Saturday, August 26, 2023

La estrategia es la clave del éxito electoral

 

 

La estrategia es la clave del éxito electoral


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

En el teatro de la política, la estrategia es la hoja de ruta, la fuerza que guía y da forma al viaje de un candidato. Desde una declaración de intenciones hasta el logro del éxito electoral, la estrategia se ve en la formulación de planes y en la agilidad para ajustarlos, a medida que surgen nuevos desafíos y oportunidades. 

 

En el complejo escenario de las campañas políticas, una estrategia bien pensada y ejecutada suele ser el factor diferenciador entre la victoria y la derrota. Como dice el refrán, "nadie planifica fracasar, pero fracasa por no planificar". 

 

Una campaña política es un esfuerzo complejo que requiere, al menos, tres cosas: a) planificación cuidadosa; b) pensamiento estratégico; y c) ejecución eficaz. Al igual que en cualquier campo competitivo, la estrategia juega un papel fundamental en la configuración de la dirección, los mensajes y los resultados de una campaña política. 

 

Es a través de una estrategia bien definida y bien ejecutada que los candidatos y sus equipos pueden superar los desafíos, conectarse con los votantes y, en última instancia, asegurar el triunfo.

 

La estrategia en una campaña política involucra la selección y asignación de recursos; el establecimiento de metas y objetivos; y la formulación de un plan coherente para alcanzar estas metas. Incluye no sólo una visión general, sino también las tácticas detalladas que se emplearán, los datos demográficos y los mensajes que se transmitirán.

 

Los elementos principales de una estrategia de campaña incluyen, al menos, lo siguiente: 

 

1. Visión y mensaje claros:

 

Una campaña ganadora comienza con una visión clara y convincente para el futuro. El mensaje del candidato debe resonar con las preocupaciones y aspiraciones del electorado. El mensaje debe ser conciso, fácil de entender y emocionalmente atractivo.

 

2. Análisis de datos:

 

Es fundamental comprender la demografía, las preferencias y las preocupaciones de los diferentes segmentos de votantes. Una campaña exitosa utiliza el análisis de datos para identificar votantes indecisos, partidarios confiables e individuos persuadibles. Esto ayuda a adaptar los mensajes y los esfuerzos de divulgación a grupos específicos.

 

3. Comunicación efectiva:

 

La comunicación está en el centro de la estrategia política. Una campaña debe utilizar una combinación de medios tradicionales, redes sociales, discursos, debates y participación directa para llegar a los votantes. La capacidad de transmitir un mensaje coherente en diversas plataformas es esencial.

 

4. Tierra y movilización de base:

 

Un juego terrestre eficaz implica movilizar voluntarios para participar en actividades como tocar puertas, solicitar donativos, contribuciones y organizar eventos locales. Los esfuerzos de base ayudan a construir una conexión personal con los votantes y demostrar el compromiso del candidato con sus preocupaciones.

 

5. Construcción de coaliciones adicionales:

 

El éxito político a menudo requiere la creación de coaliciones con diversos grupos de interés, organizaciones y personas influyentes. Estas alianzas pueden proporcionar recursos adicionales, respaldos y un alcance más amplio.

 

6. Adaptabilidad y flexibilidad:

 

Las campañas deben estar preparadas para hacer ajustes en función de las circunstancias cambiantes. Esto podría implicar responder a eventos inesperados, aprovechar los errores del oponente o cambiar de táctica para abordar problemas emergentes.

 

7. Visibilidad y reconocimiento de nombre:

 

El reconocimiento del nombre de un candidato juega un papel importante en las elecciones. Una estrategia bien pensada tiene como objetivo aumentar la visibilidad del candidato a través de la publicidad, cobertura mediática, y apariciones públicas.

 

8. Atractivo emocional:

 

Las campañas que pueden evocar emociones como esperanza, empatía e inspiración a menudo conectan más profundamente con los votantes. El llamado emocional puede ayudar a crear una conexión personal y fomentar la lealtad.

 

9. Recaudación de fondos y gestión de recursos:

 

Una financiación adecuada es esencial para ejecutar una campaña exitosa. La estrategia política incluye desarrollar un plan de recaudación de fondos y gestionar los recursos de manera eficiente y transparente para asignarlos donde tendrán el mayor impacto.

 

10. Análisis y anticipación de la oposición:

 

Comprender las fortalezas y debilidades de los opositores es crucial. Las estrategias efectivas implican anticipar los movimientos del oponente y preparar contraestrategias.

