Saturday, September 23, 2023

Una nueva mentalidad para futuros gobernantes

 

 

Una nueva mentalidad para futuros gobernantes


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

La mente humana es una fuerza muy poderosa, capaz de moldear nuestras percepciones, actitudes y, en última instancia, nuestras vidas. Una de las transformaciones más profundas que uno puede experimentar es el paso de una mentalidad de escasez a una mentalidad de abundancia. Esta transformación implica cambiar la forma en que percibimos los recursos, las oportunidades y el mundo que nos rodea.

 

Aquí haré un resumen de mis notas sobre lo que he leído recientemente en torno a estos dos tipos de mentalidades.

 

¿Qué es la mentalidad de escasez?

 

1.     Una mentalidad de escasez se caracteriza por la creencia de que los recursos, las oportunidades y el éxito son limitados. 

 

2.     Los pensadores de la escasez ven a los demás como competidores en lugar de colaboradores. Temen que el éxito de otra persona disminuya sus propias posibilidades.

 

3.     Suelen acaparar recursos, ya sea dinero, tiempo, conocimientos o afecto, por temor a que se les acaben en el futuro.

 

4.     Cada revés o fracaso se ve como una pérdida significativa, lo que erosiona su autoestima y los desalienta a intentarlo de nuevo.

 

5.     Al vivir con una sensación constante de carencia y ansiedad, los pensadores de la escasez a menudo experimentan estrés e infelicidad.

 

Transición a la mentalidad de abundancia.

 

1.     Autoconciencia. Es necesario reconocer los patrones de pensamiento y comportamiento asociados con el pensamiento de escasez en su vida. Reconocer los momentos en los que ha sentido miedo de no tener suficiente o ha dudado en compartir.

 

2.     Una vez que sea consciente de estos patrones, desafíelos. Pregúntese si sus creencias sobre la escasez se basan en hechos o en temores infundados. A menudo se dará cuenta de que la creencia en la escasez es más una percepción que una realidad.

 

3.     Comience una práctica diaria de gratitud. Concéntrese en la abundancia que ya está presente en su vida. Podría ser el amor de familiares y amigos, sus habilidades y talentos o las oportunidades que ha tenido. La gratitud ayuda a cambiar su perspectiva de lo que falta a lo que es abundante.

 

4.     Preste atención al lenguaje que utiliza. Reemplace frases como "no puedo solucionarlo" por "¿cómo puedo solucionarlo?" Este cambio sutil abre posibilidades y fomenta la resolución de problemas.

 

5.     Adopte el aprendizaje y el crecimiento. Considere los reveses y fracasos como oportunidades de crecimiento. En lugar de insistir en lo que salió mal, pregúntese: "¿qué puedo aprender de esto?" Este cambio de mentalidad convierte los obstáculos en trampolines.

 

¿Cuáles son los beneficios?

 

1.     Una mentalidad de abundancia refuerza la confianza en uno mismo porque cree en las oportunidades y en su capacidad para aprovecharlas.

 

2.     Los pensadores de la abundancia son más creativos e ingeniosos cuando enfrentan desafíos, ya que ven múltiples soluciones esperando ser descubiertas. 

 

3.     La confianza, la colaboración y la sensación de seguridad prosperan en un entorno de abundancia. Las relaciones son más sólidas. Las personas con esta mentalidad atraen a personas con ideas afines que valoran su positividad y generosidad.

 

4.     Las personas con mentalidad de abundancia se recuperan más fácilmente de los reveses y ven los fracasos como temporales y como oportunidades de crecimiento y mejora. Tienen mayor resiliencia.

 

La tesis de la “mentalidad de abundancia” frente a la “mentalidad de escasez” es una idea que se ha desarrollado a lo largo del tiempo y no puede ser atribuida a un solo individuo. Ha sido discutida en diversas formas por filósofos, psicólogos y pensadores. Sin embargo, Peter Diamandis, un conocido empresario, autor y futurista es quien ha estado más estrechamente asociado con el concepto de abundancia. Es coautor del libro "Abundancia: el futuro es mejor de lo que piensas" con el escritor científico Steven Kotler. Elllos exploran la idea de que vivimos en una era de avances tecnológicos sin precedentes y abundancia potencial, particularmente en áreas como salud, energía, educación y acceso a la información.

 

La tesis central del libro es que las innovaciones tecnológicas, el espíritu empresarial y el poder del crecimiento exponencial pueden abordar algunos de los desafíos más apremiantes del mundo, incluida la pobreza, las enfermedades y la escasez de recursos. Diamandis cofundó Singularity University y XPRIZE. Sostiene que al aprovechar las fuerzas de la tecnología y la innovación, tenemos el potencial de crear un futuro donde la abundancia y la prosperidad serán más accesibles para las personas de todo el mundo.

