Saturday, June 21, 2025

WFA en los gobiernos

WFA en los gobiernos

Javier Treviño

@javier_trevino

He estado viajando las últimas tres semanas. Y sigo trabajando intensamente todos los días desde cualquier lugar en donde me encuentre. Por eso he pensado mucho en la posibilidad de que los gobiernos (municipios, estados y gobierno federal), algún día, se atrevieran a replantear el futuro del trabajo. ¿Usted cree que podrían aprender de las organizaciones que ya han adoptado la flexibilidad geográfica? 

Los modelos de teletrabajo podrían transformar la distribución del talento en los gobiernos. Incluso podrían eliminar las posibilidades de corrupción. Necesitamos empezar a pensar en casos prácticos y estrategias para que los gobiernos atraigan talento, impulsen la innovación, la transparencia y promuevan la equidad. 

En el cambiante panorama laboral moderno, hay todo tipo de opiniones diversas sobre el trabajo tradicional de oficina, los modelos híbridos y las configuraciones totalmente remotas. 

En medio de este debate, leí el libro de Prithwiraj Choudhury, “The World Is Your Office: How Work from Anywhere Boosts Talent, Productivity, and Innovation" (2025). Se perfila como una guía, basada en evidencia, que defiende el modelo de "trabajo desde cualquier lugar" (“Work From Anywhere” o WFA) como una estrategia transformadora para las organizaciones del siglo XXI. 

Basándose en más de una década de investigación pionera de la Escuela de Negocios de Harvard, Choudhury postula que el WFA no es un simple cambio logístico, sino una profunda ventaja competitiva que puede redefinir la forma en que las empresas atraen talento, mejoran la producción e impulsan la innovación.

El argumento central gira en torno a una clara distinción entre el teletrabajo que ofrece flexibilidad temporal, pero requiere que los empleados permanezcan geográficamente vinculados a una oficina, y el teletrabajo que otorga flexibilidad tanto temporal como geográfica, permitiendo a los empleados vivir y trabajar desde cualquier lugar con una conexión a internet. 

El teletrabajo beneficia por igual a trabajadores, comunidades y empleadores. Para los trabajadores, ofrece una flexibilidad inigualable, una mejor calidad de vida y un potencial ahorro de costos al permitir la reubicación en zonas más atractivas o asequibles. Para las comunidades, puede impulsar el desarrollo regional al distribuir el talento calificado de forma más amplia, reducir la congestión urbana y aliviar las presiones migratorias. Para los empleadores, el teletrabajo ofrece ventajas significativas en la adquisición y retención de talento, la productividad y la innovación.

Un pilar central del libro de Choudhury es el profundo impacto del teletrabajo en el talento. Al eliminar las restricciones geográficas, las organizaciones pueden ampliar drásticamente su cartera de talento, reclutando a profesionales de primer nivel de todo el mundo, independientemente de su ubicación física. Esto les permitiría contratar a “la persona ideal” en lugar de “la persona disponible localmente”. También fomentaría una fuerza laboral más diversa e inclusiva y altas tasas de retención. 

Más allá del talento, Choudhury demuestra meticulosamente cómo la flexibilidad geográfica puede impulsar significativamente la productividad. Esta mejora se atribuye a factores como la reducción de los tiempos de desplazamiento, el aumento de la autonomía y la capacidad de los empleados para optimizar su entorno laboral para lograr su eficacia personal. 

El argumento es que, cuando los empleados pueden vivir donde prefieren, su bienestar general y satisfacción laboral se traducen en un mayor compromiso y, en consecuencia, en un mayor rendimiento.

El libro también profundiza en el potencial de la WFA para impulsar la innovación. Si bien la creencia popular sugiere que la proximidad física es esencial para la colaboración creativa, Choudhury argumenta que la WFA, cuando se implementa con prácticas de gestión intencionales, puede fomentar una ideación más profunda y reflexiva. 

Aboga por una comunicación "asincrónica" y procesos de documentación sólidos, similares a la Wikipedia de una empresa, donde el conocimiento se comparte de forma transparente y se actualiza constantemente. Esto permite que personas de diferentes zonas horarias aporten ideas a su propio ritmo, lo que genera un trabajo más profundo y, potencialmente, soluciones más creativas. 

Además, se proponen oportunidades estructuradas para la interacción informal, como reuniones virtuales o retiros presenciales periódicos fuera de la oficina, para combatir el aislamiento y facilitar conexiones fortuitas vitales para la innovación. El libro también explora cómo las tecnologías emergentes, como la IA y la automatización, pueden extender el trabajo remoto a roles tradicionalmente considerados "sin escritorio", como la manufactura, al replicar digitalmente las operaciones del mundo real.

Choudhury reconoce los desafíos inherentes del trabajo remoto: comunicación entre zonas horarias, intercambio efectivo de conocimientos y mitigación del aislamiento de los empleados. Sin embargo, ofrece una guía práctica para que los líderes superen estos obstáculos, haciendo hincapié en estrategias como la creación de una base de conocimiento compartida y documentada, el diseño de flujos de trabajo que fomenten el intercambio de ideas y el fomento de una cultura de confianza y autonomía.

Tenemos que reimaginar el futuro del trabajo en el gobierno para que prospere en un mundo verdaderamente sin fronteras. Al adoptar los marcos de WFA, los gobiernos podrían abordar la escasez de talento, las ineficiencias operativas y los desafíos en la prestación de servicios públicos. 

1. Adquisición y retención de talento: Desde el inicio de la 4T, los gobiernos han tenido dificultades para competir con los salarios y la flexibilidad del sector privado. Implementar el WFA podría revolucionar la contratación en el sector público.

a) Acceso global al talento: Los gobiernos podrían contratar puestos especializados (expertos en ciberseguridad, científicos de datos) independientemente de la ubicación, superando las barreras geográficas.

b) Retención mediante la flexibilidad: Ofrecer autonomía de ubicación reduciría la deserción, especialmente entre los trabajadores más jóvenes que priorizan la conciliación de la vida laboral y personal.

c) Diversidad: Las políticas de teletrabajo atraen a grupos subrepresentados (personas con discapacidad) a la función pública.

2. Eficiencia operativa y ahorro de costos: El teletrabajo aborda directamente la sobrecarga burocrática y el desperdicio de recursos.

a) Reducción de espacio físico: Reducir la huella física podría ahorrar miles de millones. ¿Cuánto gastan los gobienros en espacio de oficina? Los modelos híbridos podrían reducir el costo entre un 40 % y un 60 %.

b) Ganancias de productividad: Estudios citados por Choudhury muestran que los trabajadores remotos logran un rendimiento entre un 13% y un 22% mayor gracias a la reducción de distracciones.

c) Planificación de la continuidad: Las fuerzas de trabajo distribuidas garantizan la resiliencia durante las crisis (pandemias, desastres naturales).

3. Modernización de los servicios públicos: La WFA facilita la innovación centrada en el ciudadano.

a) Servicios digitales: Las plataformas en la nube permiten a las agencias procesar permisos, beneficios y consultas desde cualquier lugar, reduciendo los tiempos de espera.

b) Integración de IA y automatización: La robótica y la IA amplían la WFA a funciones que no requieren escritorio, como el monitoreo de infraestructura o las inspecciones de campo.

c) Colaboración interjurisdiccional: Los equipos interinstitucionales pueden abordar problemas complejos sin retrasos ni costosos viajes.

4. Marco de implementación para gobiernos: La estrategia requiere adaptación a las limitaciones del sector público.

a) Repositorios virtuales: Las bases de datos centralizadas para políticas, capacitación y transcripciones de reuniones garantizan la coherencia.

b) Mentoría electrónica: Incorporación remota y desarrollo de habilidades para nuevos empleados.

c) Horarios híbridos: Dividir las semanas entre trabajo de campo/oficina y tareas remotas para mantener la cohesión.

d) Arquitectura de confianza: Acceso seguro para teletrabajadores que manejan datos confidenciales.

e) Sistemas gemelos digitales: Simulación de proyectos de infraestructura para la colaboración remota.

f) Subvenciones para mejoras tecnológicas: La financiación federal podría subvencionar dispositivos y software seguros.

g) Sueldos: Ajuste salarial según el lugar de trabajo de los empleados, no según la sede de la dependencia.

h) Inclusión rural: Expansión de internet de alta velocidad para apoyar la WFA en zonas desatendidas.

i) Protocolos de zona horaria: Expectativas claras para los puestos que requieren horarios de trabajo específicos.