 

11. Disciplina de mensaje:

 

La coherencia en los mensajes es clave. Cumplir con el mensaje central de la campaña garantiza que los votantes comprendan las prioridades y posiciones del candidato.

 

12. Estrategia de participación:

 

Ganar una elección depende de lograr que los partidarios voten. Una estrategia de participación implica motivar a los partidarios a presentarse en las urnas el día de las elecciones.

 

13. Respaldos adicionales:

 

El apoyo de personas, organizaciones y líderes comunitarios influyentes puede dar credibilidad al mensaje de la campaña y ampliar su alcance.

 

Los 13 puntos son importantes, pero no son exhaustivos ni suficientes. Hay que aprender también a pensar fuera de la caja. Roger L. Martin, quien fuera decano de la Escuela de Administración Rotman de la Universidad de Toronto de 1998 a 2013, y autor de varios libros de estrategia de negocios, define las 4 características clave del pensamiento estratégico. Aunque Martin escribe pensando en las empresas, yo voy a intentar parafrasearlas y adaptarlas al mundo de la política y las campañas:

 

A.    Busca influir en lo que no está bajo tu control.

 

La tarea fundamental de la estrategia es influir: a) en la variable que el estratega no controla; y b) en la dirección que el estratega desea. El político y su partido pueden controlar muchas variables. Pero no controlan al ciudadano. El ciudadano hace lo que quiere, cuando quiere, como quiere. Si los candidatos tuvieran un gran pensamiento estratégico tomarían decisiones que lograrían que el ciudadano haga lo que el estratega espera y desea.

 

B.    Consume información omnívoramente.

 

El pensamiento estratégico requiere construir familiaridad con un tipo de información diferente a la que normalmente se usa en las decisiones políticas. El objetivo es influir en el comportamiento de los ciudadanos en el futuro. Eso significa que no hay datos, porque todos los datos provienen del pasado. No hay datos sobre el futuro. Por lo tanto, un pensador estratégico debe sentirse cómodo con algo más que datos cuantitativos estadísticamente significativos. Si no se puede depender de datos cuantitativos estadísticamente significativos, se tienen que tomar decisiones basadas en otra cosa. El pensamiento estratégico es omnívoro cuando se trata de información, ya sea cualitativa, cuantitativa, metafórica o analógica. 

 

C.    Aprovecha el razonamiento abductivo.

 

El pensamiento estratégico debe emplear una forma de lógica que no se enseña en la escuela. A los estudiantes se les enseñan dos formas de lógica: deductiva e inductiva. Pero ninguna de las dos generan nuevas ideas. Los políticos en campaña deben aprender a usar la lógica abductiva, que es la inferencia a la mejor explicación, es decir, cuál es la conclusión más probable a la que podemos llegar en función de los datos disponibles.

 

D.    Considera múltiples variables simultáneamente.

 

El pensamiento estratégico debe considerar muchas variables simultáneamente, y no secuencialmente. Pensar en los ciudadanos secuencialmente no es estratégico. Provocará la optimización local de soluciones limitadas: una solución de propaganda, una solución de discurso, una solución de movilización. No hay decisiones de propaganda, ni decisiones de discursos, ni decisiones de organización. Solo hay decisiones electorales. El pensamiento secuencial sobre variables limitadas no podrá convencer a los ciudadanos a votar. 

 

El pensamiento estratégico no es para aficionados ni tolera las ocurrencias. Se fortalece con la práctica, y exige mujeres y hombres con experiencia. Son quienes pueden trabajar con un enfoque más creativo y holístico. Sintetizan ideas y soluciones aparentemente opuestos para crear estrategias innovadoras. Comprenden la experiencia del ciudadano. Exploran la tensión entre perspectivas opuestas, en lugar de conformarse con una u otra. Al considerar múltiples puntos de vista, desarrollan soluciones que integran los mejores aspectos de cada uno. 

 

Si bien la popularidad y el apoyo público son factores importantes para ganar elecciones, una estrategia bien diseñada y ejecutada eficazmente suele ser el factor determinante, clave del éxito electoral. La popularidad por sí sola no garantiza la victoria; un candidato necesita una estrategia integral para traducir su popularidad en resultados tangibles en las urnas.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/la-estrategia-es-la-clave-del-exito-electoral/

Saturday, August 19, 2023

Debemos pensar en la buena gobernanza

 

 

Debemos pensar en la buena gobernanza


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

Hace unos días leí un artículo muy interesante en el sitio de internet theconversation.com (7 de agosto de 2023). Bruce Schneier, profesor de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard escribió un ensayo con temas y preguntas para reimaginar la democracia del siglo XXI.