 

De mis lecturas infiero que la “mentalidad de abundancia” también podría aplicarse en el ámbito del gobierno y la formulación de políticas públicas. Puede convertirse en una fuerza poderosa para un cambio positivo. En lugar de operar los gobiernos desde una mentalidad de escasez, donde los recursos y las oportunidades se perciben como limitados, los políticos modernos podrían adoptar una mentalidad de abundancia que les permita formular e implementar políticas públicas más innovadoras, inclusivas y efectivas. Por ejemplo: 

 

1.     Enfrentar la tentación de priorizar los beneficios inmediatos para apaciguar a los electores. Una mentalidad de abundancia alienta a cambiar esta perspectiva para priorizar la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo. Los formuladores de políticas deben considerar las necesidades de las generaciones futuras y trabajar para lograr políticas que aseguren la abundancia continua de recursos, educación y oportunidades económicas.

 

2.     Fomentar la colaboración entre diferentes agencias gubernamentales, partes interesadas e incluso socios internacionales, es la tarea del futuro. Una mentalidad de abundancia reconoce que trabajar juntos, compartir información y colaborar a través de fronteras puede conducir a soluciones más integrales e innovadoras. Las políticas de transparencia y datos abiertos pueden facilitar este enfoque colaborativo.

 

3.     Reconocer que el potencial humano es uno de los recursos más abundantes. Los gobiernos deberían invertir en programas de educación y desarrollo de habilidades que empoderen a sus ciudadanos. Al brindar acceso a educación y capacitación vocacional de calidad, los formuladores de políticas pueden aprovechar la abundancia de capital humano, lo que generará una fuerza laboral más calificada e innovadora.

 

4.     Crear un entorno que fomente la innovación y el emprendimiento. La mentalidad de abundancia reconoce que las nuevas ideas y emprendimientos son una fuente de prosperidad. Los incentivos gubernamentales, la financiación para la investigación y las políticas que apoyan a las nuevas empresas pueden estimular la innovación y crear abundantes oportunidades económicas.

 

5.     Considerar la diversidad y la inclusión como una ventaja más que un desafío. Las políticas gubernamentales deben promover la inclusión y la diversidad en todos los sectores de la sociedad, incluidas las oficinas públicas, las salas de juntas corporativas y las instituciones educativas. Diversas perspectivas conducen a una toma de decisiones y una resolución de problemas más sólidas.

 

6.     Extender la mentalidad de abundancia al medio ambiente. Los formuladores de políticas deberían priorizar la sostenibilidad y la gestión responsable de los recursos. Las políticas deben apuntar a proteger y preservar los recursos naturales para las generaciones futuras, reconociendo la abundancia de beneficios que provienen de un medio ambiente saludable.

 

7.     Ir más allá de las medidas de éxito puramente económicas, como el PIB, y considerar un conjunto más amplio de indicadores que reflejen el bienestar social. Las políticas públicas deben incluir métricas como calidad de vida, acceso a la atención médica, nivel educativo y calidad ambiental en las evaluaciones.

 

8.     Involucrar al público en el proceso de formulación de políticas y generar confianza a través de la transparencia y la comunicación abierta. Una mentalidad de abundancia alienta a los formuladores de políticas a escuchar a sus electores, involucrarlos en la toma de decisiones y comunicar los beneficios de las políticas de manera efectiva.

 

9.     Reconocer que los desafíos y las crisis son inevitables. Los formuladores de políticas deberían adoptar una mentalidad de abundancia fomentando la resiliencia a través de una planificación adaptativa. La obligación es estar preparado para diversos escenarios y contar con planes de contingencia que pueden ayudar a mitigar el impacto de eventos inesperados.

 

10.  Adoptar una cultura de aprendizaje y mejora continua dentro del gobierno y en la formulación de políticas. Una mentalidad de abundancia alienta a los formuladores de políticas a estar abiertos a la retroalimentación, evaluar la efectividad de las políticas y hacer los ajustes necesarios para lograr mejores resultados.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/una-nueva-mentalidad-para-futuros-gobernantes/

Saturday, September 16, 2023

La teoría del perdedor

 

 

La teoría del perdedor


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

A quienes nos gusta el football americano sentimos un alivio porque terminaron los procesos de nominación de candidaturas presidenciales y empezó la temporada de la NFL. Hacia el final de los años sesenta del siglo pasado, me gustaba seguir a los Green Bay Packers. Admiraba a Vince Lombardi, su legendario entrenador. Recuerdo una de sus frases: “Muéstrame a un buen perdedor y yo te mostraré a un perdedor”. Muchos políticos que no aceptan perder la han utilizado, hasta el día de hoy, para no conceder después de sus derrotas. 

