Saturday, August 27, 2022

La campaña permanente de la 4T

 

 

La campaña permanente de la 4T


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

En 1997, el politólogo británico Anthony King trató de averiguar por qué los políticos estadounidenses hacían demasiada campaña y gobernaban tan poco. Muchos nos preguntamos hoy lo mismo sobre los políticos mexicanos. 

 

¿Acaso murieron los escrúpulos? ¿O es un sentido pragmático de la política, que no tuvieron los gobiernos anteriores, para poder dar continuidad a sus proyectos? Es claro que el presidente AMLO está trabajando para que su proyecto tenga vida futura.

 

Tal vez el gobierno y los partidos que diseñaron y aprobaron las reformas estructurales de 2012-2018 debieron estar en campaña permanente para que no se hubieran destruido. ¡Hoy ya no existen esas reformas!

 

El gobierno de la 4T está en campaña permanente. Si hacer campaña y gobernar son actividades que están fusionadas, ¿deberíamos estar preocupados?

 

Si, como escribía Richard Neustadt, “el poder del presidente es el poder de persuadir”, en México se ha utilizado una campaña interminable que ha convertido al gobierno en una institución plebiscitaria y reactiva. Pero no sabemos exactamente si la persuasión se dirige al bien de la comunidad; si se le dice a la gente lo que quiere oír o se le habla con la verdad. 

 

Los servidores públicos dependen de la aprobación de la gente, gobiernan apelando directamente a la opinión del pueblo, reflejan el estado de ánimo de su público. Se gobierna en México con gran astucia, es cierto. Pero deberíamos tomar en serio la advertencia de Francis Bacon de que “nada hace más daño en un estado que el hecho de que los astutos pasen por sabios”. Se gobierna en la ficción, porque las ficciones perduran; paradójicamente es lo que la gente considera como verdades significativas.

 

Para la 4T, campaña permanente y gobierno son dos caras de la misma moneda. Se han vinculado todas las promesas electorales con el desempeño del gobierno. Lo que sucede en el gobierno está relacionado con las opciones electorales de las personas. Saben que sin cumplir las promesas en el gobierno, su permanencia es insostenible. Las campañas adelantadas se han legitimado porque asumen que hay una oposición leal, que no muestran ni una ambición sediciosa ni pretende consumar una traición al Estado. 

 

Hay quienes piensan que hacer campaña y gobernar no deben fusionarse en una sola categoría. Deberían estar separadas. Hacer campaña y gobernar son cosas inherentemente diferentes.

 

Gobernar es el arte de dirigir, comunicar y controlar para crear valor público. Eso es lo que se espera de un gobierno. Gobernar es la interacción de la información y el poder. Un gobierno que se concentra en la comunicación, pero no tiene poder de control, es un gobierno sin dirección. Pero tampoco la maximización de poder personal por sí sola es suficiente para la dirección. Quien tiene autoridad debe guiar viendo al horizonte futuro, pero también debe tener conocimiento del desempeño pasado y entender la posición presente.

 

Todos estamos en el mismo barco del estado. El capitán está obligado a conocer las condiciones y las capacidades de la embarcación. Pero también debe ser consciente de las características circundantes del entorno. Los pasajeros del barco del estado -los ciudadanos- pagamos el pasaje y somos los que mejor podemos evaluar las condiciones del viaje y determinar si el capitán nos está llevando a donde queremos ir.

 

Hugh Heclo ha escrito que la campaña y el gobierno apuntan en direcciones diferentes:

 

1.     La campaña está orientada a un punto de decisión inequívoco en el tiempo. Se enfoca en afectar una sola decisión que es, en sí misma, el resultado, el evento que determina quién gana y quién pierde. Gobernar, por el contrario, tiene muchos puntos de resultados interconectados a lo largo del tiempo. Es una larga persistencia sin punto de decisión inicial ni final.

 

2.     La escala de tiempo para hacer campaña ha sido históricamente corta y discontinua, mientras que para gobernar se extiende más allá del horizonte. La campaña es necesariamente antagónica. Los escritores políticos del siglo XIX tomaron prestada la metáfora militar precisamente porque capta la idea esencial de una contienda para derrotar al enemigo. La competencia es por un premio que no se puede compartir, un juego de suma cero.

 

3.     En comparación con una campaña, el gobierno es predominantemente colaborativo, en lugar de antagónico. Mientras que la campaña ahogaría voluntariamente a su oponente para maximizar la persuasión, el gobierno genuino desea una audiencia ordenada de muchos lados, para que el timonel no se pierda algo importante. Hacer campaña es algo egocéntrico y gobernar está centrado en un grupo.

 

4.     Gobernar no está exento de competencia y oposición. Los partidos políticos tienen sus raíces históricas en un proceso de toma y daca que finalmente legitimó la contienda entre el gobierno y su leal oposición. Dado que el poder y el conocimiento seguro rara vez están en consonancia con la responsabilidad de dirigir, gobernar es una invitación permanente a consultar, negociar, transigir y renegociar. Dirigir no es buscar un premio ganado frente a los adversarios. Es descifrar el curso de acción de una organización en marcha, con todos los ciudadanos en el mismo barco.

 

5.     La campaña es inherentemente un ejercicio de persuasión. El objetivo es crear impresiones que producirán una respuesta favorable para la causa de uno. Gobernar pone su mayor peso en los valores de la deliberación. Mientras que una buena campaña suele persuadir por su seguridad y afirmaciones, el buen gobierno generalmente depende de una consideración más profunda y madura. Esto es así ya que cualquier conclusión a la que se llegue el gobierno estará respaldada por el temible poder del estado. Tomar consejo sobre qué hacer y cómo hacerlo se encuentra en el corazón del proceso de gobierno.

