Friday, August 01, 2025

Los gobiernos necesitan talento

Los gobiernos necesitan talento

Javier Treviño

@javier_trevino

El próximo llamado a las urnas en México será el 6 de junio de 2027. Elegiremos 17 gobernadores, 680 presidentes municipales, 500 diputados federales y 1,088 diputados locales. Desde ahora debemos pensar en nuevas ideas para iniciar la reconstrucción de los gobiernos.

En un mundo cada vez más complejo, la eficacia de un gobierno depende de su capacidad para atraer y retener a los mejores talentos. Sin embargo, los sectores públicos a nivel mundial enfrentan desafíos significativos para reclutar profesionales más jóvenes. Esto tiene como consecuencia una fuerza laboral envejecida y posibles brechas de conocimiento. 

En algunos países, los programas de becas de prestigio del sector público surgen como una solución a este dilema. Sirven como canales esenciales para incorporar a jóvenes brillantes y motivados a los gobiernos. Cuando estos programas son sólidos, y cuentan con el apoyo necesario, crean vías claras para el reclutamiento de talento. Cuando no los hay, las personas calificadas buscan oportunidades en otros lugares.

Creo que sería bueno analizar casos exitosos de programas de becas de prestigio que podrían llegar a transformar gobiernos estatales y municipales de nuestro país.

La investigación de Elizabeth Linos, Brenda Sciepura y Alec Wall, "Getting Your Foot in the Door: The Impact of Public Sector Fellowships on Career Trajectories", proporciona evidencia convincente de la eficacia de estos programas. Su estudio siguió a más de 2,000 becarios del sector público estadounidense durante 19 años, y revela un hallazgo interesante: los becarios tienen 30 puntos porcentuales más de probabilidades de trabajar en el gobierno una vez finalizada la beca, en comparación con personas con una motivación similar que no participaron. Este significativo efecto en el empleo persiste durante al menos ocho años, lo que subraya el impacto a largo plazo de estas iniciativas. 

Las becas de prestigio no son meras colocaciones temporales, sino poderosos catalizadores para carreras sostenidas en el servicio público. La importancia de estos programas radica en varias características clave que abordan las barreras tradicionales para el empleo en el gobierno. 

La contratación en el sector público suele ser criticada por ser opaca, lenta y confusa. Los procesos de contratación del gobierno federal de Estados Unidos duran un promedio de 98 días, más del doble que en el sector privado. Los programas de becas ofrecen un proceso ágil, accesible y centralizado, simplificando lo que de otro modo podría ser un laberinto burocrático abrumador. 

Esta accesibilidad es crucial para atraer a un grupo diverso de solicitantes que, de otro modo, podrían verse desanimados por los métodos de reclutamiento tradicionales.

Además de simplificar el ingreso, las becas fomentan un sentido de pertenencia y desarrollo profesional que facilita la retención. Hay apoyo entre pares y un fuerte sentido de comunidad entre los becarios. Esta camaradería, combinada con una mentoría estructurada y oportunidades para trabajar en proyectos de alta prioridad, mejora significativamente la experiencia de los jóvenes profesionales. 

Estos programas no sólo dotan de habilidades esenciales, sino que también fomentan una profunda comprensión de las políticas públicas y la gobernanza. Las experiencias inmersivas proporcionan habilidades prácticas invaluables, amplían las redes profesionales y refuerzan la motivación que atrae a los jóvenes al servicio público. 

El prestigio asociado a estas becas también transmite un mensaje contundente: los empleos en el sector público son valorados, contrarrestando los estereotipos negativos sobre el trabajo gubernamental. 

Cuando estos programas se reducen o eliminan, el efecto inmediato es una reducción en el número de personas altamente calificadas, incluyendo aquéllas con experiencia en ciencia de datos, políticas públicas y ciberseguridad, que se hubieran incorporado al gobierno. 

Como advierte Elizabeth Linos: “Sin una vía clara y competitiva para acceder al gobierno, muchos jóvenes talentosos podrían simplemente optar por otros sectores. Con el tiempo, esto podría conducir a una escasez de personal y a una disminución de la calidad de los futuros líderes del sector público”. 

La percepción de falta de fiabilidad o infravaloración del servicio público resultante de los recortes presupuestales o la reducción de sueldos puede desanimar a los posibles solicitantes. Esto genera una fuga de talentos, donde mentes brillantes se pierden en el sector privado o sin fines de lucro. Esto no sólo agrava la escasez de personal existente, sino que también socava la capacidad del gobierno para abordar eficazmente desafíos sociales apremiantes.

¿Por qué creo que sería importante pensar en un programa de becas de prestigio para los gobiernos estatales y municipales? El núcleo del problema reside en una pregunta fundamental: ¿Cómo podríamos lograr que los mejores de las nuevas generaciones se incorporen al servicio público?

1. El reclutamiento gubernamental tradicional plantea barreras de entrada para los jóvenes, incluyendo largos procesos de contratación, falta de visibilidad en los puestos del sector público y un problema de imagen en comparación con las dinámicas oportunidades del sector privado. 

2. Los programas de becas de prestigio ofrecerían una vía de acceso ágil y especializada al gobierno, reduciendo estas barreras y proporcionando un punto de acceso estructurado y de apoyo.

3. La participación en estas becas generaría un aumento sostenido del empleo público. Los becarios tendrían una probabilidad mucho mayor de desarrollar una carrera profesional en el gobierno, en lugar de ocupar puestos transitorios o realizar sólo prácticas.

4. Los becarios adquieren experiencia con desafíos gubernamentales reales, mentoría, acceso a redes y una comprensión profunda del funcionamiento de las políticas y la administración en la práctica.

5. Los gobiernos se benefician de la afluencia de trabajadores dinámicos, capacitados y diversos, mientras que los becarios se benefician del desarrollo profesional, un sentido de propósito y la capacidad de ver el impacto tangible de su trabajo.

6. Las empresas del sector privado y el mundo académico siguen buscando activamente a los mejores talentos, ofreciendo mejores salarios, beneficios y prestigio percibido. 

7. Sin vías de acceso claras y recursos suficientes para acceder a becas, el gobierno pierde su capacidad de competir eficazmente por jóvenes profesionales con una misión clara. Se pierde una oportunidad para revitalizar una fuerza laboral en proceso de envejecimiento.

8. Mantener y ampliar las becas del sector público es esencial para abordar la brecha demográfica y de habilidades. La inversión dirigida a estos programas genera un alto rendimiento en la modernización de la fuerza laboral y la capacidad cívica.

9. El reclutamiento de becarios debe centrarse en atraer diversidad, que refleje las poblaciones a las que sirve el gobierno y cierren las brechas de representación y perspectiva.

¿Qué se puede hacer? 

1. Los gobiernos estatales y municipales deben considerar las becas de prestigio no como iniciativas puntuales, sino como estrategias institucionalizadas para el talento, con procesos de solicitud simplificados y vías garantizadas para pasar de la beca a puestos permanentes.

2. Los responsables políticos deberían invertir en becas del sector público con la misma seriedad con la que invierten en las becas de “jóvenes construyendo el futuro”.

3. Gobiernos estatales y municipales deberían colaborar con las universidades y la sociedad civil para crear nuevas becas específicas para cada área, como política climática, tecnología cívica, innovación gubernamental, inteligencia artificial. 

4. Los programas de becas de prestigio deben centrarse en la equidad, corregir sesgos sistémicos en la contratación y el ascenso. Los criterios de selección deben priorizar la diversidad de experiencias vividas, el potencial de liderazgo y el compromiso público.

En una época en que la confianza en el gobierno es frágil y la capacidad institucional se encuentra al límite, invertir en programas de becas de prestigio del sector público es una de las decisiones más inteligentes y de mayor impacto que podemos tomar. No solo cubren puestos de trabajo, sino que también forman a los servidores públicos. No solo capacitan a los trabajadores, sino que también forman líderes. Y quizás lo más importante, transmiten a una nueva generación que sus habilidades, valores y ambiciones pueden potenciarse en un gobierno.

Un programa de becas de prestigio del sector público sería mucho más que un simple punto de acceso; yo creo que sería una inversión estratégica en el futuro de la gobernanza. Al ofrecer un acceso simplificado, fomentar el desarrollo profesional, construir comunidades de apoyo y otorgar prestigio, estos programas atraen y retienen con éxito a jóvenes talentos, garantizando una fuerza laboral pública sólida y competente. 

Los gobiernos necesitan agilidad, innovación y cercanía con los ciudadanos. Invertir en estas becas sería invertir en el futuro de la nación. Como bien lo expresa Elizabeth Linos: “El futuro del gobierno depende de a quién dejemos entrar”. La puerta no debe cerrarse para la próxima generación de creadores de cambios.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/los-gobiernos-necesitan-talento/


¿Dónde se producen los descubrimientos?