5. Retos y mitigaciones

a) Ciberseguridad: Cifrado robusto y capacitación obligatoria para teletrabajadores.

b) Cultura heredada: Adopción gradual de la flexibilidad geográfica, comenzando por las agencias tecnológicamente avanzadas.

c) Auditorías de equidad: Monitorear las tasas de participación en todos los grupos demográficos para prevenir la exclusión.

Creo que el modelo de flexibilidad geográfica ofrecería a los gobiernos una vía para revitalizar el servicio público. Al adoptar estrategias de talento independientes de la ubicación, infraestructura digital y políticas flexibles, el gobierno podría mejorar la eficiencia operativa, fomentar la innovación y brindar un mejor servicio a los ciudadanos. Como argumenta el libro de Choudhury, la flexibilidad geográfica no es sólo una ventaja, sino una “ventaja competitiva” que los gobiernos ya no pueden permitirse ignorar.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/wfa-en-los-gobiernos/


Saturday, June 14, 2025

Cuando te duermes en tus laureles

Cuando te duermes en tus laureles

Javier Treviño

@javier_trevino

Monterrey se erigió durante muchos años como un faro de industrialización y prosperidad en América Latina. Su transformación a un dinámico centro económico fue el resultado de una rica y compleja historia industrial, marcada por la visión empresarial, la inversión estratégica y la adaptación a las coyunturas históricas. La industrialización no sólo cambió el paisaje urbano de Monterrey, sino que redefinió la vida social, laboral y cultural de sus habitantes, consolidándola como uno de los motores económicos más importantes de México.

Los orígenes de la industrialización de Monterrey se remontan a finales del siglo XIX, con un impulso significativo a partir de 1890. Aunque ya existían pequeñas fábricas textiles y talleres, el verdadero despegue se dio con la fundación de grandes empresas que sentaron las bases de la industria pesada y de transformación. Un factor clave fue la cercanía con Estados Unidos, que no sólo facilitó el comercio (especialmente durante la Guerra Civil Americana, que desvió el flujo de algodón hacia los puertos del norte de México), sino que también propició la afluencia de capital y la adopción de nuevas tecnologías y modelos de gestión. La Cervecería Cuauhtémoc (fundada en 1890) y la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey (establecida en 1900) fueron ejemplos emblemáticos de este primer boom industrial.

En primer lugar, la generación masiva de empleo atrajo a miles de familias trabajadoras, mejorando significativamente las condiciones económicas, reduciendo el desempleo y la pobreza. Las empresas pioneras no sólo ofrecieron trabajo, sino que, en un enfoque que prefiguraba la responsabilidad social, proporcionaron viviendas, acceso a parques, hospitales y clubes sociales, lo que también contribuyó a una fuerza laboral más estable y eficiente. Esta sinergia entre el sector privado y el desarrollo social fue un diferenciador crucial.

En segundo lugar, la diversificación industrial fue clave para la resiliencia económica de la ciudad. Aunque inicialmente dominada por la industria pesada, Monterrey se expandió a sectores como el cemento, vidrio, alimentos, bebidas y, posteriormente, la manufactura avanzada, la robótica, la logística, la tecnología y las finanzas. Esta capacidad de adaptación a las demandas del mercado global y la atracción de inversiones en nuevos sectores consolidaron su posición estratégica.

En tercer lugar, la inversión en infraestructura y educación fue fundamental. La creación de instituciones educativas de prestigio como la Universidad Autónoma de Nuevo León (1933) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (1943), aseguraron la formación de mano de obra calificada y líderes industriales, esenciales para el crecimiento sostenido. Esta colaboración entre academia y sector empresarial ha sido un pilar del éxito regiomontano.

En cuarto lugar, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte se convirtió en el motor del nuevo crecimiento de la región. Hoy en día, la apertura comercial ha permitido que Monterrey siga siendo un epicentro industrial y económico. Cemex, Femsa, Alfa, Xignux, Vitro, Arca Continental, Gruma, Ternium, DeAcero, Frisa, Cydsa, Banorte y Afirme y muchas más no sólo son pilares de la economía de Monterrey, sino que también reflejan la capacidad de la ciudad para innovar, diversificar y competir a nivel global. 

La historia industrial de Monterrey es un testimonio de cómo una visión a largo plazo, la inversión en capital humano, una robusta infraestructura y el libre comercio pueden transformar una región, convirtiéndola en un verdadero motor de prosperidad y un modelo de desarrollo industrial en México y más allá.

¿Cuál es el riesgo, para las grandes empresas de Monterrey, de que, tal vez sin quererlo, hoy se duerman en sus laureles? 

Hace poco leí el libro de John Kay, “The Corporation in the Twenty-First Century: Why (Almost) Everything We Are Told About Business Is Wrong” (2024), que ofrece una visión de los cambios en el pensamiento empresarial y la batalla por la confianza del consumidor.

Kay es uno de los economistas y comentaristas británicos más respetados en materia de negocios y políticas públicas. Presenta una contundente crítica de la ortodoxia corporativa contemporánea. Combinando perspectiva histórica, agudo razonamiento económico y ejemplos modernos, Kay desmonta los mitos prevalecientes sobre las corporaciones y propone una visión más sólida y sostenible de lo que son y deberían ser.

1. El dogma erróneo del valor para el accionista.

En el centro del argumento de Kay se encuentra un contundente rechazo a la idea de que el único propósito de una corporación es maximizar el valor para el accionista. Rastrea el auge de esta ideología en las décadas de 1970 y 1980, particularmente a través de pensadores como Milton Friedman y la Escuela de Chicago. Muestra cómo este enfoque estrecho ha llevado al cortoplacismo, la sobrecompensación ejecutiva, la financiarización y una desconfianza generalizada en las empresas.

“El valor para el accionista es un resultado, no un propósito”, escribe Kay. “Las corporaciones obtienen mejores resultados cuando buscan la excelencia en sus propios términos: creando buenos productos, atendiendo a los clientes y fomentando la innovación”.

2. La corporación como institución social.

Kay argumenta que las corporaciones no son meros acuerdos contractuales entre proveedores de capital, sino instituciones sociales en evolución, arraigadas en la sociedad. Se basan en la confianza, las normas y las relaciones a largo plazo con empleados, clientes, proveedores y comunidades. Su legitimidad reside en la eficacia con la que sirven a todos estos grupos de interés, no sólo a los accionistas.

Establece paralelismos entre las corporaciones y otras instituciones (como universidades, hospitales y gobiernos), enfatizando su papel en la creación de valor colectivo en lugar del beneficio individual.

3. La ficción de la eficiencia del mercado.

Otro mito que Kay critica es la creencia en la infalibilidad de los mercados y la idea de que la competencia y la desregulación siempre producen resultados óptimos. Expone las fallas de los modelos económicos excesivamente simplistas que ignoran las complejidades del mundo real, como las fallas del mercado, las asimetrías de información y el comportamiento humano que desafía el cálculo racional.

“La teoría económica no describe cómo funcionan realmente las empresas. Tampoco debería prescribir cómo deberían funcionar”.

4. El rol del propósito, la cultura y la adaptabilidad.

En contraste con las estructuras rígidas y las métricas financieras, Kay defiende las corporaciones orientadas a un propósito, adaptables y culturalmente ricas. Enfatiza que las empresas más exitosas, como Unilever, Toyota y Johnson & Johnson, prosperan no maximizando las ganancias, sino cultivando identidades únicas, misiones a largo plazo y valores profundamente arraigados.

