Saturday, October 30, 2021

Una reforma que lastima a México

 

 

Una reforma que lastima a México


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

En mi columna de antier (“Un dinosaurio en el Congreso y otro dinosaurio en la ONU” https://www.sdpnoticias.com/opinion/un-dinosaurio-en-el-congreso-y-otro-dinosaurio-en-la-onu/ , compartí con ustedes los datos y la realidad del impacto negativo que la contrarreforma eléctrica de Bartlett tendrá sobre el ingreso de las familias, la economía mexicana, el medio ambiente y la salud de nuestros hijos. 

 

Hoy comparto con ustedes las respuestas a las preguntas más frecuentes que he escuchado recientemente sobre la contrarreforma eléctrica de la 4T.

 

¿Qué busca la propuesta de Bartlett?

 

Tal y como el presidente de México y el director de la CFE la explican, la reforma busca garantizar que la CFE, como organismo de Estado, controle la industria eléctrica. Ni más ni menos. El control del sector eléctrico se concentraría, sin contrapesos, en la dirección de la CFE. En la práctica, eso significa:

 

1.     Eliminar el mercado. 

 

Se destruyen los tres pilares que requiere un mercado para operar: 

 

a)     Un regulador autónomo (la CRE se integraría a la Secretaría de Energía).

b)     Un operador independiente del sistema eléctrico nacional (el CENACE se incorporaría a la CFE).

c)     Un despacho eficiente de la electricidad (se privilegian las plantas de CFE sobre las plantas limpias y de bajo costo).

 

2.     Crear un monopolio, en la práctica. 

 

a)     La generación, suministro y comercialización eléctrica (que hoy tienen la garantía de competencia y libre concurrencia) quedarían reservados al Estado y controlados por la CFE. 

b)     Los generadores sólo podrán venderle a la CFE.

c)     Los consumidores sólo podrán comprarle a la CFE, a las tarifas que ésta disponga. 

 

3.     Cancelar todos los permisos y contratos vigentes, de manera inmediata, sin causa justificada. 

 

a)     Esto tendría efectos confiscatorios sobre 44 mil millones de dólares de inversión privada, tanto nacional como extranjera. 

b)     Prohibiría que las plantas privadas produzcan energía al momento de su publicación, pues carecerían de permiso para hacerlo.

c)     La reforma es retroactiva y confiscatoria en la práctica: cancelaría todos los permisos y contratos vigentes, sin causa justificada, sólo podría vendérsele a CFE bajo condiciones que ésta decida y cambiaría radicalmente todas las reglas con las que se estructuraron financieramente los activos en operación.

 

4.     Asegurar el control de la economía mexicana en manos de la CFE de Bartlett.

 

a)     La reforma le daría a la CFE poder sobre todo el sector, al hacerla juez y parte en los distintos mercados. 

b)     La CFE adquiría facultades constitucionales para decidir discrecionalmente sobre:

 

·       Quién puede generar electricidad y quién no, incluyendo hogares y empresas.

·       En qué orden se puede inyectar la energía a la red – privilegiando sus propias plantas por encima de las limpias y de bajo costo.

·       Qué tarifas deben pagar las familias y las empresas.

·       Qué tecnologías – generación con gas, diesel, combustóleo, o limpias - se permiten para la instalación de nuevas unidades de generación.

 

c)     La retroactividad de la reforma es equivalente a una expropiación al cambiar arbitrariamente las condiciones sobre las que se pactaron las inversiones. Todos los proyectos financiados con capital privado caerían inmediatamente en bancarrota.

 

5.     Mantener a México como un país sin opciones.

 

a)     En el modelo estatista que propone Manuel Bartlett se acabaron las opciones: sólo se puede generar energía para vendérsela a la CFE y sólo se puede comprar energía de la CFE.

b)     La reforma haría dos cosas que vuelven inviable la participación del sector privado: cancela unilateralmente todos los contratos y permisos vigentes, y elimina las condiciones que permitían la competencia de las empresas para generar energía más limpia y a menor costo. Sólo podrán vendérsela a la CFE bajo las condiciones que la CFE decida.

c)     El 46% del mercado que plantean AMLO y Bartlett, supuestamente para la inversión privada, es una simulación de competencia para beneficiar a la CFE. La CFE es quien puede decidir ese porcentaje desde el 0% hasta el 46%, según considere. Al concentrar, sin contrapesos, todo el control del sector eléctrico en la dirección de CFE, se le permite tomar decisiones arbitrarias sobre quién genera electricidad, y el precio al que se vende y compra.