¿Dónde se producen los descubrimientos?
Javier Treviño
@javier_trevino
La búsqueda de conocimiento en las “ciencias de la vida” es la base de los avances médicos y la innovación tecnológica. Sin embargo, los mecanismos y lugares precisos donde se producen estos descubrimientos revolucionarios siguen siendo objeto de intensa investigación académica. 
Un análisis del profesor Amitabh Chandra, director del Centro Malcolm Wiener para Políticas Sociales de Harvard, y Connie Xu, candidata al doctorado en políticas de salud, también de Harvard, investiga si son los individuos o las instituciones los principales impulsores de los avances científicos.
El documento de trabajo, recientemente publicado por el National Bureau of Economic Reasearch, “Where Discovery Happens: Reasearch Institutions and Fundamental Knowldedge in the Life-Sciences”, ofrece evidencia empírica convincente que arroja luz sobre esta cuestión crucial. 
Su investigación, que emplea un novedoso diseño del "científico-promotor", revela una concentración significativa de descubrimiento fundamental en un puñado de instituciones de élite y subraya el profundo impacto causal del entorno institucional en la productividad científica.
La producción de conocimiento en ciencias de la vida, los descubrimientos que dan lugar a nuevos medicamentos, la comprensión biológica más profunda y las tecnologías revolucionarias, están distribuidas de forma desigual. 
Según la investigación de Chandra y Xu, el 70 % de la producción mundial de investigación en ciencias de la vida proviene de tan solo tres países: Estados Unidos, China y el Reino Unido. En Estados Unidos, más del 15% de la investigación mundial en ciencias de la vida se concentra en tan solo dos regiones: el área metropolitana de Boston y la Bahía de San Francisco. Al considerar las instituciones individuales, las cifras son aún más impactantes. Harvard y Stanford representan más del 8% de la producción mundial. Esto significa que estas dos instituciones generan más conocimiento fundamental en ciencias de la vida que muchos países enteros.
Los investigadores miden meticulosamente el conocimiento fundamental a través de publicaciones en revistas líderes en ciencias de la vida y establecen una sólida correlación entre este conocimiento y las patentes, lo que indica que la producción científica de alta calidad también posee una significativa relevancia comercial a largo plazo.
Una contribución fundamental del trabajo de Chandra y Xu reside en cuantificar el efecto causal de la institución en la producción investigadora de un científico. Mediante un "diseño de transferencia de científicos", que compara la producción investigadora anual de cada científico antes y después de su cambio de institución, los autores logran aislar el impacto institucional. Sus hallazgos son notables: entre el 50% y el 60% de la producción investigadora de un científico es directamente atribuible a la institución donde trabaja. 
Este poderoso efecto institucional se debe en gran medida a la presencia de "investigadores estrella", que representan dos tercios de este impacto. Estos científicos actúan como imanes intelectuales, atrayendo talento, fomentando comunidades científicas dinámicas y creando un entorno donde la investigación innovadora tiene más probabilidades de prosperar. 
El estudio señala que la magnitud de estos efectos institucionales no ha disminuido en los últimos tiempos, a pesar de los avances tecnológicos que facilitan la colaboración interinstitucional, ni se concentra en campos científicos específicos o en grandes aglomeraciones. Esto sugiere que las características únicas de estas instituciones de primer nivel, más allá del mero acceso a la tecnología, son impulsoras perdurables del descubrimiento.
Estos hallazgos coinciden con debates más amplios sobre el ecosistema del descubrimiento científico. La investigación fundamental, a menudo impulsada por la pura curiosidad y la búsqueda de conocimiento sin objetivos comerciales inmediatos, es ampliamente reconocida como indispensable. 
Como enfatiza Maria Leptin, presidenta del Consejo Europeo de Investigación: “La investigación científica fundamental, que no se rige por consideraciones comerciales o prácticas, sino por la pura curiosidad científica, ha sentado las bases de muchas de las innovaciones más importantes de la actualidad”. 
Si bien la industria desempeña un papel crucial en la investigación aplicada y el desarrollo de productos, las instituciones académicas siguen siendo los principales motores para generar el conocimiento fundamental sobre el que se construyen las aplicaciones futuras. 
El éxito de estas instituciones no se debe únicamente a la presencia de investigadores estrella; también se ve impulsado por equipos de alta calidad, mayores presupuestos de investigación y extensas redes que facilitan la colaboración y el libre intercambio de ideas, creando una cultura científica vibrante.
Las conclusiones de Chandra y Xu tienen implicaciones significativas para la asignación de recursos a la investigación y las políticas científicas. 
Dada la profunda influencia de los entornos institucionales en la productividad científica, los financiadores, ya sean organismos gubernamentales o entidades filantrópicas privadas, se enfrentan a un dilema crucial. ¿Deberían concentrar recursos en un puñado de instituciones consolidadas y altamente productivas para maximizar la producción de conocimiento, o deberían aspirar a cultivar nuevos centros de excelencia en regiones con financiación insuficiente? 
La investigación de Chandra y Xu se inclina por la primera opción. Tratar a todas las instituciones como receptores iguales sería ineficiente si el objetivo es maximizar la producción de conocimiento. El apoyo es clave no solo en las personas, sino también en “los lugares donde la ciencia tiene más probabilidades de cambiar el mundo".
En esencia, el artículo de Chandra y Xu ofrece un sólido respaldo empírico a la idea de que el lugar donde se produce el descubrimiento influye profundamente en la cantidad y el impacto de la investigación. 
Su trabajo subraya el papel único y persistente de las instituciones de investigación de élite, impulsadas por la atracción de científicos estrella y un entorno intelectual propicio, en la generación del conocimiento fundamental que sustenta la innovación futura. 
Yo creo que comprender estas dinámicas es fundamental para los gobiernos y los organismos de financiación que buscan optimizar la producción científica y garantizar un flujo constante de descubrimientos para el beneficio de la sociedad.
¿Qué podríamos reflexionar en México?
1. El entorno institucional explica la intensa concentración de la productividad científica.
2. Entre el 50% y el 60% de la producción investigadora de un científico se atribuye a la institución donde trabaja.
3. Unas pocas instituciones producen más ciencia fundamental que el total de muchos países. 
4. Los entornos de investigación creados en estas instituciones no sólo amplifican el trabajo de los científicos individuales. También sirven como incubadoras para los descubrimientos que impulsan el progreso en la medicina, la tecnología y nuestra comprensión de la vida misma.
5. La presencia de “investigadores estrella” es crucial en una institución. Son imanes para el talento. Atraen a estudiantes ambiciosos de todo el mundo y a jóvenes científicos deseosos de mentoría y oportunidades. 
6. Este talento mejora el tipo de compromiso que las instituciones pueden fomentar y la investigación que toda la entidad puede producir. 
7. Las universidades de primer nivel ofrecen mejores equipos, mayores presupuestos de investigación y acceso a amplias redes de colaboración.
8. La producción no se basa únicamente en recursos materiales. La presencia de una comunidad científica dinámica donde se fomenta la colaboración, se comparten ideas y se anima a los investigadores a aprovechar los descubrimientos de los demás crea un entorno donde la innovación es más probable. 
9. A medida que los científicos se trasladan a instituciones más productivas, su producción científica aumenta significativamente. Existe una sólida evidencia de que su producción disminuye cuando abandonan estos centros de investigación.
10. La ciencia fundamental es la piedra angular de la innovación médica a largo plazo.El lugar donde se realiza la ciencia influye significativamente en la cantidad y el impacto de la investigación.
La pregunta fundamental es: ¿Deberían los gobiernos y las organizaciones filantrópicas redoblar sus esfuerzos por apoyar a unas pocas instituciones de primer nivel? ¿O deberían impulsar a investigadores emergentes y a las regiones con financiación insuficiente?
Chandra y Xu argumentan que el objetivo de maximizar la producción de conocimiento se logra mejor apoyando a instituciones sólidas y productivas. 
Si los financiadores desean maximizar el impacto en el descubrimiento científico fundamental, los recursos institucionales  deberían asignarse a las instituciones más productivas. Si los financiadores se enfrentan a la disyuntiva de financiar a dos científicos con la misma producción, financiar al científico de la institución más productiva generará más investigación.
Apoyar la investigación en ciencias de la vida tiene consecuencias reales, no simplemente fines académicos abstractos. “Tratar a todas las instituciones como receptores iguales sería ineficiente si el objetivo es maximizar la producción de conocimiento”, argumentan Chandra y Xu. La inversión es clave, no sólo en las personas, sino también en los lugares donde la ciencia tiene más probabilidades de cambiar un país.
https://www.sdpnoticias.com/opinion/donde-se-producen-los-descubrimientos/

Monday, July 21, 2025

"Un domingo cualquiera" para el gobierno

"Un domingo cualquiera" para el gobierno

Javier Treviño

@javier_trevino

Hace unos días vi de nuevo "Un domingo cualquiera" (“Any Given Sunday”, 1999) de Oliver Stone, con su cruda representación del fútbol americano profesional y el inolvidable discurso "Pulgada a pulgada" de Al Pacino. Me pareció que la película ofrece un marco metafórico sorprendentemente potente para comprender las complejidades de la política, el gobierno y la política exterior. 

Lejos de limitarse al fútbol americano, los mensajes centrales sobre el trabajo en equipo, el avance progresivo, constante, consistente, y el liderazgo auténtico pueden aplicarse en los ámbitos de alto riesgo donde se gobiernan las naciones y se forjan las relaciones internacionales. 

Las lecciones aprendidas del entrenador Tony D'Amato (Al Pacino), en el vestidor de Miami Sharks, van mucho más allá de levantar la moral del equipo, proporcionando valiosas perspectivas para desenvolverse en el impredecible y brutal "juego" del servicio público.

El principio central del discurso de D'Amato —que "la vida es un juego de centímetros"— es profundamente aplicable al mundo de la política y el gobierno. Los grandes cambios políticos, las victorias legislativas o los avances diplomáticos rara vez se logran con un único acto grandioso. Más bien son la culminación de innumerables pequeños y minuciosos esfuerzos, negociaciones y acuerdos. 

En el gobierno, todo esto se traduce en un progreso gradual, donde las transformaciones significativas se construyen poco a poco mediante persistentes batallas legislativas, reformas burocráticas y una participación ciudadana sostenida. 

Como sugieren algunas teorías del gobierno, como el “incrementalismo”, quienes toman las decisiones prefieren los cambios pequeños y graduales en lugar de las reformas radicales. Este enfoque reduce el riesgo, aumenta la flexibilidad y permite el aprendizaje continuo. 

Ya sea aprobar una ley compleja, implementar un nuevo programa social o reformar una dependencia obsoleta, el éxito depende de la meticulosa atención al detalle y la búsqueda incansable de pequeñas victorias que, sumadas, marcan la diferencia.

El énfasis inquebrantable de la película en el trabajo en equipo y la cohesión es una lección crucial para los gobiernos. Así como un equipo de fútbol se desmorona si no logra "recuperarse como equipo", los sistemas políticos y las oficinas gubernamentales flaquean sin un propósito común y la voluntad de colaborar. 