Estas empresas invierten en las personas, fomentan la experimentación y evolucionan a través del aprendizaje, no sólo de la estrategia dictada desde las salas de juntas. 

5. Reparar el capitalismo repensando la corporación.

En lugar de derrocar el capitalismo, Kay propone reformarlo volviendo a sus principios fundamentales: las corporaciones existen para crear valor para la sociedad. Exige cambios en la legislación, la gobernanza y la educación para alejarse de la ingeniería financiera y centrarse en el fomento de empresas genuinamente productivas.

6. Reflexiones críticas.

El análisis de Kay es accesible y profundo. Combina historia, teoría y estudios de caso contemporáneos con un estilo lúcido, escéptico e  ingenioso. El libro resulta especialmente convincente en una época en la que la confianza pública en las grandes empresas, y en el gobierno, es baja y en la que el cambio climático, la desigualdad y la disrupción tecnológica exigen una reinvención de la responsabilidad corporativa.

Algunos críticos podrían argumentar que la visión de Kay es idealista, especialmente dados los incentivos arraigados en los mercados de capitales. Pero no es utópico: sus soluciones son pragmáticas y se basan en el comportamiento corporativo real que ha tenido éxito a largo plazo.

Conclusión

Hoy es oportuno y necesario desafiar los dogmas imperantes en Monterrey sobre los negocios. John Kay insta a los lectores a repensar el propósito de las corporaciones. Al abogar por una concepción más amplia del valor y el éxito, ofrece no sólo una crítica, sino una hoja de ruta esperanzadora para un capitalismo más resiliente y ético.

“La corporación en el siglo XXI” es una obra reflexiva y oportuna que reta a los líderes empresariales, políticos, legisladores y académicos de Nuevo León a no dormirse en sus laureles, despertar y repensar el propósito y las prácticas de la corporación moderna y su impacto en la política y la sociedad local. El análisis de Kay es, a la vez, una crítica de los errores del pasado y un plan para construir organizaciones más resilientes, innovadoras y socialmente responsables en el futuro.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/cuando-te-duermes-en-tus-laureles/


Sunday, June 08, 2025

El camino sinuoso de la transformación

El camino sinuoso de la transformación

Javier Treviño

@javier_trevino

El lunes pasado estuve en una conferencia de Nido Qubein en Estados Unidos. Es un reconocido empresario, educador y orador motivacional de origen libanés-estadounidense. Nació en 1948 en Jordania, hijo de madre libanesa y padre jordano. Tras la muerte de su padre, cuando tenía seis años, fue criado por su madre, una costurera. A los 17 años emigró a Estados Unidos con apenas 50 dólares en el bolsillo y un conocimiento limitado del inglés.

Qubein estudió en Mount Olive College y luego se transfirió a High Point University, donde se graduó en 1970. Posteriormente obtuvo una maestría en educación empresarial por la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro. Llegó a ser presidente de High Point University en 2005, liderando una transformación de la institución, que pasó de ser una pequeña universidad regional a una de las más reconocidas en el sur de Estados Unidos.

Qubein es un exitoso empresario. Fue presidente de Great Harvest Bread Company y miembro de los consejos de administración de Truist Financial y La-Z-Boy Corporation. También es autor de una docena de libros sobre liderazgo, comunicación y desarrollo personal. Es considerado uno de los oradores motivacionales más influyentes de Estados Unidos. Su mensaje se centra en la importancia de la actitud, el liderazgo con propósito, la resiliencia y la visión estratégica para transformar organizaciones y vidas personales.

Después de la conferencia, leí su libro, de 2024, “Extraordinary Transformation: An Entrepreneurial Blueprint for Leaders Who Seek Transformational Growth in Any Organization”. Pensé mucho en las elecciones del domingo pasado y en el reto que tiene el gobierno mexicano cuando habla de transformación.

En una era marcada por cambios constantes y desafíos sin precedentes, la necesidad de transformar nunca había sido tan urgente. El libro de Nido Qubein podría ser una guía práctica y oportuna que ofrece un marco integral para que nuestros líderes puedan desenvolverse en este panorama dinámico. 

Un crecimiento profundo y sostenible de una nación no se logra mediante ajustes graduales. Se tiene que adoptar una mentalidad emprendedora, cultivar una visión estratégica clara y ejecutar con una disciplina inquebrantable, a la vez que se fomenta una cultura que promueve la evolución continua. Es un camino sinuoso.

En el libro "Transformación extraordinaria" de Qubein se encuentra el concepto del plan empresarial. No es sólo para crear nuevas empresas, sino establecer tres pilares para inculcar en las organizaciones consolidadas la agilidad, la tolerancia al riesgo y el espíritu innovador. 

Primero, Qubein argumenta que los líderes deben convertirse en "intraemprendedores"; buscar constantemente nuevas oportunidades, desafiar la sabiduría convencional y estar dispuestos a adaptarse cuando sea necesario. Esta mentalidad fomenta una postura proactiva ante el cambio, considerando la disrupción no como una amenaza, sino como un terreno fértil para nuevas posibilidades. 

Se trata de fomentar una cultura donde se tomen riesgos calculados, los fracasos se consideren como oportunidades de aprendizaje y la creatividad sea un motor, independientemente de si la organización es una startup tecnológica emergente o una agencia gubernamental con una larga trayectoria.

Segundo, este espíritu emprendedor se complementa con el énfasis en la visión estratégica y la claridad. Qubein enfatiza que una transformación no puede ocurrir en el vacío; requiere una imagen convincente y bien articulada del futuro deseado. Esta visión va más allá de los meros objetivos financieros o la eficiencia operativa; debe inspirar, alinear y motivar a cada persona dentro de la organización. 

Una visión clara actúa como una guía para la toma de decisiones. Prioriza iniciativas y garantiza que todos los esfuerzos se canalicen hacia un objetivo unificado. Sin esta claridad, incluso los esfuerzos más emprendedores pueden convertirse en esfuerzos dispersos, carentes de la coherencia necesaria para una transformación extraordinaria.

El tercer pilar del plan de Qubein es la ejecución disciplinada. Una visión poderosa y una mentalidad emprendedora se vuelven inertes sin el esfuerzo constante y meticuloso necesario para hacerlas realidad. El libro proporciona pasos prácticos para que los líderes traduzcan grandes ideas en resultados tangibles. Esto implica establecer métricas claras, fomentar la responsabilidad y adoptar un proceso iterativo de planificación, implementación y evaluación. 

Qubein subraya que la verdadera transformación no es un evento único, sino un proceso continuo de perfeccionamiento y adaptación. Los líderes deben inculcar una cultura de seguimiento riguroso; garantizar que las estrategias no sólo se conciban, sino que se implementen y ajusten eficazmente a medida que evolucionan las circunstancias. Esta disciplina actúa como motor, e impulsa a la organización a través de las complejidades del cambio.

La base de estos tres pilares es el papel crucial de las personas y la cultura organizacional. Qubein aboga, tanto implícita como explícitamente, por un estilo de liderazgo que empodere, desarrolle e inspire a los empleados de todos los niveles. El crecimiento transformacional es un esfuerzo colectivo y requiere una cultura donde las personas se sientan valoradas, se les anime a aportar sus ideas y se les dote de las habilidades necesarias para afrontar nuevos retos. 

Según Qubein, los líderes deben cultivar un entorno de confianza, comunicación abierta y un propósito compartido, reconociendo que el factor humano es fundamental para impulsar y sostener cualquier cambio organizacional profundo.

"Transformación extraordinaria" de Nido Qubein ofrece un modelo oportuno y de aplicación universal para líderes que buscan algo más que una simple mejora gradual. Al promover una mentalidad emprendedora, enfatizar el poder de una visión estratégica clara y subrayar la necesidad de una ejecución disciplinada, todo ello dentro de una cultura de apoyo y empoderamiento, Qubein ofrece una guía completa. Su trabajo sugiere que la capacidad para un crecimiento extraordinario reside en cualquier organización, esperando ser liberada por líderes dispuestos a adoptar estos principios fundamentales de la transformación.