 

Capturó mi atención desde el primer párrafo: “Imagina que todos, todos nosotros, toda la sociedad, aterrizamos en algún planeta alienígena y tenemos que formar un gobierno: borrón y cuenta nueva. No tenemos ningún sistema heredado de EE.UU. ni de ningún otro país. No tenemos ningún interés especial o único que perturbe nuestro pensamiento. ¿Cómo nos gobernaríamos a nosotros mismos?”

 

Schneier argumenta, con razón, que sería poco probable que usemos los sistemas que tenemos hoy: “La democracia representativa moderna era la mejor forma de gobierno que la tecnología de mediados del siglo XVIII podía concebir. El siglo XXI es un lugar diferente científica, técnica y socialmente”.

 

Muchos de los temas del artículo podrían sacudir nuestras ideas preconcebidas sobre la democracia:

 

·       Las democracias de mediados del siglo XVIII se diseñaron bajo el supuesto de que tanto los viajes como las comunicaciones eran difíciles. ¿Tiene sentido hoy elegir a uno de nosotros para ir a una gran sala lejana y redactar leyes en nuestro nombre?

 

·       Los distritos están organizados en torno a la geografía, porque esa es la única manera que tenía sentido hace más de 200 años. ¿Podemos organizar hoy la representación por edades: un representante para los de 31 años, otro para los de 32, etc? 

 

·       Elegimos personas por períodos que van de tres a seis años. ¿10 años es mejor? ¿10 días? Schneier dice que la idea misma de un gobierno representativo es un truco para sortear las limitaciones tecnológicas del pasado. Votar a escala es más fácil ahora que hace 200 años. 

 

¿Qué hizo el profesor de Harvard para iniciar la reflexión? En diciembre de 2022, organizó un taller para discutir ideas. Reunió a 50 personas de todo el mundo: politólogos, economistas, profesores de derecho, expertos en inteligencia artificial, activistas, funcionarios gubernamentales, historiadores, escritores de ciencia ficción. 

 

Hablaron sobre desinformación, propaganda y la incapacidad de participar en discusiones políticas racionales cuando las personas no pueden ponerse de acuerdo sobre los hechos. Se hicieron preguntas difíciles: ¿Tenemos un sistema político cuyos objetivos principales son económicos o sociales? ¿Está el capitalismo entrelazado con la democracia? ¿Qué pasará con la economía de mercado en la era de la información? ¿Cuáles son los efectos de la tecnología, especialmente la inteligencia artificial (IA)? ¿Podrá la IA diseñar mejores políticas públicas? ¿Podríamos tener un dispositivo de IA que votara en nuestro nombre, miles de veces al día, en función de las preferencias que infiere de nuestras acciones? 

 

Otro tema es el tamaño del gobierno. Vivimos en un mundo en el que los viajes y las comunicaciones son más fáciles. Los problemas que tenemos hoy son principalmente locales. ¿Cómo debe ser la relación entre lo local y lo global? ¿Se pueden seleccionar los funcionarios por sorteo, al azar, para deliberar sobre un tema en particular? ¿Podríamos adoptar la democracia líquida y acabar con las elecciones por completo? ¿Quién puede participar? ¿Deberían los niños, las generaciones futuras, tener una “voz”? ¿Cuáles son los límites de la democracia? ¿Cuáles son nuestros derechos como individuos? ¿Cuáles son los derechos de la sociedad que reemplazan a los de los individuos?

 

Tenemos mucho que reflexionar. Pero también tenemos que situarnos en nuestra realidad, en el ambiente político-electoral que vivimos hoy en México. Lo que nos debería importar, como ciudadanos, es reducir el riesgo de fracaso del siguiente gobierno. Por eso debemos pensar en un concepto antiguo, pero útil: la gobernanza.

 

La gobernanza se refiere al conjunto de mecanismos, procesos y relaciones que determinan cómo se toman las decisiones, cómo se ejerce la autoridad y cómo se gestionan los recursos en una sociedad o una organización. Las características esenciales de la gobernanza son la transparencia, la rendición de cuentas, la participación y la eficacia. 

