. No es cuestión de legalidad. Son las cosas que debemos hacer para que un sistema político funcione, para que una sociedad permanezca en paz.

 

Cuando terminé de leer el libro me quedé muy preocupado sobre mi país. Tal vez estamos hundidos en la polarización porque estamos fallando en enseñar a nuestros hijos lo que significa ser mexicano. Todos queremos que sean buenos ciudadanos. Es nuestra responsabilidad.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/quiere-usted-ser-un-buen-ciudadano/

 

Saturday, February 11, 2023

Los fantasmas de la nación

  

Los fantasmas de la nación

 

Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

El 26 de enero pasado, “El fantasma de la ópera” celebró su 35° y último aniversario en Broadway. Le quedan menos de cien funciones antes de su cierre en abril. Muchos extrañarán el logotipo de la máscara en el exterior del Teatro Majestic de Nueva York. Es un símbolo reconocido internacionalmente. El extraordinario musical ganó el cariño de fanáticos en todo el mundo. Será una obra inmortal en la historia del teatro estadounidense.

 

El 16 de septiembre de 2022 se había anunciado que el cierre de “El fantasma de la ópera” en Broadway sería el 18 de febrero de 2023. Luego se dijo, en noviembre, que debido a la demanda sin precedentes de boletos, la obra se extendería dos meses, con una nueva fecha de cierre definitivo: el próximo 16 de abril.

 

“El fantasma de la ópera” fue una vez más el espectáculo más taquillero de Broadway hace unos días. Recaudó casi 2.5 millones dólares en la semana que terminó el 29 de enero, superando a Funny Girl ($1,872,862) y Hamilton ($1,871,921). El musical de Andrew Lloyd Webber en el Majestic experimentó un notable resurgimiento en el interés (y en la taquilla) desde que anunció que se va. A principios de enero, la obra reportó su espectador número 20 millones desde su apertura en 1988.

 

“El fantasma de la ópera” es una historia clásica de amor, obsesión y misterio que ha cautivado al público durante más de un siglo. La historia está basada en la novela de 1910 “Le Fantôme de l'Opéra” del autor francés Gaston Leroux. La novela se publicó por primera vez como una serie, en una revista francesa, y luego en forma de libro. “El fantasma de la ópera” está ambientada en la Ópera de París, a fines del siglo XIX.

 

El personaje del “fantasma” es una de las figuras más icónicas del teatro musical y ha sido interpretado por muchos actores en varias producciones a lo largo de los años. El “fantasma” se representa como una figura misteriosa que es a la vez temida y respetada por las personas que trabajan y actúan en el teatro de la ópera. A pesar de su talento y genio musical, el “fantasma” se ve impulsado a buscar venganza contra el teatro de la ópera porque siente que su talento ha sido descuidado y desatendido por el establecimiento.

 

La producción original de “El fantasma de la ópera” se inauguró en el West End de Londres en 1986 y, desde entonces, se ha convertido en uno de los musicales más populares y de mayor duración de todos los tiempos. La obra se ha representado en varios idiomas y ha sido vista por millones de personas en todo el mundo. El musical ha recibido numerosos reconocimientos, incluidos varios premios Tony y Olivier. La partitura de “El fantasma de la ópera” es una de las más reconocidas y populares del teatro musical, y muchas de sus canciones, como "Música en la noche" y "Todo lo que pido de ti", se han convertido en clásicos atemporales. El poder de su música es verdaderamente trascendental; es cautivador y conmueve de una manera profunda. 

 

"El fantasma de la ópera" es un musical que cuenta la historia de una figura misteriosa que ronda la Ópera de París y se obsesiona con una joven soprano llamada Christine. Las lecciones del musical incluyen temas como el poder de la obsesión y sus consecuencias destructivas; la importancia de valerse por uno mismo y seguir los sueños; los peligros de ceder al miedo y permitir que controle la propia vida; el poder de la música y su capacidad para unir a las personas y evocar emociones; el poder transformador del amor y su capacidad para sacar lo mejor de las personas. En última instancia, el musical explora la psique humana y los extremos a los que las personas llegarán para cumplir sus deseos y buscar la redención. 