En la política nacional se requiere construir coaliciones sólidas entre partidos, fomentar la cooperación interinstitucional y garantizar que las diversas secretarías trabajen en conjunto para alcanzar objetivos nacionales comunes. 

En la política exterior es innegable la importancia vital de las alianzas, la diplomacia multilateral y una voz nacional unificada en el escenario global. 

El reto de D'Amato a sus jugadores —sacrificarse por el equipo— refleja la necesidad de que los actores políticos prioricen el bien común por encima de la ambición individual o las divisiones partidistas, fomentando un vínculo de confianza esencial para una gobernanza y unas relaciones internacionales eficaces.

El papel de D'Amato (Al Pacino) también ofrece valiosas perspectivas sobre el liderazgo auténtico y la confianza pública. Su disposición a admitir sus propios fracasos y vulnerabilidades ("Tomé todas las decisiones equivocadas que un hombre de mediana edad puede tomar... Ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo") es un poderoso acto de honestidad que desarma a su equipo y fortalece su credibilidad. 

En política, los líderes que demuestran autenticidad, transparencia y disposición a reconocer los desafíos en lugar de proyectar una imagen de infalibilidad tienen más probabilidades de generar confianza en el electorado e inspirar la acción colectiva. 

Esta “conexión genuina” puede motivar a los ciudadanos a "luchar por ese pequeño margen" en la implementación de políticas, la participación cívica o las iniciativas nacionales. Los líderes auténticos priorizan la comunicación honesta, crucial para desenvolverse en panoramas políticos complejos y mantener la confianza pública.

"Un domingo cualquiera" sirve como un claro recordatorio de la naturaleza impredecible y de alto riesgo del liderazgo en cualquier ámbito. La constante amenaza de una lesión, la presión del rendimiento y la dinámica volátil del juego también reflejan las incertidumbres inherentes a la política, el gobierno y la política exterior. 

Las crisis pueden surgir inesperadamente, la opinión pública puede cambiar rápidamente y las relaciones internacionales están en constante cambio. 

La lección de resiliencia de la película —la capacidad de luchar para "regresar a la luz" desde el "infierno"— es fundamental. Los líderes gubernamentales deben poseer la adaptabilidad y la fortaleza mental para afrontar desafíos imprevistos, aprender de los reveses y mantener la determinación ante la adversidad, recordando siempre que en "un domingo cualquiera" el resultado nunca está predeterminado.

El memorable discurso de Al Pacino bit.ly/4nJwVYG cristaliza lecciones con intensidad emocional y claridad moral:

1. El liderazgo se trata de ganar la confianza, no sólo de mantener el poder.

Tony D'Amato (Al Pacino), el veterano entrenador, representa la vieja guardia del liderazgo. Tiene defectos —está hastiado, desconectado— pero a lo largo de la película, redescubre que el liderazgo no se trata de control ni carisma, sino de conexión, vulnerabilidad y coherencia.

Lección para el gobierno y la política:

Los líderes en la vida pública deben adaptarse al cambio sin perder sus valores. La autoridad por sí sola no basta; la credibilidad se gana con el tiempo escuchando, estando presente y siendo humano. En política exterior, también, la confianza entre aliados se construye mediante el sacrificio y la responsabilidad compartidos, no sólo mediante la retórica o la proyección de poder.

2. Los equipos ganan cuando luchan juntos, poco a poco.

"O sanamos ahora, como equipo, o moriremos como individuos. De eso se trata". La diferencia entre ganar y perder suele estar "a dos centímetros de tu cara". No se trata de una gran estrategia, sino de cada pequeño esfuerzo, realizado con esfuerzo y esfuerzo, en conjunto. El discurso es una lección magistral de coraje, cooperación y compromiso moral.

Lección para la gobernanza y la diplomacia:

El éxito en la política o las relaciones internacionales no suele ser el resultado de un único acto heroico, sino de la acumulación de pequeñas decisiones, momentos de colaboración y elecciones morales. El progreso es gradual y colectivo, ya sea en reformas nacionales o en la consolidación de la paz global.

3. El ego y el interés propio destruyen el progreso colectivo.

El equipo está dividido por agendas individuales: jóvenes estrellas en busca de fama, veteranos resentidos con el cambio, dueños centrados en el dinero. Sólo cuando dejan de lado sus egos funcionan eficazmente como una unidad.

Lección para la política:

La gobernanza democrática se resiente cuando los líderes priorizan la ambición personal sobre el servicio público. El estancamiento, la polarización y los fracasos diplomáticos a menudo se derivan de egos inflados y la falta de voluntad para llegar a acuerdos. La película nos recuerda que la humildad es un activo estratégico.

4. Las instituciones deben evolucionar o colapsar.

La liga de fútbol americano es una metáfora de las instituciones estadounidenses: talento corporativizado, deshumanizado y mercantilizado. La película critica cómo los sistemas pueden perder su alma cuando olvidan su propósito original.

Lección para el gobierno y la política exterior:

Las instituciones políticas deben reformarse con un propósito, no sólo modernizarse tecnológicamente o superficialmente. Las burocracias, los ejércitos y las alianzas (como la OTAN o la ONU) necesitan una renovación basada en valores fundamentales, o corren el riesgo de quedar obsoletos o alienados públicamente.

5. La moral importa más que el machismo.

"Descubres que la vida es un juego de centímetros... y los centímetros que necesitamos están por todas partes". Esta frase nos recuerda que la vida, y el liderazgo, no se trata de dominio, sino de decisiones éticas que se toman a diario. No es la voz más fuerte la que gana, sino la más consistente y con principios.

Lección para la política exterior:

El liderazgo global no se trata de poder puro; se trata de ejemplo moral. Los centímetros en la diplomacia se encuentran en los derechos humanos, la ayuda al desarrollo, el poder blando y la credibilidad a largo plazo, no sólo en el poderío militar o la influencia económica.

Conclusión: La política de los centímetros.

En “Un domingo cualquiera”, el mensaje es claro: la verdadera victoria no proviene sólo del talento o el título, sino de la unidad, la perseverancia y un propósito compartido. Para los líderes de la política, el gobierno y las relaciones internacionales, la película y el discurso de Pacino son un llamado a la acción para liderar con integridad, adaptarse con humildad y servir con pasión, poco a poco.

Como dice el personaje de Pacino: "Eso es vivir: los quince centímetros que tienes delante". Gobernar también. La diplomacia también. La democracia también.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/un-domingo-cualquiera-para-el-gobierno/


Saturday, July 12, 2025

El poder de la reflexión

El poder de la reflexión

Javier Treviño

@javier_trevino

Ante la complejidad del mundo, marcada por la incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas, entender lo que se puede lograr con “el poder de la reflexión” es indispensable para tomar decisiones acertadas. 

La reflexión permite a los líderes hacer una pausa en medio del ruido y las circunstancias rápidamente cambiantes, obtener claridad sobre sus valores, objetivos y prioridades fundamentales. 

Al analizar cuidadosamente las experiencias pasadas y la realidad de hoy, la reflexión fomenta la autoconciencia y reduce las reacciones impulsivas que originan las presiones o emociones externas. 

Esta pausa deliberada permite a los responsables de la toma de decisiones alinear sus decisiones con los objetivos a largo plazo, adaptarse a los desafíos cambiantes y evitar la repetición de errores. 

Además, la toma de decisiones reflexiva mejora el pensamiento crítico y las habilidades de resolución de problemas, empoderando a los líderes para afrontar la complejidad con confianza e intencionalidad. 

En una era donde las decisiones rápidas y reactivas pueden tener consecuencias desastrosas, de gran alcance, cultivar el hábito de la reflexión es clave para tomar decisiones informadas, resilientes y estratégicas.

Muchos celebran “la capacidad de actuar con decisión”. Sin embargo, igual de crucial es “la capacidad de reflexión”. Siempre hace falta una pausa deliberada para examinar críticamente las acciones pasadas, los supuestos actuales y las implicaciones futuras. 

La reflexión en la formulación de políticas públicas no es un mero concepto abstracto; es una práctica vital que sustenta una gobernanza eficaz, fomenta el aprendizaje, mejora la toma de decisiones y promueve la rendición de cuentas en la compleja búsqueda del bien común.

En esencia, la reflexión no es una mera técnica; es una mentalidad. Los responsables políticos deben detenerse, observar, y considerar el significado de lo observado. Tienen que hacer un examen sistemático y analítico de los supuestos, los procesos y los resultados. 

La pregunta ¿qué sucedió? no es suficiente. Se tiene que profundizar y preguntarse ¿por qué sucedió así? y ¿qué se podría haber hecho de manera diferente? Esta indagación crítica es esencial para comprender la interacción de factores que influyen en el éxito o el fracaso de las políticas. 

Siempre es necesario analizar "qué salió mal” y “qué se podría haber hecho de otra manera", enfatizando una conexión personal con la situación en lugar de perderse en un enfoque teórico genérico.

¿Cuáles son las características de una reflexión eficaz en políticas públicas?

1. Es un proceso activo y dinámico, no una contemplación pasiva, que exige revisar experiencias pasadas, pensar críticamente a medida que se desarrolla un evento, y planificar intervenciones futuras con base en los conocimientos adquiridos. Esta naturaleza cíclica (experiencia concreta, observación reflexiva, conceptualización abstracta y experimentación activa), garantiza el aprendizaje y la adaptación continuos. 

2. Exige una actitud de curiosidad. Es necesario observar los problemas desde diversas perspectivas, analizar los propios valores y sesgos, y garantizar empatía para abordar problemas complejos. Como señala William Hatcher en su libro "The Curious Public Administrator" (2024), la reflexión ayuda a "entender los propios valores para que sean compatibles con las necesidades de la sociedad", lo que conduce a una toma de decisiones más informada y compasiva. 