 

Si bien esta cita enfatiza la importancia de ganar, sugiere también, indirectamente, que perder es consecuencia de no haber hecho las cosas bien todo el tiempo. Subraya la idea de que la mejora continua es crucial. "La perfección no es alcanzable, pero si perseguimos la perfección, podemos alcanzar la excelencia", también dijo el coach de los Packers.

 

La democracia nos promete igualdad, representación y resolución pacífica de conflictos a través de procesos electorales. Sin embargo, la sostenibilidad y eficacia de la democracia dependen no sólo de los ganadores sino también de la gentileza de los que pierden. Los buenos perdedores desempeñan un papel fundamental en la defensa de los valores fundamentales de la democracia, el fomento de la cohesión social y el mantenimiento de la estabilidad política. 

 

Uno de los pilares fundamentales de la democracia es la selección de candidatos. Los perdedores son esenciales para preservar la integridad del proceso. Cuando los candidatos derrotados aceptan con gracia los resultados de una elección primaria, o una encuesta, se refuerza la confianza pública en el proceso. Sin esta aceptación, pueden surgir dudas sobre la legitimidad de los candidatos, lo que provocaría inestabilidad política y malestar social.

 

En lugar de avivar la división o sembrar discordia, los perdedores responsables trabajan para unir a la gente, independientemente de sus creencias políticas. Este compromiso con la unidad ayuda a prevenir la polarización que puede socavar el tejido de las sociedades democráticas. Los ciudadanos, independientemente de sus inclinaciones políticas, comparten un destino común y deben trabajar juntos para construir un futuro mejor.

 

Los buenos perdedores desempeñan un papel vital en la defensa de los principios democráticos. Respetan el estado de derecho, la independencia de las instituciones y las libertades de todos los ciudadanos. Su adhesión a estas normas sirve como ejemplo para la sociedad en general, reforzando la idea de que la democracia no se trata de los intereses de un solo grupo sino del bienestar colectivo de toda la nación.

 

Los buenos perdedores ayudan a crear una cultura de participación política. Ya sea en el proceso de elecciones primarias, en la selección de candidatos, o en las elecciones generales, las características de los perdedores responsables son:

 

1.     Reconocen que las elecciones son un aspecto fundamental de la democracia y aceptan la legitimidad de los resultados.

 

2.     Muestran un sentido similar al de los atletas que aceptan la victoria y la derrota con dignidad. Felicitan a sus oponentes por su éxito y les expresan buena voluntad.

 

3.     Asumen la responsabilidad por las deficiencias de su campaña y reconocen que es posible que no hayan transmitido su mensaje de manera efectiva o no hayan resonado entre los votantes. Este enfoque introspectivo les permite aprender de sus experiencias.

 

4.     Conceden la elección de manera oportuna y elegante. Hacen declaraciones públicas reconociendo la derrota y a menudo piden unidad y cooperación entre sus seguidores.

 

5.     Priorizan la unidad dentro de su partido y trabajan para sanar cualquier división que pueda haber surgido durante la campaña. Su atención se centra en el bienestar de la comunidad política en general.

 

6.     Los perdedores contribuyen a preservar las normas e instituciones democráticas, al aceptar los resultados de los procesos de selección y de las elecciones, prevenir crisis políticas y mantener la confianza pública en el proceso electoral.

 

7.     Dentro de los partidos políticos, los perdedores pueden ayudar a prevenir el faccionalismo y las luchas internas al promover la unidad y la cooperación entre los miembros del partido.

 

8.     Los políticos que son amables ante la derrota tienden a mantener una imagen pública positiva. A menudo se les considera estadistas que priorizan el interés público por encima del beneficio personal o partidista.

 

9.     En los casos en que el candidato perdedor ocupa un cargo político, su cooperación y voluntad de trabajar con la administración entrante facilitan una transición de poder sin problemas, lo cual es esencial para la estabilidad política.

 

10.  Los perdedores dan el ejemplo a sus partidarios, animándolos a aceptar los resultados de las elecciones y participar constructivamente en el proceso político. Esto puede reducir el riesgo de disturbios civiles o protestas después de las elecciones.