Aquí están algunas de las mejores frases que subrayé y que ilustran la idea central del libro:

1. “Tu circunstancia actual no determina a dónde puedes llegar; simplemente define por dónde debes empezar”. Esta cita resume la creencia de Qubein de que la transformación comienza con visión y posibilidad, independientemente de las limitaciones actuales.

2. “Las oportunidades no ocurren. Tú las creas”. Qubein enfatiza la mentalidad emprendedora: los líderes deben ser proactivos al forjar nuevos caminos en lugar de esperar la oportunidad.

3. “Si no estás dispuesto a arriesgarte, no puedes crecer. Si no puedes crecer, no puedes alcanzar tu máximo potencial. Si no puedes alcanzar tu máximo potencial, no puedes ser feliz. Si no puedes ser feliz, ¿qué más te queda?”. Esto refleja su convicción de que el crecimiento y la realización personal requieren valentía y disposición para asumir riesgos.

4. “La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es ese pequeño extra”. Qubein destaca la importancia de ir más allá de las expectativas: la transformación se logra entregando constantemente más de lo requerido.

5. “El precio de la disciplina siempre es menor que el dolor del arrepentimiento”. La disciplina y la ejecución constante son fundamentales en el plan de Qubein para un cambio duradero.

6. “Una decisión se toma con la mente. Un compromiso se hace con el corazón. Por lo tanto, un compromiso es mucho más profundo y vinculante que una decisión”. La verdadera transformación, según Qubein, requiere un compromiso incondicional, no sólo un acuerdo intelectual.

7. “El cambio siempre trae oportunidades”. En lugar de temer al cambio, Qubein insta a los líderes a verlo como el catalizador del crecimiento y la innovación.

8. “El éxito no se trata sólo de ganar dinero; se trata de marcar la diferencia”. Redefine el éxito como la creación de valor e impacto positivo, no sólo como ganancia personal.

9. “La mayoría de nosotros perdemos las mejores oportunidades de la vida porque se nos presentan disfrazadas de trabajo”. Qubein enfatiza que la transformación se basa en el trabajo duro y en aprovechar las oportunidades que genera el esfuerzo.

10. “¿Eres un termómetro o un termostato? Un termómetro sólo refleja la temperatura de su entorno, adaptándose a la situación. Pero un termostato inicia la acción para cambiar la temperatura de su entorno”. Esta metáfora captura su llamado a los líderes a ser agentes de cambio proactivos, no meros respondedores pasivos.

11. “Cuando una meta le importa lo suficiente a alguien, esa persona encontrará la manera de lograr lo que al principio parecía imposible”. La visión y la pasión impulsan la persistencia necesaria para una transformación extraordinaria.

El mensaje central de Qubein es: la transformación es posible para organizaciones o líderes que adopten una visión audaz, abracen el cambio, se comprometan plenamente, ejecuten con disciplina y espíritu emprendedor.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-camino-sinuoso-de-la-transformacion/


Saturday, May 31, 2025

Revoluciones silenciosas

Revoluciones silenciosas

Javier Treviño

@javier_trevino

Las revoluciones evocan imágenes de multitudes, caos y confrontación. Son momentos en los que la historia toma forma con declaraciones contundentes y fuerza bruta. Sin embargo, no todas las revoluciones son ruidosas. Algunas se desarrollan silenciosamente, bajo la superficie, transformando sociedades, valores y sistemas, sin la fanfarria de la violencia ni la agitación. Ocurren gradualmente, desapercibidas, hasta que sus efectos son irreversibles.

Hace muchos años leí el libro de Ronald Inglehart, “The Silent Revolution: Changing Values and Political Styles Among Western Publics” (1977). El autor define las revoluciones silenciosas como "cambios de valores que ocurren no por una ruptura repentina, sino mediante el reemplazo generacional y la adaptación gradual". Para Inglehart, la era posterior a la Segunda Guerra Mundial presenció una revolución silenciosa en las sociedades occidentales, a medida que las generaciones más jóvenes priorizaban la autoexpresión y la calidad de vida sobre la seguridad económica y física.

¿Cuáles son las características de las revoluciones silenciosas?

1. Gradualidad: A diferencia de las revoluciones violentas que estallan repentinamente, las revoluciones silenciosas se desarrollan a lo largo de décadas o generaciones.

2. Mecanismos no violentos: Utilizan medios legales, educativos, culturales o económicos en lugar de la fuerza física.

3. Transformación estructural: Alteran los marcos subyacentes, como los sistemas de creencias, las instituciones o las normas sociales.

4. Visibilidad latente: Su impacto sólo se hace evidente en retrospectiva, y pasa desapercibido mientras está en curso.

5. Participación amplia: En lugar de ser impulsadas por élites o líderes carismáticos individuales, se configuran mediante una participación dispersa y descentralizada.

¿Cuáles son otros elementos centrales de las revoluciones silenciosas?

1. Ideas e ideologías: Las revoluciones silenciosas comienzan con un cambio en la conciencia colectiva. Cambiar las ideas dominantes puede erosionar la legitimidad de los sistemas existentes. Esto allana el camino para nuevas normas.

2. Instituciones y políticas: Los cambios graduales en las políticas, como nuevas leyes, reformas educativas o reestructuración institucional, sirven como vehículos para cambios revolucionarios. Estas reformas pueden ser "pragmáticas", pero tienen implicaciones transformadoras.

3. Tecnología e infraestructura: La innovación tecnológica puede catalizar revoluciones silenciosas. La revolución digital ha redefinido la comunicación, el comercio y la comunidad de maneras que inicialmente eran imperceptibles.

4. Cambios demográficos y culturales: Los cambios en las estructuras familiares, los niveles educativos, los roles de género o los patrones de inmigración pueden revolucionar silenciosamente las dinámicas fundamentales de la sociedad.

¿Cuáles son algunos ejemplos de revoluciones silenciosas?

1. El cambio posmaterialista. En su libro, Ronald Inglehart documentó un cambio de valores en las sociedades industriales avanzadas: de preocupaciones materialistas (estabilidad económica) a prioridades posmaterialistas (protección ambiental, igualdad de género, autonomía individual). Esta transformación, en gran medida invisible al principio, ha tenido profundas implicaciones políticas, influyendo en el auge de los partidos verdes, los movimientos por los derechos civiles y la democracia participativa.

2. La revolución digital. El auge del internet y la tecnología móvil alteró fundamentalmente el tejido de la sociedad global: cómo nos comunicamos, trabajamos e incluso cómo pensamos. Shoshana Zuboff, en “The Age of Surveillance Capitalism” (2019), exploró cómo estas tecnologías han creado nuevas estructuras de poder y modelos económicos, moldeando silenciosamente el comportamiento y la gobernanza sin consentimiento ni reconocimiento explícitos.

3. Conciencia ambiental y política climática. El auge del ambientalismo —de la defensa de nichos específicos al consenso global— ilustra una revolución silenciosa en las prioridades y las políticas. Libros como “Silent Spring” (1962) de Rachel Carson no provocaron una revuelta masiva, sino que iniciaron una lenta transformación en la conciencia pública y las políticas regulatorias.

Cansancio político.

El cansancio político —también conocido como hartazgo, fatiga política, desilusión o alienación— puede ser una causa y una condición importante para una revolución silenciosa. Si bien las revoluciones políticas suelen surgir de una intensa movilización y confrontación, las revoluciones silenciosas pueden surgir de lo contrario: la desconexión con las estructuras políticas tradicionales y la búsqueda discreta de alternativas.

1. Decepción con la política tradicional.

Cuando los ciudadanos pierden la fe en los partidos, líderes e instituciones políticas establecidas, pueden retirarse de la participación convencional (voto, activismo) y, en cambio, expresar sus valores a través de cambios culturales, cambios en el estilo de vida o iniciativas descentralizadas. Este cansancio se convierte en terreno fértil para revoluciones silenciosas en valores, identidades y modos de gobierno. El profesor Colin Crouch escribió en su libro “Postdemocracia” (2000) que “la erosión de la confianza en las instituciones políticas no es necesariamente el fin de la política; puede ser el comienzo de la política por otros medios”. 