 

6.     Hay que reconocer que la deliberación puede parecer un término demasiado refinado para las peleas sucias que a menudo se asocian con el gobierno. Sin embargo, los hombres y mujeres que diseñan y ejecutan las políticas públicas constituyen una empresa en marcha mientras negocian y buscan persuadirse unos a otros dentro de la estructura constitucional.

 

El contraste entre persuasión y deliberación, entre campaña y gobierno, nos lleva a concluir que la campaña tiene un lugar legítimo en la democracia, pero no se debe adelantar. Eso hace daño a las tareas del gobierno. Eso destruye valor público. La campaña es una cuestión de habilidad para hacerse atractivo ante los demás. Es un trabajo de ventas. El activista habilidoso no necesita explorar la verdad de las cosas. Dentro de los límites del escenario de una campaña, lo verdadero es lo que agrada a la audiencia.

 

Las campañas existen para perseguir una causa, no para deliberar cursos de acción. Burdett Loomis escribe que “una campaña no es más que una serie de seducciones”. Y los buenos seductores sólo creen en sí mismos. Hacer campaña se trata de hablar para ganar, no para aprender o enseñar. Los candidatos mantienen su disciplina de mensaje. Enmarcan los temas pero no informan con detalle. Proyectan seguridad y no admiten ignorancia o incertidumbre sobre temas complejos. Contraatacan pero no responden a las preguntas difíciles. Sus técnicas son esencialmente antideliberativas. 

 

El propósito es derrotar al enemigo, y si eso puede ocurrir sin luchar, tanto mejor. Una campaña política es parecida a una campaña de ventas comerciales entre empresas competidoras. No es un mercado libre de ideas. El objetivo es que el votante haga una compra psicológica. Involucra los sentimientos del consumidor. No intenta ganar debates sino ganar audiencia. La razón apoya prejuicios, deja la realidad a un lado, no se preocupa de los hechos de la historia sino de la imagen de la historia. No es racional sino emocional. 

 

¿Por qué debe preocuparnos que el gobierno de la 4T viva una campaña presidencial adelantada? Porque si la campaña se infiltra en el gobierno, los valores de campaña anulan los valores de gobierno. No hay equilibrio, importa más el corto plazo que el largo, no hay colaboración sino antagonismo, no hay deliberación pública sino una simple venta. La campaña permanente de la 4T no se ha planeado ni debatido; se ha desarrollado sin orden ni acuerdo; es parte de las reglas no escritas del nuevo sistema político mexicano de la 4T. 

 

¿La campaña presidencial adelantada destruye valor público o es la mejor estrategia que tienen para que las reformas de la 4T no desaparezcan después del 2024?

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/la-campana-permanente-de-la-4t/

Wednesday, August 24, 2022

Lo que el futuro nos depara

 

 

Lo que el futuro nos depara


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

Leí un artículo que me puso a reflexionar seriamente. Joel Kotkin y Wendell Cox publicaron “El futuro inesperado” en la página de internet de Quillette https://quillette.com/2022/08/20/the-unexpected-future/ . Subrayé algunas de las ideas y cifras que los autores analizan. Las transcribo aquí para compartir mi preocupación con todos ustedes.

 

·       Hay un estancamiento demográfico global, a largo plazo, que no se ha visto desde la Edad Media. 

 

·       Necesitamos considerar formas de revertir o al menos frenar la rápida despoblación.

 

·       Estamos entrando en una realidad imprevista: una era de lento crecimiento demográfico y, cada vez más, de declive demográfico que moldeará nuestro futuro de formas profundas e impredecibles. 

 

·       A nivel mundial, el crecimiento de la población total del año pasado fue el más bajo en medio siglo, y para 2050, se espera que 61 países experimenten una disminución de la población.

 

·       Alrededor del 75% del crecimiento de la población mundial ha ocurrido en los últimos cien años, más del 50% desde 1970. 

 

·       Las tasas de crecimiento de la población están cayendo, especialmente en las naciones más desarrolladas, según las Naciones Unidas.

 

·       Según la proyección de la variante media de la ONU, la población mundial alcanzará su punto máximo en 2086, mientras que según la variante baja, el pico ocurrirá en 2053; y para 2100, la población será alrededor de mil millones por debajo del nivel actual. 

 

·       El demógrafo Wolfgang Lutz y sus colegas proyectan una población mundial de entre 8,800 y 9,000 millones para 2050, cayendo a entre 8,200 y 8,700 millones para 2100. 

 

·       En el proceso, habitaremos un planeta que envejecerá rápidamente. En 1970, la edad media mundial era de 21.5 años. Para 2020, había aumentado a 30.9 años, y la ONU proyecta que será de 41.9 años en 2100.

 

·       La población de Europa se redujo en 744,000 en 2020 y en 1.4 millones el año pasado, la caída más grande en cualquier continente desde que comenzaron los registros en 1950. 

 

·       La Unión Europea de 27 naciones proyecta que su población caerá de 447 millones en 2022 a 416 millones para fines de siglo.

 

·       Se prevé que el país más grande de la UE, Alemania, caiga un 5% para 2050, mientras que se prevé que Italia pierda el 10% de su población. 

 

·       La fertilidad europea ha disminuido. En comparación con 1970, cuando nacían 16.4 bebés por cada 1,000 personas, la tasa bruta de natalidad se redujo a 9.1 en 2020. 

 

·       Según las proyecciones de la ONU, la población de Ucrania caerá un 18 % entre 2022 y 2050, incluso sin tener en cuenta el impacto de la invasión rusa. Polonia bajará un 13 por ciento. Se espera que Rusia baje de 145 millones en 2022 a 133 millones para 2050.

