Saturday, January 18, 2025

Gestión de crisis

Gestión de crisis

Javier Treviño

@javier_trevino

Hace unos días leí el resumen de un libro que se publicará en marzo sobre la gestión de crisis internacionales. "The Making of a C.R.I.S.I.S. Leader", del professor Sattar Bawany, podrá servir como guía práctica para los líderes que navegan por la complejidad del impredecible entorno actual. 

Una crisis es una situación caracterizada por incertidumbre, dificultad o inestabilidad significativas que plantea una amenaza grave a los valores, estructuras o normas fundamentales de un sistema. Requiere una acción urgente para evitar o minimizar las consecuencias potencialmente graves. La esencia de una crisis radica en su imprevisibilidad y en la necesidad de tomar decisiones rápidas para afrontar los desafíos que presenta. 

A partir del 20 de enero, el gobierno mexicano tendrá que encarar las consecuencias de las órdenes ejecutivas de un nuevo presidente de los Estados Unidos. Todavía no sabemos el contenido de las decisiones. Deportaciones masivas, cierre temporal de puntos fronterizos, definición de los carteles como terroristas, operaciones encubiertas para destruir activos de las organizaciones criminales, aranceles a las exportaciones, todo ello detonará una serie de crisis en la relación bilateral.

Para avanzar en la relación con un socio tan importante como Estados Unidos, se requiere planificación estratégica, comunicación eficaz y un marco sólido de gestión de crisis. Aquí algunas reflexiones que podrían ser útiles para el gobierno mexicano:

1. Desarrollar un plan.

Es esencial contar con un plan de gestión de crisis bien estructurado. Debe describir las funciones y responsabilidades de los distintos organismos gubernamentales y establecer protocolos claros para la toma de decisiones y la comunicación durante la crisis. También debe incluir planes de contingencia para los distintos escenarios que podrían surgir en la relación bilateral, garantizando que el gobierno esté preparado tanto para los acontecimientos esperados como para los inesperados.

2. Formar un equipo.

La creación de un equipo central de gestión de crisis puede facilitar la rápida toma de decisiones. Este equipo, ágil y pequeño, debe estar integrado por funcionarios clave de las secretarías pertinentes que puedan evaluar rápidamente la situación, determinar el nivel de crisis y coordinar las respuestas. También debe colaborar con las partes interesadas externas, incluido el sector empresarial, para garantizar un enfoque unificado.

3. Priorizar la comunicación transparente.

La comunicación eficaz es fundamental durante una crisis. Los líderes gubernamentales deben comunicarse con frecuencia, claridad y honestidad tanto con el público nacional como con los socios internacionales. Esto incluye proporcionar actualizaciones periódicas sobre la situación y las decisiones que se están tomando, lo que ayuda a generar confianza y mitigar la desinformación.

4. Utilizar las redes sociales de manera eficaz.

En la era digital, las redes sociales sirven como una herramienta vital para la comunicación en situaciones de crisis. Los gobiernos deben desarrollar estrategias para la comunicación bidireccional, lo que les permite interactuar con los ciudadanos directamente y abordar las inquietudes en tiempo real. Este enfoque puede mejorar la confianza pública y facilitar una mejor comprensión de las acciones del gobierno durante una crisis.

5. Participar en el diálogo diplomático.

Durante las crisis bilaterales, es crucial mantener abiertas todas las líneas de comunicación con los funcionarios estadounidenses. Los líderes deben participar de manera proactiva en las discusiones diplomáticas para aclarar posiciones, expresar inquietudes y negociar soluciones. Este diálogo puede ayudar a prevenir malentendidos que podrían intensificar aún más las tensiones.

6. Construir alianzas con otras naciones.

En crisis internacionales complejas, la formación de coaliciones con otras naciones puede brindar apoyo y recursos diplomáticos adicionales. Los esfuerzos de colaboración pueden mejorar la influencia y crear un marco de respuesta más sólido para abordar desafíos compartidos.

7. Realizar ejercicios de capacitación.

La capacitación permanente de los equipos de gestión de crisis es esencial para garantizar la preparación cuando se produzcan crisis. Los ejercicios simulados pueden ayudar a identificar posibles debilidades en las estrategias de respuesta y mejorar la coordinación entre los diversos organismos involucrados en la gestión de crisis.

8. Aprender de crisis pasadas.

El análisis de crisis anteriores proporciona lecciones valiosas que pueden informar respuestas futuras. Los gobiernos deben realizar evaluaciones posteriores a las crisis para evaluar qué funcionó bien y qué no, integrando estos conocimientos en sus planes futuros de gestión de crisis.

¿Qué recomiendan algunos expertos después de estudiar algunas crisis del pasado?

He leído muchos libros de política exterior a lo largo de mi carrera. Manejar una crisis en las relaciones bilaterales con los Estados Unidos requiere una gran perspicacia política, pensamiento estratégico y la capacidad de movilizar recursos de manera eficaz. Los precedentes históricos, las opiniones de expertos y los trabajos académicos ofrecen valiosas perspectivas sobre las estrategias para navegar con éxito en aguas turbulentas. 

1. Priorizar un diálogo claro y abierto.

Steven Fink, en su libro "Gestión de crisis: planificación para lo inevitable", enfatiza la necesidad de una comunicación coherente y precisa para generar confianza. Durante la “Crisis de los misiles” de Cuba, el presidente John F. Kennedy mantuvo un delicado equilibrio entre la asertividad y la diplomacia, comunicándose eficazmente con el primer ministro soviético Nikita Khrushchev para evitar una guerra nuclear.

2. Aprovechar la diplomacia y la participación multilateral.

Henry Kissinger, en su libro “Diplomacia”, destaca la importancia de crear y mantener alianzas para afrontar desafíos globales complejos. Por ejemplo, Estados Unidos trabajó a través de la OTAN durante la Guerra Fría para coordinar una respuesta colectiva a las acciones soviéticas, lo que demuestra el valor del multilateralismo en la gestión de las crisis.

3. Utilizar el pensamiento estratégico y la planificación de escenarios.

En "Pensar en el tiempo: los usos de la historia para los tomadores de decisiones", Richard Neustadt y Ernest May destacan la importancia de aprender de la historia para predecir los desafíos futuros. Los líderes deben convocar a asesores expertos y utilizar herramientas de planificación de escenarios para sopesar sus opciones. Por ejemplo, durante la Guerra del Golfo, el presidente George H.W. Bush buscó el consejo de expertos militares y diplomáticos para entender todos los aspectos de la invasión iraquí de Kuwait.

4. Mantener la calma y la inteligencia emocional.

La inteligencia emocional, como lo describe Daniel Goleman en su libro "Inteligencia emocional: por qué puede importar más que el coeficiente intelectual", desempeña un papel fundamental en la gestión de las relaciones y la reducción de las tensiones. Un ejemplo convincente es la respuesta de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, a los tiroteos en la mezquita de Christchurch en 2019. Su liderazgo empático y su rápida acción se ganaron elogios internacionales, lo que subraya el poder de un gobierno sereno y compasivo en una crisis.

5. Involucrar a las partes interesadas nacionales y mantener el apoyo público.

En "La neblina de la paz: cómo los líderes internacionales pueden poner fin a los conflictos violentos", Jean-Marie Guéhenno sostiene que el consenso nacional es esencial para una acción internacional creíble. Por ejemplo, Franklin D. Roosevelt convocó hábilmente a la opinión pública estadounidense para que apoyara la Ley de Préstamo y Arriendo, ayudando a los aliados durante la Segunda Guerra Mundial y reforzando el liderazgo global de Estados Unidos.

6. Equilibrar la asertividad con la flexibilidad.

"La estrategia del conflicto" de Thomas Schelling subraya la importancia de la negociación y de encontrar soluciones mutuamente aceptables en las crisis. El acuerdo nuclear con Irán de 2015, negociado por múltiples naciones, ejemplifica cómo un compromiso puede lograr un delicado equilibrio entre intereses opuestos.