 

Todos hemos escuchado muchas mentiras de quienes defienden la contrarreforma eléctrica de Bartlett en los discursos y en los anuncios del gobierno de la 4T. El presidente y el director de la CFE hablan de ladrones, contratos leoninos, fraude a la ley. Ahora quisiera precisar la realidad de las cosas.

 

¿Es cierto que grandes empresas pagan menos que los hogares?

 

No nos engañemos. La electricidad de los hogares está subsidiada por nuestros impuestos. Sólo el 1.2 por ciento de los hogares mexicanos, los más ricos, tienen una tarifa de 5.2 pesos por kilowatt-hora. El resto paga una tarifa, en promedio, de 87 centavos por kilowatt-hora.

 

Sin subsidios, la industria puede conseguir un costo de 1.8 pesos por kilowatt hora – a través del mercado y la compra a otros generadores privados-, el doble de lo que paga el 98% de los hogares mexicanos.

 

¿Es cierto que los “autoabastos” son un fraude a la Ley?

 

El autoabasto se estableció en 1993 y no es parte de la reforma de 2013. Precisamente con la reforma de 2013 las plantas de autoabasto deberían poder ahora vender en el mercado abierto de electricidad, y ya no sólo a sus socios. CFE sería la principal beneficiaria por el pago de las tarifas de transmisión.

 

El objetivo del autoabasto era dar alternativas limpias y de bajo costo a empresas que hasta entonces sólo le podían comprar a CFE. Las empresas podían generar la electricidad que consumían a precios más bajos y con algunos incentivos si decidían invertir en energías limpias, cuando la tecnología todavia era muy cara.

 

La tarifa de “porteo estampilla de transmisión” – disponible sólo para las centrales con fuentes de energía limpia - formaba parte de esos incentivos, y permitía tener costos estables de transmisión para financiar obras de fortalecimiento de la red por parte de los generadores privados. Dicha tarifa de “porteo estampilla” cubría los costos de operación de CFE y tomaba en cuenta las obras de financiamiento privado de la red que posteriormente se donaban a CFE.

 

El equema de autoabaso se terminó en 2013 con el nuevo marco jurídico de la reforma energética que ahora Bartlett quiere destruir. El nuevo esquema sólo respetó los derechos de quienes habían optado por esa alternativa en el pasado, y exclusivamente por el tiempo previsto en sus contratos. 

 

Los autoabastos estaban contemplados expresamente en la ley y los tratados internacionales. Se definió en el TLCAN original con el objeto de permitir a los privados construir infraestructura de generación eléctrica para que el país pudiera crecer y aprovechar las ventajas del tratado.

Las empresas que optaron por esta alternativa, lo hicieron siguiendo escrupulosamente el marco jurídico vigente. La Suprema Corte ha reconocido la base constitucional que tiene este modelo ante los intentos de cambio legal y regulatorio de la CFE.

 

Sólo el 4.15% de toda la generación nacional proviene de autoabastos con tarifas de porteo estampilla, y es lo que permite que algunos sectores económicos, como la industrias textil, exportadores, armadoras, maquilas, comercio minorista o algunas grandes industrias, puedan bajar sus precios al público y competir con empresas internacionales.

 

¿Los Productores Independientes de Energía (PIE) son contratos leoninos para CFE?

 

Los Productores Independientes de Energía le permiten a CFE comprar energía hasta 89% más barata que la que ella misma genera. Se establecieron en la década de 1990 para que CFE enfrentara el incremento en la demanda eléctrica, cuando no contaba con recursos suficientes, y se otorgaron en licitaciones internacionales.