 

Si bien la gobernanza comparte elementos con el gobierno y las políticas públicas, existen diferencias fundamentales entre estos conceptos: 

 

·       El gobierno se refiere a las estructuras y procesos formales a través de los cuales se ejerce la autoridad y se toman decisiones en una sociedad. Implica la creación y aplicación de leyes, así como la administración de recursos públicos. En contraste, la gobernanza va más allá de las instituciones gubernamentales e incluye la colaboración de diversos actores en la toma de decisiones y la gestión de asuntos públicos.

 

·       Las políticas públicas se relacionan directamente con la toma de decisiones en la esfera pública. Se refieren a las acciones y medidas adoptadas por el gobierno o las autoridades para solucionar problemas o aprovechar oportunidades en la sociedad. La gobernanza afecta la formulación y aplicación de políticas públicas al influir en la interacción de múltiples actores y en la creación de un entorno propicio para la implementación exitosa de esas políticas.

 

Cuando pensamos en la buena gobernanza, debemos considerar los siguientes elementos:

 

1.     Estado de derecho: el marco de gobernanza debe basarse en leyes claras y justas que se apliquen por igual a todos los miembros de la sociedad, incluidos aquellos en posiciones de poder.

 

2.     Transparencia: la información sobre las acciones, decisiones y políticas del gobierno debe estar fácilmente disponible y accesible para el público. Esto ayuda a prevenir la corrupción y garantiza la rendición de cuentas.

 

3.     Responsabilidad: aquéllos en posiciones de autoridad y poder deben ser responsables de sus acciones y decisiones. Deben establecerse mecanismos para responsabilizarlos si no cumplen con sus deberes o se comportan de manera indebida.

 

4.     Participación: los ciudadanos deben tener la oportunidad de participar en el proceso de toma de decisiones, ya sea directamente o a través de representantes electos. Esto promueve la inclusión y asegura que las políticas reflejen las necesidades y preocupaciones de la población.

 

5.     Capacidad de respuesta: las instituciones y funcionarios gubernamentales deben responder a las necesidades y prioridades del público. Las políticas y los servicios deben diseñarse para abordar estas necesidades de manera efectiva.

 

6.     Inclusión: la gobernanza debe garantizar que todos los segmentos de la sociedad tengan las mismas oportunidades para participar en los procesos de toma de decisiones y beneficiarse de los servicios públicos.

 

7.     Orientación al consenso: las decisiones deben tomarse a través de un proceso consultivo que involucre a diferentes partes interesadas, con el objetivo de encontrar un terreno común y generar consenso.

 

8.     Eficacia y eficiencia: las instituciones y los procesos deben estructurarse y operarse de manera que les permita lograr los resultados deseados con el menor desperdicio de recursos.

 

9.     Visión estratégica: una perspectiva a largo plazo y objetivos claros deben guiar la toma de decisiones, asegurando que las acciones se alineen con una visión más amplia para el futuro.

 

10.  Equidad y justicia: la gobernanza debe defender los principios de equidad y justicia, tratando a todas las personas y grupos con dignidad y respeto.

 

11.  Comportamiento ético: quienes están en el poder deben adherirse a altos estándares éticos, evitando conflictos de intereses, corrupción y abuso de autoridad.

 

12.  Sostenibilidad: Las políticas y decisiones deben considerar el impacto a largo plazo en los aspectos sociales, económicos y ambientales, apuntando al desarrollo sostenible.

 

13.  Poder judicial independiente: Un poder judicial fuerte e independiente es esencial para defender el estado de derecho y garantizar que los procesos legales sean justos y equitativos.

 

14.  Comunicación efectiva: la comunicación clara entre el gobierno y el público fomenta la comprensión, la confianza y la toma de decisiones informada.

 

15.  Creación de capacidad: las instituciones gubernamentales deben tener la capacidad, las habilidades y los recursos necesarios para llevar a cabo sus responsabilidades de manera efectiva.

 

16.  Descentralización: empoderar a los gobiernos locales y las comunidades para que tomen decisiones relevantes en sus áreas fomenta una mejor representación y capacidad de respuesta.

 

Estos elementos contribuyen a crear un entorno que conduce al crecimiento económico, el desarrollo social y el bienestar de los ciudadanos. Pero tenemos que pensar, definir y redefinir lo que es el "buen gobierno" y desarrollar indicadores para medir el desempeño. Es necesaria una nueva "tecnología de gobierno" para guiar la acción y crear una mejora real. 