 

·       La fecundidad se ha reducido drásticamente en China, Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur. Sus tasas de natalidad están muy por debajo de las tasas de reemplazo. 

 

·       La población de Japón se reducirá de 125 millones a menos de 90 millones para 2065 y apenas 50 millones para 2115.

 

·       La tasa de crecimiento de la población de EE.UU. cayó al 0.5 por ciento en 2019, la más baja desde 1900. 

 

·       Hoy en día, la mayoría de la población mundial vive en países con tasas de fertilidad muy por debajo del nivel de reemplazo. 

 

·       Bangladesh, una de las naciones más pobres del mundo, ha visto caer su tasa de fecundidad total de 6.9 ​​hijos por mujer a principios de la década de 1970 a 2.0 en 2020. 

 

·       India, que se espera que sea el país más poblado del mundo para 2024, ha visto caer su tasa de fertilidad total a 2.2.

 

·       En general, los países con tasas de natalidad severamente bajas eventualmente experimentarán un crecimiento económico reducido.

 

·       En China se espera que la población de adultos mayores se haya más que triplicado para 2050, uno de los cambios demográficos más rápidos de la historia.

 

·       Para los países de la OCDE, la tasa de dependencia de las personas mayores (es decir, las personas de 65 años o más como proporción de las personas de 20 a 64 años) aumentará del 22% hoy al 46% en 2050. 

 

·       Estados Unidos ya enfrenta una crisis masiva de pensiones públicas y se espera que los fondos de reserva de seguridad se agoten para 2035. 

 

·       Estos cambios socavan la fuente tradicional de dinamismo económico: la juventud. 

 

·       El ascenso de los ancianos, que tienden a estar más preocupados por proteger las pensiones, no es un buen augurio para el crecimiento económico.

 

·       Las empresas están encontrando escasez de trabajadores calificados, lo que aumenta los costos y acelera el movimiento de empleos a países más fértiles. 

 

·       La población en edad de trabajar de China (entre 15 y 64 años) alcanzó su punto máximo en 2011 y se prevé que caiga un 23 por ciento para 2050.

 

·       Para 2050, China tendrá 55 millones de personas menores de 15 años menos que ahora. Y tendrá casi 170 millones más de personas de 65 años o más.

 

·       Para 2028, en Estados Unidos, Korn Ferry proyecta que habrá un déficit de al menos 6 millones de trabajadores. 

 

·       La ONU predice que el mundo verá un crecimiento de 2,700 millones en los próximos 50 años en comparación con los 4,100 millones del medio siglo anterior. Ese crecimiento será en el mundo menos desarrollado. 

 

·       Entre 2022 y 2050, las proyecciones de las Naciones Unidas indican que casi el 55% del crecimiento de la población mundial se producirá en el África subsahariana. Esos trabajadores necesitan un lugar a donde ir.

 

·       Sin un crecimiento económico masivo, la migración al mundo desarrollado, que se espera que promedie 2.2 millones anuales hasta 2050, sigue siendo la única esperanza real de mejorar las perspectivas. 

 

·       A pesar de que la nación lucha contra la escasez de mano de obra, es probable que las tensiones de EE.UU. con sus vecinos del sur por la inmigración aumenten en los próximos años.

 

·       La depresión de la fertilidad también refleja el surgimiento de lo que podría describirse mejor como posfamiliarismo. 

 

·       Desde 1960, el porcentaje de hogares de una sola persona en los Estados Unidos que viven solos ha aumentado del 13% al 27% (2019). En la Unión Europea (post-Brexit), el 35% de los hogares está formado por una sola persona, mientras que en Finlandia constituyen el 45% de los hogares.

 

·       En China ahora hay 200 millones de adultos solteros, incluidos 58 millones de personas solteras de entre 20 y 40 años. 

 

·       En Japón se espera que los hogares unipersonales alcancen el 40% para 2040. 

 

·       Se avecina un conflicto generacional. Los millennials enfrentan un futuro de mayor inseguridad económica, peores condiciones de vida y menos oportunidades que las experimentadas por los baby boomers. 

 

·       En comparación con sus padres, los jóvenes de hoy tienen más probabilidades de tener un futuro sin bienes ni propiedades sustanciales. 

 

·       Un estudio de Deloitte proyecta que los millennials (nacidos entre 1981 y 1996) en los Estados Unidos tendrán apenas el 16% de la riqueza de la nación en 2030, cuando serán, con mucho, la generación adulta más grande. Para entonces, la generación anterior (Gen X) nacida entre 1965 y 1980 tendrá el 31%, mientras que los boomers, que tendrán entre 80 y 90 años, seguirán controlando el 45%.

 

Es difícil ver cómo una sociedad dominada por personas mayores y solteras, que ignora las aspiraciones de los jóvenes, pueda progresar con el tiempo. La tasa de crecimiento de la población en México ha ido disminuyendo constantemente en la última década. Se estima que la población mexicana creció a una tasa del 1% en 2021, por debajo del casi 2% reportado en 1990. 

 

En lugar de seguir perdiendo el tiempo con la confrontación y la polarización política en México, deberíamos empezar a pensar en los retos que estamos heredando a nuestros hijos y nietos.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/lo-que-el-futuro-nos-depara/

Sunday, August 21, 2022

El futuro puede estar en la CDMX y en Monterrey

 

 

El futuro puede estar en la CDMX y en Monterrey


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

Los resultados del gobierno de la 4T son la mejor evidencia de que deberíamos dejar que los líderes de las ciudades resuelvan mejor los mayores problemas que México enfrenta en el siglo XXI. 