 

Como en cualquier otro sector económico, los acuerdos comerciales de largo plazo permiten ofrecer precios más bajos para el comprador. Las plantas PIE son parte de la CFE y están controladas por la CFE. Justamente es cuando se toma en cuenta que las PIEs son parte de CFE, que la participación de mercado de CFE en generación es de 69%. Pero las subsidiarias verdaderamente rentables de la CFE son Transmisión y Distribución.

 

Con toda esta información, es muy difícil entender por qué el gobierno de la 4T quiere implementar una contrarreforma que lastimará a los mexicanos. 

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/una-reforma-que-lastima-a-mexico/

 

Friday, October 29, 2021

 Entrevista a Javier Treviño sobre la aprobación de AMLO reconocida en el mundo entero

 

Por Federico Arreola

octubre 28, 2021

 

Una mesa de cinco dimensiones

 

Mi amigo Javier Treviño, quien fuera uno de los asesores más importantes de Luis Donaldo Colosio, estudió relaciones internacionales en El Colegio de México y políticas públicas en la Universidad de Harvard. Además de su experiencia académica e internacional, profesionalmente Javier Treviño ha estado en los cuatro lados de la mesa… y en la ya ni tan desconocida quinta dimensión:

 

1. En el gobierno federal fue ministro de Información en la Embajada de México en Washington, subsecretario de Relaciones Exteriores, oficial mayor de la Secretaría de Hacienda y subsecretario de Educación.

2. En el gobierno estatal de Nuevo León fue secretario general de gobierno.

3. En el Congreso fue diputado federal.

4. En el sector privado fue vicepresidente de Comunicación y Asuntos Corporativos de CEMEX y es actualmente director general ejecutivo del Consejo Coordinador Empresarial.

5. Ahora, también, publica varias veces a la semana columnas periodísticas en SDPnoticias.

Decidí entrevistarlo acerca de la aprobación —una de las mayores en el contexto de los líderes globales— del presidente López Obrador.

 

Primera pregunta que le hice a Javier Treviño: sobre la aprobación de AMLO mundialmente reconocida

 

En popularidad o aprobación de líderes globales AMLO es el segundo, lo que no está nada mal ni para él ni para México. El Financial Times publicó, en su primera plana, una encuesta de Morning Consult. Esta es la tabla de la aprobación neta de líderes mundiales:

 

1º Narendra Modi (india): 71%

 

2º Andrés Manuel López Obrador (México): 65%

 

3º Mario Draghi (Italia): 58%

 

4º Angela Merkel (Alemania): 53%

 

5º Joe Biden (EU): 46%

 

6º Scott Morrison (Australia): 46%

 

7º Justin Trudeau (Canadá): 44%

 

8º Fumio Kishida (Japón): 40%

 

9º Boris Johnson (Reino Unido): 38%

 

10º Pedro Sánchez (España): 38%

 

11º Jae-In Moon (Corea del Sur): 36%

 

12º Jair Bolsonaro (Brasil): 35%

 

13º Emmanuel Macron (Francia): 35%

 

En alguna de nuestras conversaciones —y creo que hasta lo publicaste hace unos cuatro años—, tú me dijiste que los verdaderos pilares del poder presidencial son dos: su reputación profesional y su prestigio público. Entonces, por los resultados de la encuesta que publicó el Financial Times, y a pesar de todas las críticas de sus adversarios, AMLO sin duda va muy bien: es lo que pienso. ¿Estás de acuerdo, Javier?

 

Respuesta de Javier Treviño: teorías sobre el poder presidencial

 

Federico, En 1997, cuando el PRI perdió por vez primera la mayoría en la Cámara de Diputados, comenzó en México una nueva relación entre los poderes ejecutivo y legislativo, a la cual pronto se sumarían el judicial y otros actores políticos con una creciente capacidad de influencia, como los gobernadores de los estados.

 

Esta etapa recibiría un nuevo impulso en el 2000, con la llegada del PAN a la presidencia. Desde entonces, el sistema político mexicano estaba en proceso de encontrar nuevos equilibrios. Cuando llega el gobierno de la 4T, en 2018, se inicia una desarticulación total del modelo general de equilibrio político mexicano. Las nuevas relaciones entre los tres poderes, así como con los demás actores políticos, están determinadas por un juego que parecería ser de “suma cero”, en donde lo que gana uno lo pierde el otro.