 

Sin embargo, algunos políticos que no saben perder creen que aceptar su derrota genera desventajas. Algunos pueden ver la gentileza en la derrota como un signo de debilidad o falta de convicción. Esta percepción puede ser explotada por los opositores en futuras campañas. Equilibrar el deseo de ser amable con las expectativas de los seguidores apasionados puede ser un desafío. Algunos colaboradores tal vez prefieran un enfoque más confrontativo, lo que generaría tensiones internas en el partido.

 

Lo que es un hecho es que la democracia depende del consentimiento de los perdedores. Lo importante es reconocer que tanto ganadores como perdedores de las elecciones tienen responsabilidades esenciales. La tesis central del libro “Losers' Consent: Elections and Democratic Legitimacy” (Oxford, 2005) escrito por Christopher J. Anderson, André Blais, Shaun Bowler, Todd Donovan y Ola Listhaug es que el rechazo del resultado de las elecciones pone en peligro el “acuerdo democrático”.  

 

Los ganadores y los perdedores interpretan el resultado de las elecciones de manera diferente. Los partidarios de los candidatos perdedores tienden a perder la fe en la democracia y las instituciones democráticas, incluso después de elecciones que no son particularmente polémicas. En otras palabras, cuando su político preferido pierde, el resentimiento es inevitable.

 

Por eso, el “acuerdo democrático” es tan importante: los ganadores no reprimen a los perdedores, lo que significa que los perdedores pueden esperar ser ganadores en el futuro. Como resultado, las dudas de los perdedores sobre la legitimidad del proceso disminuyen gradualmente a medida que se preparan para las próximas elecciones.

 

Pero si el candidato perdedor no cumple su parte del trato, al no reconocer el derecho del ganador, esa aguda pérdida de fe entre los partidarios del candidato puede volverse crónica y derivar potencialmente en desobediencia civil, violencia política y crisis de legitimidad democrática. 

 

“Estudio las democracias y lo que he aprendido es esto: colapsan sin perdedores elegantes”, dice Shaun Bowler, profesor de ciencias políticas en la Universidad de California Riverside. Al hablar de un "proceso amañado" que bien puede conducir a una "elección robada", se está debilitando la fe de los votantes en las elecciones de una manera que podría resultar extremadamente peligrosa. A nadie le gusta perder elecciones. Pero, ¿hay justificación para que un político irresponsable encienda el fuego en la pradera? El egoísmo es fácil.

 

Hay políticos que nunca entendieron a Vince Lombardi, conocido por sus frases inspiradoras sobre las victorias, el éxito y, por extensión, sobre los perdedores. Si bien muchas de sus citas enfatizan la importancia de ganar, también contienen ideas valiosas sobre cómo manejar las derrotas con gracia. 

 

"No se trata de si te derriban, sino de si te levantas". Lombardi enfatizaba que lo que realmente importa es cómo responden los individuos a la adversidad o la derrota. Levantarse y perseverar, después de una derrota, es un testimonio de carácter. El coach reconocía que si bien ganar no es lo único que importa, el deseo y el impulso para ganar son cruciales. Perder con un fuerte deseo de ganar puede conducir al éxito futuro. Después de las derrotas, los buenos líderes crecen, gracias a la perseverancia.

 

Los políticos que no entiendan a Lombardi no les quedará otra que recordar la historia de “Loser”, la canción emblemática de los “perdedores” de los años noventa. Grabada y compuesta por el cantante norteamericano Beck Hansen, en 1993, sería declarada como el “himno de la vagancia” de esa década.

 

En una entrevista, Beck dijo: “cuando me escuché rapear me dije a mí mismo: hombre, soy el peor rapero del mundo, soy sólo un perdedor”. Así, la letra del coro de la canción sería grabada mitad en español y mitad en inglés del siguiente modo: “Soy un perdedor, I’m a loser baby, so why don’t you kill me?”. El éxito de “Loser” en todo el mundo lanzó a Beck a la fama. Fue ungido como el profeta del nuevo movimiento musical llamado “Slacker” (“vago”, “flojo”), para personas que tienen tiempo de estar deprimidas por todo. Esa sería la peor teoría para un perdedor.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/la-teoria-del-perdedor/

Saturday, September 09, 2023

¡A prepararse para la transición!

 

 

¡A prepararse para la transición!


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

Por fin, tenemos candidatas. El 1 de octubre de 2024 una mujer rendirá protesta como la primera presidenta de la República. Nos faltan 9 meses de una campaña que, tal vez, será aburrida. Pero, una vez que terminemos la jornada electoral, el domingo 2 de junio, se iniciará un intenso y entretenido período de transición de 120 días. 