2. Transición de la participación a la autonomía personal.

Ronald Inglehart argumentó que, a medida que las personas se cansan políticamente, o se sienten materialmente seguras, desvían su atención de las luchas materiales colectivas hacia la expresión y la autonomía individuales. Esto impulsa las revoluciones posmaterialistas y culturales, silenciosas en su forma, pero radicales en sus implicaciones. “Cuando la política se percibe como corrupta o insensible, la gente ya no marcha, sino que se retrae”, concluye quien fuera el director de la Encuesta Mundial de Valores.

3. Sustitución de instituciones.

En lugar de enfrentarse al sistema directamente, los ciudadanos cansados y hartos del estado actual de cosas podrían construir o apoyar sistemas paralelos —cooperativas locales, software de código abierto, monedas comunitarias o democracias digitales— que poco a poco socavarían el orden dominante. El auge de la tecnología blockchain surgió como respuesta a la desconfianza en los bancos. El movimiento de educación en casa aparece como reacción al desencanto con la educación pública. El periodismo ciudadano y los medios de comunicación descentralizados surgen de la frustración con las narrativas dominantes.

4. Rechazo silencioso de las narrativas dominantes.

El cansancio político puede resultar en un rechazo masivo, pero silenciado, del discurso de las élites, lo que lleva a una transformación de los símbolos culturales, el lenguaje y las aspiraciones, sentando las bases de una revolución cultural. Esto se evidenció en la década de 2010 con el creciente escepticismo hacia la globalización, el neoliberalismo y la autoridad centralizada. Rebecca Solnit, en su libro “Esperanza en la oscuridad” (2004) escribió acertadamente que “la gente no siempre asalta el palacio. A veces simplemente deja de mirarlo.”

5. Estudio de caso: Europa del Este antes de 1989.

En los años previos a la caída del bloque soviético, muchos europeos del Este se desvincularon de la vida política oficial. Disidentes como Václav Havel abogaron por “vivir en la verdad” como una forma de resistencia silenciosa, optando por no creer en la propaganda estatal ni participar en sus rituales. En “El poder de los impotentes” (1978), Havel escribió que “el verdadero poder de la disidencia no reside en el acto de protesta, sino en la retirada silenciosa del consentimiento”. Todos lo sabemos. Esta erosión silenciosa de la legitimidad, impulsada por el cansancio y la disidencia silenciosa, allanó el camino para un cambio político repentino y drástico.

El catalizador de la revolución silenciosa.

El cansancio político es más que sólo un síntoma de apatía: es un catalizador de la revolución silenciosa. Cuando las personas se desvinculan de los sistemas fallidos, comienzan a construir nuevas formas de vida, organización y relación, transformando silenciosamente el panorama político y cultural. Estos cambios pueden ser lentos, sutiles y descentralizados, pero su impacto acumulativo es duradero.

Hay gobiernos que no se dan cuenta de que las revoluciones silenciosas empiezan con cambios tectónicos bajo la superficie de la sociedad. Se centran menos en el espectáculo y más en la sustancia: transforman mentes, normas e instituciones de manera que perduran. Al estudiar y reconocer las revoluciones silenciosas, comprendemos mejor cómo los cambios significativos suelen ocurrir: no con un estallido, sino con persistencia, ideas y determinación.

Una "revolución silenciosa" describe una transformación fundamental dentro de una sociedad; ocurre gradualmente, sin trastornos dramáticos ni violencia generalizada. A diferencia de las revoluciones tradicionales, marcadas por barricadas y derramamiento de sangre, las revoluciones silenciosas se desarrollan a través de cambios en valores, normas, tecnologías o estructuras institucionales, que eventualmente conducen a profundas alteraciones en la forma en que las personas viven, piensan e interactúan.

El ritmo de una revolución silenciosa es evolutivo; el cambio se acumula con el tiempo, inadvertido en sus etapas iniciales. Es impulsada por actores no estatales, como empresarios, movimientos de base, innovadores tecnológicos. Cambia las actitudes culturales. Su impacto es profundo y duradero. Transforma los aspectos fundamentales de la sociedad. Sólo se hace evidente en retrospectiva, cuando el efecto acumulativo de estos cambios graduales se vuelve innegable.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/revoluciones-silenciosas/


Saturday, May 24, 2025

Revelaciones que cambian las reglas

Revelaciones que cambian las reglas

Javier Treviño

@javier_trevino

¿A usted no le ha pasado? De repente comprende o soluciona inesperadamente un problema que antes era incomprensible. Es el ¡momento ajá! Se caracteriza por una rápida transición de la confusión o el estancamiento a la claridad y la comprensión, acompañada de una respuesta emocional positiva y una fuerte convicción de que la solución es la correcta.

Características del “momento ajá”.

Repentinidad: Aparece de forma abrupta, sin previo aviso, tras un periodo de estancamiento o fijación mental en un problema.

Fluidez: Una vez que se produce la intuición, la solución se procesa con fluidez y sin esfuerzo, como si de repente todo "encajara" en su lugar.

Afecto: Este momento provoca sentimientos de alegría, satisfacción y entusiasmo debido a la sorpresa y la claridad que aporta.

Convicción: La persona experimenta una fuerte sensación de que la solución o la comprensión es verdadera y precisa. 

Las investigaciones demuestran que estos momentos suelen surgir de la actividad cerebral subconsciente, a veces desencadenados por señales ambientales o interrupciones en la atención concentrada.

Elementos esenciales del “momento ajá”.

Impasse: La persona que resuelve el problema inicialmente se encuentra con un bloqueo mental o fijación, incapaz de encontrar una solución a pesar del esfuerzo.

Interrupción de la fijación: Un cambio de perspectiva o la relajación de las limitaciones mentales permite la formación de nuevas conexiones.

Introspección súbita: La solución surge espontáneamente, vinculada a un estallido de ondas cerebrales de alta frecuencia en el lóbulo temporal derecho, como lo demuestran estudios neurocientíficos.

Respuesta emocional: La introspección va acompañada de una fuerte reacción emocional, que refuerza la memoria y el aprendizaje.

Integración: La nueva comprensión se incorpora a la conciencia, lo que a conduce a una mejor resolución de problemas y creatividad.

Consecuencias del “momento ajá”.

Mayor creatividad y productividad: Puede impulsar la creatividad al permitir a las personas pensar fuera de los patrones convencionales y generar ideas innovadoras.

Mejora del aprendizaje y la memoria: El impacto emocional positivo y la claridad repentina ayudan a consolidar la comprensión en la memoria, lo que favorece el aprendizaje de un solo intento.

Mejor toma de decisiones: Experimentar la comprensión permite respuestas más precisas y completas para la resolución de problemas en comparación con intentos parciales o incompletos.

Satisfacción emocional: La alegría y la emoción asociadas con el momento motivan una mayor exploración y compromiso con problemas complejos.

Factores como los estados de relajación, los entornos espaciosos o la reducción de distracciones pueden aumentar la probabilidad de “momentos ajá” al promover el pensamiento holístico en lugar de un enfoque analítico limitado.

El “momento ajá” en política y gobierno.

En política y gobierno también hay descubrimientos o percepciones repentinas que transforman drásticamente la comprensión, la estrategia o la opinión pública, lo que a veces conduce a cambios significativos. Son revelaciones que cambian las reglas y pueden ocurrir durante asambleas políticas, negociaciones, elecciones o discursos, y con frecuencia marcan puntos de inflexión en la historia de un pueblo.

Un “momento ajá” puede implicar una claridad repentina sobre una estrategia política, ideología o problema social que transforma la dinámica de un partido o de la opinión pública. Estos momentos pueden revelar nuevas alianzas, exponer debilidades o inspirar movimientos, frecuentemente acompañados de resonancia emocional y una amplia atención pública.

