Palabras de Javier Treviño Cantú al recibir el "Premio Fulbright-García Robles 2012"
México
D.F., 12 de diciembre de 2012
Apenas el mes pasado tuvimos
una muestra de lo paradójico que siguen resultando tanto la creciente cercanía
que existe entre nuestros dos países, pero también la gran distancia que
lamentablemente todavía nos separa por la falta de un mejor conocimiento y
entendimiento mutuos.
El 20 de noviembre,
acompañado por el Embajador Tony Wayne, el Secretario de Educación Pública de
la anterior administración, el Dr. José Angel Córdova, firmó el Memorándum de
Entendimiento sobre Educación entre México y los Estados Unidos, un instrumento
orientado a facilitar el intercambio de alumnos de bachillerato y de educación
superior.
Sin embargo, lo paradójico
fue que, ese mismo día, un estimado amigo mío —y también un buen amigo de México—, Jimmy Taylor, de la
compañía consultora Vianovo, dio a conocer un estudio de opinión en donde se
muestra con toda claridad... la pésima imagen que existe de México en los
Estados Unidos.
Según esta encuesta, la conclusión principal es que la gran mayoría de
nuestros vecinos en los Estados Unidos ven a México —ante todo— como una fuente
de problemas. La verdad me entristeció... y también me enojó mucho.
Resulta increíble —por decir lo menos— que después de tantos esfuerzos para
estrechar nuestros vínculos y establecer una relación madura, a la altura de
los enormes cambios que han ocurrido al menos durante las últimas tres décadas
en todos los espacios de nuestra relación, sigamos siendo unos simples “vecinos
distantes” que básicamente se reconocen por sus respectivos estereotipos.
Nuestros dos países han
registrado avances sin precedente en el terreno de la indispensable cooperación
sobre seguridad, para hacer frente al reto común del crimen organizado
transnacional y asegurar una operación eficaz de nuestra frontera compartida.
Con base en el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte, y gracias al enorme esfuerzo de los
sectores empresariales de ambos países, hemos pasado de ser meros socios
comerciales, a contar con economías crecientemente integradas.
Incluso, después de unas
elecciones en los Estados Unidos donde los votantes de origen “hispano” fueron
determinantes para asegurar el triunfo del Presidente Obama, hoy se reconocen
cada vez más las valiosas aportaciones de los migrantes mexicanos al desarrollo
de nuestro vecino país.
Ahora, resulta indispensable
darle una atención prioritaria al fortalecimiento de nuestros intercambios
educativos y culturales, para darle un soporte mucho más sólido y constructivo
a una relación que, por incontables razones, es tan importante para México,
como lo es para los Estados Unidos.
Sólo si nos conocemos
mejor... si establecemos mejores canales de comunicación entre nuestras
sociedades... si hablamos idiomas comunes, en términos de los valores que
compartimos... y si de esta forma nos entendemos mejor... podremos tener una
relación de mucha mayor calidad, que en verdad nos reafirme como socios
estratégicos y como pueblos hermanos.
Los intercambios educativos
y culturales son una herramienta fundamental para superar los viejos y nuevos
estereotipos que existen en ambos lados de nuestra frontera, y estoy convencido
de que en esta nueva etapa de la relación que está iniciando, recibirán una atención
mucho mayor por parte de ambas administraciones.
El reto es mayúsculo.
De acuerdo con "Open
Doors 2012", el informe anual de movilidad académica internacional que
publica el Institute of International Education con el apoyo del Departamento
de Estado, durante el año escolar 2011-2012 estuvieron inscritos en alguna
institución de educación superior de Estados Unidos un total de 764 mil 495
estudiantes provenientes de diversos países.Poco más de 194 mil provenían
de China, unos 100 mil de India, poco más de 72 mil de Corea, otros 34 mil de
Arabia Saudita, y casi 27 mil de Canadá. Los otros tres países con un número
significativo de estudiantes fueron Taiwán, con 23 mil, Japón con 20 mil, y
Vietnam con casi 16 mil.
La buena noticia es que
México ocupa el lugar número 9, con cerca de 14 mil estudiantes. Pero, la mala
noticia, es que desde los primeros años de este siglo dicha cifra ha
permanecido estancada.Estos 14 mil estudiantes
mexicanos en Estados Unidos representan un activo de un valor incalculable para
mejorar a fondo nuestra relación bilateral, pero sólo si los consideramos no
como un grupo disperso de historias individuales, sino como una comunidad que
representa en conjunto a nuestro país.
Habría que verlos como el
"Campus México" en Estados Unidos.Los cerca de 14 mil
universitarios de México que estudian en Estados Unidos son en sí mismos una
excepcional historia de éxito. En la gran mayoría de los casos, han logrado su
meta con muy poca ayuda del gobierno y enormes sacrificios por parte de sus
familias. Son gente valiosa, que a su regreso pueden contribuir mucho al
desarrollo de nuestro país, y también a que logremos tener un mayor
entendimiento con nuestros vecinos.
Para darle forma al
"Campus México" y poder apoyarlos, primero habría que saber quiénes
son, en dónde está cada uno de ellos, qué estudian, cuáles son sus aspiraciones
profesionales, y cuándo deberán regresar. Con las tecnologías actuales, no se
necesita un gran esfuerzo para lograrlo. Lo que se requiere es la visión
política para considerarlos como un recurso que pueden hacer grandes
aportaciones a la construcción de una relación más constructiva y benéfica para
nuestros dos países.
Los Presidentes Peña Nieto y
Obama aspiran a dejar un legado de mayor entendimiento mutuo entre México y los
Estados Unidos, y para hacer realidad este elevado propósito, se tendría que
dedicarle una atención prioritaria a la cooperación educativa, incluyendo un
programa masivo de becas.
Por supuesto, fortalecer
estos intercambios es un reto que va más allá del trabajo que puedan hacer los
gobiernos, y por ello es indispensable sumar a esta tarea decisiva a un
creciente número de escuelas, universidades, centros de estudio y asociaciones
culturales... a compañías y cámaras empresariales... a organizaciones
ciudadanas... a los medios de comunicación... y a todos los que compartimos la
convicción de que México y los Estados Unidos son dos grandes países que se
merecen una mucho mejor relación.
Muchas gracias por su
atención.