 

Urge fortalecer la capacidad de los formuladores de políticas para resolver problemas complejos. Nuestro pensamiento sobre la democracia requiere un replanteamiento. La buena gobernanza no sustituye al gobierno ni a las políticas públicas; pero sí les ayuda. 

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/debemos-pensar-en-la-buena-gobernanza/

Saturday, August 12, 2023

El efecto Dunning-Kruger en política y gobierno

 

 

El efecto Dunning-Kruger en política y gobierno


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

El “momento político mexicano” que estamos viviendo me recordó el síndrome Dunning-Kruger. Es un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas con habilidades cognitivas limitadas a sobreestimar sus propias capacidades y subestimar el conocimiento y la competencia de otros. En otras palabras, los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades y son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.

 

Este efecto, propuesto por David Dunning y Justin Kruger, psicólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, y publicado en 1999 en “The Journal of Personality and Social Psychology”, ha sido objeto de análisis en diversos campos. En particular, su presencia en el ámbito de la política y el gobierno tiene implicaciones significativas en la toma de decisiones, la gobernanza y la democracia misma:

 

1.     Puede influir en la elección de líderes y representantes. Aquéllos que poseen un conocimiento superficial pueden presentarse con confianza y retórica excesivas, atrayendo a votantes que se ven reflejados en esa seguridad aparente. Esto puede llevar a la elección de líderes carentes de experiencia y capacidad real, lo que potencialmente debilita la efectividad del gobierno.

 

2.     Puede afectar la calidad de las políticas públicas. Los políticos con una comprensión limitada de problemas complejos pueden desarrollar soluciones simplistas o inadecuadas. Su falta de reconocimiento de su propia ignorancia puede obstaculizar la búsqueda de asesoramiento experto y conducir a decisiones mal fundamentadas. Esto puede llevar a un ciclo de políticas ineficaces o incluso perjudiciales.

 

3.     Puede minar la deliberación democrática. Políticos que sufren de esta ilusión de competencia pueden ser menos propensos a escuchar a expertos y opositores, lo que limita la consideración de diversas perspectivas. Esto socava la capacidad del gobierno para tomar decisiones informadas y consensuadas que reflejen el bienestar de toda la sociedad.

 

Mientras los políticos, los medios y los analistas están muy entretenidos hoy observando y criticando a quienes aspiran ganar las candidaturas a la presidencia de la república, los ciudadanos deberíamos empezar a revisar lo que podría ser la oferta política de los candidatos locales en torno al futuro de nuestros estados y municipios.

 

¿Qué quiere la gente? Que su dinero le alcance y una buena calidad de vida. Eso significa muchísimo para las familias. ¿Cuál es el reto de las ciudades? Reinventarse y cortejar a trabajadores remotos de todo el país. Diversificar sus economías y perspectivas laborales. Encontrar un nuevo equilibrio entre centros urbanos y suburbios. 

 

Las ciudades tienen una oportunidad para ser más audaces a fin de destacar y diferenciarse a través de políticas públicas innovadoras. Para competir entre sí y prosperar, las ciudades deben convertirse en lugares más atractivos para vivir. Parte del éxito radica en poner en marcha nuevas medidas para el transporte público y la conectividad.

 

Algunas ciudades que viven una situación de pleno empleo, en donde la rotación de personal es un problema grave, se pierden en su regocijo y entusiasmo porque creen que atraer nuevas inversiones es la única tarea que tienen que cumplir. Detrás de esta ceguera de taller, ocultan otros problemas como la calidad de las escuelas, la confiabilidad del tránsito, la seguridad pública y la asequibilidad de la vivienda. 

 

Las ciudades exitosas son las que mantienen lo bueno y desarrollan nuevas acciones que podrían mejorar aún más la vida de los ciudadanos. Eso es lo que hace que las personas permanezcan y que otros vengan. Las áreas críticas son la construcción de viviendas, la infraestructura y la gestión de los servicios públicos. El estado de derecho, la aplicación de la ley y el orden son primordiales, ya que ninguna empresa o persona quiere vivir en un área de alta criminalidad.