 

Sin embargo, me parece que la obra también nos deja varias lecciones políticas valiosas que son relevantes en el conflictivo entorno en que vivimos.

 

1.     Es muy peligroso ignorar las necesidades y los deseos de los oprimidos. El “fantasma”, que se representa como una figura trágica, busca venganza contra la Ópera porque siente que sus talentos han sido descuidados y desatendidos. Esto puede interpretarse como una metáfora de la forma en que las sociedades a menudo ignoran las necesidades y los deseos de los grupos marginados, con consecuencias desastrosas. La obra sirve como una advertencia de que ignorar los agravios de los oprimidos puede provocar disturbios y conflictos, y que es importante escuchar las voces de quienes sienten que han sido relegados.

 

2.     Debemos tener cuidado con la manera en que tratamos a los demás. El “fantasma” no nació malvado. Fue el rechazo y la tortura que enfrentó de su propia madre y de su clan lo que sirvió para moldearlo en una bestia. La desfiguración de su rostro no fue algo que él eligió. Cuando todos los demás reaccionaron de manera tan negativa y cruel por su apariencia física, se convirtió en un personaje oscuro. Sin embargo, detrás de su apariencia dura, hay una criatura que sufre y que sólo anhela ser amada y apreciada. Debemos aprender a abrazar a los que son diferentes y no tratarlos precipitadamente o con crueldad. Podemos llegar a arrepentirnos amargamente si no lo hacemos.

 

3.     Es muy importante asegurar la transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones de poder. La Ópera se representa como un lugar donde las decisiones se toman a puerta cerrada, sin tener en cuenta las opiniones de quienes trabajan y actúan allí. Esto puede interpretarse como una crítica de la forma en que las instituciones de poder suelen operar en el mundo real, donde las decisiones las toma un pequeño grupo de élite con poca responsabilidad ante el público. La obra sugiere que la transparencia y la rendición de cuentas son cruciales para la salud y el bienestar de las instituciones de poder, y que la ausencia de estas cualidades puede conducir a la corrupción y el abuso.

 

4.     La creatividad y la libertad de expresión son fundamentales en una sociedad. El Fantasma se representa como un compositor talentoso cuya música es un reflejo de su alma. Su lucha para que su música se escuche es una metáfora de la importancia de permitir que las personas se expresen libremente. Esto puede interpretarse como un recordatorio de la importancia de proteger la libertad de expresión, incluso cuando esa expresión pueda ser controvertida o desafiante. La obra sugiere que suprimir la creatividad y la expresión puede tener un efecto perjudicial en las personas y en la sociedad en su conjunto, y que es importante permitir que las personas persigan sus pasiones artísticas.

 

“El fantasma de la ópera” es mucho más que una obra clásica de ficción. Los políticos de una nación que pretende transformarse podrían aprender y reflexionar con este musical. Es mucho más que un triángulo amoroso centrado en un teatro de ópera embrujado. Tiene un gran valor porque nos ofrece lecciones valiosas para esta época de polarización, llena de fantasmas. 

 

Los fantasmas de la nación son aquellos eventos o personajes del pasado que siguen influyendo en la cultura y la identidad de un país en el presente. Estos fantasmas pueden ser figuras históricas, conflictos políticos o culturales, o leyendas populares que han sido transmitidas de generación en generación. A menudo, estos fantasmas simbolizan un aspecto fundamental de la identidad nacional, y su presencia en la cultura popular puede ser una fuente de orgullo o de vergüenza.

 

En muchos casos, los fantasmas de la nación son un reflejo de las tensiones y conflictos que han marcado la historia de un país. "Los fantasmas del pasado son el reflejo de los errores y los conflictos de una nación. Debemos recordarlos para no repetirlos en el futuro, y para honrar a aquéllos que han luchado antes que nosotros". Esta cita de Nelson Mandela destaca la importancia de reconocer y confrontar los fantasmas de la nación para construir un futuro más brillante y unir a la nación.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/los-fantasmas-de-la-nacion/

Saturday, February 04, 2023

E2E: estrategia de principio a fin

 

 

E2E: estrategia de principio a fin


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

En las conversaciones de los ejecutivos de las empresas es muy frecuente escuchar sus ideas innovadoras aderezadas por un concepto en inglés: “end-to-end” o “E2E”. En el mundo de los negocios se sabe que nunca es suficiente presentar sólo “un punto de partida”. El cambio se logra cuando se implementa un proceso completo, de principio a fin. Aunque muchos ejecutivos lo digan de manera automática, el concepto “end-to-end” es muy poderoso.