7. Fomentar la confianza y la credibilidad en el escenario global.

En "Poder blando: los medios para el éxito en la política mundial", Joseph Nye explica que la capacidad de un líder para atraer y persuadir es a menudo más eficaz que la coerción. El liderazgo firme de Angela Merkel durante la crisis de la eurozona ilustra cómo la credibilidad puede mejorar la influencia de una nación en las negociaciones internacionales.

8. Aprender de los errores y las crisis del pasado.

El libro de Barbara Tuchman "Los cañones de Agosto: Treinta y un días que cambiaron la faz del mundo” ofrece una advertencia sobre cómo los errores de cálculo llevaron a la Primera Guerra Mundial. Al comprender los peligros históricos de los errores de juicio, los líderes pueden navegar mejor en las crisis contemporáneas.

Para gestionar eficazmente una crisis internacional, un jefe de Estado debe seguir un enfoque estructurado que abarque la preparación, la respuesta y la recuperación. En última instancia, como afirmó acertadamente John F. Kennedy: "Nunca negociemos por miedo. Pero que nunca nos dé miedo a negociar".

https://www.sdpnoticias.com/opinion/gestion-de-crisis/


Saturday, January 11, 2025

El poder de la consistencia

El poder de la consistencia

Javier Treviño

@javier_trevino

2025 será un año difícil. La mejor manera de encararlo será a través de la consistencia. El éxito rara vez es el resultado de un único avance o un destello momentáneo de brillantez. Es la culminación de un esfuerzo sostenido y disciplinado aplicado a lo largo del tiempo. El poder de la consistencia es una piedra angular para lograr el éxito a largo plazo en cualquier emprendimiento.

La esencia de la consistencia.

El concepto de consistencia se refiere a la coherencia y estabilidad de un conjunto de elementos o a la propiedad de mantener un comportamiento uniforme a lo largo del tiempo. Es el acto de realizar acciones de manera uniforme y regular. Implica presentarse todos los días, adherirse a un conjunto claro de principios y mantener el foco en los objetivos a largo plazo a pesar de los reveses a corto plazo. En los negocios, la consistencia se manifiesta en múltiples formas: identidad de marca, servicio al cliente, relaciones con los empleados y toma de decisiones estratégicas.

James Clear, en su exitoso libro “Atomic habits”, escribe: "no te elevas al nivel de tus objetivos. Te bajas al nivel de tus sistemas". Esta cita resume la esencia de la consistencia: son los hábitos y sistemas diarios, no los estallidos esporádicos de genialidad o de esfuerzo, los que conducen al éxito sostenible. Las empresas que ejecutan sus estrategias de manera consistente generan impulso, mejoran sus procesos y superan a los competidores que dependen de esfuerzos erráticos.

Generar confianza mediante la consistencia.

Uno de los beneficios más importantes de la consistencia es la confianza. Los clientes se sienten atraídos por las marcas que ofrecen experiencias fiables y predecibles. Como destaca Stephen R. Covey en “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”: "la confianza es el cemento de la vida. Es el principio fundamental que sostiene todas las relaciones". La consistencia en la entrega de valor y el mantenimiento de la calidad fortalece la confianza que los clientes, empleados y partes interesadas depositan en una empresa. Esta confianza, a su vez, genera lealtad del cliente, recomendaciones de boca en boca y crecimiento sostenido.

Si bien la consistencia es crucial, las empresas también deben innovar para seguir siendo relevantes en mercados dinámicos. La clave está en equilibrar la consistencia con la adaptabilidad. Muchos directores de empresas exitosos son obstinados en la visión, pero, al mismo tiempo, son flexibles en los detalles.

Consistencia en el liderazgo y la cultura.

Los líderes desempeñan un papel fundamental a la hora de establecer el tono de la consistencia dentro de una organización. Según John Maxwell, autor de “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”: "un líder es aquél que conoce el camino, recorre el camino y muestra el camino".

Un liderazgo consistente crea un entorno estable y predecible en el que los empleados se sienten seguros y motivados. Cuando los líderes alinean sus acciones con los valores y la misión de la organización, inspiran a sus equipos a seguir el ejemplo, fomentando una cultura de fiabilidad y responsabilidad.

Además, la consistencia en los procesos internos y la comunicación refuerza la cultura organizacional. 

Superar los desafíos de la consistencia.

En 2025, mantener la consistencia no estará exento de desafíos. La volatilidad del mercado, las limitaciones de recursos y las preferencias cambiantes de los clientes pueden poner a prueba la determinación de una empresa. Sin embargo, las empresas exitosas priorizan la consistencia mediante:

1. Definir objetivos y valores claros: establecer una visión y una misión bien articuladas sirve como una estrella guía, asegurando que todos los esfuerzos estén alineados.

2. Desarrollo de sistemas robustos: los procesos automatizados y los procedimientos bien documentados minimizan la variabilidad y el error humano.

3. Seguimiento del progreso: la evaluación periódica de las métricas de rendimiento garantiza que las empresas sigan por el buen camino.

4. Mantener la resiliencia: el compromiso con la consistencia suele requerir perseverancia, especialmente durante períodos de progreso lento o desafíos externos.

Los beneficios de la consistencia se acumulan con el tiempo. Así como el interés compuesto genera un crecimiento exponencial de los ahorros, las acciones consistentes producen resultados exponenciales en los negocios. Las empresas que se comprometen con la consistencia ven mejoras en la reputación de la marca, la moral de los empleados, la eficiencia operativa y el rendimiento financiero.

La teoría del flujo.

El 2025 será tan complejo que no bastará con ser consistentes. No nos quedará de otra más que fluir. La “teoría del flujo” podría ayudarnos a afrontar tiempos económicos difíciles y gobiernos complejos.

Mihaly Csikszentmihalyi, un reconocido psicólogo, introdujo el concepto de "flujo" como un estado de experiencia óptima en el que las personas están completamente inmersas, concentradas y rinden al máximo de su capacidad. 

El flujo se produce cuando las habilidades de una persona se adaptan perfectamente a los desafíos, lo que da como resultado una sensación de control, un compromiso profundo y una motivación intrínseca. En tiempos de agitación económica, la teoría del flujo de Csikszentmihalyi puede servir como un marco valioso para que las empresas encaren los retos, mejoren la productividad y fomenten la resiliencia.

Impulsar el compromiso de los empleados durante las crisis económicas.

Las crisis económicas generan incertidumbre y reducen la moral dentro de las organizaciones. La teoría del flujo enfatiza la importancia del compromiso y la concentración, que pueden contrarrestar estos efectos negativos. Al fomentar el flujo en el lugar de trabajo, las empresas pueden ayudar a los empleados a mantenerse motivados y productivos a pesar de los desafíos externos.

1. Durante las crisis económicas, la ambigüedad suele invadir las organizaciones. Proporcionar a los empleados objetivos claros, medibles y retroalimentación inmediata garantiza que comprendan su papel en la superación de los desafíos. Esta claridad les permite centrarse en lo que pueden controlar, lo que reduce la ansiedad y promueve un sentido de propósito.

2. Las crisis económicas pueden requerir que los empleados asuman nuevas responsabilidades o desarrollen nuevas habilidades. Asegurarse de que las tareas se alineen con las capacidades de un individuo, al tiempo que lo empujan un poco más allá de su zona de confort, puede ayudar a mantener el compromiso y la motivación. Este equilibrio evita sentimientos de frustración o aburrimiento, que son perjudiciales para la productividad.

3. En tiempos difíciles, dar a los empleados una sensación de control sobre su trabajo fomenta la propiedad y la resiliencia. Cuando las personas sienten que tienen iniciativa en sus tareas, es más probable que experimenten fluidez y contribuyan significativamente a los objetivos de la organización.