 

Nuestras ciudades son increiblemente resistentes. No se mueren, a pesar de sus gobernantes. Construir y mantener ciudades del futuro exitosas en países en desarrollo es un desafío complejo que requiere la implementación de diversas políticas públicas integradas y estratégicas:

 

1.     Planificación urbana sostenible: Desarrollar planes de desarrollo urbano a largo plazo que fomenten un uso eficiente del suelo, zonificación adecuada, transporte público integrado, áreas verdes accesibles y espacios para la recreación.

 

2.     Inversión en infraestructura: Garantizar la construcción y mantenimiento de infraestructuras críticas como carreteras, redes de transporte público, energía, agua potable, alcantarillado y telecomunicaciones.

 

3.     Vivienda asequible: Implementar políticas para promover la vivienda asequible y de calidad para todos los estratos sociales, incluyendo subsidios, regulaciones de alquiler, y programas de vivienda social.

 

4.     Energía y medio ambiente: Adoptar fuentes de energía renovable, promover la eficiencia energética, gestionar adecuadamente los residuos y reducir la contaminación del aire y del agua.

 

5.     Tecnología e innovación: Fomentar la adopción de tecnologías inteligentes para la gestión urbana, como sensores, internet de las cosas (IoT) y análisis de datos para mejorar la movilidad, la seguridad y la calidad de vida.

 

6.     Educación y empleo: Invertir en educación de calidad y desarrollo de habilidades para garantizar una fuerza laboral preparada para las demandas de la economía moderna.

 

7.     Inclusión social: Promover la equidad y la inclusión social, garantizando el acceso a servicios básicos, atención médica, educación y empleo para todos los residentes.

 

8.     Participación ciudadana y gobernanza: Fomentar la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones a través de procesos de gobernanza transparentes y representativos.

 

9.     Resiliencia ante desastres: Desarrollar planes de gestión de riesgos y resiliencia urbana para hacer frente a desastres naturales y eventos extremos.

 

10.  Movilidad sostenible: Priorizar modos de transporte sostenibles como bicicletas, peatones y transporte público eficiente, y reducir la dependencia del automóvil privado.

 

11.  Desarrollo económico diversificado: Fomentar la diversificación económica y la creación de empleo en diversos sectores para reducir la dependencia de una única industria.

 

12.  Desarrollo rural equilibrado: Implementar estrategias para equilibrar el desarrollo urbano y rural, evitando la concentración excesiva de población en las ciudades.

 

Es importante reconocer que no existe una solución única, y las políticas deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada estado y ciudad. Además, la colaboración entre diferentes niveles de gobierno, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades locales es esencial para lograr el éxito en la construcción y mantenimiento de las ciudades del futuro en nuestro país.

 

La pandemia sacudió a todas las ciudades de México. A unas para bien y a otras para mal. El auge del trabajo remoto debería llevar a los líderes de las ciudades a volver a lo básico: la preocupación fundamental es la calidad de vida. Para eso sirven los gobiernos estatales y municipales.

 

En estos tiempos de polarización política, charlatanería ideológica y agresiones verbales en las campañas, el efecto Dunning-Kruger también puede influir en los ciudadanos. Aquéllos con conocimientos limitados pueden ser susceptibles a la retórica simplista y emocional, lo que puede distorsionar sus opiniones y preferencias políticas. Además, la sobreconfianza en sus propias creencias puede dificultar el diálogo y el compromiso constructivo entre personas con opiniones diferentes.

 

Viviremos meses muy complejos en México. El efecto Dunning-Kruger es un fenómeno psicológico que puede tener consecuencias significativas en la política y el gobierno. Su presencia puede llevar a la elección de líderes inadecuados, políticas públicas deficientes y una deliberación democrática debilitada. Además, puede influir en la percepción de los ciudadanos y la calidad del debate público. Reconocer y abordar este efecto es esencial para promover una gobernanza efectiva y una sociedad informada en la era moderna.

 

En última instancia, tanto los líderes políticos como los ciudadanos debemos estar conscientes de la posibilidad de caer en la trampa del efecto Dunning-Kruger. Es muy peligrosa esa relación entre estupidez y vanidad. Charles Darwin lo dijo magistralmente en la introducción de su libro “El origen del hombre” de 1871: “La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento”. La humildad intelectual, la búsqueda constante de conocimiento, la apertura a la crítica y la diversidad de opiniones son fundamentales para mitigar los efectos negativos de la ilusión cognitiva y construir un sistema político más robusto y eficaz.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-efecto-dunning-kruger-en-politica-y-gobierno/