 

Quizás esto era inevitable, ante el gran poder que acumuló la presidencia mexicana durante los años en que no existían verdaderos frenos ni contrapesos. En el escenario ideal, las facultades recuperadas por el Congreso y el poder judicial permitirían un verdadero equilibrio, en donde los tres poderes, junto con los gobiernos estatales, estuvieran dedicados a encontrar los mecanismos para compartir el poder y alcanzar los acuerdos que se necesitaban para avanzar.

 

Segunda pregunta a Javier Treviño: sobre por qué AMLO es un presidente más fuerte que los anteriores

 

Respuesta: Sí lo es, Federico. Lamentablemente, la presidencia, de nuevo, ha acumulado excesivamente poder y la nueva relación no ha sido aprovechada por los demás actores. Todos están enfrascados en una lógica de poder por el poder mismo, que no ha derivado en beneficios para el país.

 

Mientras el cinismo crece entre muchos jugadores, en el exterior existe una percepción cada vez más arraigada de la “disfuncionalidad” que afecta al sistema político mexicano.

 

Lo que parece no entenderse es que, con cada fracaso en la operación política, lo que se pone en riesgo no es el “legado” de AMLO, sino a la propia institución presidencial.

 

Ante el aparente fortalecimiento de la aprobación popular del presidente, pero frente a su real debilitamiento por la deficiente gestión y desempeño de su equipo, quizás sería provechoso que los asesores presidenciales se tomaran la molestia de leer a Richard Neustadt, quien publicó, en 1960, una de las obras más influyentes de la ciencia política moderna, El poder presidencial.

 

Tercera pregunta a Javier Treviño: sobre Richard Neustadt, ¿quién es este teórico?

 

Respuesta: Es un destacado politólogo de la Universidad de Harvard, Federico, quien en su libro contradijo la idea generalizada de que la institución presidencial conlleva un gran poder en sí misma. De hecho, Neustadt consideraba que, en una democracia, la presidencia es estructuralmente débil, ya que no tiene la capacidad de impulsar “unilateralmente” cambios en el aparato burocrático. El presidente no es el director de una empresa, ni un general del ejército, cuyas órdenes deben ser obedecidas ciegamente por sus subordinados.

 

El presidente es un actor más, con un gran poder, pero cuya efectividad depende de la capacidad personal para darle sentido y ejercerlo. Lo que cuenta no es el poder de imponer decisiones, sino el poder de persuadir a los demás actores de que hagan lo que tienen que hacer, no sólo porque es mejor para el país, sino porque así conviene a sus propios intereses.

 

Cuarta pregunta a Javier Treviño: ¿capacidad de persuasión de AMLO?

 

Respuesta: De eso estoy hablando, sin duda. Para Neustadt, esta capacidad de persuasión del presidente es determinante en un sistema en donde, más que una separación de poderes, hay una separación de instituciones que comparten poder, y se sostiene en tres pilares:

 

(i) las facultades y recursos propios de la institución presidencial,

(ii) la reputación profesional del presidente y

(iii) su prestigio público.


En el caso de México, si bien la presidencia ha perdido algunas facultades a expensas de los otros poderes y actores políticos, su peso sigue siendo enorme. Pero la capacidad de utilizar eficientemente los recursos a su disposición se ha visto afectada gravemente por la falta de un modelo de toma de decisiones, la escasa planeación política y la ausencia de resultados concretos en la formulación e instrumentación de las políticas públicas.

 

Esto ha hecho que la reputación profesional del titular del ejecutivo haya ido perdiendo terreno entre sus interlocutores internos y externos.

 

Quinta pregunta a Javier Treviño: ¿Qué me dices de la aprobación de AMLO , que es enorme y el mundo la reconoce?

 

Respuesta: No hay duda de ello. En el caso de AMLO, le queda sólo el tercer factor, el prestigio público, del cual todavía goza, y es lo que se refleja en la encuesta que publica el Financial Times, dado que la mayoría de los mexicanos aún lo consideran como un hombre honrado y bien intencionado.