La inestabilidad económica a menudo exige soluciones innovadoras. Csikszentmihalyi creía que el flujo está estrechamente vinculado a la creatividad, ya que alienta a las personas a pensar profundamente, explorar posibilidades y producir ideas novedosas. Al crear condiciones que permitan el flujo, las empresas pueden liberar el potencial creativo de su fuerza laboral.

El flujo fomenta la motivación intrínseca. Los empleados no sólo se ven impulsados por recompensas externas, como bonificaciones o promociones, sino por la satisfacción derivada del trabajo en sí. Este impulso interno puede sostener a las empresas en tiempos difíciles, ya que los empleados se mantienen comprometidos y concentrados a pesar de las presiones externas.

Además, el flujo contribuye a la resiliencia psicológica al ayudar a las personas a encontrar significado y satisfacción en su trabajo. En su investigación, Csikszentmihalyi observó que las personas que experimentan el flujo con regularidad están mejor preparadas para manejar el estrés y la adversidad. 

Medidas prácticas para las empresas.

Para aprovechar el poder del flujo durante las crisis económicas, las empresas pueden adoptar las siguientes estrategias:

1. Alinear los objetivos organizacionales con objetivos alcanzables a corto plazo que inspiren la acción y brinden una sensación de progreso.

2. Euipar a los empleados con las habilidades que necesitan para enfrentar nuevos desafíos, asegurando que las tareas sigan siendo interesantes y dentro de su zona de capacidad.

3. Implementar sistemas que brinden retroalimentación inmediata y constructiva, ayudando a los empleados a mantenerse encaminados y ajustar sus esfuerzos según sea necesario.

4. Empoderar a los equipos para que tomen decisiones y se apropien de su trabajo, fomentando una sensación de control, reduciendo el agotamiento.

5. Alentar el trabajo profundo minimizando las distracciones, reestructurando los flujos de trabajo y promoviendo el equilibrio entre el trabajo y la vida personal para mantener la energía y el compromiso.

Como escribió el propio Csikszentmihalyi: "los mejores momentos de nuestras vidas no son los momentos pasivos, receptivos y relajantes... Los mejores momentos suelen ocurrir cuando el cuerpo o la mente de una persona se estiran hasta sus límites en un esfuerzo voluntario por lograr algo difícil y que vale la pena". Así será 2025.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-poder-de-la-consistencia/


Saturday, January 04, 2025

El sistema político mexicano y la teoría del iceberg de Hemingway

El sistema político mexicano y la teoría del iceberg de Hemingway

Javier Treviño

@javier_trevino

La teoría del iceberg, acuñada por el célebre escritor estadounidense Ernest Hemingway, es una técnica narrativa que ha influido profundamente en la literatura contemporánea. Esta teoría se basa en la idea de que, al igual que un iceberg, donde sólo una pequeña parte es visible sobre la superficie mientras que la mayor parte permanece oculta bajo el agua, un relato debe presentar solo una fracción de la historia explícitamente, dejando el resto a la interpretación del lector. Esta técnica no sólo define el estilo de escritura de Hemingway, sino que también refleja su comprensión de la complejidad de la experiencia humana.

Conceptos fundamentales de la teoría del iceberg.

La esencia de la teoría del iceberg radica en el uso deliberado de la omisión. Según Hemingway, un buen relato debe contener lo suficiente para que el lector pueda inferir significados más profundos sin que estos sean explícitamente enunciados. En sus propias palabras, “siempre trato de escribir teniendo en cuenta el principio del iceberg. Hay siete octavos de su superficie que están debajo del agua por cada pedazo que muestra”. Este enfoque permite que los lectores se conviertan en participantes activos en la construcción del significado, obligándolos a llenar los vacíos dejados por el autor.

La importancia de lo no dicho.

Hemingway creía que lo no dicho era tan importante como lo que se expresa abiertamente. Al omitir detalles y explicaciones directas, crea una narrativa que invita a los lectores a explorar las emociones y motivaciones subyacentes de los personajes. Esto no sólo enriquece la experiencia de lectura, sino que también refleja la realidad de la vida humana, donde muchas experiencias y sentimientos son complejos y a menudo inefables.

La teoría del iceberg se puede observar en muchas de las obras más destacadas de Hemingway, como “El viejo y el mar” y “Por quién doblan las campanas”. En estas narrativas, los conflictos internos y las luchas emocionales de los personajes se sugieren a través de acciones y diálogos sutiles, más que mediante descripciones explícitas. Por ejemplo, en “El viejo y el mar”, el protagonista enfrenta una lucha monumental con un marlin, pero esta batalla es también una metáfora de su lucha interna con la soledad y el paso del tiempo. La profundidad emocional de esta historia se revela no sólo a través de las palabras escritas, sino también a través del silencio y las omisiones.

Crítica y relevancia.

La teoría del iceberg ha sido objeto de análisis y crítica a lo largo del tiempo. Algunos críticos argumentan que esta técnica puede llevar a una falta de claridad o a una desconexión emocional con los personajes. Sin embargo, muchos coinciden en que esta forma de escritura refleja una profunda comprensión de la psicología humana. La capacidad para insinuar emociones complejas sin exponerlas directamente permite una conexión más rica entre el lector y el texto.

Además, esta técnica ha influido en numerosos escritores contemporáneos que buscan emular su estilo minimalista y su enfoque en lo implícito. La teoría del iceberg ha trascendido su contexto original para convertirse en un principio fundamental en la narrativa moderna, aplicándose no sólo en la literatura sino también en el cine y el teatro.

Yo creo que la teoría del iceberg de Ernest Hemingway es aplicable al análisis del sistema político mexicano, en los tiempos de la cuarta transformación y su segundo piso. Es un entramado complejo donde los elementos visibles —discurso público, leyes y decisiones políticas— representan sólo una pequeña parte de una estructura más profunda y en ocasiones opaca. 

El sistema político mexicano, caracterizado por su complejidad y dinamismo, ha sido objeto de análisis y reflexión a lo largo de su historia. En este contexto, la teoría del iceberg de Ernest Hemingway se presenta como una metáfora poderosa para comprender las dinámicas subyacentes que operan en la política mexicana. Esta teoría, que sugiere que sólo una pequeña parte de la realidad es visible mientras que la mayor parte permanece oculta, puede aplicarse eficazmente para explorar las estructuras, los procesos y las interacciones dentro del sistema político de México.

La punta del iceberg: el discurso público y las instituciones visibles.

En la política mexicana, lo visible —la punta del iceberg— está representado por las instituciones oficiales, los discursos de los líderes políticos y las decisiones públicas que parecen transparentes. Elementos como el Congreso, la Suprema Corte de Justicia y la Presidencia de la República conforman el rostro institucional del sistema político, accesible al escrutinio público.

Los discursos de los actores políticos en México suelen centrarse en promesas directas y apelaciones emocionales. Por ejemplo, frases como "primero los pobres" o "no mentir, no robar, no traicionar" reflejan mensajes simples que buscan conectar con la ciudadanía, mientras que los detalles técnicos y las limitaciones reales quedan ocultos. Este enfoque permite generar confianza y apoyo inmediato, pero también deja un margen para la interpretación o la manipulación.

México cuenta con una estructura democrática consolidada, visible en procesos como las elecciones y la promulgación de leyes. Sin embargo, detrás de estas acciones ostensiblemente transparentes, se encuentran dinámicas más complejas de negociación y conflicto, que a menudo permanecen fuera del alcance ciudadano.

La parte sumergida: los procesos ocultos del sistema político.

La parte más grande del iceberg político mexicano está compuesta por elementos que no son inmediatamente visibles: redes de poder informal, burocracia, corrupción y presiones externas e internas que influyen en las decisiones gubernamentales.