 

En 1960, poco después de la publicación de “Presidential Power”, el libro más influyente que se haya escrito sobre la presidencia de Estados Unidos, el entonces senador John F. Kennedy le pidió al profesor Richard E. Neustadt que escribiera una serie de memorandos para planificar la transición al cargo de Presidente.

 

Estos documentos se han convertido en piezas históricas, que fueron publicados en el libro “Preparing to Be President: The Memos of Richard E. Neustadt”, compilado por Charles O. Jones y publicado por AEI Press en el año 2000.

 

Ahí se abordan cuestiones fundamentales sobre cómo organizar un equipo de transición, cómo dotar de personal al presidente electo y luego designar los funcionarios de la Casa Blanca, la conformación del gabinete y cuáles deberían ser las funciones del vicepresidente y la primera dama.

 

El libro proporciona relatos históricos interesantes y conocimientos críticos para cualquiera que intente entender cómo toma forma una nueva administración y qué sucede, tras bambalinas, entre el día de las elecciones y la toma de posesión.

 

Richard E. Neustadt fue el decano de los académicos presidenciales. A partir de su clásico libro sobre el poder presidencial se reconcibió la forma en que los presidentes, las élites de Washington y el público entienden el cargo de Presidente. No cabe duda de que el poder informal es necesario para complementar los poderes constitucionales, a fin de gobernar con eficacia.

 

Neustadt entendió que un presidente no podía confiar en su título para que las cosas se hicieran, sino que debía usar sus poderes de persuasión para atraer y convencer al Congreso, al poder ejecutivo, a sus colaboradores, a su partido y al público. Pero el éxito depende de cómo un nuevo presidente realiza una transición exitosa al cargo y comienza a gobernar.

 

Neustadt aconsejó a los candidatos presidenciales, a los presidentes electos y a los presidentes constitucionales cómo dar forma a una administración para que comience a funcionar bien. En los memorandos vemos el mejor análisis de Neustadt, siempre consciente de las características generales de la oficina presidencial, de los demás actores en Washington y de las cualidades particulares del propio presidente.

 

Es cierto que ninguna transición es igual. La gobernanza presidencial efectiva requiere atención a la historia. Sin embargo, los memorandos de Neustadt tendrán consecuencias duraderas y relevancia contemporánea porque ponen sus observaciones en el contexto de las necesidades particulares de un presidente y su época.

 

A partir del 2 de junio de 2024 habrá en todo México una sensación de cambio de página; inicia un nuevo capítulo en la historia del país, y también se nos presenta una nueva oportunidad. El peligro, como diría Neustadt, es que por el solo hecho de haber ganado una presidenta está convencida de que puede mandar. Y no será así. Se escaló una montaña (la elección); pero escalar la siguiente (la transición) será más difícil.

 

Siempre existe una arrogancia endémica en esta experiencia de las transiciones presidenciales. El desafío para las presidentas electas y su entorno, será el de integrarse, en muy poco tiempo, a un gobierno que funcione, cuando a menudo carecen de la experiencia y la modestia para hacerlo de manera efectiva. 

 

Así que, desde la campaña, las candidatas necesitarán ayuda de los expertos para reflexionar sobre la transición al gobierno. La arrogancia crece cuando se convierten en “triunfantes” y luego “electas”. Las candidatas tendrán que pensar en el futuro. Tienen que pedirle a “alguien” que piense en la transición. Porque sólo tendrán 120 días para empezar a gobernar.

 

El 2 de junio en la noche, probablemente la presidenta electa se preguntará: “¿qué hacemos ahora?” Y la respuesta puede ser escalofriante: “tú gobernarás; tendrás toda la atención nacional y mundial; tendrás que asumir el mando”. El nuevo equipo tendrá que demostrar confianza en su capacidad de control y articular su misión y prioridades.

 

La presidenta electa tiene que crear una estructura que tendrá que trabajar con el gobierno permanente. Los burócratas salientes saben que la cima de cada secretaría y de cada unidad organizativa estará a punto de ser cortada. Habrá un nuevo líder en cada lugar.

 

La presidenta electa tendrá que comprender, rápidamente, la naturaleza y la importancia de la estructura, las reglas, la administración y la organización del gobierno. Las relaciones críticas entre la política y la administración adquieren una nueva perspectiva. Neustadt se especializó en sondear el liderazgo presidencial. ¿Cómo podría el presidente maximizar el uso efectivo del estatus en un sistema de instituciones separadas que comparten poder?