 

¿Son la ciudades mejores que las naciones? ¿Es una ciudad la mejor esperanza de una democracia? Hace algunos años, en el 2013, leí el libro de Benjamin Barber, “If Mayors Ruled the World”. Si los alcaldes de las ciudades gobernaran el mundo, evitaríamos los problemas que generan las naciones disfuncionales. Con los perfiles de una docena de alcaldes de todo el mundo, Barber presenta una nueva visión de la gobernanza para este siglo. El argumento del libro es un caso persuasivo de que la ciudad es la mejor esperanza de la democracia en un mundo globalizado; y los mejores alcaldes ya lo están demostrando.

 

Frente a los desafíos más peligrosos de nuestro tiempo—pobreza, cambio climático, inseguridad, terrorismo, tráfico de drogas, armas y personas—México parece paralizado. Los problemas son demasiado grandes, demasiado interdependientes, demasiado divisivos. Los alcaldes que dirigen dos de las principales ciudades del país (CDMX y Monterrey) podrían hacerlo mejor.

 

¿Cuáles son las cualidades únicas que comparten los alcaldes de esas ciudades? pragmatismo, confianza cívica, participación, indiferencia hacia una mentalidad antigua de fronteras y soberanía, una inclinación democrática por la creación de redes, innovación, creatividad y cooperación. Los alcaldes de las ciudades, individualmente, están respondiendo a los problemas transnacionales de manera más efectiva que un estado-nación sumido en luchas ideológicas internas y rivalidades soberanas. Los alcaldes sí vinculan las ideas con la acción.

 

Benjamin Barber vio claramente el futuro: un mundo urbano, interdependiente y democrático. Cuando en 2017 falleció, a los 77 años, estaba convencido de que se necesitaban grandes ideas para abordar grandes desafíos, que teníamos que rechazar el alarmismo y abrazar la confianza, la conexión y la cooperación. 

 

Hoy vivimos un parteaguas en México. A medida que el gobierno federal se volvió hacia el nacionalismo, los gobiernos locales podrían y deberían servir como faros esenciales del pluralismo: la voz cosmopolita es la voz de las ciudades. Ahí está el antídoto natural contra el fracaso de la 4T. Las ciudades tienen la obligación de lograr soluciones a los problemas nacionales. Los alcaldes de las ciudades son la alternativa. Están preparados para la acción.

 

Se espera que en las principales ciudades de México se garantice la justicia y la igualdad para todos; se protejan los derechos humanos de todas las personas; se asegure que los más pequeños disfruten de las mismas libertades que los grandes y poderosos. Esperamos que los alcaldes forjen un entorno seguro y sostenible para todos; ofrezcan a los niños salud y educación de calidad; fomenten políticas e instituciones democráticas que expresen y protejan nuestra comunidad. Todos esperamos disfrutar vivienda, empleo, transporte, salud y educación; espacios libres en los que nuestras distintas identidades religiosas, étnicas y culturales puedan florecer y donde podamos vivir con dignidad.

 

Los ciudadanos queremos pragmatismo en lugar de política, innovación en lugar de ideología y soluciones en lugar de discursos sobre soberanía.

 

Benjamin Barber escribe que los alcaldes definen las ciudades de una forma que los líderes nacionales no pueden hacer. El exvicepresidente Al Gore dijo recientemente en una conferencia de urbanistas que “el estado-nación se está desintermediando”, en otras palabras, se está convirtiendo en un intermediario irrelevante. 

 

Cuando la política nacional es el problema, un alcalde de una gran ciudad puede ser la solución. Es la alternativa real al poder federal atrofiado. 

 

Barber escribe: “Como fue nuestro origen, la ciudad aparece ahora como nuestro destino. Es donde se desata la creatividad, se solidifica la comunidad y se realiza la ciudadanía. Si vamos a ser rescatados, la ciudad, más que el estado-nación, debe ser el agente del cambio. Las ciudades han evitado el exceso de equipaje del nacionalismo que impide que los países resuelvan los problemas que deberían estar resolviendo”. 

 

Quienes son alcaldes de un gran ciudad hoy son una nueva raza de servidores públicos. Entienden las oportunidades que tienen en este momento. Son valientes. Saben que tienen que reinventarse, sin las regulaciones y restricciones del pasado. Nos presentan una visión audaz para el futuro. Entienden que tienen que construir una coalición de partidarios. Con victorias inmediatas que demuestren el poder de la innovación. Confiados en que la tecnología puede mejorar la vida de los ciudadanos. La inclusión es crucial. Un alcalde exitoso no intenta hacer todo por sí mismo. Encuentra nuevas formas de resolver los problemas de la ciudad. Tiene la visión correcta aunque no tenga todas las respuestas.

 

Los ciudadanos sólo se involucrarán si confían en el gobierno de un alcalde; participan si pueden ver cómo se toman las decisiones. Y la transparencia es clave para esto. Los alcaldes exitosos hacen de sus ciudades un lugar donde la gente asume su responsabilidad y ve que sus impuestos se gastan de manera responsable. 

 

Los mejores alcaldes no tienen miedo de pedir ayuda, aprender de los demás ni de compartir sus éxitos. Utilizan la tecnología y servicios basados en la nube. Se comparan a sí mismos y con otros. Mejoran radicalmente los procesos internos. Promueven el cambio desde adentro. Saben que la colaboración es clave. Fomentan el intercambio de ideas innovadoras. Y han entendido que la nube es el habilitador de todo esto.

 

Más que la obsesión con un legado, estos alcaldes están capacitando a sus ciudades para hacer frente al futuro. Transforman su infraestructura. Nunca subestiman el valor de construir relaciones con otros alcaldes, con su equipo y con la comunidad en general. Saben que la ruina yace en la falta de respeto, el desprecio y los ataques personales. Porque todo eso socava el buen gobierno. 