 

El fortalecimiento de la institución presidencial no sólo tendría que considerarse como un asunto de Estado, sino de seguridad nacional. Pero el poder presidencial necesita los tres pilares. No basta con uno de ellos.

 

Sexta pregunta a Javier Treviño: ¿qué papel le toca a la oposición?

 

Respuesta: Estar en contra, Federico, guste o no que así actúe. Tristemente México experimenta un ambiente de confrontación. La división entre los ciudadanos conduce a una división en el gobierno. Entonces, la tarea de gobernar será más difícil. El presidente tendrá que negociar y llegar a compromisos en un ambiente de incertidumbre y miedo. AMLO no va a recibir cooperación ni apoyo del bloque opositor. Al contrario, se va a reconstruir y golpearán al desempeño del gobierno para recuperar espacios.

 

Séptima pregunta a Javier Treviño: pero ¿no crees que sea positivo el poder que ha acumulado Andrés Manuel?

 

Respuesta: Te voy a contar dos historias, Federico:

 

Primera. En 1908, Woodrow Wilson, entonces presidente de la Universidad de Princeton, escribió: “El presidente de los Estados Unidos está en libertad, tanto de derecho como de conciencia, para ser tan grande como pueda. Puesto que es también el líder político de la nación, o está en su decisión serlo, la del presidente es la única voz nacional ante un problema. Dejémoslo que gane la admiración y la confianza del país y ninguna otra fuerza podrá superarlo. Ocupa el lugar vital de la acción en el sistema”.

Segunda. Cuarenta y cinco años después, Harry Truman comentaba, al dejar la presidencia, que le daba pena pensar en el momento cuando el general Eisenhower llegara a la Oficina Oval y ordenara a sus subordinados, acostumbrado a la disciplina militar: “Haz esto, haz esto otro”. Y nada pasaría. Porque el poder del presidente es el poder de persuadir y convencer a sus colaboradores, no de ordenar.

Con esto quiero ilustrar que el poder de un presidente se ve influido, positiva o negativamente, por diferentes factores; entre ellos se encuentran:

 

sus propios atributos personales;

su percepción del poder;

su popularidad;

su reputación y su prestigio;

la interpretación que haga de sus facultades constitucionales;

el estado que guarde el sistema político;

la debilidad o la fuerza de los partidos;

las circunstancias económicas prevalecientes;

el “gobierno permanente” de burócratas;

el equipo de asesores y consultores;

los procesos presupuestales anuales;

las crisis, las tradiciones y la política.

 

Octava pregunta a Javier Treviño: ¿hablas de las restricciones que la realidad y las leyes imponen a un presidente democrático?

 

Respuesta: Así es. Un presidente no puede ser tan grande como quisiera a menos que logre sobreponerse a estas restricciones. En esta tarea, debe tener el carácter y la personalidad que se necesiten, el sentido de poder que exige el momento político, una gran confianza en sí mismo, la capacidad para tomar las mejores decisiones y el conocimiento de los detalles de las opciones de política.

 

El presidente tiene que servir a cinco tipos de clientelas:

 

a los funcionarios del ejecutivo

al Congreso,

a sus partidarios,

a los ciudadanos

y al exterior.

 

Novena pregunta a Javier Treviño: ¿AMLO define su propia agenda o se la imponen las circunstancias u otros actores?

 

Respuesta: Ello forma parte de la compleja tarea de gobernar, Federico. Si bien es cierto que el presidente puede llegar a definir la agenda formal, no puede controlar la generación de opciones de política que se consideran para resolver los problemas y, aunque tome la decisión recomendada, no puede tampoco determinar ni controlar el resultado final durante la instrumentación de la política. Es precisamente aquí cuando el presidente se ve limitado por los procesos y actores.

 

Si bien es cierto que el presidente López Obrador no será la figura omnipotente que algunos desearían, seguirá contando con una gran capacidad para proponer que ciertos temas y legislación sean considerados. El presidente es uno de los actores que ejerce la mayor influencia en la definición de la agenda gubernamental.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/entrevista-a-javier-trevino-sobre-la-aprobacion-de-amlo-reconocida-en-el-mundo-entero/

Un dinosaurio en el Congreso y otro dinosaurio en la ONU

 

 

Un dinosaurio en el Congreso y otro dinosaurio en la ONU


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

Los diputados de la comisión de energía criticaron al director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett por su propuesta de reforma eléctrica. Fue atacado porque plantea regresar a los combustibles fósiles y hacer a un lado las energías limpias y renovables.