En México, gran parte de la política se define en espacios informales donde los acuerdos entre actores políticos y económicos determinan los resultados visibles. Por ejemplo, las alianzas entre partidos políticos para la aprobación de reformas legislativas suelen implicar negociaciones que no siempre se hacen públicas. Estas dinámicas subterráneas pueden garantizar la gobernabilidad, pero también generan opacidad y desconfianza.

La corrupción y el clientelismo representan partes críticas de la base sumergida del sistema político mexicano. Aunque se han implementado mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, la percepción pública de que "el poder opera en las sombras" persiste. Escándalos de desvío de recursos o asignación indebida de contratos ilustran cómo la parte sumergida del iceberg afecta directamente a las dinámicas de poder y a la confianza en las instituciones.

Otro componente importante de la parte sumergida es la burocracia, que actúa como el mecanismo operativo del Estado. Aunque los funcionarios públicos trabajan en la implementación de políticas, sus acciones rara vez reciben atención mediática. La tecnocracia, con su enfoque en decisiones basadas en datos, también opera en este nivel, lejos del escrutinio general, aunque sus decisiones impactan directamente en la vida de las personas.

A pesar de los avances democráticos, México enfrenta profundas desigualdades sociales que afectan la participación política. Las comunidades marginadas a menudo carecen de representación efectiva, lo que limita su capacidad para influir en las decisiones que afectan sus vidas. Esta desigualdad es una parte crítica del iceberg que no siempre se ve desde la superficie.

Los grupos económicos poderosos desempeñan un papel significativo en la política mexicana, a menudo moldeando políticas públicas a su favor. La influencia del dinero en la política puede distorsionar el proceso democrático y crear un entorno donde las decisiones se toman en función de intereses particulares más que del bienestar general.

La percepción pública y el iceberg político.

Para la ciudadanía mexicana, el sistema político es percibido frecuentemente como opaco y difícil de descifrar. Esto puede generar apatía o desconfianza, ya que muchas personas sienten que las decisiones importantes se toman en ámbitos inaccesibles y que lo visible no refleja la totalidad de la realidad política.

En México, los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales actúan como intermediarios entre la punta y la base del iceberg. Si bien pueden revelar partes del sistema sumergido, también pueden distorsionar o simplificar la información, perpetuando narrativas que no reflejan la complejidad de los procesos políticos.

Para superar esta percepción superficial, es fundamental fomentar una educación cívica que permita a los ciudadanos interpretar mejor las dinámicas subyacentes del sistema político. Entender que la punta del iceberg es sólo una fracción del todo puede empoderar a las personas para exigir mayor transparencia y participar activamente en el fortalecimiento de la democracia.

La teoría del iceberg de Hemingway nos invita a analizar más allá de lo explícito, revelando las dinámicas profundas que moldean las decisiones políticas y el impacto en la sociedad. Sólo al examinar tanto lo visible como lo oculto podremos aspirar a un sistema político más transparente, equitativo y efectivo. 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-sistema-politico-mexicano-y-la-teoria-del-iceberg-de-hemingway/


Monday, December 30, 2024

Pensar en el sistema

Pensar en el sistema

Javier Treviño

@javier_trevino


En estos días de descanso, los líderes del gobierno mexicano podrían dedicar un tiempo a leer un libro que les resultaría de gran utilidad: “Pensar en sistemas: un manual de iniciación” de Donella Meadows. La autora fue una científica ambiental, maestra y escritora estadounidense, conocida por ser también una de los autores de los “Los límites del crecimiento”. Estudió Química en Carleton College, en 1963, y un doctorado en Biofísica en la Universidad de Harvard, en 1968. Después se convirtió en investigadora del MIT y profesora de Dartmouth College.

El pensamiento sistémico no es neoliberal. Se utiliza entre escritores, artistas, científicos, empresarios y gobernantes. Cuando se encabeza un nuevo gobierno, siempre hay áreas que pueden mejorar, especialmente después de los primeros 100 días, y cuando han desaparecido los frenos y contrapesos de la división de poderes.

Como explica Donella Meadows, “una vez que vemos la relación entre la estructura y el comportamiento, podemos empezar a entender cómo funcionan los sistemas, qué hace que se produzcan malos resultados y cómo transformarlos en mejores patrones de comportamiento”. 

Un gobierno es su propio sistema, en el que cada elemento afecta a los demás en una red interconectada. El objetivo del pensamiento sistémico es comprender los impactos sutiles y duraderos que cada decisión tiene en la red en su conjunto.

No es sencillo ver la interconexión dentro de un sistema completo. En la política mexicana somos mucho más propensos a pensar de manera reductiva, tratando cada componente dentro de un silo. Eso destruye valor. 

Lo primero que tendrán que aceptar nuestros líderes políticos es que la transición les ha heredado un problema, una discapacidad autoritaria explosiva, que es algo serio. No se trata de un hecho aislado sino de un problema crónico. Tiene una historia.

Los pasos para desactivar las minas y bombas que los nuevos funcionarios se encontraron debajo de sus escritorios son:

1. Entender el nuevo sistema político mexicano. Identificar sus “puntos clave de influencia”. Meadows lo explica: son los lugares en donde “un pequeño cambio en una cosa puede producir grandes cambios en el todo”.

2. Cambiar mentalidades y paradigmas del equipo heredado.

3. Identificar los patrones, tendencias, modelos, pautas para averiguar qué partes del sistema necesitan ajustes.

4. Ver más allá de cada evento y hacerse las preguntas clave: ¿Qué nos sucedió? ¿Qué está causando el problema?

5. Anticipar, predecir y planificar.

Es difícil ver las estructuras subyacentes que causan los eventos; la parte del iceberg oculta debajo de la línea de flotación. Un pensador de sistemas no supone que la parte visible del iceberg es todo lo que hay; hace deducciones basadas en estructuras internas para llegar a una conclusión.

Para entender mejor los retos que enfrenta el gobierno mexicano hoy se requiere aceptar que existe una diferencia entre “problemas de personas” y “problemas de sistema”. A veces no están relacionados.

El libro “Thinking in Systems: A Primer” de Donella Meadows ofrece un marco para comprender sistemas complejos e interconectados. Aunque su objetivo principal es abordar desafíos ambientales, sociales y económicos, sus principios son igualmente aplicables al análisis de sistemas políticos. 

Los sistemas políticos, como cualquier otro, constan de componentes interdependientes que interactúan para lograr ciertos objetivos, determinados por ciclos de retroalimentación, flujos, existencias y puntos de influencia. 

Lo que me interesa aquí es ayudar a explorar cómo se puede utilizar el pensamiento sistémico de Meadows para analizar y comprender mejor la dinámica, los desafíos y las posibles mejoras del sistema político mexicano.

Comprender la política mexicana como un sistema.

En términos de Meadows, un sistema es un conjunto interconectado de elementos organizados para lograr un objetivo. Un sistema político se ajusta a esta definición, ya que abarca instituciones (legislaturas, tribunales y ejecutivos), procesos (elecciones, formulación de políticas, aplicación) y participantes (ciudadanos, políticos, grupos de interés). Sus principales objetivos incluyen la gobernanza, el mantenimiento del orden social y la atención de las necesidades e intereses de la población.

1. Flujos y existencias en la política: Pensemos que las existencias en un sistema político pueden incluir la confianza pública, los recursos económicos o los marcos legislativos. Los flujos representan cambios en estas existencias, como decisiones políticas, cambios en la opinión pública o cambios en la asignación de recursos. Por ejemplo, la cantidad de confianza pública puede aumentar debido a una gobernanza transparente o disminuir debido a escándalos de autoritarismo o corrupción.

2. Ciclos de retroalimentación: Los sistemas políticos se rigen por ciclos de retroalimentación tanto de refuerzo (positivos) como de equilibrio (negativos). Un ciclo de refuerzo puede ocurrir cuando las políticas exitosas de un gobierno aumentan la confianza pública, lo que lleva a un mayor apoyo y la capacidad de implementar más reformas. Un ciclo de equilibrio, por otro lado, puede implicar controles y equilibrios entre las ramas del gobierno, asegurando que ninguna rama acumule un poder excesivo.