3. Requiere humildad. Permite a los responsables políticos hacer a un lado la arrogancia, reconocer las incertidumbres y encarar los desafíos sin sentir la necesidad de parecer siempre autosuficientes. Esta apertura fomenta una cultura donde los errores se consideran oportunidades de aprendizaje, no sólo fracasos.

¿Por qué es indispensable la reflexión en la formulación de políticas públicas?

1. La reflexión informa y mejora la toma de decisiones. 

a) Al revisar sistemáticamente la implementación y los resultados de las políticas, la reflexión proporciona información valiosa que puede perfeccionar el diseño de los programas, identificar consecuencias imprevistas y garantizar que los fondos públicos se asignen eficientemente. 

b) Las decisiones intuitivas pueden tener consecuencias imprevistas. La evidencia empírica permite tomar decisiones informadas que mejoran el bienestar social. 

c) La reflexión ayuda a acortar la distancia entre la intención política y el impacto real, permitiendo ajustes basados en datos concretos.

2. La reflexión fomenta el aprendizaje y la adaptación organizacional. 

a) Las políticas públicas no son un proceso lineal; son dinámicas y evolucionan constantemente en respuesta a las necesidades sociales, las condiciones económicas y los avances tecnológicos. 

b) La reflexión permite a los gobiernos aprender tanto de los éxitos como de los fracasos, desarrollando conocimiento institucional y capacidad para afrontar los retos futuros. 

c) Este aprendizaje continuo es vital para mantener la relevancia y la eficacia de las políticas a lo largo del tiempo. 

3. La reflexión es crucial para la rendición de cuentas y la legitimidad. 

a) Cuando los funcionarios públicos reflexionan seriamente, están mejor preparados para garantizar que sus acciones se alineen con las necesidades sociales y las consideraciones éticas. 

b) La rendición de cuentas interna complementa los mecanismos de supervisión externa, fortaleciendo la confianza pública. 

c) La brújula interna, cultivada a través de la reflexión, contribuye a un gobierno más transparente y confiable.

En suma, ¿cuál es el significado de la reflexión en las políticas públicas?

La reflexión es el análisis deliberado de los valores, supuestos, estrategias y consecuencias de las decisiones políticas. Va más allá de la mera evaluación técnica para incorporar el razonamiento moral, la conciencia política y el aprendizaje institucional.

En “The Reflective Practitioner” (1983), Donald Schön, uno de los primeros pensadores sobre la reflexión profesional, argumenta que los responsables políticos deberían participar tanto en la "reflexión en la acción" (pensar durante el proceso político) como en la "reflexión sobre la acción" (pensar a posteriori).

Más que un análisis técnico, es necesario cuestionar supuestos implícitos, narrativas dominantes y relaciones de poder. Como argumenta Frank Fischer en “Reframing Public Policy: Discursive Politics and Deliberative Practices” (2003): “El análisis crítico de políticas debe incluir no sólo lo que funciona, sino también para quién funciona, bajo qué condiciones y por qué”.

Siempre es necesario incluir múltiples voces y perspectivas, especialmente de las partes interesadas afectadas por las decisiones políticas. John Forester, en “The Deliberative Practitioner” (1999), enfatiza: “La reflexión pública es esencial para la planificación democrática porque invita a las personas a comprender conjuntamente los propósitos controvertidos y los resultados inciertos”.

La reflexión es tanto retrospectiva (mirar hacia atrás para evaluar resultados y procesos) como prospectiva (anticipar riesgos, valores y objetivos futuros). El pensamiento a futuro y los métodos de previsión están ganando terreno en la planificación de políticas públicas.

La reflexión ayuda a evitar la simplificación excesiva y el fracaso de las políticas al revelar consecuencias imprevistas, puntos ciegos o preocupaciones de las partes interesadas en las primeras etapas del proceso.

Como señala Ian Sanderson en “Intelligent Policy Making for a Complex World: Pragmatism, Evidence and Learning” (2009) la reflexión permite “una deliberación basada en la evidencia sobre valores, objetivos y estrategias en condiciones complejas e inciertas”.

El artículo "Deepening Democracy: Innovations in Empowered Participatory Governance", de Archon Fung y Erik Olin Wright, publicado en 2003, argumenta que “la reflexión y el aprendizaje iterativo son esenciales para una gobernanza receptiva en sociedades complejas y pluralistas”.

La OCDE, en “Gobernanza anticipatoria de la innovación” (2020), recomienda a los gobiernos a “institucionalizar la reflexión, la previsión y la experimentación como elementos centrales de la toma de decisiones públicas”.

Con “el poder de la reflexión”, nuestros líderes podrían "esperar lo mejor y prepararse para lo peor". Es un proverbio del mundo de los negocios. Refleja un principio de optimismo pragmático: mantener la esperanza mientras se prepara para posibles desafíos.

Si bien la frase no se atribuye a ningún autor en concreto, a lo largo de la historia han surgido variaciones de esta idea en diferentes formas. A Benjamin Disraeli, primer ministro británico del siglo XIX, se le suele atribuir la cita, aunque no hay pruebas sólidas de que la dijera exactamente de esa forma.

Algo similar ocurre en los contextos militares y estratégicos, en los escritos de Carl von Clausewitz sobre la guerra. La frase se hizo especialmente popular en los círculos políticos, militares y empresariales del siglo XX, como una expresión concisa de la gestión realista de riesgos.

En conclusión, la reflexión no es un lujo, sino una necesidad fundamental en la formulación de políticas públicas. Es el acto deliberado de detenerse, cuestionar y aprender lo que transforma la experiencia en sabiduría práctica. 

El poder de la reflexión tiene una gran capacidad para iluminar caminos de mejora, fomentar una cultura de aprendizaje continuo y, en última instancia, garantizar que las políticas públicas realmente contribuyan al bien común.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-poder-de-la-reflexion/


Saturday, July 05, 2025

Innovación disruptiva en política y gobierno

Innovación disruptiva en política y gobierno

Javier Treviño

@javier_trevino

Clayton M. Christensen transformó la forma en que muchos líderes empresariales, académicos y emprendedores analizaron la dinámica de los cambios del mercado y la competencia. Su contribución más influyente fue la “teoría de la innovación disruptiva”.

La disrupción no proviene, necesariamente, de tecnologías revolucionarias o inventos radicales. Es un proceso mediante el cual un producto o servicio comienza en la base —al ser más simple, más asequible y más accesible que las ofertas existentes— y luego asciende incesantemente en el mercado, desplazando finalmente a los competidores establecidos. 

¿Cuáles son los criterios clave de la innovación disruptiva?

1. Segmentos desatendidos: Los nuevos competidores disruptivos inicialmente atienden a grupos de clientes que los operadores tradicionales ignoran, porque estos segmentos son menos rentables o se consideran insignificantes. 

2. Menor rendimiento inicial: Los productos disruptivos tienen un rendimiento inferior al esperado en las métricas tradicionales, pero ofrecen nuevas ventajas como un menor costo o una mayor comodidad.

3. Nueva trayectoria de rendimiento: Con el tiempo, las empresas disruptivas mejoran sus ofertas y empiezan a atraer al público, superando finalmente a las ya establecidas.

4. Innovación en el modelo de negocio: La disrupción está impulsada no sólo por la tecnología, sino por nuevos modelos de negocio que hacen que los productos o servicios sean más accesibles y asequibles.

“The Innovator’s Dilemma” (1997), de Clayton M. Christensen, es ampliamente considerado uno de los libros de negocios más influyentes. Explora por qué algunas de las grandes empresas exitosas no logran adaptarse ante la innovación disruptiva. Suelen estar tan centradas en atender a sus clientes más exigentes y rentables que pasan por alto a los nuevos participantes que se dirigen a segmentos menos rentables o emergentes. 

Estas empresas consolidadas se ven limitadas por sus redes de valor y modelos de negocio existentes, lo que les dificulta impulsar innovaciones disruptivas que inicialmente ofrecen márgenes más bajos y rentabilidades inciertas.

Yo creo que los principios de Christensen, en particular los relativos a la rigidez estructural, la ceguera estratégica y la infravaloración de las tendencias emergentes, tienen profundas implicaciones en el mundo de la política y el gobierno. Podrían ayudar a los líderes a anticipar el cambio, diseñar mejores instituciones y responder a las necesidades de los ciudadanos con mayor eficacia.

El libro de Christensen no fue escrito para presidentes, gobernadores ni alcaldes, pero bien podría haberlo sido. Las fuerzas de la disrupción ya no se limitan a las empresas. La tecnología, la demografía, el cambio climático y las expectativas ciudadanas están transformando lo que los gobiernos deben hacer y cómo deben actuar.

Al aplicar las ideas de Christensen, los líderes políticos pueden evitar la trampa de la complacencia, abrir espacio para la experimentación y construir instituciones no sólo para las necesidades de hoy, sino también para las posibilidades del futuro.

1. El dilema del innovador en el sector público.

Christensen define el "dilema del innovador" como la situación en que las mismas estrategias que conducen al éxito —escuchar a los clientes existentes, priorizar las actividades rentables y apegarse a procesos probados— ciegan a las organizaciones ante las amenazas disruptivas. 

En el contexto político y gubernamental, los mecanismos que garantizan la estabilidad, la tradición y la continuidad burocrática también pueden obstaculizar la reforma, la capacidad de respuesta y la innovación.

Así como las corporaciones se vuelven prisioneras de sus modelos de negocio, los gobiernos pueden volverse prisioneros de sus acuerdos institucionales, incentivos electorales, restricciones presupuestarias y sistemas heredados.

Los gobiernos de hoy se enfrentan a la misma trampa que las empresas exitosas: están oorganizados para hacer frente a los problemas de ayer, no para las necesidades de mañana.

2. La disrupción comienza en los márgenes.

En los negocios, las innovaciones disruptivas comienzan por atender a los mercados de bajo costo, o a los nuevos, que las empresas establecidas ignoran. En política, los nuevos movimientos, demandas ciudadanas o tecnologías surgen en la periferia, al margen de las políticas dominantes o de las agendas de los partidos.

