Tuesday, March 06, 2012

Una clara visión y más de una década perdida

Javier Treviño Cantú
Milenio
6 de marzo de 2012

Era una noche del mes de febrero de 1994, cuando Luis Donaldo Colosio nos encargó a Samuel Palma, Cesáreo Morales y a mí que empezáramos a trabajar en su mensaje para el aniversario del PRI.

Nos dio instrucciones muy claras sobre lo que quería. Los tres trabajamos mucho tiempo en ese discurso, nos sentábamos por horas en mi escritorio a redactar juntos, luego nos encerrábamos con Luis Donaldo en la casa de campaña, o en su oficina privada en Aniceto Ortega, para revisar cada versión, cada línea. El candidato tachaba secciones, escribía frases nuevas, párrafos completos. El discurso quedó listo el 5 de marzo.

Hoy se cumple un aniversario más. Colosio pronunció el inolvidable discurso del 6 de marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución, y lamentablemente aquel “México con hambre y sed de justicia” que describió en su mensaje está más vigente que nunca.

Si bien en los años siguientes el país transitó de manera pacífica a una democracia electoral plena, en estos casi últimos 12 años nuestro país no ha avanzado de acuerdo a su verdadero potencial.

Entre 2001 y 2010, México tuvo el peor crecimiento económico de los últimos 80 años. En ese mismo período, a pesar de las promesas, la tasa de desempleo general y juvenil se duplicó, y alrededor del 60% de quienes se emplearon en esos años lo hicieron en la informalidad.

Entre 2006 y 2010, más de 12 millones de mexicanos de clase media cayeron en pobreza patrimonial, y 3 millones más se sumaron a la filas de la pobreza multidimensional.

Después de casi 12 años de gestión ineficaz en las más altas esferas gubernamentales, seguimos viendo el México que retrató Colosio en su discurso: un país de trabajadores, profesionistas y jóvenes que no encuentran los empleos, los salarios y las oportunidades que necesitan. De campesinos y empresarios que no tienen las respuestas y condiciones que merecen. De mujeres que no tienen acceso a las oportunidades que les pertenecen. De mexicanos que no pueden esperar más a sus exigencias de dignidad y progreso. De ciudadanos, como nunca antes, angustiados por la violencia y la falta de seguridad. Y yo agregaría, un México que inaceptablemente ha perdido competitividad y en donde sus líderes han dilapidado los referentes que nos unen como Nación.

Durante estos 12 años, nunca se definió claramente el mejor camino que debíamos seguir; no se tuvo la capacidad para aglutinar los esfuerzos de todos en torno a un propósito común; ni se estableció, con una visión estratégica, qué transformaciones de fondo necesitaba el país.

En suma, hoy vemos un México que exige eficacia en el diseño e instrumentación de soluciones de corto y largo plazo, y que ya no puede esperar más.
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*Javier Treviño Cantú es Coordinador de la Campaña de Enrique Peña Nieto en Nuevo León.