 

Estas preguntas fueron fundamentales para el análisis y los consejos de Neustadt: ¿Cómo ve el presidente su nuevo trabajo? ¿Cómo podría trabajar mejor? ¿Qué quiere lograr? La tarea central es organizar una presidencia para cumplir metas y propósitos. La visión se engrandece cuando se intenta hacer realidad la misión de la nueva presidenta, no la de alguien más. Todo se juzgará por el propósito, el estilo y la percepción del trabajo que tenga la nueva presidenta.

 

Las candidatas deben ser precavidas desde hoy. Neustadt decía que los presidentes siempre están rodeados de asesores que se caracterizan por su ignorancia, agravada por las inhibiciones y las prisas. Desafortunadamente, los asesores no moderan su ignorancia con la investigación. No conocen el límite entre no saber y no comprender lo que podrían haber sabido.

 

Un asesor relevante no es un adivino. Necesita trabajar con método. Los asesores de transición de los presidentes deberían poder anticipar, al menos, las vagas líneas de los problemas futuros a partir de la evidencia actual. Lo que atormentará a las candidatas es la prisa, la arrogancia y la novedad que genera la incomprensión alimentada por la inexperiencia.

 

A partir del 2 de junio, la nueva presidenta tendrá poco tiempo para seleccionar un gabinete, dar forma a un programa legislativo inicial, revisar el presupuesto, tranquilizar a los funcionarios públicos, conectarse con los líderes del Congreso, cortejar a la prensa y presentar una imagen pública diferente, más nacional, menos partidista. La prisa será inevitable.

 

La arrogancia aparecerá cuando la presidenta triunfante diga: “nosotros ganamos, así que podemos”. Será amplificada por una sobreestimación casi segura de la potencia de la presidencia. Y ya no será como antes. En eso consistirá su inocencia. Eso se complica con la inevitable inexperiencia. Esto hace que muchas de las opciones que enfrentan las presidentas electas sean prácticamente incomprensibles para ellas. La inexperiencia y la incomprensión se vuelven aún más peligrosas por la falta de eficacia en las relaciones con la prensa. Nadie podrá encantar a los medios como lo hizo AMLO.

 

En resumen, según Neustadt, los riesgos de transición que afligirán a una futura presidenta y a sus colaboradores nacen de la prisa, la arrogancia y el desconocimiento inherente a la novedad. 

 

La transición de 2024 ofrecerá la oportunidad para aprovechar la tradición de toda una generación gubernamental. La experiencia, por supuesto, sería la vacuna, el gran correctivo. Pero luego abundan los asesores. Habrá una avalancha de consejos aunados a la insuficiencia de la memoria institucional.

 

De junio a septiembre de 2024 vamos a vivir cuatro meses de sospechas e intrigas. Los activistas van a desconfiar de cualquiera que “quiera beneficiarse de su victoria” sin haber hecho campaña. Su visión estará nublada por una bruma dorada que tardará en disiparse. Los funcionarios salientes sospecharán que sus sucesores carecen de la competencia para hacer su trabajo. Y los recién llegados sospecharán que los funcionarios públicos heredados podrían ser enemigos encubiertos, plantados por sus predecesores. 

 

Pocos seres humanos tienen que enfrentar y superar la tensión de pasar repentinamente de ser un activista total en campaña, en una atmósfera de esfuerzo sudoroso y objetivos simples, a tareas más frías, e intelectualmente desafiantes, como gobernar en medio de las interminables ambigüedades de propósitos y presiones complicadas. 

 

La presidenta electa tendrá la necesidad de mantener el equilibrio, el temperamento y el sentido del humor. También tendrá que desactivar las bombas de tiempo que encontrará debajo de la silla presidencial.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/a-prepararse-para-la-transicion/

Saturday, September 02, 2023

Jóvenes en el gobierno

 

 

Jóvenes en el gobierno


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

“¿Quieren un Presidente joven con nuevas ideas? ¿O lo de siempre?”, preguntó el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, el martes pasado, ante un auditorio juvenil reunido en la Nave Lewis de Monterrey. 

 

La idoneidad de un joven político como presidente, o jefe de estado/gobierno, depende de una variedad de factores, incluidas sus cualidades individuales, el contexto específico del país y los desafíos que enfrenta la nación. Si bien las ventajas de nuevas perspectivas y energía pueden resultar tentadoras, no se pueden ignorar las desventajas de una experiencia limitada y las posibles percepciones de inexperiencia. 

 

Los líderes jóvenes exitosos a menudo combinan su dinamismo juvenil con un compromiso de aprendizaje, tutoría y colaboración para navegar las complejidades de la gobernanza y liderar eficazmente a sus naciones hacia adelante.