El “presupuesto participativo” surgió en Porto Alegre, Brasil, como un experimento democrático de base. Inicialmente fue rechazado por las autoridades centrales, pero posteriormente fue adoptado globalmente como modelo de participación ciudadana directa.

La lección es que los sistemas políticos deben analizar la periferia en busca de innovaciones en gobernanza y prestación de servicios públicos, e integrarlas antes de que el descontento se agrave o los movimientos se radicalicen.

3. Escuchar sólo a los electores existentes puede ser limitante.

Las empresas del modelo de Christensen se centran en los clientes actuales y pasan por alto los mercados emergentes. De igual manera, los funcionarios electos y las burocracias responden de forma exagerada a electorados vocales, organizados o adinerados, ignorando a las poblaciones marginadas o futuras (jóvenes).

La lección es que los gobiernos deben equilibrar la capacidad de respuesta a corto plazo con la previsión a largo plazo, utilizando herramientas como paneles de previsión ciudadana, asambleas juveniles y métricas orientadas al futuro.

4. Rutinas burocráticas como restricciones estructurales.

Christensen argumenta que los procesos, la cultura y los valores de una organización son difíciles de cambiar. En el gobierno, la inercia burocrática, las normas de la función pública y los silos actúan como fuertes restricciones a la innovación.

Por ejemplo, la transformación digital en el gobierno se estanca debido a procesos de contratación obsoletos y culturas de aversión al riesgo. Deberían crear "sandboxes de innovación", un entorno seguro y controlado donde se pueden realizar pruebas y experimentos de nuevas tecnologías, servicios o modelos sin afectar a los usuarios.

5. Partidos políticos en el poder se enfrentan al dilema.

Los partidos políticos tradicionales pierden terreno ante movimientos "disruptivos" (nuevos partidos, independientes u organizaciones nativas digitales) que operan con una lógica diferente. En muchas democracias, los movimientos populistas o marginales aprovechan nuevas herramientas y mensajes para desafiar la política del “establishment”.

La lección es que se deben reestructurar los partidos, experimentar con nuevas formas de participación y adoptar enfoques más ágiles e interconectados.

6. Los servicios públicos son vulnerables a la disrupción tecnológica.

La disrupción no se limita a la política electoral. Los servicios públicos (educación, salud, transporte) se enfrentan a la disrupción digital causada por plataformas, aplicaciones y alternativas diseñadas por la ciudadanía.

Las plataformas educativas como Khan Academy o Coursera desafían la educación pública tradicional al ofrecer aprendizaje gratuito, escalable y personalizado. Los gobiernos deberían asociarse con los disruptores en lugar de resistirse a ellos, reformando los modelos de prestación de servicios para incorporar diseño y tecnología centrados en la ciudadanía.

7. Prescripciones para la innovación en el gobierno.

a) Unidades separadas para la innovación disruptiva.

Así como las empresas necesitan equipos autónomos para explorar ideas disruptivas, los gobiernos pueden crear "laboratorios" o "fuerzas de tarea" ágiles e intersectoriales para pilotar innovaciones.

b) Medir el impacto de forma diferente.

Las ideas disruptivas tienen un rendimiento inferior al esperado en las métricas tradicionales. En el gobierno, las nuevas políticas o los servicios experimentales pueden no parecer "eficientes" a primera vista, pero podrían ofrecer un valor más amplio a largo plazo.

La recomendación sería utilizar marcos de evaluación adaptativos, circuitos de retroalimentación ciudadana y resultados a largo plazo en lugar de resultados a corto plazo o cumplimiento presupuestario.

c) Humildad y adaptabilidad institucional.

El trabajo de Christensen enseña que el éxito es temporal cuando no hay renovación. Las instituciones públicas necesitan crear mecanismos de autocorrección (cláusulas de caducidad, periodos de revisión, auditorías ciudadanas) para mantenerse relevantes.

8. Caso práctico: Estonia como disruptor del sector público.

Estonia, con el "gobierno más digital del mundo", demuestra cómo la adopción de la disrupción puede funcionar en la práctica. En lugar de digitalizar los procesos existentes en papel, rediseñó los servicios públicos desde cero, creando identidades digitales seguras, voto electrónico, residencia electrónica y burocracias totalmente en línea.

9. Obstáculos para la aplicación del modelo de Christensen en el gobierno.

Si bien muchos principios son aplicables, los gobiernos difieren de las empresas en aspectos críticos: a) La rendición de cuentas y la transparencia limitan la asunción de riesgos. b) Los ciclos electorales desalientan la experimentación a largo plazo. c) La resistencia pública al cambio puede ser mayor debido a problemas de valores, equidad o confianza.

Sin embargo, reconocer el dilema es el primer paso para resolverlo. Los gobiernos pueden adoptar un enfoque dual, manteniendo los servicios básicos mientras exploran nuevos modelos mediante estructuras separadas.

10. Hacia una gobernanza preparada para la disrupción.

En el siglo XXI, donde el cambio tecnológico se acelera y las industrias se transforman constantemente, las ideas de Christensen son más pertinentes que nunca para el sector público. El auge de la inteligencia artificial en la prestación de servicios, la transición hacia una participación ciudadana digital, la aparición de tecnologías para ciudades inteligentes e incluso nuevos modelos de colaboración público-privada demuestran los principios de la innovación disruptiva en acción. 

Los gobiernos que ignoran las sutiles señales de disrupción, aferrándose a sus procesos más consolidados y a las innovaciones sostenibles, corren el riesgo de volverse irrelevantes o de no satisfacer las necesidades cambiantes de sus ciudadanos. 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/innovacion-disruptiva-en-politica-y-gobierno/


Saturday, June 28, 2025

Cuando se pierde la brújula

Cuando se pierde la brújula

Javier Treviño

@javier_trevino

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) estaba encargado de la medición de la pobreza y de la evaluación integral de la política de desarrollo social. El lunes pasado desapareció. En teoría, el INEGI absorberá sus funciones. 

En la primera sesión del periodo extraordinario de sesiones del 23 de junio, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley General de Desarrollo Social, a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y a la Ley General de Contabilidad Gubernamental. Con ello se opera una reforma al artículo 26 de la Constitución.

Algunos legisladores argumentaron que se trata de una “simplificación de la estructura orgánica del gobierno, de evitar duplicidades y el despilfarro de recursos públicos; es decir, seguir en la ruta de que no haya un gobierno rico con pueblo pobre”. ¿Sabrán de qué se trata la evaluación?

En el complejo y cambiante panorama de las políticas públicas y el gobierno, la búsqueda de resultados eficaces y equitativos es fundamental. Sin embargo, sin un proceso de evaluación sistemático y riguroso, incluso las iniciativas mejor intencionadas pueden fracasar, los recursos pueden asignarse de forma inadecuada y la confianza pública puede erosionarse. 

Las virtudes de la evaluación en las políticas públicas y el gobierno no son meros ideales teóricos, sino necesidades prácticas que sirven como una brújula indispensable, guiando a los responsables del gobierno hacia decisiones informadas, fomentando la rendición de cuentas e impulsando la mejora continua al servicio de la ciudadanía.

En esencia, la evaluación proporciona información basada en la evidencia sobre qué funciona, qué no funciona y por qué. La necesidad de tomar decisiones basadas en evidencia está creciendo, y la evaluación es crucial para ello. Lleva las políticas más allá de la intuición o la ideología, basándolas en datos empíricos. 

Una rigurosa evaluación, que abarca diversas metodologías, desde el análisis costo-beneficio hasta las mediciones de impacto, permite a los responsables políticos comprender la eficacia, la eficiencia y el impacto general de los programas e iniciativas. 

La evaluación no es sólo una valoración sistemática y objetiva de un proyecto, programa o política, también se ocupa de su diseño, implementación y resultados. Es un examen objetivo que ayuda a identificar si las políticas cumplen sus objetivos previstos, si los beneficios justifican los costos y cuáles podrían ser los resultados previstos e imprevistos.

La evaluación es un potente motor de aprendizaje y adaptación. Crea un ciclo de retroalimentación vital de políticas, permitiendo a los gobiernos refinar y mejorar sus estrategias continuamente. Este proceso iterativo de revisión y adaptación es crucial en un mundo dinámico donde los contextos y los desafíos evolucionan constantemente. 

Al comprender por qué se observan ciertas tendencias o por qué la implementación podría desviarse del plan, los responsables políticos pueden realizar los ajustes necesarios, garantizando así la pertinencia y la eficacia continuas de los servicios públicos. Esto fomenta una cultura organizacional que apoya el pensamiento evaluativo, la gestión de riesgos y la innovación, lo que conduce a una mejor prestación de servicios y a una mayor satisfacción del ciudadano.

Además, la evaluación es un pilar fundamental de la rendición de cuentas y la transparencia. En los sistemas democráticos, la ciudadanía tiene derecho a saber cómo se utilizan los recursos públicos y si las intervenciones gubernamentales cumplen sus promesas. 

La evaluación proporciona la sólida base de evidencia necesaria para la transparencia en los informes, lo que permite demostrar claramente el progreso y la asignación responsable de recursos. Esta transparencia genera confianza en el proceso de formulación de políticas y fomenta una mayor confianza pública en el gobierno. 

Henrietta Newton Martin, autora de "Monitoreo y evaluación de proyectos: una introducción", lo resume bien: "El monitoreo y la evaluación son una condición sine qua non de cualquier estructura organizada. El monitoreo lacónico y la evaluación prudente son la clave del éxito de cualquier proyecto o tarea".

Las virtudes de la evaluación se extienden a facilitar la asignación estratégica de recursos. Al identificar los programas que funcionan eficazmente y los que no, los responsables políticos pueden tomar decisiones informadas sobre la ampliación de las iniciativas exitosas, la mejora de las acciones prometedoras o incluso la reducción o eliminación de programas ineficaces. 