 

Saben que el fracaso de uno es el fracaso de todos. Por eso son jugadores de equipo. Defienden su posición mientras mantienen la curiosidad y la mente abierta sobre la posición de los demás. Trabajan constructivamente con otros sin dominar el flujo de información o de ideas. Debaten y votan como individuos pero luego respetan y apoyan la decisión de la mayoría. Son capaces de dejar a un lado sus intereses personales por el bien común.

 

Los alcaldes de las grandes ciudades son emocionalmente maduros. Dado que deben tomar decisiones en el mejor interés de la comunidad, a pesar de la oposición, deben poder resistir las críticas. Se mantienen comprometidos, dan la bienvenida a la disidencia y no reaccionan de forma exagerada. Son accesibles. Escuchan atentamente a los demás con el deseo de comprender sus preocupaciones, ideas y perspectivas. 

 

Los mejores alcaldes asumen un compromiso con una comunicación clara, diversa y regular con la comunidad. Son pensadores críticos. Saben que los problemas que están enfrentando hoy provienen de las soluciones que otros adoptaron ayer. Por eso aceptan que tienen que limitar el traslado de un problema al futuro manteniendo una perspectiva a largo plazo y considerando el impacto potencial de sus decisiones.

 

Un buen alcalde siempre está preparado. Nunca subestima la necesidad de prepararse para participar en reuniones y debates investigando y leyendo todos los materiales de referencia. Entiende la información financiera básica y es capaz de evaluar presupuestos y estados financieros. Comprende las consecuencias fiscales y presupuestarias a largo plazo de sus propuestas y decisiones.

 

Creo que todas estas habilidades se han construido en los liderazgos de dos lugares, principalmente: en la Ciudad de México y en Monterrey. Son buenas noticias. Como nunca antes, necesitamos líderes relevantes, auténticos y con visión de futuro que comprendan las complejidades de gobernar en tiempos de incertidumbre y cambio.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-futuro-puede-estar-en-la-cdmx-y-en-monterrey/

Thursday, August 18, 2022

La 4T necesita reenfocar su diplomacia

 

 

La 4T necesita reenfocar su diplomacia


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

En la edición de ayer del periódico The New York Times se publica un largo reportaje, de Oscar López, en donde se afirma que México apuesta su futuro energético al petróleo, y no a las energías renovables. El esfuerzo del presidente AMLO de poner al sector energético bajo control estatal ha puesto obstáculos a las energías renovables y ha relegado los objetivos climáticos de México.

 

La nota del NYT es muy clara cuando dice que, impulsado por el objetivo histórico de López Obrador de retirar el control del sector energético a las empresas privadas a fin de que las estatales dominen el mercado, el gobierno está socavando los esfuerzos de expandir la energía renovable y apostando el futuro del país en los combustibles fósiles.

 

Desafortunadamente, según los analistas, es casi seguro que México no logre cumplir su promesa al mundo de reducir su producción de carbono. El país posiblemente también ha puesto en riesgo miles de millones de dólares de inversiones en renovables y creado otra fuente de tensión con el gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

 

El reportaje del NYT cita una cifra del impacto económico de la polítca energética de AMLO: la inversión extranjera directa en la industria pasó de 5,000 millones de dólares en 2018, a menos de 600 millones el año pasado. Y, dado que empresas estadounidenses ya habían hecho cuantiosas inversiones en el sector energético mexicano en el pasado, los cambios en las políticas cada vez siembran más tensión en la relación con Washington.

 

“Hemos expresado repetidamente serias preocupaciones por una serie de cambios en las políticas energéticas de México”, dijo en un comunicado Katherine Tai, representante de comercio de EE.UU. “Desafortunadamente, las empresas de EE.UU. siguen enfrentando un tratamiento injusto en México”.

 

La política energética de AMLO será la prueba de fuego para la diplomacia mexicana.

 

Esto me recordó un extraordinario análisis, publicado recientemente por los profesores de Harvard, Graham Allison, Alyssa Resar y Karina Barbesino donde se hacen una pregunta fundamental: ¿Qué es la diplomacia? Y nos cuentan que cuando China estableció su Ministerio de Relaciones Exteriores, en 1949, su primer ministro de Relaciones Exteriores, Zhou Enlai, respondió a esa pregunta parafraseando a Clausewitz: “es la continuación de la guerra por otros medios”. Porque, a su juicio, “la lucha armada y la lucha diplomática son similares”. Describió a los diplomáticos como “el Ejército Popular de Liberación vestido de civil”. 

 

Recuerdo mis cursos de la maestría en Harvard en donde nos enseñaban que, en el diseño e implementación de la política exterior, en Washington se utiliza el acrónimo DIME, que se refiere a los instrumentos indispensables: diplomacia, inteligencia, poder militar y poder económico. 

 

Los autores del estudio nos dicen que la definición más útil que han encontrado es la de Chas W. Freeman: “la diplomacia es el método establecido para influir en las decisiones y el comportamiento de gobiernos y pueblos extranjeros a través del diálogo, la negociación y otras medidas distintas de la guerra o la violencia”. Entonces, la diplomacia es un complejo arte que combina relaciones, promoción, incentivos, amenazas, coerción y lenguaje para hacer avanzar la agenda de una nación sin el uso de las armas ni las balas.

 

Los autores nos recuerdan que, conceptualmente, la diplomacia incluye tres capas de mármol que se pueden describir como 1. El arte de gobernar o de conducir los asuntos del estado (statecraft); 2. La arquitectura; y 3. La jardinería. 