 

Cuando imaginamos al líder de un país, la mayoría de nosotros siempre pensamos en alguien que normalmente tiene 50 años o más y con mucha experiencia de trabajo en política y gobierno. Sin embargo, ya somos testigos de algunas gerontocracias. En noviembre próximo, AMLO cumplirá 70 años. Joe Biden tiene 80 años. Donald Trump tiene 77 años. Narendra Modi, primer ministro de la India, tiene 72 años. Xi Jinping, presidente de la República Popular China, tiene 70 años.

 

Afortunadamente, en las últimas décadas hemos visto el ascenso de algunos de los presidentes más jóvenes de la historia. Tienen el poder de conectar con la gente y desafían el status quo.

 

En un estudio del “Pew Research Center” de marzo pasado, la experta Laura Silver concluye que los líderes nacionales tienen edades comprendidas entre los 30 y los 90 años. El jefe de gobierno más joven del que se pudo encontrar una fecha exacta de nacimiento es Gabriel Boric, de Chile, que tiene 37 años. El líder nacional de mayor edad es Paul Biya de Camerún, que nació en 1933 y asumió el cargo hace más de 40 años. La edad promedio de los líderes nacionales actuales es 62 años. Las mujeres líderes tienden a ser más jóvenes que los hombres, aunque actualmente sólo 13 países tienen una mujer en los cargos más altos. La edad promedio de estas mujeres es 57 años.

 

Algunos ejemplos donde líderes jóvenes han logrado ocupar las posiciones más importantes del gobierno son:

 

Emmanuel Macron se convirtió en presidente de Francia, en 2017, a la edad de 39 años. Su plataforma centrista y su energía juvenil atrajeron a los votantes que buscaban un nuevo liderazgo. Macron introdujo reformas en los mercados laborales, la educación y la política climática. También ha sido un actor importante en el escenario internacional.

 

Gabriel Boric es un político y académico que, a sus 37 años, ha sido el presidente más joven en la historia de su país. Aunque fue elegido en 2022, el viaje político de Boric comenzó mucho antes. Fue legislador y activista cuando era estudiante de Derecho en la Universidad de Chile.

 

Sebastian Kurz se convirtió en canciller de Austria, en 2017, a la edad de 31 años. Dirigió el Partido Popular Austriaco y formó un gobierno de coalición. Conocido por sus políticas conservadoras, Kurz atrajo a una amplia gama de votantes. Priorizó las reformas económicas, las medidas de seguridad y el endurecimiento de las políticas de inmigración.

 

Leo Varadkar asumió el cargo de primer ministro de Irlanda en 2017 a la edad de 38 años. Abiertamente gay, fue reconocido por sus políticas progresistas. Varadkar ha trabajado en temas como la atención sanitaria, el bienestar social y la acción climática. Su liderazgo durante las negociaciones del Brexit y sus esfuerzos por fomentar una relación positiva con Irlanda del Norte han sido notables.

 

Jacinda Ardern se convirtió en primera ministra de Nueva Zelanda en 2017, a la edad de 37 años. Obtuvo elogios internacionales por su respuesta compasiva a los tiroteos en la mezquita de Christchurch y su gestión de la pandemia de COVID-19. Ardern puso énfasis en las cuestiones sociales, la sostenibilidad ambiental y la gobernanza inclusiva.

 

Sanna Marin, de 34 años, fue la primera ministra en funciones más joven del mundo, después de ser elegida por el Partido Socialdemócrata de Finlandia para asumir el cargo de líder política del país. Condujo en tiempo vertiginoso el proceso de solicitud de ingreso de Finlandia en la OTAN, cuando Putin inició la guerra contra Ucrania.

 

Carlos Alvarado Quesada ganó las elecciones presidenciales de Costa Rica en abril de 2018, a los 38 años. Obtuvo su maestría en Gran Bretaña, cantó en una banda de rock universitaria llamada Dramatika, trabajó durante tres años para Procter & Gamble en Panamá y en un call center de apuestas deportivas. También publicó cuatro libros.

 

Jigme Khesar Namgyel Wangchuck es el cuarto "Rey Dragón" de Bután. Asumió el poder a los 26 años, cuando su padre abdicó. Khesar estudió en los Estados Unidos y asistió al Magdalen College de Oxford antes de regresar a Bután. Uno de los objetivos de su reinado es fortalecer la democracia en su país.

 

Nayib Bukele, exempresario y alcalde de San Salvador, ganó fácilmente las elecciones de El Salvador en febrero de 2019 y prestó juramento como presidente a los 38 años. La victoria de la Gran Alianza por la Unidad Nacional puso fin al dominio de los partidos FMLN y ARENA.