En el ámbito de la política y el gobierno, el progreso suele ser lento, complejo y obstaculizado por la burocracia. Sin embargo, la historia ofrece momentos de claridad repentina: percepciones transformadoras cuando individuos o sociedades comprenden colectivamente una verdad fundamental. Son las instancias de epifanía que redefinen el liderazgo, las políticas y la conciencia pública. No siempre llegan con fanfarrias, pero su impacto se extiende a través de generaciones.

Una repentina comprensión personal, un fracaso que revela verdades sistémicas más profundas o un ajuste de cuentas público que impulsa el cambio. Estos momentos pueden alterar ideologías, cambiar las plataformas políticas o transformar naciones enteras. 

Thomas Kuhn, en “La estructura de las revoluciones científicas”, describe los cambios de paradigma como cambios repentinos y radicales en la cosmovisión. La política tiene su propia versión, cuando la narrativa dominante se derrumba bajo sus contradicciones y emerge una nueva visión. 

Lyndon B. Johnson y los derechos civiles.

Uno de los momentos de revelación más impactantes en la política estadounidense ocurrió con el presidente Lyndon B. Johnson. Aunque era un demócrata sureño con un historial complejo en cuestiones raciales, Johnson experimentó una transformación significativa durante su presidencia. El punto de inflexión se produjo tras el asesinato de John F. Kennedy y las marchas por los derechos civiles en Selma, Alabama.

Durante su discurso de 1965 ante el Congreso, en el que defendía la Ley de Derecho al Voto, Johnson declaró: “Es un error total negar a cualquiera de nuestros compatriotas estadounidenses el derecho al voto en este país”. En un momento de profunda claridad, se unió al movimiento por los derechos civiles. La historiadora Doris Kearns Goodwin escribe que Johnson reconoció tanto el imperativo moral como la trascendencia histórica del momento. Su impulso a la Ley de Derechos Civiles (1964) y la Ley de Derecho al Voto (1965) transformó la democracia estadounidense.

Mijaíl Gorbachov y la Glásnost.

Otra revelación que cambió el mundo ocurrió con Mijaíl Gorbachov, el último líder de la Unión Soviética. Cuando Gorbachov llegó al poder en 1985, la URSS se enfrentaba al estancamiento económico y la represión política. Inicialmente producto del sistema soviético, su contacto con las economías occidentales y el debate intelectual le hicieron comprender que la URSS no podía sobrevivir sin reformas.

Esto condujo a las políticas de glásnost (apertura) y perestroika (reestructuración). Su momento revelador fue reconocer que el imperio no podía sostenerse únicamente mediante el control autoritario. Irónicamente, estas reformas aceleraron el colapso de la URSS, pero también pusieron fin a la Guerra Fría y abrieron espacio para nuevos movimientos democráticos en Europa del Este. Gorbachov reflexionó posteriormente: “Me considero un hombre que inició las reformas necesarias para el país, para Europa y para el mundo”.

La transición de Nelson Mandela de la resistencia a la reconciliación.

La transformación de Nelson Mandela durante su encarcelamiento en Robben Island es otro ejemplo emblemático. Inicialmente líder militante del Congreso Nacional Africano, Mandela abrazó el sabotaje y la resistencia al apartheid. Pero durante sus 27 años en prisión, comenzó a comprender que la reconciliación, y no la venganza, era el camino hacia una paz sostenible.

Tras su liberación, declaró: “Al salir por la puerta que me llevaría a la libertad, supe que si no dejaba atrás mi amargura y mi odio, seguiría en prisión”. Esa constatación se convirtió en la base de la transición pacífica de Sudáfrica del apartheid a la democracia y le valió a Mandela la veneración mundial.

George Floyd y la protesta global.

No todos los momentos reveladores surgen de los líderes. A veces, surgen de la conciencia pública colectiva. El asesinato de George Floyd en 2020, grabado en video, desencadenó una reflexión global sobre la raza y la brutalidad policial. Para millones de personas, especialmente fuera de Estados Unidos, fue la primera exposición visceral al racismo sistémico en tiempo real.

Esto catalizó debates legislativos, la retirada de estatuas coloniales y movimientos reformistas. El “momento ajá" no se trataba sólo de la policía, sino de una injusticia más profunda y generalizada. Como observó Cornel West: "El sistema no puede reformarse solo. Lo hemos intentado año tras año, década tras década, y no funciona". La revelación galvanizó a una generación.

La fragilidad y el poder de la epifanía.

Si bien los "momentos ajá" son poderosos, no son invencibles. Requieren constancia, apoyo institucional y un cambio cultural. La elección de Barack Obama en 2008 se anunció como uno de esos momentos para el progreso racial en Estados Unidos; sin embargo, al final de su mandato, la nación estaba profundamente dividida. La comprensión debe ir acompañada de resiliencia.

No todas las epifanías son positivas. Los autoritarios también tienen momentos de revelación cuando se dan cuenta del poder del populismo, la desinformación o el miedo. La comprensión de Hitler del potencial propagandístico de la radio; o el uso de las redes sociales para eludir a los medios tradicionales, muestran cómo estas percepciones pueden socavar la democracia.

El momento de revelación en política es más que una chispa: es un punto de inflexión. Ya sea que surja en un despacho presidencial, en una celda o en las calles, revela algo previamente oculto. Estas revelaciones transforman las leyes, los corazones y la historia. El desafío no es sólo reconocerlas, sino actuar en consecuencia y construir sistemas que mantengan su promesa. Václav Havel lo dijo claramente: “La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte”. Es en ese espacio —entre la comprensión y la acción— donde nace la transformación política.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/revelaciones-que-cambian-las-reglas/


Saturday, May 17, 2025

Sentido de comunidad

Sentido de comunidad

Javier Treviño

@javier_trevino

Vivimos tiempos en que las divisiones se profundizan. La animosidad prevalece sobre la comprensión y fractura la sociedad. Ante esto, el "sentido de comunidad" no puede ser un ideal nostálgico. Debería ser un instrumento vital para el progreso, la resolución de disputas y la generación de prosperidad compartida. 

Nací y crecí en Monterrey. No es un secreto que los lazos que nos unían se desgastaron, bajo el peso del individualismo y la polarización. Ahora deberíamos darnos a la tarea de cultivar conscientemente la comunidad. Es una labor esencial para reparar el tejido social, fomentar la empatía y construir un futuro compartido.

El poder de un fuerte “sentido de comunidad” reside en su capacidad para trascender las fronteras ideológicas. En las naciones polarizadas, esta interconexión se ve eclipsada por las voces amplificadas de la división. 

La necesidad humana fundamental de pertenencia y conexión persiste. Un enfoque en espacios locales compartidos, objetivos comunes (como mejorar las escuelas o la infraestructura local) y la ayuda mutua puede crear núcleos de unidad que trascienden las afiliaciones políticas. 

Las encuestas coinciden en que el sentido de apego comunitario es más fuerte en las zonas donde se percibe una mayor compatibilidad política, lo que sugiere que incluso una brecha ideológica moderada no necesariamente anula los lazos comunitarios.

Un sólido sentido de comunidad proporciona un terreno fértil para la resolución de disputas. Cuando las personas se sienten conectadas entre sí, es más probable que aborden los desacuerdos con un espíritu de compromiso en lugar de una oposición arraigada. 

El poder de la empatía y la comprensión de las necesidades son esenciales. Una comunidad sólida fomenta la confianza relacional que permite un diálogo basado en valores compartidos. La comunidad es un proceso, es una conversación, en donde las personas coexisten respetando su diversidad social y aceptando el compromiso político. Aceptación y respeto son un poderoso antídoto contra la mentalidad del "nosotros contra ellos" que alimenta la polarización.