Cuando a los diputados se les perdió la brújula el lunes pasado, no se dieron cuenta de que la práctica de la evaluación no es una carga burocrática, sino un imperativo estratégico para una gobernanza eficaz. Proporciona la evidencia esencial para una toma de decisiones informada, impulsa el aprendizaje y la adaptación continuos, fortalece la rendición de cuentas, la transparencia, y optimiza la asignación de recursos públicos. 

Al apresurar su voto, no se dieron cuenta de que, a medida que los responsables políticos se desenvuelven en un mundo cada vez más complejo, adoptar una sólida cultura de evaluación es fundamental para garantizar que las políticas públicas no sólo tengan buenas intenciones, sino que sean realmente capaces de abordar los desafíos sociales y mejorar el bienestar de los ciudadanos. 

Las virtudes de la evaluación en las políticas públicas.

La evaluación es, en esencia, la brújula que permite al gobierno “hacer el bien y seguir haciéndolo bien”, transformando las aspiraciones en progreso tangible y medible. La evaluación es fundamental para una buena gobernanza. En una era de creciente complejidad, de recursos cada vez más escasos y de mayores demandas de transparencia y rendición de cuentas, la práctica de evaluar sistemáticamente las políticas públicas y los programas gubernamentales nunca había sido tan crucial. 

La evaluación aporta claridad, disciplina y humildad a la toma de decisiones. Ayuda a los responsables políticos a distinguir entre lo que funciona y lo que simplemente suena bien en el discurso. Los expertos están de acuerdo en que la evaluación encarna virtudes cívicas —racionalidad, responsabilidad, aprendizaje y justicia— que fortalecen las instituciones democráticas y mejoran los resultados del gobierno.

1. Racionalidad

Las decisiones deben basarse en la evidencia, en lugar de en la ideología, la tradición o la conveniencia. Mediante métodos rigurosos —cuantitativos, cualitativos o mixtos—, la evaluación permite a los gobiernos evaluar la eficacia, la eficiencia y la relevancia de sus intervenciones. 

2. Responsabilidad

Los funcionarios públicos administran recursos públicos. La evaluación facilita la rendición de cuentas al documentar no sólo lo gastado, sino también lo logrado. Cuando los gobiernos publican los resultados de la evaluación, ya sean positivos o críticos, demuestran un compromiso con la transparencia y la integridad. Esto fomenta la confianza pública y fomenta un debate informado. 

3. Aprendizaje

El gobierno no es infalible. Los errores ocurren. Las condiciones cambian; lo que funcionó ayer puede no funcionar mañana. La evaluación ayuda a las instituciones públicas a ser más adaptables y receptivas. La evaluación transforma el fracaso en conocimiento. Facilita la mejora continua al identificar fallas de diseño, barreras de implementación o consecuencias imprevistas. El proceso iterativo de evaluación y perfeccionamiento de políticas refleja una mentalidad de aprendizaje. 

4. Justicia

Las políticas públicas no afectan a todas las personas por igual. La evaluación ayuda a esclarecer quién se beneficia y quién se queda atrás. Los datos desagregados y los enfoques de evaluación participativa pueden revelar disparidades basadas en ingresos, raza, género, geografía o discapacidad, lo que orienta a los gobiernos hacia una mayor inclusión y equidad. La evaluación orientada a la justicia va más allá de las métricas: escucha a las comunidades, respeta el conocimiento local e involucra a las poblaciones afectadas en la definición del éxito. 

Hacia un Estado más reflexivo

Las virtudes de la evaluación no son ideales abstractos; son imperativos prácticos. En una época de desconfianza, polarización y presión por el rendimiento, la evaluación ofrece una forma disciplinada y democrática de orientar las políticas públicas hacia mejores resultados.

Por supuesto, la evaluación no es la panacea. Puede usarse indebidamente como arma política o descuidarse cuando resulta inconveniente. Pero cuando se utiliza con sinceridad y sistematicidad, fortalece la gobernanza democrática. Nos recuerda que la política no se trata sólo de intenciones, sino de resultados; y de personas.

Gobernar bien es reflexionar constantemente. Y la evaluación es ese espejo que, aunque a veces incómodo, es indispensable para dar rumbo.

Preocupa que algunos legisladores, sin reflexionar, caigan en la descripción del destacado economista austro-estadounidense Joseph Schumpeter: “Los políticos son como los malos jinetes que están tan preocupados por mantenerse en la silla de montar que no les importa adónde van”.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/cuando-se-pierde-la-brujula/


Saturday, June 21, 2025

WFA en los gobiernos

WFA en los gobiernos

Javier Treviño

@javier_trevino

He estado viajando las últimas tres semanas. Y sigo trabajando intensamente todos los días desde cualquier lugar en donde me encuentre. Por eso he pensado mucho en la posibilidad de que los gobiernos (municipios, estados y gobierno federal), algún día, se atrevieran a replantear el futuro del trabajo. ¿Usted cree que podrían aprender de las organizaciones que ya han adoptado la flexibilidad geográfica? 

Los modelos de teletrabajo podrían transformar la distribución del talento en los gobiernos. Incluso podrían eliminar las posibilidades de corrupción. Necesitamos empezar a pensar en casos prácticos y estrategias para que los gobiernos atraigan talento, impulsen la innovación, la transparencia y promuevan la equidad. 

En el cambiante panorama laboral moderno, hay todo tipo de opiniones diversas sobre el trabajo tradicional de oficina, los modelos híbridos y las configuraciones totalmente remotas. 

En medio de este debate, leí el libro de Prithwiraj Choudhury, “The World Is Your Office: How Work from Anywhere Boosts Talent, Productivity, and Innovation" (2025). Se perfila como una guía, basada en evidencia, que defiende el modelo de "trabajo desde cualquier lugar" (“Work From Anywhere” o WFA) como una estrategia transformadora para las organizaciones del siglo XXI. 

Basándose en más de una década de investigación pionera de la Escuela de Negocios de Harvard, Choudhury postula que el WFA no es un simple cambio logístico, sino una profunda ventaja competitiva que puede redefinir la forma en que las empresas atraen talento, mejoran la producción e impulsan la innovación.

El argumento central gira en torno a una clara distinción entre el teletrabajo que ofrece flexibilidad temporal, pero requiere que los empleados permanezcan geográficamente vinculados a una oficina, y el teletrabajo que otorga flexibilidad tanto temporal como geográfica, permitiendo a los empleados vivir y trabajar desde cualquier lugar con una conexión a internet. 

El teletrabajo beneficia por igual a trabajadores, comunidades y empleadores. Para los trabajadores, ofrece una flexibilidad inigualable, una mejor calidad de vida y un potencial ahorro de costos al permitir la reubicación en zonas más atractivas o asequibles. Para las comunidades, puede impulsar el desarrollo regional al distribuir el talento calificado de forma más amplia, reducir la congestión urbana y aliviar las presiones migratorias. Para los empleadores, el teletrabajo ofrece ventajas significativas en la adquisición y retención de talento, la productividad y la innovación.

Un pilar central del libro de Choudhury es el profundo impacto del teletrabajo en el talento. Al eliminar las restricciones geográficas, las organizaciones pueden ampliar drásticamente su cartera de talento, reclutando a profesionales de primer nivel de todo el mundo, independientemente de su ubicación física. Esto les permitiría contratar a “la persona ideal” en lugar de “la persona disponible localmente”. También fomentaría una fuerza laboral más diversa e inclusiva y altas tasas de retención. 

Más allá del talento, Choudhury demuestra meticulosamente cómo la flexibilidad geográfica puede impulsar significativamente la productividad. Esta mejora se atribuye a factores como la reducción de los tiempos de desplazamiento, el aumento de la autonomía y la capacidad de los empleados para optimizar su entorno laboral para lograr su eficacia personal. 

El argumento es que, cuando los empleados pueden vivir donde prefieren, su bienestar general y satisfacción laboral se traducen en un mayor compromiso y, en consecuencia, en un mayor rendimiento.

El libro también profundiza en el potencial de la WFA para impulsar la innovación. Si bien la creencia popular sugiere que la proximidad física es esencial para la colaboración creativa, Choudhury argumenta que la WFA, cuando se implementa con prácticas de gestión intencionales, puede fomentar una ideación más profunda y reflexiva. 

Aboga por una comunicación "asincrónica" y procesos de documentación sólidos, similares a la Wikipedia de una empresa, donde el conocimiento se comparte de forma transparente y se actualiza constantemente. Esto permite que personas de diferentes zonas horarias aporten ideas a su propio ritmo, lo que genera un trabajo más profundo y, potencialmente, soluciones más creativas. 

Además, se proponen oportunidades estructuradas para la interacción informal, como reuniones virtuales o retiros presenciales periódicos fuera de la oficina, para combatir el aislamiento y facilitar conexiones fortuitas vitales para la innovación. El libro también explora cómo las tecnologías emergentes, como la IA y la automatización, pueden extender el trabajo remoto a roles tradicionalmente considerados "sin escritorio", como la manufactura, al replicar digitalmente las operaciones del mundo real.

Choudhury reconoce los desafíos inherentes del trabajo remoto: comunicación entre zonas horarias, intercambio efectivo de conocimientos y mitigación del aislamiento de los empleados. Sin embargo, ofrece una guía práctica para que los líderes superen estos obstáculos, haciendo hincapié en estrategias como la creación de una base de conocimiento compartida y documentada, el diseño de flujos de trabajo que fomenten el intercambio de ideas y el fomento de una cultura de confianza y autonomía.

Tenemos que reimaginar el futuro del trabajo en el gobierno para que prospere en un mundo verdaderamente sin fronteras. Al adoptar los marcos de WFA, los gobiernos podrían abordar la escasez de talento, las ineficiencias operativas y los desafíos en la prestación de servicios públicos. 