3. Oscilaciones: Los sistemas políticos a menudo oscilan entre ideologías o partidos en competencia. Por ejemplo, un país puede alternar entre administraciones liberales y conservadoras, impulsado por la insatisfacción pública con los fracasos percibidos del titular.

4. Retrasos: los retrasos en los ciclos de retroalimentación pueden crear ineficiencias o crisis. En política, las respuestas tardías a las quejas públicas (como la lentitud de los esfuerzos de socorro en caso de desastre) pueden exacerbar los problemas y erosionar la confianza en las instituciones.

5. Resiliencia: un sistema político resiliente puede adaptarse a los shocks, como las crisis económicas o el malestar social, sin colapsar. Esta resiliencia depende de factores como la fortaleza institucional, la participación ciudadana y los mecanismos de rendición de cuentas.

Puntos de influencia en un sistema político.

Meadows identifica puntos de influencia: lugares en un sistema donde un pequeño cambio puede generar impactos significativos. En los sistemas políticos, estos puntos de influencia van desde ajustes superficiales hasta cambios estructurales profundos:

1. Puntos de influencia superficiales: los ajustes a las políticas o parámetros, como las tasas impositivas o los niveles del salario mínimo, son más fáciles de implementar, pero es posible que no aborden en realidad los problemas sistémicos. Por ejemplo, aumentar la financiación de la educación puede producir beneficios, pero no resolver las desigualdades subyacentes del sistema.

2. Puntos de influencia profundos: Cambiar la estructura, los objetivos o los paradigmas del sistema político tiene potencial transformador. Por ejemplo, la transición de un régimen autoritario a uno democrático implica alterar los objetivos y las estructuras fundacionales del sistema, lo que sí tiene consecuencias de largo alcance.

La caída de un sistema.

Para ilustrar la aplicación del marco de Meadows, consideremos la aplicación del pensamiento sistémico a la política mexicana antes del inicio del primer gobierno de la cuarta transformación. Morena ganó en 2018 porque:

1. Identificación de flujos y reservas: El nivel de confianza pública en las instituciones gubernamentales era bajo, mientras que el flujo de ganancias financieras ilícitas entre los funcionarios era alto.

2. Círculos de retroalimentación: La corrupción creó círculos de retroalimentación que se reforzaron, donde los funcionarios usaron su poder para perpetuar prácticas corruptas, erosionando aún más la confianza pública. Los círculos de equilibrio, como las agencias anticorrupción, existían pero se vieron debilitados por la falta de recursos o la interferencia política.

3. Comportamientos dinámicos: Las demoras en el procesamiento de los casos de corrupción condujeron a la desilusión pública. Las oscilaciones ocurrieron cuando se implementaron reformas durante una administración pero se revirtieron en la siguiente.

4. Puntos de influencia: Abordar el problema a un nivel superficial podría implicar sanciones más estrictas para la corrupción. Sin embargo, una intervención más profunda podría implicar cambios estructurales, como mejorar la independencia judicial o la transparencia electoral para reducir la influencia del dinero en la política.

Desafíos y limitaciones.

Si bien el pensamiento sistémico ofrece información valiosa, su aplicación al sistema político mexicano presenta desafíos:

1. Complejidad: el sistema político mexicano está influenciados por factores culturales, históricos y sociales que son difíciles de cuantificar o predecir.

2. Resistencia al cambio: incluso cuando se identifican puntos de influencia, los intereses creados y la inercia institucional pueden obstaculizar la implementación.

3. Consecuencias no deseadas: intervenir en una parte del sistema puede producir efectos secundarios inesperados en otras partes. Por ejemplo, descentralizar el poder para combatir la corrupción podría debilitar inadvertidamente la cohesión nacional.

El libro de Donella Meadows ofrece una lente poderosa para analizar el sistema político mexicano. Al comprender sus existencias, flujos, ciclos de retroalimentación y puntos de influencia, los responsables de las políticas y los ciudadanos pueden identificar formas más efectivas de abordar los desafíos sistémicos y mejorar la gobernanza. 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/pensar-en-el-sistema/


Saturday, December 21, 2024

Días para reconocer

Días para reconocer

Javier Treviño

@javier_trevino

Muchos consultores analizan el futuro del trabajo desde la perspectiva de la tecnología. Todos hablan de automatización, inteligencia artificial, desarrollo de habilidades digitales. Sin embargo, creo que la ventaja competitiva de una organización, en la era de la inteligencia artificial, radicará en el buen juicio de sus líderes.

Estamos cerca de la Navidad. Tal vez habría que volver a lo básico. Son días para reconocer. Estoy convencido de que el reconocimiento y el elogio crean un entorno positivo e inculcan una cultura de excelencia en las organizaciones. Al apreciar los logros de los equipos, los líderes inspiran y los empleados sobresalen.

El reconocimiento es fundamental para el funcionamiento psicológico positivo, la salud mental y el alto rendimiento. Las organizaciones pueden ir más lejos, convertir los muros en puentes y vencer la inercia.

Hace muchos años leí el famoso artículo de Abraham Maslow, “Una teoría de la motivación humana”, publicado en Psychological Review en 1943. Creo que sigue siendo una de las contribuciones más influyentes en el campo de la psicología. 

Maslow sostuvo que la motivación humana está impulsada por una secuencia de necesidades, que progresan desde las fisiológicas básicas hasta las aspiraciones psicológicas y de autorrealización de orden superior. 

La jerarquía incluye cinco niveles de necesidades:

1. Fisiológicas: necesidades básicas de supervivencia como comida, agua y refugio.

2. Seguridad: protección, estabilidad y libertad del miedo.

3. Amor y pertenencia: relaciones, afecto y sentido de conexión.

4. Autoestima: respeto, estatus, prestigio y reputación.

5. Autorrealización: búsqueda del crecimiento personal y realización del propio potencial.

Maslow sugirió que los individuos deben satisfacer necesidades de nivel inferior antes de poder abordar necesidades de nivel superior. Una vez que una necesidad está suficientemente satisfecha, el individuo progresa a la siguiente etapa, aunque pueden coexistir múltiples necesidades con distintos niveles de prioridad.

¿Cuáles son las fortalezas de la teoría?

1. Atractiva, intuitiva y simple: la jerarquía de Maslow es conceptualmente sencilla y sintoniza con experiencias humanas comunes. Su estructura en capas ofrece una hoja de ruta clara para comprender la motivación.

2. Amplia aplicabilidad: se extiende más allá de la psicología, influyendo en campos como la educación, la gestión, el marketing y la atención médica. Destaca los aspectos universales de las necesidades y aspiraciones humanas.

3. Enfoque en la psicología positiva: al enfatizar la autorrealización, marcó un alejamiento del enfoque de la psicología de principios del siglo XX. Allanó el camino para la psicología humanista, enfatizando el crecimiento, la realización y la creatividad.

4. Perspectiva holística: incorpora aspectos tanto biológicos como psicosociales de la motivación, conectando las necesidades fisiológicas con los deseos cognitivos y emocionales de orden superior.

¿Cuáles son las limitaciones y críticas de la teoría de Maslow?

1. Falta de evidencia empírica: la jerarquía de Maslow es en gran parte teórica y carece de una validación empírica sólida. Las investigaciones posteriores no han confirmado de manera consistente la progresión rígida y escalonada de las necesidades.

2. Sesgo cultural: refleja una visión del mundo individualista occidental. En las culturas colectivistas, las necesidades sociales y comunitarias pueden tener prioridad sobre la autorrealización.

3. Simplificación excesiva: la motivación humana es compleja y dinámica, y a menudo implica necesidades simultáneas y en competencia. La estructura lineal de la jerarquía simplifica en exceso esta interacción.