 

El arte de gobernar consiste en las decisiones fundamentales que toma una nación sobre su papel en el mundo y el camino que elige para enfrentar los principales desafíos para su supervivencia y bienestar. ¿Cuál es esa decisión de México en los tiempos de la 4T? ¿Cómo va a ser la relación con Estados Unidos? La decisión en el arte de gobernar es fundamental. Si un estado elige objetivos inalcanzables, incluso las mejores arquitectura y jardinería estarán condenadas al fracaso.

 

La arquitectura consiste en el diseño y la construcción de regímenes, normas, instituciones y procesos para lograr los objetivos del estado. Estos cubren un espectro desde la ONU, hasta otros organismos internacionales, regionales y los tratados, como el T-MEC. Estas instituciones dan forma al comportamiento de los estados de manera que protegen los intereses de todos los integrantes de la nación. Pero no debemos olvidar aquí que toda la arquitectura fundamental posterior a la Segunda Guerra Mundial, desde la ONU, el FMI y el Banco Mundial hasta la OMC, la OTAN y la variedad de agencias y organizaciones internacionales, fue construida en gran parte por Estados Unidos. 

 

El tercer nivel de la diplomacia es el trabajo diario que el exsecretario de Estado George Shultz denominó “jardinería”: desyerbar y sembrar, regar y alimentar las relaciones para influir en las decisiones y acciones de los estados que son socios o contrapartes. 

 

La controversia entre Estados Unidos y México por la política energética del presidente AMLO y la violación del T-MEC será sin duda un estudio de caso que nos dejará muchas lecciones. 

 

México siempre había buscado construir una economía fuerte en esta región del mundo. Habíamos intentado convertirnos en un socio económico indispensable en América del Norte. Entendíamos muy bien lo que Lee Kuan Yew, de Singapur, pronosticó: en el siglo XXI, el equilibrio del poder económico se volvería más importante que el equilibrio del poder militar.

 

Sabíamos que, para lograr los objetivos económicos, México debería empeñarse en ser el país más estudioso de las mejores prácticas de las naciones más avanzadas. Tomando el mundo como su laboratorio, teníamos que estudiar, aprender, adaptar y luego aplicar esas lecciones para avanzar en la agenda de México. Y luego ir más lejos, dominar las tecnologías actuales y las de vanguardia que incluyen 5G, IA, robótica, vehículos eléctricos y productos biofarmacéuticos.

 

Eso sí que era generar prosperidad para los mexicanos y defender los intereses fundamentales de la soberanía estatal, prevenir el aislamiento, enfatizar los intereses compartidos de la humanidad y convertirnos en un socio confiable. 

 

Al pueblo de México no le gustan las controversias con Estados Unidos. El conflicto va a erosionar la confianza de los ciudadanos. Un México estable, abierto y próspero, que asuma sus responsabilidades para construir un mundo más pacífico, está clara y profundamente en el interés nacional. Un México participante activo en la defensa responsable de los tratados y del sistema internacional existente es un jugador sobresaliente en el ámbito multilateral. 

 

George Shultz comparó con frecuencia la diplomacia con la jardinería. Decía que una cosecha exitosa requiere comprender el medio ambiente, incluidos el suelo, la lluvia y el sol; selección de cultivos, semillas, fertilizantes y protección contra enfermedades o depredadores; y luego trabajar duro todos los días para permitir que las semillas se conviertan en alimentos o flores. 

 

Los diplomáticos exitosos entienden a las naciones y a las personas con las que están negociando; establecen relaciones, dan forma a las percepciones, brindan incentivos, amenazan con castigos y elaboran argumentos para ganar amigos e influir en las personas. México tiene la red de consulados más grande que cualquier otro país pudiera tener en Estados Unidos. Deberíamos ejercer nuestro poder suave.

 

Según el profesor Joseph Nye, el poder suave se refiere al “uso de la atracción y la persuasión positivas para lograr objetivos de política exterior, principalmente haciendo que otras naciones quieran lo que tú quieres”. ¿Podremos solucionar la controversia comercial con Estados Unidos en la etapa de consultas, sin llegar al panel?

 

Parecería que si la retórica exagerada, en un repliegue nacionalista, alimenta la polarización, el gobierno de México se negaría a sí mismo algunos de sus instrumentos diplomáticos más efectivos. La diplomacia se atrofiaría.

 

No debemos dejar que el instrumento retórico se convierta en una primera opción en lugar de en un último recurso. La consecuencia sería un daño irreparable para las familias de todos los mexicanos. Nos tomaría muchos años reformar la política exterior y aún más recuperar la influencia y la reputación de Méxio.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/la-4t-necesita-reenfocar-su-diplomacia/

Sunday, August 14, 2022

Cada alianza necesita un líder

 

 

Cada alianza necesita un líder


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

El profesor Roger Martin asesora empresas y escribe sobre estrategia, pensamiento de diseño y eficacia de la gestión. Fue decano de la Escuela de Administración Rotman de la Universidad de Toronto. En 2017, Thinkers50 lo nombró el pensador de gestión número uno del mundo. Ha publicado 30 artículos en Harvard Business Review. Desafía los modelos tradicionales de administración y adopta enfoques diferentes. Leí su libro más reciente, “A New Way to Think: Your Guide to Superior Management Effectiveness”, publicado por Harvard Business Review Press. 

 

Roger Martin argumenta que resolver los problemas de los clientes requiere una nueva forma de pensar, un modelo diferente. No sugiere que sus alternativas sean los modelos correctos o perfectos. Simplemente cree que hay mejores y peores respuestas a los problemas, en lugar de respuestas correctas e incorrectas. 

 

Aunque es un libro de negocios, me puso a pensar sobre la política mexicana. Estamos en época de sucesión presidencial adelantada. Hay personajes que aspiran a ser candidatos. Y hay partidos que necesitan integrarse en alianzas para ser competitivos. Independientemente de los candidatos, cada alianza necesita un líder.