Una comunidad cohesionada está intrínsecamente ligada a la prosperidad compartida. Cuando las personas sienten un sentido de propiedad y responsabilidad colectivas, son más propensas a invertir en sus espacios compartidos y a apoyar iniciativas que beneficien el bien común. Esto se manifiesta en el desarrollo económico local, proyectos colaborativos y la voluntad de contribuir al bienestar de todos los miembros de la comunidad, independientemente de inclinaciones políticas. 

Al involucrar activamente a los ciudadanos en la toma de decisiones, los gobiernos locales pueden fortalecer la confianza, fomentar la colaboración y crear un sentido de pertenencia compartido en sus comunidades. Se construye el camino hacia una prosperidad más inclusiva y sostenible.

Sin embargo, construir y mantener un “sentido de comunidad” no está exento de desafíos. La profunda animosidad y desconfianza que fomenta la polarización pueden dificultar la conexión interideológica. Superar esto requiere un esfuerzo consciente para crear un "capital social puente", como lo plantea Robert Putnam, fomentando las conexiones entre grupos diversos en lugar de simplemente reforzar las redes homogéneas.

El "sentido de comunidad" es uno de los aspectos más profundos de la vida humana. Trasciende la geografía, la cultura y la edad. Es identidad compartida, apoyo mutuo y propósito colectivo. Es fundamental para el bienestar personal, la cohesión social y la capacidad de los grupos para superar desafíos juntos.

¿Qué es el “sentido de comunidad”?

En esencia, el “sentido de comunidad” se refiere al sentimiento que tienen las personas de pertenecer a un grupo que se apoya mutuamente y está comprometido con objetivos y valores compartidos. El psicólogo Seymour Sarason, quien acuñó el término en 1974, lo describió como "la percepción de similitud con los demás, una interdependencia reconocida, la voluntad de mantener esta interdependencia dando o haciendo por los demás lo que uno espera de ellos". Este sentido no es meramente emocional o sentimental; abarca la confianza, la responsabilidad compartida y la participación activa.

Recuerdo que cuando estaba estudiando la maestría en políticas públicas en Harvard leí un artículo que se acababa de publicar, que ahora es un clásico, en el Journal of Community Psychology (volumen 14, enero 1986): “Sense of Community: A Definition and Theory” escrito por David W. McMillan y David M. Chavis, de Vanderbilt  University.

Los autores desglosaron el sentido de comunidad en cuatro componentes fundamentales:

1. Membresía: El sentimiento de pertenencia o de formar parte de un colectivo. Esto incluye la seguridad emocional y la identificación con el grupo.

2. Influencia: La idea de que los miembros se importan entre sí y para el grupo, y que tienen voz y voto en las decisiones del grupo.

3. Integración y satisfacción de necesidades: La comunidad satisface las necesidades de sus miembros mediante valores compartidos e intercambios de apoyo.

4. Conexión emocional compartida: Un vínculo que se desarrolla a través de historias, experiencias y tiempo compartido.

El sentido de comunidad es esencial para el bienestar individual y colectivo. Las personas que se sienten conectadas con sus comunidades tienen mayor probabilidad de experimentar resiliencia emocional, menores niveles de ansiedad y depresión, y un mayor sentido de propósito. A mayor escala, las comunidades con un fuerte vínculo interno tienden a ser más colaborativas, adaptables y capaces de movilizar recursos en tiempos de crisis.

Los movimientos sociales se fortalecen gracias al sentido de comunidad entre sus miembros. El movimiento por los derechos civiles y el activismo ambiental demuestran cómo los objetivos compartidos y las conexiones emocionales pueden impulsar a las personas hacia la acción colectiva sostenida.

La erosión de la comunidad.

La urbanización, la tecnología digital y las normas culturales individualistas han provocado fragmentación social y aislamiento. Las personas pueden vivir en zonas densamente pobladas sin siquiera conocer a sus vecinos. Las interacciones en línea, si bien son convenientes, carecen de la profundidad y la responsabilidad de las relaciones en persona.

Esta erosión tiene consecuencias reales: aumento de los problemas de salud mental, mayor polarización y un debilitamiento del sentido de responsabilidad cívica. En respuesta, existe un creciente movimiento para reconstruir las comunidades, a través de iniciativas locales, espacios compartidos, voluntariado y gobernanza inclusiva.

Reconstruir el sentido de comunidad requiere un esfuerzo intencional. Comienza por escuchar, estar presente y crear entornos donde todos se sientan vistos y valorados. Las escuelas, los lugares de trabajo, las instituciones religiosas y los grupos vecinales desempeñan un papel fundamental. La tecnología, cuando se usa bien, puede fomentar la comunidad al conectar a personas con intereses o necesidades comunes. Las políticas públicas que priorizan la vivienda digna, los espacios públicos accesibles, la educación y la atención médica de calidad contribuyen significativamente a fortalecer las comunidades. 

¿Qué logra un fuerte “sentido de comunidad”?

1. Cuando ocurre una crisis (un desastre natural, una emergencia de salud pública o disturbios sociales), el sentido de comunidad fomenta la cohesión social. Las personas son más propensas a actuar en beneficio colectivo, coordinar respuestas y brindarse apoyo mutuo cuando se sienten parte de un grupo más amplio y solidario. Esta solidaridad permite la rápida movilización de recursos y voluntarios, facilita una comunicación eficaz y fortalece la confianza en la toma de decisiones colectiva.

2. Un sólido sentido de comunidad protege a las personas del impacto psicológico de las crisis. La identidad y la pertenencia compartidas reducen los sentimientos de aislamiento, ansiedad e impotencia. Ayudar a otros dentro de la comunidad no sólo beneficia a quienes la reciben, sino que también mejora la salud mental y el bienestar de quienes ayudan, fomentando un ciclo de apoyo y resiliencia.

3. Durante las crisis, la confianza en las instituciones es crucial. Un fuerte sentido de comunidad anima a sus miembros a responsabilizarse mutuamente. Esto se extiende desde la familia inmediata y los vecinos hasta la ciudad o el país en general, creando una red de apoyo que puede absorber los impactos y acelerar la recuperación.

4. La resiliencia social (la capacidad de resistir y recuperarse de las perturbaciones) está profundamente vinculada a la fortaleza de los vínculos comunitarios. Las comunidades con altos niveles de conectividad y participación social están mejor preparadas para brindar apoyo, movilizar recursos y adaptarse a las circunstancias cambiantes. No se trata solo de supervivencia; se trata de la capacidad de recuperarse, reconstruir e incluso resurgir fortalecido tras la adversidad.

5. En tiempos de conflicto, un fuerte sentido de comunidad puede superar las divisiones, reducir las tensiones y promover el diálogo. Las conexiones emocionales compartidas y el sentido de pertenencia ayudan a las comunidades a gestionar sus diferencias y a trabajar hacia objetivos comunes, fomentando la paz y la estabilidad.

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Saturday, May 10, 2025

El síndrome del impostor y los partidos políticos

El síndrome del impostor y los partidos políticos

Javier Treviño

@javier_trevino

Todos cometemos errores. Los psicólogos expertos en liderazgo siempre dan los mismos consejos prácticos:

1. Admitir el error, disculparse y responsabilizarse. Ignorar un error puede ser desmoralizante y corrosivo para un equipo. Lo peor que pueden hacer los líderes es minimizar su error, ignorarlo o intentar culpar a otros. 

2. Controlar la reacción. Los líderes deben controlar sus emociones aunque haya frustración, vergüenza e incomodidad. No deben insistir en tener la razón o culpar a otros por un error. Tienen que reflexionar, considerar puntos de vista alternativos y nueva información. Nunca hacer suposiciones sin conocer los hechos. Evitar las lagunas de razonamiento.

3. Comunicarse con claridad. Es importante que los líderes sean lo más claro posible al hablar de sus errores con los miembros del equipo. Deben definir el error con precisión, evaluar la magnitud del daño, diseñar los pasos siguientes, escuchar opiniones, comunicarse con transparencia. 

4. Solucionar el problema. Los errores suelen ser sintomáticos de un problema mayor que debe abordarse. Una vez que los líderes comprenden por qué se cometió el error, pueden crear un proceso para ayudar a evitar errores similares en el futuro.