 

El diputado Mauricio Prieto Gómez, del PRD, hizo burla de Bartlett, al subir al estrado con un dinosaurio de peluche con el logo de CFE y dijo: “bienvenido director a esta soberanía. Hoy por la mañana desperté y el dinosaurio seguía allí. Es cuanto señor presidente”.

 

Mientras, en Nueva York, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) llevó a un feroz y elocuente dinosaurio a la sede de las Naciones Unidas para reclamar a los líderes mundiales mayor acción climática. El PNUD hizo público ayer un video como pieza central de la nueva campaña 'Don't Choose Extinction' (No elijas la extinción) https://www.youtube.com/watch?v=7j3kuPLwhXM .

 

En el video, un imponente dinosaurio irrumpe en el salón de la Asamblea General. Toma el podio y habla ante la audiencia de diplomáticos diciendo que ya es hora de que los humanos dejen de poner excusas y comiencen a hacer cambios para abordar la crisis climática. "Al menos nosotros tuvimos un asteroide", dice el dinosaurio. "¿Cuál es su excusa?" 

 

En la versión en español de la animación CGI, Eiza González da voz al dinosaurio que destaca cómo el apoyo financiero a los combustibles fósiles a través de subsidios (dinero de los contribuyentes que ayuda a mantener bajo el costo del carbón, el petróleo y el gas para los consumidores) es contraproducente frente a la amenaza del cambio climático.

 

"Piensen en todas las cosas que se podrían hacer con ese dinero. En el mundo hay mucha gente viviendo en la pobreza. ¿No creen que ayudarlos tendría más sentido que… no sé… pagar por la desaparición de toda su especie?", plantea el dinosaurio.

 

La campaña "No elijas la extinción" explica cómo los subsidios a los combustibles fósiles están retrasando el progreso contra el cambio climático. Un estudio del PNUD revela que el mundo gasta 423 mil millones de dólares al año en subsidiar los combustibles fósiles para los consumidores.

 

Esta cantidad podría cubrir el costo de las vacunas COVID-19 para cada persona en el mundo, o financiar tres veces la cantidad anual necesaria para erradicar la pobreza extrema mundial.

 

Pero volvamos a México. Aquí están siete preguntas y respuestas:

 

1.     ¿Bajaría la reforma de Bartlett los precios de la luz? ¿Pagarían menos las familias mexicanas? 

 

Claro que no. Por el contrario, la reforma incrementaría los costos de generación de electricidad, al privilegiar plantas sucias y caras de CFE por encima de las limpias y de bajo costo. Para aquéllos que hoy le compran su energía a CFE, subirían las tarifas eléctricas, 14% para la industria y 7% para las familias, si se decidiera no subsidiar. El aumento en el costo de la electricidad para aquellas empresas que tienen su propia generación para autoconsumo sería muy superior, entre 100% y 150%. Además, la CFE tendría que asumir la carga de las demandas por cancelación de contratos y el costo total del crecimiento del sector, que requiere inversiones anuales de 140 mil millones de pesos.

 

2.     ¿La reforma le conviene a la economía mexicana? 

 

Claro que no. La reforma lastima a todos: hogares, industria, comercio y finanzas públicas. Sin contar el costo por indemnizaciones, ni el aumento en inversiones que CFE tendría que hacer para garantizar la demanda, el impacto de aprobar la reforma llegaría a más de 1.4 billones de pesos en 10 años, incrementando el déficit público anual en 0.6 puntos del PIB, y elevando la deuda pública en ese periodo en 6%, por tres razones: 

 

a)     Incrementaría el costo del suministro de CFE en 62 mil mdp anuales.

b)     Requeriría un subsidio eléctrico adicional de 75 mil mdp anuales.

c)     El gobierno tendría que triplicar el presupuesto de inversión de CFE. 