 

Martin aborda los retos de las fusiones. Aquí es donde está la gloria o la ruina de muchos líderes empresariales. Las fusiones y adquisiciones de empresas fracasan cuando los adquirentes se centran en lo que pueden obtener de la transacción a expensas de lo que pueden dar a la organización adquirida. Esto suele suceder cuando un adquirente utiliza el trato para ingresar a un mercado atractivo. Pero el adquirente que no comprende los nuevos mercados, no aporta nada a la adquisición y fracasa. 

 

El adquirente ayuda a realizar plenamente el potencial de creación de valor al ofrecer nuevas oportunidades, ofrecer una gestión más inteligente y brindar acceso a capacidades nuevas y complementarias. Ahí es cuando aparece un pensamiento novedoso.

 

Toda proporción guardada, una alianza de partidos políticos es como una fusión de empresas. Entonces, más allá de seguir especulando con los aspirantes a convertirse en candidatos presidenciales, vale la pena pensar ahora en las habilidades que requiere quien vaya a encabezar, administrar, dirigir, liderar una alianza de partidos. 

 

Hay algunas ideas clave, en el libro de Roger Martin, que le podrían ayudar:

 

1.     Si no tienes cuidado, tus modelos pueden llegar a poseerte.

 

Los humanos no somos aleatorios. Implementamos acciones basadas en la forma en que enmarcamos y entendemos nuestro contexto. Modelamos nuestro mundo para elegir nuestras acciones, ya sea que sepamos que estamos usando un modelo o no. Algunos modelos tienden a funcionar. Pero algunos modelos no. Casi todos los políticos tienen un "modelo", un marco o forma de pensar que guía su estrategia y actividades. Estos modelos tienden a volverse automáticos, tanto que cuando uno no funciona, la respuesta típica es volver a aplicarlo, con mayor entusiasmo. Así fracasan. Tienen que romper el hechizo del modelo actual y articular una nueva forma de pensar.

 

2.     Asume que las personas en las organizaciones son normales.

 

Algunos piensan que si quieren atraer, motivar y retener talento de alto nivel, entonces la herramienta más importante es la compensación. Si otra corporación puede pagarle más, lo perderán. Ése es un mal modelo. Muchas personas eligen dedicar tiempo a actividades en las que son apreciadas por ser únicas; sus pensamientos e ideas no son descartados a priori por su jefe; su crecimiento personal es apoyado, no bloqueado; su trabajo se nota y recibe palmaditas en la espalda por la tarea bien hecha. Para las personas normales, esas cosas son más importantes que los pesos y centavos.

 

3.     El análisis de datos es el enemigo del cambio.

 

Durante el último medio siglo, la educación empresarial ha enseñado que la única buena decisión es la que se toma con un análisis riguroso basado en datos. Cualquier otra cosa es impropio de un gerente de negocios. Entonces, a todos nos enseñaron cómo recolectar muestras, procesar los números y probar la significancia estadística. Pero no nos enseñaron que dado que el 100% de los datos del mundo son del pasado, la suposición implícita que hacemos cada vez que tomamos una muestra y hacemos inferencias estadísticas es que el futuro será idéntico al pasado. De lo contrario, la muestra sería poco representativa e inutilizable. Si lo único que hará el análisis de datos es convencernos de que el futuro será idéntico al pasado, entonces, el análisis de datos es el enemigo del cambio. Para crear un futuro que sea distinto del pasado, se debe prestar atención a la advertencia de Aristóteles y reconocer que se deben imaginar posibilidades y elegir aquélla para la cual se pueda presentar el argumento más convincente. La mejor manera de lidiar con la incertidumbre del futuro es moldearlo.

 

4.     Las alianzas son fábricas de decisiones y la cultura es el nombre del juego.

 

Las alianzas no fabrican productos ni servicios; lo que fabrican son decisiones. En una fábrica de decisiones, el trabajo se organiza en torno a proyectos que están relacionados con decisiones que van y vienen. Los líderes efectivos saben que el éxito a largo plazo requiere una cultura organizacional sólida que esté bien alineada con el propósito y la estrategia de la organización. Los líderes suelen abordar el cambio cultural de dos maneras: La mayoría de las veces, intentan cambiar la cultura por decreto. El otro enfoque comúnmente utilizado se basa en cambios estructurales. Desafortunadamente, ninguno de los dos enfoques es lo suficientemente poderoso como para cambiar con éxito una cultura organizacional. “No funcionan porque no cambian las interpretaciones y normas compartidas dentro de una organización”, dice Martin. “La verdad sobre la cultura es que la única forma en que puedes cambiarla es cambiando la forma en que las personas trabajan entre sí”. Para ello, los líderes deben moldear los comportamientos que quieren ver. Es una venta al menudeo, uno a la vez. 

 

5.     Se requiere un líder de integración de la alianza.

 

Una alianza de partidos necesita designar a un líder que tenga las habilidades para administrar integraciones complejas y rápidas, que le ayude a obtener el valor total de la negociación. Es un esfuerzo único. Se requiere un equilibrio de diferentes cualidades, que sea responsable de impulsar la integración desde que se firma el trato hasta el cierre y más allá. Es esencial que el líder de la integración navegue con éxito por situaciones complejas, construya relaciones interfuncionales y cierre las brechas culturales.

 

Las siguientes son las cualidades y habilidades necesarias para un líder de una alianza de partidos:

 

a)     Autoridad para tomar decisiones oportunas y resolución rápida de problemas.