 

“De extremo a extremo”, “de punta a punta” son frases que describen un proceso que diseña e implementa un sistema o un servicio de principio a fin y ofrece una solución funcional completa, generalmente sin la necesidad de obtener algo de un tercero. El concepto “end-to-end” nace en el sector de la tecnología de la información. Pero luego se trasladó a todos los ámbitos de la gestión empresarial. En cualquier organización, “crear una solución viable, de principio a fin” es el nombre del juego. 

 

Eliminar tantas capas intermedias, o pasos, como sea posible ayuda a optimizar el rendimiento y la eficiencia de una organización. Esto incluye la automatización y la participación de un mínimo de personas a lo largo del ciclo de vida completo del proyecto. Se busca que no haya interrupciones, de principio a fin. Se trata de entregar sistemas o servicios complejos en forma funcional. Se debe considerar la planificación, implementación y evaluación. Se optimiza el rendimiento y la eficiencia porque se elimina al intermediario.

 

En el proceso de implementación se requiere siempre la colaboración, el trabajo en equipo. El éxito depende de un buen diagnóstico, del compromiso y participación de cada uno de los miembros de la organización. Por eso es importante el enfoque, la alineación, la disciplina y la comunicación. 

 

El enfoque de principio a fin ayuda a alinear toda la organización con la estrategia. Además, genera sinergias. Todo ello se traduce en beneficios: objetivos viables y medibles; reducción de costos; integralidad; buen ambiente y productividad laboral; calidad; evaluación apropiada; ciclo de mejora contínua. También exige algunos cambios: cultura organizacional; identificación de liderazgos; mecanismos de control; recursos suficientes; capacitación del personal; y enfrentar la resistencia al cambio.

 

El modelo de principio a fin es integral, inclusivo y tiene un objetivo intrínsecamente sustentable. Los pasos y procesos están encadenados de tal manera que la decisión que se toma hoy debe permitir tomar decisiones mañana. La visión ha de ser mensurable, interpretable, fácil y asequible. Una estrategia “end-to-end” exitosa exige el involucramiento de muchos actores. Pero se les tiene que explicar y convencer. Se trata de la construcción de una relación de confianza hacia dentro y fuera de la organización. 

 

Cuando hablamos de gestión estratégica, nos gustaría que también los gobiernos tuvieran una visión “end-to-end”. Con eso se lograría la mejora continua y la optimización de los procesos. Esto ayudaría a alcanzar el éxito en el diseño, la elaboración e implementación de las políticas públicas. El gobernante requiere una visión integral de cada una de las áreas a su cargo para mejorar los procesos y garantizar el cumplimiento de cada uno de los objetivos. Eso le ayudaría a evitar sobrecostos y gastos innecesarios.

 

Los gobiernos deberían diseñar e implementar también procesos de principio a fin. Podrían darse cuenta de que, cuando se trata de sistemas o servicios complejos, es más fácil y rentable para el ciudadano tener un solo proveedor y un solo punto de contacto. Las políticas públicas que involucran a múltiples proveedores no son integrales y sólo aumentan el costo de administrar el proceso. Los procesos de principio a fin en el gobierno deberían adoptar la eficiencia operativa como norma. 

 

Los marcos de extremo a extremo reducen pasos innecesarios, automatizan procesos, identifican ahorros y logran eficiencias a gran escala. En el mundo de las compras gubernamentales, por ejemplo, se podrían analizar todos y cada uno de los puntos de la cadena de suministro, hasta que el bien público llega al ciudadano. Al eliminar tantas capas y pasos como sea posible, un especialista en logística podría optimizar la distribución y minimizar las interrupciones. La atención de los detalles es requerida desde la planificación de pedidos hasta el control del inventario, la carga, el transporte, hasta la entrega. 