 

El Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani tenía 33 años cuando asumió el cargo de Emir de Qatar, cuando su padre renunció en 2013.

 

Kim Jong-un asumió el liderazgo de Corea del Norte cuando tenía 27 años. A pesar del secretismo y el aislamiento del régimen norcoreano, Kim ha mantenido un férreo control del poder y ha perseguido objetivos estratégicos, incluidos avances nucleares y compromisos diplomáticos con otras naciones.

 

Estas experiencias nos muestras ventajas y desventajas de tener políticos jóvenes en puestos destacados.

 

Ventajas:

 

1.     Los políticos jóvenes suelen aportar ideas innovadoras y voluntad de desafiar el status quo. Su falta de experiencia política arraigada puede conducir a nuevos enfoques para cuestiones no resueltas de larga data y a la introducción de políticas más dinámicas.

 

2.     Un presidente joven puede conectarse mejor y comprender las preocupaciones de los ciudadanos más jóvenes. Esto puede ayudar a cerrar las brechas generacionales y conducir a políticas que aborden los desafíos únicos que enfrentan los jóvenes, como la educación, el empleo y los avances tecnológicos.

 

3.     Los líderes jóvenes pueden inyectar vigor y entusiasmo a sus funciones, lo que puede ser contagioso e inspirar un mayor compromiso por parte de los ciudadanos. Su energía puede impulsar iniciativas y fomentar una sensación de optimismo dentro de la nación.

 

4.     Los políticos jóvenes suelen aprender rápido y adaptarse a nuevas situaciones. Esto puede resultar ventajoso en un mundo que cambia rápidamente donde los líderes deben responder a desafíos y oportunidades imprevistos.

 

5.     La elección de un líder joven puede simbolizar un alejamiento de la política tradicional y señalar el deseo de una gobernanza nueva y con visión de futuro. Esto puede ser particularmente poderoso en sociedades que buscan cambio y modernización.

 

Desventajas:

 

1.     Una de las principales críticas a los políticos jóvenes en roles de liderazgo es su experiencia limitada. Las complejidades de dirigir una nación o un gobierno requieren una comprensión de cuestiones políticas complejas, diplomacia y gobernanza que normalmente vienen con años de experiencia.

 

2.     Los líderes jóvenes pueden enfrentar el escepticismo del público y otros líderes políticos que cuestionan su capacidad para manejar las responsabilidades del cargo. Esta percepción de inexperiencia puede obstaculizar su eficacia y obstaculizar su capacidad para ganar credibilidad en el escenario internacional.

 

3.     El entusiasmo juvenil a veces puede traducirse en impulsividad. Las decisiones rápidas sin una consideración exhaustiva de las consecuencias pueden conducir a errores políticos o desafíos diplomáticos.

 

4.     A un líder joven puede resultarle difícil gestionar a políticos mayores y más experimentados que están acostumbrados a estructuras de liderazgo más tradicionales. Esto podría dar lugar a conflictos internos y obstaculizar una toma de decisiones eficaz.

 

5.     Si bien los líderes jóvenes pueden aportar ideas nuevas, también pueden priorizar las metas a corto plazo sobre las estrategias a largo plazo debido a su horizonte temporal relativamente limitado en el cargo. Es crucial equilibrar las demandas inmediatas con políticas sostenibles a largo plazo.

 

La edad es importante. Pero más importante es tener cualidades como visión, actitud, adaptabilidad, comunicación efectiva y compromiso para abordar las necesidades de la nación. Cuando un joven se atreve a dar un paso adelante, debe recordar las palabras de Winston Churchill: "El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el coraje de continuar".

 

Los jóvenes que quieren comerse el mundo a mordidas son los que hacen el cambio con su pasión y energía. La impaciencia es el combustible que alimenta los sueños y los hace realidad. Pero también tienen que recordadr que el largo viaje de una carrera política exitosa siempre comienza con el primer paso. No vale mucho la pena anticipar el destino cuando lo mejor está en el viaje mismo. Es el bien que haces a lo largo del camino lo que cuenta; es la dedicación y el esfuerzo de todos los días. Con serenidad, se puede descubrir que uno está en el lugar correcto en el momento correcto. 

 

La vida política es un viaje que hay que recorrer con plena convicción de que la ruta no será siempre de autopistas sino de terracería. Y a la mitad del camino nos damos cuenta de que la jornada nunca terminará. Por eso tenemos que disfrutar el viaje porque ahí encontraremos crecimiento, satisfacciones y adversidad. La mejor recomendación para un político joven puede ser: haz lo correcto, genera valor público, sigue creciendo, vive el momento con paciencia, serenidad y buen juicio.

 

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