 

La cancelación unilateral de contratos acabaría con la confianza en México y haría más costosa la atracción de inversiones en infraestructura. El retraso en la transición energética expulsaría inversiones en manufactura que requieren reducir su huella de carbono en la producción de bienes y servicios. El incremento en el costo de la energía se traducirá en un menor atractivo para invertir en México. 

 

3.     ¿Cuál sería el impacto ambiental de la reforma? 

 

La reforma cancelaría la transición energética y revertiría lo que ya avanzamos. No habría nuevas inversiones en generación de energía limpia, como la del sol y el viento, y se destruiría el valor de las que ya existen.

 

a)     Se privilegiaría la generación sucia y cara de CFE –76% de sus plantas son de energía fósil.

b)     México no cumpliría sus metas de energía limpia para los próximos diez años.

c)     Las emisiones contaminantes del país crecerían por lo menos 50% por encima de los niveles a los que se comprometió a nivel internacional.

 

Las emisiones de carbono de México podrían dispararse hasta en un 65%, según un informe del Laboratorio Nacional de Energía Renovable del Departamento de Energía de Estados Unidos. Según este mismo informe, aumentarían los costos de generación de electricidad hasta un 54%.

 

4.     ¿Podría la CFE sola alcanzar las metas contra el cambio climático? 

 

Claro que no. Combatir el cambio climático es el reto más grande de la humanidad. Nadie puede solo contra el cambio climático. La CFE ha contribuido muy poco a la transición energética después de 2013. El 99% de la energía solar y eólica de México ha sido desarrollada por el sector privado. La CFE no tiene planes para contribuir al desarrollo de energía solar:

 

a)     El documento de planeación del sector (PRODESEN) contemplaba que sólo 5 por ciento de los nuevos desarrollos de CFE serían con energía limpia.

b)     Los planes anunciados de una planta solar en Sonora, propiedad de CFE, no reconocen la saturación de la red de transmisión en esa región. 

c)     La reforma de Bartlett haría imposible el cumplimiento de la Ley General de Cambio Climático que establece una reducción del 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 respecto a la línea base (año 2000), incluyendo una disminución de 31% por la generación eléctrica.

 

5.     ¿Cuánto tendría que invertir la CFE?

 

De 2018 a 2024, se requerían 508 mil mdp de inversión para alcanzar la meta de 35% de energía limpia. Esto representa 430 mil mdp en energía solar y eólica. En tres años, el sector privado invirtió el 41% de lo requerido.

 

De 2022 a 2030 se necesita una inversión acumulada de 840 mil mdp – 6.2 veces el presupuesto anual del programa de pensión de adultos mayores - para llevar nuestra matriz energética de una basada en energía fósil, a una diversificada con energía limpia. Se requieren 354 mil mdp sólo para energía solar y eólica, esto es 16 veces el presupuesto de Jóvenes Construyendo el Futuro.

 

6.     ¿El gobierno puede alcanzar las metas sólo con energía hidroeléctrica? 

 

La energía hidroeléctrica no puede crecer – ni en velocidad ni en volumen – para lograr las metas de México por sí sola. En los últimos siete años, la capacidad de generación hidráulica creció sólo 1%. En suma, en 2030, México debería tener 54GW de capacidad instalada limpia y nos faltan 19GW. La repotenciación hidráulica que anuncia el presidente es el 1.4% del total. Además, la generación hidráulica depende del clima, lluvia, necesidades de consumo de la población, agro y consideraciones de protección civil. Las hidroeléctricas sólo trabajan al 28% de su capacidad instalada.

 

7.     ¿Entonces a quién le conviene la reforma eléctrica de Bartlett?

 

Sólo le conviene a quien controle la CFE y pueda decidir quién participa en el sector eléctrico, quién no y bajo qué términos. La reforma lastimaría directamente a los que menos tienen. Muchas empresas se irían a la bancarrota. Habría menos empleo, menos recaudación de impuestos para programas sociales y los precios de los insumos básicos subirían. Al privilegiar el uso de unidades de generación contaminantes, la reforma incrementará las emisiones de gases contaminantes, deteriorando el ambiente y la salud de los mexicanos. 

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/un-dinosaurio-en-el-congreso-y-otro-dinosaurio-en-la-onu/