Todos los días leemos historias sobre los errores de los partidos políticos mexicanos y sus líderes. Es me recordó al “síndrome del impostor”. Es un término acuñado en 1978 por las psicólogas clínicas Pauline R. Clance y Suzanne A. Imes, que se refiere a individuos con un alto rendimiento, caracterizados por una incapacidad para internalizar sus logros y un miedo persistente a ser expuestos como un "fraude".

Hay individuos que sienten que "van a ser descubiertos". Esta idea de que "no encajan" refuerza aún más la sensación de "simplemente tuve suerte" y "no estoy aquí porque lo merezca". Todo esto aumenta la ansiedad, la baja autoestima y el estancamiento en un trabajo que dura mucho más de lo previsto, a pesar de un buen desempeño o del deseo de adquirir más responsabilidades.

En los años de la pandemia leí el libro “Own Your Greatness: Overcome Impostor Syndrome, Beat Self-Doubt, and Succeed in Life” (2020), de Lisa Orbé-Austin y Richard Orbé-Austin ("Aduéñate de tu grandeza: Supera el síndrome del impostor, vence las dudas y triunfa en la vida"). Los autores son terapeutas y estiman que el 70% de las personas experimentará el “síndrome del impostor” en algún momento de su vida. 

El libro ofrece una guía completa para comprender y superar el “síndrome del impostor”, esa persistente sensación de fraude intelectual y profesional a pesar de las evidencias externas de competencia. Los autores analizan minuciosamente el fenómeno y sus diversas manifestaciones y causas subyacentes:

1. Describen claramente sus características, incluyendo sentimientos de fraude, miedo a ser descubierto, atribuir el éxito a factores externos y perfeccionismo.

2. Categorizan patrones comunes del síndrome del impostor (el perfeccionista, el experto, el solista) para ayudar a los lectores a reconocer sus manifestaciones específicas.

3. Exploran los posibles orígenes del síndrome del impostor, incluyendo dinámicas familiares, presiones sociales y normas culturales.

4. Ofrecen técnicas prácticas para desafiar los pensamientos negativos, replantear los éxitos, desarrollar la autocompasión, construir confianza y aceptar la imperfección. Esto incluye la reestructuración cognitiva, experimentos conductuales y el cultivo de una mentalidad de crecimiento.

5. Orientan para mantener el progreso y desarrollar resiliencia ante futuros episodios de inseguridad. 

Creo que la metodología del libro puede aplicarse a los partidos políticos. Los principios descritos en ofrecen un marco sorprendentemente relevante sobre cómo los partidos políticos pueden abordar sus propias formas de "síndrome del impostor" y cultivar una presencia más auténtica y efectiva en el panorama político. 

El síndrome del impostor en los partidos políticos se manifiesta cuando políticos o líderes de partidos, a pesar de su competencia, dudan de su legitimidad y temen ser expuestos como un fraude. Esto puede tener varios efectos en la dinámica y la gobernanza del partido:

1. Parálisis en la toma de decisiones: Los líderes con síndrome del impostor pueden dudar en tomar decisiones audaces o ceder excesivamente ante los demás, temiendo que sus decisiones sean juzgadas con severidad o que se expongan sus supuestas deficiencias. Esto puede ralentizar las respuestas del partido, especialmente durante las crisis, cuando la decisión es crucial.

2. Reducción de la cercanía y la participación pública: La preparación excesiva y la búsqueda de la perfección pueden hacer que los líderes parezcan menos espontáneos o cercanos, lo que debilita su conexión con los votantes y colegas.

3. Problemas de delegación y colaboración: Los líderes pueden evitar delegar tareas, preocupados de que compartir la responsabilidad pueda revelar sus supuestas deficiencias. Esto centraliza el poder y sofoca la creatividad y la eficiencia del equipo.

4. Impacto en la diversidad e inclusión: Los miembros de grupos históricamente subrepresentados pueden experimentar un mayor síndrome del impostor, especialmente al ser juzgados por quienes tradicionalmente ostentan el poder. Esto puede generar reticencia a expresar nuevas ideas o adoptar posturas controvertidas, e incluso puede resultar en renuncias prematuras.

5. Percepción y confianza pública: La inseguridad persistente y la vacilación visible pueden socavar la confianza pública en el liderazgo de un partido, afectando los resultados electorales y la cohesión interna.

Los partidos políticos pueden abordar el síndrome del impostor fomentando culturas que valoren la experiencia por encima de la confianza en sí mismos, fomentando el debate abierto sobre las inseguridades y apoyando diversos estilos de liderazgo en lugar de castigar las desviaciones percibidas de la tradición.

1. Identificar el origen del impostor en el partido: Así como las personas atribuyen los sentimientos de impostor a experiencias formativas, los partidos políticos pueden reflexionar sobre eventos históricos que pudieron haber impactado su autopercepción. Las derrotas electorales, los conflictos internos o los escándalos públicos pueden generar una sensación colectiva de incompetencia. Reconocer estos eventos permite al partido comprender y abordar los problemas subyacentes que afectan su identidad.

2. Reconocer los detonantes organizacionales: Los partidos deben identificar las situaciones que generan dudas o comportamientos defensivos. Estas pueden incluir la cobertura mediática crítica, la participación en debates sobre políticas polémicas o la gestión de transiciones de liderazgo. Al anticipar estos detonantes, los partidos pueden preparar respuestas constructivas, manteniendo la compostura y la claridad en tiempos difíciles.

3. Reformular la narrativa interna: En lugar de ver los reveses pasados como fracasos, los partidos pueden reinterpretarlos como oportunidades de aprendizaje que contribuyeron al crecimiento y la resiliencia. Este cambio de una narrativa centrada en los déficits a una que reconoce los logros y la adaptabilidad fomenta una autoimagen organizacional más positiva.

4. Fomentar la comunicación abierta: Fomentar la transparencia dentro del partido ayuda a combatir los sentimientos de incompetencia. Crear espacios donde los miembros puedan compartir inquietudes y experiencias promueve el apoyo mutuo y la resolución colectiva de problemas, reduciendo el aislamiento que a menudo acompaña a los sentimientos de impostor.

5. Desafiar los pensamientos negativos automáticos: Los partidos pueden desarrollar estrategias para contrarrestar creencias negativas generalizadas, como "siempre perdemos en las zonas urbanas" o "nuestras políticas son demasiado complejas para el público". Al examinar críticamente estas ideas y reemplazarlas con afirmaciones basadas en la evidencia, los partidos pueden construir una perspectiva más equilibrada.

6. Experimentar con nuevos roles: Así como se anima a las personas a probar nuevos roles, los partidos pueden explorar diferentes enfoques de liderazgo y participación. Pasar de una postura reactiva a una proactiva e innovadora en políticas, o de un activista tradicional a un comunicador experto en medios digitales, puede revitalizar la imagen y la eficacia del partido.

7. Construir una coalición de apoyo: Formar alianzas con organizaciones, grupos comunitarios y líderes de opinión afines puede reforzar la misión y los valores del partido. Estas alianzas proporcionan validación externa y amplían la red de apoyo del partido, contribuyendo a un mayor sentido de propósito y legitimidad.

Los partidos suelen participar en diálogos internos autocríticos. Cuestionar narrativas y replantear acontecimientos pasados desde una perspectiva más equilibrada puede fortalecer la confianza colectiva. En lugar de centrarse únicamente en las victorias electorales, los partidos pueden aprender a reconocer y valorar otras formas de éxito, como la defensa eficaz de políticas públicas.

Los partidos deben aceptar los errores y aprender de ellos sin culparse ni recriminarse internamente. Una cultura de aprendizaje y crecimiento fomenta la resiliencia. Reconocer pública e internamente las fortalezas, los valores y las contribuciones históricas del partido puede fortalecer el sentido de eficacia colectiva.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-sindrome-del-impostor-y-los-partidos-politicos/