 

¿Qué se lograría con una mentalidad ágil y un proceso de principio a fin en el gobierno? 

 

1.     Romper los silos: definir un propósito compartido y mejorar la colaboración.

 

2.     Poner al ciudadano en el centro: pensar de afuera hacia adentro, con un gobierno enfocado en la creación de valor público.

 

3.     Asegurar una gestión integral: obligar a la organización a centrarse en el resultado final de los procesos, no sólo en la eficiencia de los componentes individuales.

 

4.     Apoyar la digitalización: establecer procesos integrales paraa optimizar, automatizar y reducir costos.

 

Sin embargo, ir de una punta a la otra no es fácil y las organizaciones tienden a luchar con algunos obstáculos, como la incapacidad de elaborar un diagnóstico preciso; saber dónde iniciar; saber dónde terminar; saber supervisar y medir. Todo esto requiere conocer las mejores prácticas para no inventar el hilo negro ni descubrir el agua tibia. Los ciudadanos esperan un buen plan, una hoja de ruta, definición de prioridades, alineación, cálculos precisos de impacto, establecimiento de límites claros.

 

Los profesionales de la administración pública siempre están navegando a través de las fuertes presiones políticas, económicas y sociales. Saben que requieren flexibilidad y adaptabilidad para lograr:

 

1.     Digitalización del gobierno. La transformación digital es imprescindible. Eso exige personal capacitado, infraestructura y conexión con los ciudadanos.

 

2.     Gestión de datos. Los datos son muy importantes para la toma de decisiones. Son fluidos, dinámicos y generan valor. Se deben usar y compartir de manera ética y correcta.

 

3.     Servicios de calidad. Los ciudadanos esperan servicios personalizados y sin interrupciones, totalmente digitales.

 

4.     Seguridad cibernética. Mejorar la seguridad cibernética debe ser una prioridad nacional. Un solo ataque cibernético contra un objetivo del gobierno puede representar un peligro para toda una industria o sector. 

 

5.     Prioridad a la diversidad, equidad e inclusión. Se requiere un diseño accesible de servicios gubernamentales, participación ciudadana, acceso equitativo a los bienes públicos.

 

6.     Flexibilidad en el trabajo. La pandemia trajo el futuro del empleo gubernamental al presente. Apreciaríamos trabajo y servicios ciudadanos de alta calidad de forma remota.

 

7.     Agilidad y confianza. Todos queremos un gobierno rápido, flexible y orientado a una misión. Las entidades gubernamentales deben darnos confianza y avanzar en tiempos normales y emergencias.

 

Una de las claves para reconstruir la confianza es entender que “el gobierno” no es una sola entidad; está compuesto por muchas unidades diferentes que cumplen roles y ofrecen diversos servicios. El gobierno es educador, ejecutor, innovador, regulador, mayorista, minorista. Las dependencias gubernamentales pueden identificar su arquetipo, enfocarse en su percepción pública, estudiar lo que ha funcionado para otros gobiernos y desarrollar estrategias para fortalecer su percepción.

 

México enfrentará retos enormes en los próximos años: las consecuencias de la falta de inversión y crecimiento económico, de la política energética, de la estrategia de seguridad, de la necesidad de renegociar el TMEC. Para encarar los desafíos se requiere una estrategia “end-to-end”, de principio a fin.

 

El 30 de enero se presentó “Mexicolectivo”, una organización que, a través de la participación ciudadana “plural y diversa”, busca recoger e intercambiar ideas y propuestas desde la sociedad civil para “la construcción de un mejor país”. El documento se titula “Punto de partida, una nueva visión de país”. Ahí presentan objetivos sobre sus principales ejes: seguridad, democracia, prosperidad, educación, pobreza y desigualdad. Es un diagnóstico sin prescripción. Muchos ciudadanos hubieran preferido leer también un “punto de llegada”, una estrategia de políticas públicas concretas “end-to-end”, de principio a fin, de extremo a extremo, de punta a punta para enfrentar los retos y reconstruir a México.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/e2e-estrategia-de-principio-a-fin/