1. Adquisición y retención de talento: Desde el inicio de la 4T, los gobiernos han tenido dificultades para competir con los salarios y la flexibilidad del sector privado. Implementar el WFA podría revolucionar la contratación en el sector público.

a) Acceso global al talento: Los gobiernos podrían contratar puestos especializados (expertos en ciberseguridad, científicos de datos) independientemente de la ubicación, superando las barreras geográficas.

b) Retención mediante la flexibilidad: Ofrecer autonomía de ubicación reduciría la deserción, especialmente entre los trabajadores más jóvenes que priorizan la conciliación de la vida laboral y personal.

c) Diversidad: Las políticas de teletrabajo atraen a grupos subrepresentados (personas con discapacidad) a la función pública.

2. Eficiencia operativa y ahorro de costos: El teletrabajo aborda directamente la sobrecarga burocrática y el desperdicio de recursos.

a) Reducción de espacio físico: Reducir la huella física podría ahorrar miles de millones. ¿Cuánto gastan los gobienros en espacio de oficina? Los modelos híbridos podrían reducir el costo entre un 40 % y un 60 %.

b) Ganancias de productividad: Estudios citados por Choudhury muestran que los trabajadores remotos logran un rendimiento entre un 13% y un 22% mayor gracias a la reducción de distracciones.

c) Planificación de la continuidad: Las fuerzas de trabajo distribuidas garantizan la resiliencia durante las crisis (pandemias, desastres naturales).

3. Modernización de los servicios públicos: La WFA facilita la innovación centrada en el ciudadano.

a) Servicios digitales: Las plataformas en la nube permiten a las agencias procesar permisos, beneficios y consultas desde cualquier lugar, reduciendo los tiempos de espera.

b) Integración de IA y automatización: La robótica y la IA amplían la WFA a funciones que no requieren escritorio, como el monitoreo de infraestructura o las inspecciones de campo.

c) Colaboración interjurisdiccional: Los equipos interinstitucionales pueden abordar problemas complejos sin retrasos ni costosos viajes.

4. Marco de implementación para gobiernos: La estrategia requiere adaptación a las limitaciones del sector público.

a) Repositorios virtuales: Las bases de datos centralizadas para políticas, capacitación y transcripciones de reuniones garantizan la coherencia.

b) Mentoría electrónica: Incorporación remota y desarrollo de habilidades para nuevos empleados.

c) Horarios híbridos: Dividir las semanas entre trabajo de campo/oficina y tareas remotas para mantener la cohesión.

d) Arquitectura de confianza: Acceso seguro para teletrabajadores que manejan datos confidenciales.

e) Sistemas gemelos digitales: Simulación de proyectos de infraestructura para la colaboración remota.

f) Subvenciones para mejoras tecnológicas: La financiación federal podría subvencionar dispositivos y software seguros.

g) Sueldos: Ajuste salarial según el lugar de trabajo de los empleados, no según la sede de la dependencia.

h) Inclusión rural: Expansión de internet de alta velocidad para apoyar la WFA en zonas desatendidas.

i) Protocolos de zona horaria: Expectativas claras para los puestos que requieren horarios de trabajo específicos.

5. Retos y mitigaciones

a) Ciberseguridad: Cifrado robusto y capacitación obligatoria para teletrabajadores.

b) Cultura heredada: Adopción gradual de la flexibilidad geográfica, comenzando por las agencias tecnológicamente avanzadas.

c) Auditorías de equidad: Monitorear las tasas de participación en todos los grupos demográficos para prevenir la exclusión.

Creo que el modelo de flexibilidad geográfica ofrecería a los gobiernos una vía para revitalizar el servicio público. Al adoptar estrategias de talento independientes de la ubicación, infraestructura digital y políticas flexibles, el gobierno podría mejorar la eficiencia operativa, fomentar la innovación y brindar un mejor servicio a los ciudadanos. Como argumenta el libro de Choudhury, la flexibilidad geográfica no es sólo una ventaja, sino una “ventaja competitiva” que los gobiernos ya no pueden permitirse ignorar.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/wfa-en-los-gobiernos/


Saturday, June 14, 2025

Cuando te duermes en tus laureles

Cuando te duermes en tus laureles

Javier Treviño

@javier_trevino

Monterrey se erigió durante muchos años como un faro de industrialización y prosperidad en América Latina. Su transformación a un dinámico centro económico fue el resultado de una rica y compleja historia industrial, marcada por la visión empresarial, la inversión estratégica y la adaptación a las coyunturas históricas. La industrialización no sólo cambió el paisaje urbano de Monterrey, sino que redefinió la vida social, laboral y cultural de sus habitantes, consolidándola como uno de los motores económicos más importantes de México.

Los orígenes de la industrialización de Monterrey se remontan a finales del siglo XIX, con un impulso significativo a partir de 1890. Aunque ya existían pequeñas fábricas textiles y talleres, el verdadero despegue se dio con la fundación de grandes empresas que sentaron las bases de la industria pesada y de transformación. Un factor clave fue la cercanía con Estados Unidos, que no sólo facilitó el comercio (especialmente durante la Guerra Civil Americana, que desvió el flujo de algodón hacia los puertos del norte de México), sino que también propició la afluencia de capital y la adopción de nuevas tecnologías y modelos de gestión. La Cervecería Cuauhtémoc (fundada en 1890) y la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey (establecida en 1900) fueron ejemplos emblemáticos de este primer boom industrial.

En primer lugar, la generación masiva de empleo atrajo a miles de familias trabajadoras, mejorando significativamente las condiciones económicas, reduciendo el desempleo y la pobreza. Las empresas pioneras no sólo ofrecieron trabajo, sino que, en un enfoque que prefiguraba la responsabilidad social, proporcionaron viviendas, acceso a parques, hospitales y clubes sociales, lo que también contribuyó a una fuerza laboral más estable y eficiente. Esta sinergia entre el sector privado y el desarrollo social fue un diferenciador crucial.

En segundo lugar, la diversificación industrial fue clave para la resiliencia económica de la ciudad. Aunque inicialmente dominada por la industria pesada, Monterrey se expandió a sectores como el cemento, vidrio, alimentos, bebidas y, posteriormente, la manufactura avanzada, la robótica, la logística, la tecnología y las finanzas. Esta capacidad de adaptación a las demandas del mercado global y la atracción de inversiones en nuevos sectores consolidaron su posición estratégica.

En tercer lugar, la inversión en infraestructura y educación fue fundamental. La creación de instituciones educativas de prestigio como la Universidad Autónoma de Nuevo León (1933) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (1943), aseguraron la formación de mano de obra calificada y líderes industriales, esenciales para el crecimiento sostenido. Esta colaboración entre academia y sector empresarial ha sido un pilar del éxito regiomontano.

En cuarto lugar, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte se convirtió en el motor del nuevo crecimiento de la región. Hoy en día, la apertura comercial ha permitido que Monterrey siga siendo un epicentro industrial y económico. Cemex, Femsa, Alfa, Xignux, Vitro, Arca Continental, Gruma, Ternium, DeAcero, Frisa, Cydsa, Banorte y Afirme y muchas más no sólo son pilares de la economía de Monterrey, sino que también reflejan la capacidad de la ciudad para innovar, diversificar y competir a nivel global. 

La historia industrial de Monterrey es un testimonio de cómo una visión a largo plazo, la inversión en capital humano, una robusta infraestructura y el libre comercio pueden transformar una región, convirtiéndola en un verdadero motor de prosperidad y un modelo de desarrollo industrial en México y más allá.

¿Cuál es el riesgo, para las grandes empresas de Monterrey, de que, tal vez sin quererlo, hoy se duerman en sus laureles? 

Hace poco leí el libro de John Kay, “The Corporation in the Twenty-First Century: Why (Almost) Everything We Are Told About Business Is Wrong” (2024), que ofrece una visión de los cambios en el pensamiento empresarial y la batalla por la confianza del consumidor.

Kay es uno de los economistas y comentaristas británicos más respetados en materia de negocios y políticas públicas. Presenta una contundente crítica de la ortodoxia corporativa contemporánea. Combinando perspectiva histórica, agudo razonamiento económico y ejemplos modernos, Kay desmonta los mitos prevalecientes sobre las corporaciones y propone una visión más sólida y sostenible de lo que son y deberían ser.

1. El dogma erróneo del valor para el accionista.

En el centro del argumento de Kay se encuentra un contundente rechazo a la idea de que el único propósito de una corporación es maximizar el valor para el accionista. Rastrea el auge de esta ideología en las décadas de 1970 y 1980, particularmente a través de pensadores como Milton Friedman y la Escuela de Chicago. Muestra cómo este enfoque estrecho ha llevado al cortoplacismo, la sobrecompensación ejecutiva, la financiarización y una desconfianza generalizada en las empresas.

“El valor para el accionista es un resultado, no un propósito”, escribe Kay. “Las corporaciones obtienen mejores resultados cuando buscan la excelencia en sus propios términos: creando buenos productos, atendiendo a los clientes y fomentando la innovación”.

2. La corporación como institución social.

Kay argumenta que las corporaciones no son meros acuerdos contractuales entre proveedores de capital, sino instituciones sociales en evolución, arraigadas en la sociedad. Se basan en la confianza, las normas y las relaciones a largo plazo con empleados, clientes, proveedores y comunidades. Su legitimidad reside en la eficacia con la que sirven a todos estos grupos de interés, no sólo a los accionistas.

Establece paralelismos entre las corporaciones y otras instituciones (como universidades, hospitales y gobiernos), enfatizando su papel en la creación de valor colectivo en lugar del beneficio individual.

3. La ficción de la eficiencia del mercado.

Otro mito que Kay critica es la creencia en la infalibilidad de los mercados y la idea de que la competencia y la desregulación siempre producen resultados óptimos. Expone las fallas de los modelos económicos excesivamente simplistas que ignoran las complejidades del mundo real, como las fallas del mercado, las asimetrías de información y el comportamiento humano que desafía el cálculo racional.

“La teoría económica no describe cómo funcionan realmente las empresas. Tampoco debería prescribir cómo deberían funcionar”.