4. Ambigüedad de la autorrealización: el concepto de autorrealización es vago y subjetivo, lo que dificulta su medición o definición universal.

5. Descuido de los factores situacionales y contextuales: no tiene en cuenta adecuadamente las circunstancias externas ni la forma en que las limitaciones ambientales pueden influir en la motivación.

¿Cuál es el impacto y el legado de Maslow?

La teoría de Maslow tuvo un profundo impacto en la psicología humanista y las teorías de gestión. También en el desarrollo de marcos analíticos en la educación, el comportamiento organizacional y el marketing. La teoría sigue siendo una piedra angular de los planes de estudio de introducción a la psicología.

A pesar de sus limitaciones, la jerarquía de Maslow perdura como un modelo fundamental para comprender las necesidades y el comportamiento humanos. Lo más relevante, para esta columna, es cuando escribió: "tenemos lo que podríamos llamar el deseo de reputación o prestigio (definiéndolo como respeto o estima de otras personas), reconocimiento, atención, importancia o aprecio".

El poder del reconocimiento está profundamente entrelazado con la jerarquía de necesidades de Maslow. Al comprender cómo los elogios satisfacen varios niveles de necesidades humanas, desde la seguridad básica hasta la búsqueda de la autorrealización, los líderes pueden motivar eficazmente a sus equipos.

El poder del elogio.

Simon Sinek, autor de varios libros que he disfrutado, “Start with Why: How Great Leaders Inspire Everyone to Take Action” (2009), “Leaders Eat Last: Why Some Teams Pull Together and Others Don't” (2014), ha utilizado el concepto del “poder del elogio” como un elemento fundamental para construir equipos fuertes, efectivos y fomentar un ambiente de trabajo positivo. Según Sinek, el reconocimiento no es simplemente algo bueno, sino una herramienta fundamental para inspirar lealtad, colaboración y productividad.

Los humanos somos seres sociales por naturaleza. Prosperamos gracias a la conexión, el reconocimiento y el sentido de pertenencia. El elogio, cuando se da de manera auténtica, satisface estas necesidades al reforzar el valor de las contribuciones de un individuo. Reconocer los esfuerzos de alguien, incluso en pequeñas formas, comunica que su trabajo importa y que es parte integral de una misión más grande. Este reconocimiento no solo aumenta la moral, sino que también fortalece el vínculo emocional entre los miembros del equipo y los líderes.

Liderazgo transaccional y transformacional.

Sinek destaca la distinción entre liderazgo transaccional y transformacional. Los líderes transaccionales se centran en los resultados, las metas y los resultados, y descuidan las necesidades emocionales de sus equipos. Los líderes transformacionales, por otro lado, entienden que el éxito a largo plazo proviene de generar confianza e inspirar a las personas para que rindan al máximo. El elogio es una herramienta clave en este enfoque. Al ofrecer un reconocimiento genuino, los líderes fomentan un entorno de seguridad psicológica donde las personas se sienten motivadas a tomar la iniciativa, innovar y colaborar.

Uno de los argumentos clave de Sinek es que el elogio debe ser específico y significativo. Los cumplidos genéricos como "buen trabajo" pueden parecer superficiales y no tener eco. En cambio, los líderes deben tomarse el tiempo para identificar y articular exactamente lo que valoran en las acciones de alguien. Un buen nivel de especificidad garantiza que el elogio se sienta sincero e impactante.

Además, Sinek subraya el efecto dominó del elogio. Cuando los líderes dan ejemplo de reconocimiento genuino, establecen un estándar para toda la organización. Es más probable que los miembros del equipo aprecien los esfuerzos de los demás, lo que crea una cultura de respeto mutuo y colaboración. Esta cultura, a su vez, mejora la retención, el compromiso y el desempeño general de la organización. Los empleados que se sienten valorados tienen más probabilidades de permanecer leales a su organización y de ir más allá en sus funciones.

Círculo de seguridad.

Sinek también vincula el “poder del elogio” a su concepto más amplio del "círculo de seguridad". Este concepto se refiere a la creación de un entorno en el que las personas se sientan seguras y apoyadas, libres de amenazas internas. El elogio desempeña un papel crucial en el establecimiento de este círculo al reforzar los comportamientos positivos y fomentar la confianza. Cuando las personas se sienten reconocidas y apreciadas, es menos probable que compitan destructivamente y es más probable que colaboren y se apoyen mutuamente.

Por último, Sinek advierte contra el uso de herramientas de manipulación. La autenticidad es primordial. El elogio debe surgir del reconocimiento genuino del esfuerzo y los logros, en lugar de ser un medio para obtener un mayor rendimiento. Cuando las personas perciben la falta de sinceridad, se puede erosionar la confianza y disminuir la eficacia. Por lo tanto, los líderes deben ser conscientes de sus intenciones y asegurarse de que su reconocimiento esté en línea con sus valores y la cultura que desean promover.

El reconocimiento es la semilla que cultiva un entorno laboral floreciente. Cuando valoramos a nuestros colaboradores, cosechamos no solo su lealtad, sino también su máximo potencial. Dale Carnegie decía que "las personas trabajan por dinero, pero se esfuerzan más allá de lo esperado por reconocimiento, elogios y recompensas”. Warren Buffett decía que "cuando aprecias lo que otros hacen bien, ellos se vuelven aún mejores". Susan M. Heathfield decía que "el reconocimiento no es un recurso limitado; cuanto más lo utilizas, más valor crea."

https://www.sdpnoticias.com/opinion/dias-para-reconocer/


Saturday, December 14, 2024

Instituciones o caudillos

Instituciones o caudillos

Javier Treviño

@javier_trevino

Fareed Zakaria preguntó en su columna, en The Washington Post (6 de diciembre), ¿por qué las democracias, desde Corea del Sur hasta Francia y Estados Unidos, están en crisis? Y añadió que, para salvar la democracia liberal, hay que salvar a sus instituciones. 

Zakaria señala que en el mundo hay una crisis de las instituciones democráticas. La gente cada vez desconfía más de las instituciones democráticas tradicionales y de las élites que las dirigen. Sienten enojo o frustración hacia el gobierno. Es una sensación de rabia contra las élites gobernantes.

Estamos viviendo una “era de revoluciones”: económica, tecnológica y cultural, añade Zakaria. Los viejos patrones están siendo dejados de lado. El cambio de las instituciones a los caudillos es posible gracias a las nuevas tecnologías que permiten a los individuos tener el tipo de alcance e influencia que antes era exclusivo de las grandes organizaciones.

Mientras que la democracia liberal se ha mantenido gracias a instituciones y procesos, el gobierno de caudillos es, al final, un gobierno por capricho. El Premio Nobel de Economía de este año fue para académicos que hicieron preguntas simples: ¿por qué la mayoría de los países no logran volverse ricos y exitosos? ¿Y qué explica los pocos que lo logran? Su respuesta: instituciones fuertes. 

Estoy totalmente de acuerdo con Fareed Zakaria: la salud de una democracia depende en gran medida de la fortaleza e integridad de sus instituciones. Las instituciones democráticas, como las legislaturas, los poderes judiciales y los órganos electorales, proporcionan el marco en el que se construye la gobernanza, garantizando la rendición de cuentas, la transparencia y el estado de derecho. Por el contrario, la aparición de caudillos (líderes autoritarios que ejercen el poder sin restricciones institucionales) plantea una amenaza importante para la estabilidad democrática. 

Las instituciones democráticas cumplen funciones críticas: 

1. Facilitan la rendición de cuentas al proporcionar mecanismos a través de los cuales los ciudadanos pueden exigir a sus líderes que se hagan responsables por sus acciones.

2. Promueven la estabilidad al definir reglas y procesos claros para la gobernanza. Esta previsibilidad es crucial para el desarrollo político y económico, ya que permite a los ciudadanos y las empresas planificar el futuro con confianza.