 

La alianza tendrá poco tiempo para operar. No hay espacio para errores. El líder debe tomar decisiones operativas y saber cuándo las opciones estratégicas deben revisarse más ampliamente. Los líderes de integración deben poder inspirar respeto y sentirse cómodos tomando decisiones con información incompleta. Esto les permitirá eliminar los obstáculos y hacer que la alianza siga avanzando. La capacidad de priorizar rápidamente es esencial. Las responsabilidades constantes del líder de la integración incluyen enfocar a todas las organizaciones y alinearlas con el objetivo del acuerdo; resolver los problemas a medida que surgen; reconocer y mitigar los riesgos de manera temprana, reduciendo los cuellos de botella.

 

b)     Capacidad para comunicarse de manera efectiva, con fuertes habilidades interpersonales.

 

El líder debe poseer sólidas habilidades de comunicación ante la diversidad de las organizaciones. Debe comunicar claramente las metas y los objetivos a todas las partes interesadas en todos los niveles de la alianza. Del mismo modo, debe poseer fuertes habilidades interpersonales con inteligencia emocional. La comunicación abierta y frecuente es fundamental. Esto se aplica a la comunicación con los seguidores. Si los seguidores sienten que no se les está brindando información, es mucho más probable que comiencen a buscar otras opciones, lo que puede perjudicar gravemente a la alianza.

 

c)     Comprensión de la alianza y áreas funcionales.

 

Para liderar una alianza, a través de una campaña de transformación como lo será la elección de 2024, se necesita una comprensión profunda de cómo opera su propio partido, cómo los partidos aliados se organizan, hacia dónde se dirige la competencia y las principales tendencias de la opinión pública. El líder de la alianza sabe cómo hacer las cosas, dónde buscar respuestas y a quién contactar. Debe ser capaz de construir una ruta crítica. Los grandes líderes deben comprender las prioridades, las necesidades operativas y las responsabilidades de los diferentes flujos de trabajo; y ser capaces de anticipar, planificar y resolver las disputas. Comprender el panorama general, prestando atención a los detalles (vistas de microscopio y telescopio), es fundamental. Para probar la calidad de los planes de la alianza y revisar el progreso del flujo de trabajo, el líder debe poder seleccionar los detalles o riesgos más pequeños que podrían tener un impacto importante en la integración. 

 

d)     Habilidad para pensar estratégicamente y perspicacia financiera.

 

Es fundamental que el líder de la integración tenga en cuenta los objetivos estratégicos de la alianza. Desarrollar una estrategia y establecer los principios rectores de la alianza son algunas de las primeras responsabilidades en las que debe concentrarse. A lo largo de la campaña, los objetivos pueden cambiar o se pueden identificar nuevos objetivos, por lo que el líder de la alianza debe revisar constantemente los planes y confirmar que aún respaldan el modelo, los supuestos y los objetivos de la alianza. El líder de integración también debe asegurarse de que el plan y el equipo puedan cambiar rápidamente cuando sea necesario. Una buena experiencia en finanzas puede ser extremadamente útil para un líder de la alianza. Deberá comprender el desempeño financiero histórico y pronosticado de los partidos y cómo se desempeñarán como una entidad combinada. Además, el líder de la alianza será responsable de construir y administrar el presupuesto e identificar, rastrear y capturar sinergias.

 

e)     Conocimiento organizacional, habilidades motivacionales y capacidad para influir en los equipos.

 

Un líder debe establecer el tono de la alianza, medir el sentimiento de los integrantes con regularidad y tomar medidas para cambiar, según sea necesario. Se requiere trabajar en torno a un conjunto compartido de principios rectores. Pueden inspirar a equipos que tal vez nunca hayan colaborado para trabajar hacia un objetivo compartido; ayudar al trabajo de equipo, equilibrar las prioridades contrapuestas y manejar las diferencias que puedan surgir. La alianza trabajará en un entorno de alta presión con altas expectativas por parte de los ciudadanos. El líder de la alianza debe saber a quién contactar y qué procesos seguir. Enfrentará muchos obstáculos inesperados. Es imperativo que el líder motive a todos para confirmar que se logren todos los objetivos.

 

f)      Metas definidas y transparencia.

 

Es importante tener objetivos muy bien definidos sobre lo que espera lograr con esta alianza. Identificar estos objetivos lo antes posible e incluir formas de medirlos ayudará a que este proceso comience con el pie derecho. A lo largo del proceso la transparencia es absolutamente crítica. Es probable que todas las partes que estén directamente involucradas en esta alianza deban firmar acuerdos de confidencialidad para limitar el riesgo de que alguien oculte información. 

 

g)     Equipo calificado

 

Tener un equipo de transición calificado es una excelente manera de evitar problemas y mantener las cosas funcionando sin problemas durante la campaña y después de la elección. El equipo de transición ayudará a las personas de todos los partidos a aprender a trabajar juntas de manera efectiva y garantizará que el enfoque siempre permanezca en el ciudadano. Las alianzas son asuntos complicados y tienen muchas regulaciones legales. Con eso en mente, es necesario contar con un equipo de abogados con experiencia. 

 

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Como si fuera un partido renovado, la alianza requiere una vision estratégica ante la elección de 2024. El primer objetivo es ganar. Después habría que pensar en la coalición para gobernar. En una democracia, los partidos políticos compiten por el apoyo de los ciudadanos y para ello proponen políticas públicas y defienden valores. Cuando llegan al poder, intentan implementar la visión que prometieron. Los que se quedan en la oposición, critican, presentan alternativas y obligan al gobierno a rendir cuentas. Es la competencia de ideas la que alienta a cada partido a refinar sus propuestas y lograr acuerdos. Con debate, diálogo, compromisos, se construyen consensos sobre temas fundamentales. El pluralismo político y la competencia son esenciales para que funcione nuestra democracia.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/cada-alianza-necesita-un-lider/