3. Un poder judicial independiente puede resolver disputas y controlar los abusos de poder, asegurando que nadie esté por encima de la ley. 

4. Los órganos legislativos fuertes permiten una representación y un debate diversos, lo que fomentaría la toma de decisiones inclusivas.

5. Una gobernanza eficaz depende de la participación ciudadana y de procesos transparentes que empoderen las voces marginadas, lo que en última instancia conduce a mejores servicios públicos y a la confianza en el gobierno.

El peligro de los caudillos:

1. A diferencia de la gobernanza institucional, los caudillos suelen surgir en entornos donde las instituciones son débiles o están comprometidas. Estas figuras autoritarias suelen centralizar el poder y socavar las normas democráticas, lo que conduce a una concentración de autoridad que puede sofocar el disenso y limitar el pluralismo político. 

2. El atractivo de los caudillos reside en su capacidad de proporcionar soluciones rápidas a problemas complejos, apelando a los deseos de estabilidad de los ciudadanos, en medio de la incertidumbre. 

3. Sin embargo, esta concentración de poder con frecuencia da lugar a abusos de autoridad, corrupción y erosión de las libertades civiles.

4. El ascenso de los caudillos también puede conducir a la polarización política y la división social. Al presentarse como salvadores contra amenazas percibidas, ya sea de oponentes políticos o de fuerzas externas, pueden manipular el sentimiento público y justificar medidas represivas. 

5. Esta dinámica caudillista no sólo socava los principios democráticos, sino que también crea un entorno en el que el disenso se considera una traición, lo que afianza aún más el régimen autoritario.

La relación entre instituciones fuertes y una democracia sana es simbiótica. Las instituciones no sólo defienden las normas democráticas, sino que también evolucionan a través de procesos democráticos que reflejan la voluntad del pueblo. 

Cuando los ciudadanos interactúan con su gobierno a través de canales establecidos (como el voto, la defensa de intereses y el discurso público), refuerzan la legitimidad de las instituciones. Por el contrario, cuando estas instituciones se ven debilitadas o ignoradas por los caudillos, se amenaza el fundamento mismo de la democracia.

Para protegerse contra el ascenso del autoritarismo, es necesario que las democracias inviertan en el fortalecimiento de sus instituciones. Esto incluye promover la independencia judicial, mejorar la integridad electoral y fomentar sociedades civiles vibrantes que alienten la participación ciudadana. 

Una gobernanza eficaz depende de mantener un equilibrio entre soberanía popular e integridad institucional.

La transformación de México, en el siglo XX, de una nación dominada por caudillos a una caracterizada por la gobernanza institucional, representó una evolución significativa en su marco democrático. Esto no fue simplemente un cambio de liderazgo, sino una reestructuración profunda de las normas y prácticas políticas que sentaron las bases de la democracia mexicana moderna. 

La importancia de esta transformación radica en su capacidad para estabilizar la gobernanza, promover el estado de derecho y mejorar la participación ciudadana, fomentando en última instancia un sistema político más resistente.

Históricamente, México estuvo marcado por la influencia de los caudillos, líderes militares, hombres fuertes que ejercían el poder mediante la coerción y el clientelismo. La Revolución Mexicana fue una respuesta a este caudillismo, con el objetivo de desmantelar el régimen autoritario de Porfirio Díaz. 

Si bien la revolución logró derrocar a Díaz, el período posrevolucionario vio el surgimiento de nuevos caudillos que continuaron ejerciendo un control significativo sobre los asuntos políticos. Líderes como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles establecieron un régimen semiautoritario que mantuvo el orden, pero a expensas de los principios democráticos.

El momento crucial en la evolución política de México llegó con la creación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1929. Este partido surgió de las facciones revolucionarias y buscó unificar diversos intereses bajo una sola bandera, brindando una apariencia de estabilidad en medio de la agitación social y política. 

El dominio del PRI permitió la creación de instituciones formales que comenzaron a reemplazar el gobierno arbitrario de los caudillos con un gobierno estructurado. La Constitución de 1917 jugó un papel crucial en esta transformación, consagrando derechos y estableciendo mecanismos de participación política que anteriormente no existían.

México experimentó reformas significativas que consolidaron aún más la gobernanza institucional. Lázaro Cárdenas implementó la reforma agraria, nacionalizó industrias clave y promovió los derechos laborales, lo que no sólo abordó injusticias históricas sino que también fortaleció las instituciones estatales. Su presidencia marcó un alejamiento de la política caudillista, ya que enfatizó la gobernanza basada en marcos legales en lugar del poder personal.

A medida que México avanzaba hasta mediados del siglo XX, la consolidación de las instituciones se volvió cada vez más importante para fomentar las normas democráticas. La apertura gradual del espacio político permitió una mayor participación ciudadana en la gobernanza. El surgimiento de partidos de oposición, como el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1989, significó un cambio hacia un entorno político más pluralista donde se podían escuchar múltiples voces.

Las reformas electorales iniciadas en la década de 1990 demostraron aún más el compromiso de México con la democracia institucional. Estas reformas apuntaban a mejorar la integridad y la transparencia electoral, reduciendo las oportunidades de fraude y manipulación que habían plagado las elecciones anteriores. 

Al establecer autoridades electorales independientes, México buscó garantizar que las elecciones reflejaran la voluntad del pueblo en lugar de estar controladas por élites políticas arraigadas.

La transformación de un país dominado por caudillos a uno gobernado por instituciones es un testimonio de la resiliencia y el compromiso de México con la democracia. Esta evolución subraya la importancia de contar con instituciones sólidas para mantener la estabilidad política, promover la rendición de cuentas y facilitar la participación ciudadana. 

Si bien aún existen desafíos, en particular para abordar cuestiones como la corrupción y la desigualdad, las bases establecidas durante este período de transformación dotaron a México de las herramientas necesarias para transitar su camino hacia la democracia. 

Los pocos países que han salido de la pobreza y del mal gobierno han establecido instituciones y procedimientos buenos y justos que van más allá de cualquier individuo. Fareed Zakaria concluye que si, por frustración ante nuestros problemas actuales y transitorios, renunciamos a las instituciones duraderas que han construido la democracia liberal, estaremos dando la espalda a uno de los logros más significativos de la humanidad en la historia moderna.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/instituciones-o-caudillos/


Saturday, December 07, 2024

La ilusión de la certeza

La ilusión de la certeza

Javier Treviño

@javier_trevino

Nada es seguro excepto la muerte, los impuestos y la incertidumbre. Conozco a muchos que les resulta extremadamente difícil admitir la incertidumbre. Necesitan certezas. Eso es deseable tanto en el ámbito personal como en el profesional. Sin embargo, cuando se trata de innovación y crecimiento, una ilusión de certeza puede plantear peligros importantes. El deseo de certeza puede sofocar la creatividad, obstaculizar la adaptabilidad y, en última instancia, impedir el avance.

En un país caracterizado por cambios inesperados en las reglas del juego, y por la imprevisibilidad, la creencia de que se puede lograr una certeza absoluta es engañosa. Las organizaciones que se aferran a esta ilusión suelen volverse rígidas, porque priorizan la estabilidad y no exploran. 

Esta rigidez conduce a una falta de capacidad de respuesta a los cambios del mercado, y del gobierno. Las empresas pueden resistirse a las nuevas ideas, ocurrencias o políticas que desafían las normas establecidas. Durante las recesiones económicas, muchas empresas tienden a replegarse y concentrarse en sus operaciones principales. Evitan los riesgos asociados con la innovación. Mantienen el statu quo. 

Este comportamiento no sólo limita el crecimiento potencial, sino que también crea un entorno en el que los competidores que sí saben encarar la incertidumbre pueden prosperar más.

La certeza genera complacencia. Cuando las organizaciones priorizan la certeza, suelen centrarse en optimizar los procesos y productos existentes en lugar de explorar nuevas oportunidades. Esta mentalidad puede conducir a una cultura en la que se desalienta asumir riesgos o proponer ideas no convencionales. 

Las organizaciones arraigadas en una "cultura de la certeza" impulsan soluciones sin comprender plenamente los problemas que pretenden resolver. Este enfoque es sofocante porque desalienta la experimentación y el aprendizaje a partir de los fracasos, componentes clave de una innovación exitosa.

Por el contrario, aceptar la incertidumbre puede ser un poderoso catalizador para la innovación y el crecimiento. Las empresas que están dispuestas a explorar nuevos territorios y experimentar con inteligencia e ideas novedosas están mejor posicionadas para adaptarse y prosperar en entornos cambiantes. 

Una cultura que acepta la incertidumbre también fomenta un entorno en el que el fracaso se considera como una oportunidad de aprendizaje, en lugar de un revés. Las organizaciones que fomentan la experimentación permiten a los equipos probar hipótesis, recopilar datos, proponer nuevas ideas. Hay un proceso iterativo que es crucial para perfeccionar los productos y servicios. Se satisfacen las necesidades de los clientes de manera eficaz. 

La capacidad de navegar por la incertidumbre no solo es beneficiosa, sino que es esencial para el éxito a largo plazo de una organización. Mientras las empresas se enfrentan a una gran cantidad de desafíos que van desde cambios regulatorios hasta tensiones geopolíticas, los mejores líderes han desarrollado estrategias sofisticadas para gestionar la incertidumbre de manera eficaz:

1. Comprenden que la incertidumbre es un aspecto inherente del entorno político. En lugar de verla como una barrera, o un estorbo, la aceptan como un catalizador para la innovación y la planificación estratégica. Al reconocer la fluidez de los panoramas políticos, anticipan posibles disrupciones y preparan a sus organizaciones. 

2. Diversifican los canales de inteligencia. Establecen canales formales e informales para recopilar información sobre los riesgos políticos. Interactuan con los equipos de asuntos gubernamentales, las asociaciones industriales y las partes interesadas locales para obtener una comprensión integral del panorama político. Al diversificar las fuentes de inteligencia, los líderes pueden anticipar mejor los cambios y adaptar sus estrategias.

3. Se preparan para ajustes estratégicos. Incorporan una perspectiva política en su planificación. Considerar de manera proactiva los posibles cambios políticos permite a las organizaciones ajustar sus estrategias en previsión de los impactos, en lugar de simplemente reaccionar después de que ocurran. Las empresas que integran estas consideraciones tienden a reportar resultados más positivos.

4. Realizan una planificación de escenarios. Desarrollan múltiples escenarios, basados en posibles crisis, desarrollos y eventos políticos, para mejorar la agilidad y la resiliencia de sus organizaciones. Este enfoque permite a los líderes responder rápidamente cuando se enfrentan a cambios inesperados en el entorno político.

5. Desarrollan agilidad geopolítica. Cultivan un "músculo geopolítico" dentro de sus organizaciones integrando evaluaciones de riesgo en las decisiones de inversión y las estrategias operativas. Esta capacidad permite a las empresas navegar por las disrupciones de manera más efectiva e incluso aprovechar los cambios geopolíticos como ventajas estratégicas.

6. Establecen sistemas de alerta temprana. Identifican posibles riesgos políticos antes de que se intensifiquen. Esto puede implicar monitorear las iniciativas legislativas, utilizar análisis de datos para el entendimiento de tendencias y mantener la comunicación con expertos de la industria para mantenerse informado sobre los problemas emergentes.

7. Priorizan el diálogo transparente interno, con todos los integrantes de la organización. Se aseguran de que todos estén alineados con los objetivos estratégicos en medio de circunstancias cambiantes. Al fomentar líneas de comunicación abiertas, pueden transmitir información crítica sobre los riesgos y oportunidades emergentes, lo que permite una toma de decisiones informada en todos los niveles de la organización.

8. Interactúan con todas las partes interesadas externas. Resulta imprescindible construir relaciones basadas en la confianza y la colaboración con funcionarios gubernamentales, asociaciones industriales, académicos, y líderes comunitarios. Estas relaciones son esenciales para abordar los desafíos regulatorios y promover políticas que se alineen con los objetivos de la organización. 

9. Posicionan a sus empresas como aliadas de los gobiernos. Cuando se les percibe como socios de confianza en el proceso de formulación de políticas, mejora su influencia y capacidad para dar forma a resultados favorables. Saben que establecer relaciones con los funcionarios gubernamentales y los responsables de las políticas es esencial para navegar por la incertidumbre. Defienden sus intereses y, al mismo tiempo, comprenden las implicaciones más amplias de los cambios de política en sus negocios.

10. Aprovechan los conocimientos basados en datos para abordar la incertidumbre de manera eficaz. Al utilizar modelos predictivos y análisis de tendencias, pueden identificar riesgos y oportunidades potenciales antes de que se materialicen. Este uso estratégico de los datos permite a las organizaciones tomar decisiones informadas que mitiguen los riesgos asociados con cambios regulatorios o eventos geopolíticos.

11. Crean valor público. Desarrollan estrategias de promoción específicas que conjugan los objetivos comerciales con el interés público, mejorando así su credibilidad y eficacia en las relaciones comunitarias y gubernamentales.

12. Se adaptan. Desechan la arrogancia. Pueden cambiar rápidamente y así tienen más probabilidades de prosperar. Fomentan una cultura de resiliencia dentro de sus organizaciones al alentar a los equipos a aceptar el cambio y ver los desafíos como oportunidades de crecimiento.

13. Desarrollan liderazgos sólidos que abarcan diversas habilidades y perspectivas. Con ello garantizan la continuidad en la toma de decisiones durante períodos de incertidumbre. Mejoran las capacidades de sus equipos, y posicionan a sus organizaciones para el éxito a largo plazo.

14. Comunican eficazmente en tiempo de crisis. Se aseguran de que sus organizaciones tengan planes de comunicación sólidos para abordar las posibles crisis de manera rápida y transparente, manteniendo así la confianza de las partes interesadas.

La incertidumbre no es simplemente un desafío que debe gestionarse, sino una oportunidad para la innovación y el crecimiento. Al aceptar la incertidumbre, priorizar la comunicación proactiva, aprovechar los conocimientos basados en datos y fomentar la adaptabilidad dentro de las organizaciones, los líderes navegan con confianza en aguas políticas turbulentas. 

Un libro del distinguido estadístico, y profesor de la Universidad de Cambridge, David Spiegelhalter, muestra cómo la aritmética simple puede imponer orden sobre los riesgos que son parte integral de la vida.

En “El arte de la incertidumbre: cómo sortear el azar, la ignorancia, el riesgo y la suerte”, publicado por Penguin, Spiegelhalter escribe que “la incertidumbre está en todo nuestro alrededor, pero, como el aire que respiramos, tiende a permanecer sin examinar”. 

La incertidumbre es una relación entre un individuo y el mundo exterior. Y la tolerancia a la incertidumbre varía enormemente entre las personas: a algunas les entusiasma la imprevisibilidad, mientras que a otras las paraliza la ansiedad.

El principio rector de Spiegelhalter es que, si queremos pensar de forma útil sobre la incertidumbre, debemos utilizar números. En tanto más cuantifiquemos el mundo, mejores serán nuestras decisiones.

La incertidumbre está en el corazón de la política, la economía, el emprendimiento y los negocios. Vivimos en una era de oscuridad en donde reina la incertidumbre. Todavía necesitamos herramientas para enfrentarla. No conviene tratar de evitarla por completo. Eso sería una imprudencia inaudita. 

Peter Drucker decía que “el mayor peligro en tiempos de incertidumbre no es la incertidumbre misma, sino actuar con la lógica de ayer”.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/la-ilusion-de-la-certeza/