4. El rol del propósito, la cultura y la adaptabilidad.

En contraste con las estructuras rígidas y las métricas financieras, Kay defiende las corporaciones orientadas a un propósito, adaptables y culturalmente ricas. Enfatiza que las empresas más exitosas, como Unilever, Toyota y Johnson & Johnson, prosperan no maximizando las ganancias, sino cultivando identidades únicas, misiones a largo plazo y valores profundamente arraigados.

Estas empresas invierten en las personas, fomentan la experimentación y evolucionan a través del aprendizaje, no sólo de la estrategia dictada desde las salas de juntas. 

5. Reparar el capitalismo repensando la corporación.

En lugar de derrocar el capitalismo, Kay propone reformarlo volviendo a sus principios fundamentales: las corporaciones existen para crear valor para la sociedad. Exige cambios en la legislación, la gobernanza y la educación para alejarse de la ingeniería financiera y centrarse en el fomento de empresas genuinamente productivas.

6. Reflexiones críticas.

El análisis de Kay es accesible y profundo. Combina historia, teoría y estudios de caso contemporáneos con un estilo lúcido, escéptico e  ingenioso. El libro resulta especialmente convincente en una época en la que la confianza pública en las grandes empresas, y en el gobierno, es baja y en la que el cambio climático, la desigualdad y la disrupción tecnológica exigen una reinvención de la responsabilidad corporativa.

Algunos críticos podrían argumentar que la visión de Kay es idealista, especialmente dados los incentivos arraigados en los mercados de capitales. Pero no es utópico: sus soluciones son pragmáticas y se basan en el comportamiento corporativo real que ha tenido éxito a largo plazo.

Conclusión

Hoy es oportuno y necesario desafiar los dogmas imperantes en Monterrey sobre los negocios. John Kay insta a los lectores a repensar el propósito de las corporaciones. Al abogar por una concepción más amplia del valor y el éxito, ofrece no sólo una crítica, sino una hoja de ruta esperanzadora para un capitalismo más resiliente y ético.

“La corporación en el siglo XXI” es una obra reflexiva y oportuna que reta a los líderes empresariales, políticos, legisladores y académicos de Nuevo León a no dormirse en sus laureles, despertar y repensar el propósito y las prácticas de la corporación moderna y su impacto en la política y la sociedad local. El análisis de Kay es, a la vez, una crítica de los errores del pasado y un plan para construir organizaciones más resilientes, innovadoras y socialmente responsables en el futuro.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/cuando-te-duermes-en-tus-laureles/


Sunday, June 08, 2025

El camino sinuoso de la transformación

El camino sinuoso de la transformación

Javier Treviño

@javier_trevino

El lunes pasado estuve en una conferencia de Nido Qubein en Estados Unidos. Es un reconocido empresario, educador y orador motivacional de origen libanés-estadounidense. Nació en 1948 en Jordania, hijo de madre libanesa y padre jordano. Tras la muerte de su padre, cuando tenía seis años, fue criado por su madre, una costurera. A los 17 años emigró a Estados Unidos con apenas 50 dólares en el bolsillo y un conocimiento limitado del inglés.

Qubein estudió en Mount Olive College y luego se transfirió a High Point University, donde se graduó en 1970. Posteriormente obtuvo una maestría en educación empresarial por la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro. Llegó a ser presidente de High Point University en 2005, liderando una transformación de la institución, que pasó de ser una pequeña universidad regional a una de las más reconocidas en el sur de Estados Unidos.

Qubein es un exitoso empresario. Fue presidente de Great Harvest Bread Company y miembro de los consejos de administración de Truist Financial y La-Z-Boy Corporation. También es autor de una docena de libros sobre liderazgo, comunicación y desarrollo personal. Es considerado uno de los oradores motivacionales más influyentes de Estados Unidos. Su mensaje se centra en la importancia de la actitud, el liderazgo con propósito, la resiliencia y la visión estratégica para transformar organizaciones y vidas personales.

Después de la conferencia, leí su libro, de 2024, “Extraordinary Transformation: An Entrepreneurial Blueprint for Leaders Who Seek Transformational Growth in Any Organization”. Pensé mucho en las elecciones del domingo pasado y en el reto que tiene el gobierno mexicano cuando habla de transformación.

En una era marcada por cambios constantes y desafíos sin precedentes, la necesidad de transformar nunca había sido tan urgente. El libro de Nido Qubein podría ser una guía práctica y oportuna que ofrece un marco integral para que nuestros líderes puedan desenvolverse en este panorama dinámico. 

Un crecimiento profundo y sostenible de una nación no se logra mediante ajustes graduales. Se tiene que adoptar una mentalidad emprendedora, cultivar una visión estratégica clara y ejecutar con una disciplina inquebrantable, a la vez que se fomenta una cultura que promueve la evolución continua. Es un camino sinuoso.

En el libro "Transformación extraordinaria" de Qubein se encuentra el concepto del plan empresarial. No es sólo para crear nuevas empresas, sino establecer tres pilares para inculcar en las organizaciones consolidadas la agilidad, la tolerancia al riesgo y el espíritu innovador. 

Primero, Qubein argumenta que los líderes deben convertirse en "intraemprendedores"; buscar constantemente nuevas oportunidades, desafiar la sabiduría convencional y estar dispuestos a adaptarse cuando sea necesario. Esta mentalidad fomenta una postura proactiva ante el cambio, considerando la disrupción no como una amenaza, sino como un terreno fértil para nuevas posibilidades. 

Se trata de fomentar una cultura donde se tomen riesgos calculados, los fracasos se consideren como oportunidades de aprendizaje y la creatividad sea un motor, independientemente de si la organización es una startup tecnológica emergente o una agencia gubernamental con una larga trayectoria.

Segundo, este espíritu emprendedor se complementa con el énfasis en la visión estratégica y la claridad. Qubein enfatiza que una transformación no puede ocurrir en el vacío; requiere una imagen convincente y bien articulada del futuro deseado. Esta visión va más allá de los meros objetivos financieros o la eficiencia operativa; debe inspirar, alinear y motivar a cada persona dentro de la organización. 

Una visión clara actúa como una guía para la toma de decisiones. Prioriza iniciativas y garantiza que todos los esfuerzos se canalicen hacia un objetivo unificado. Sin esta claridad, incluso los esfuerzos más emprendedores pueden convertirse en esfuerzos dispersos, carentes de la coherencia necesaria para una transformación extraordinaria.

El tercer pilar del plan de Qubein es la ejecución disciplinada. Una visión poderosa y una mentalidad emprendedora se vuelven inertes sin el esfuerzo constante y meticuloso necesario para hacerlas realidad. El libro proporciona pasos prácticos para que los líderes traduzcan grandes ideas en resultados tangibles. Esto implica establecer métricas claras, fomentar la responsabilidad y adoptar un proceso iterativo de planificación, implementación y evaluación. 

Qubein subraya que la verdadera transformación no es un evento único, sino un proceso continuo de perfeccionamiento y adaptación. Los líderes deben inculcar una cultura de seguimiento riguroso; garantizar que las estrategias no sólo se conciban, sino que se implementen y ajusten eficazmente a medida que evolucionan las circunstancias. Esta disciplina actúa como motor, e impulsa a la organización a través de las complejidades del cambio.

La base de estos tres pilares es el papel crucial de las personas y la cultura organizacional. Qubein aboga, tanto implícita como explícitamente, por un estilo de liderazgo que empodere, desarrolle e inspire a los empleados de todos los niveles. El crecimiento transformacional es un esfuerzo colectivo y requiere una cultura donde las personas se sientan valoradas, se les anime a aportar sus ideas y se les dote de las habilidades necesarias para afrontar nuevos retos. 

Según Qubein, los líderes deben cultivar un entorno de confianza, comunicación abierta y un propósito compartido, reconociendo que el factor humano es fundamental para impulsar y sostener cualquier cambio organizacional profundo.

"Transformación extraordinaria" de Nido Qubein ofrece un modelo oportuno y de aplicación universal para líderes que buscan algo más que una simple mejora gradual. Al promover una mentalidad emprendedora, enfatizar el poder de una visión estratégica clara y subrayar la necesidad de una ejecución disciplinada, todo ello dentro de una cultura de apoyo y empoderamiento, Qubein ofrece una guía completa. Su trabajo sugiere que la capacidad para un crecimiento extraordinario reside en cualquier organización, esperando ser liberada por líderes dispuestos a adoptar estos principios fundamentales de la transformación.

Aquí están algunas de las mejores frases que subrayé y que ilustran la idea central del libro:

1. “Tu circunstancia actual no determina a dónde puedes llegar; simplemente define por dónde debes empezar”. Esta cita resume la creencia de Qubein de que la transformación comienza con visión y posibilidad, independientemente de las limitaciones actuales.

2. “Las oportunidades no ocurren. Tú las creas”. Qubein enfatiza la mentalidad emprendedora: los líderes deben ser proactivos al forjar nuevos caminos en lugar de esperar la oportunidad.

3. “Si no estás dispuesto a arriesgarte, no puedes crecer. Si no puedes crecer, no puedes alcanzar tu máximo potencial. Si no puedes alcanzar tu máximo potencial, no puedes ser feliz. Si no puedes ser feliz, ¿qué más te queda?”. Esto refleja su convicción de que el crecimiento y la realización personal requieren valentía y disposición para asumir riesgos.

4. “La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es ese pequeño extra”. Qubein destaca la importancia de ir más allá de las expectativas: la transformación se logra entregando constantemente más de lo requerido.

5. “El precio de la disciplina siempre es menor que el dolor del arrepentimiento”. La disciplina y la ejecución constante son fundamentales en el plan de Qubein para un cambio duradero.

6. “Una decisión se toma con la mente. Un compromiso se hace con el corazón. Por lo tanto, un compromiso es mucho más profundo y vinculante que una decisión”. La verdadera transformación, según Qubein, requiere un compromiso incondicional, no sólo un acuerdo intelectual.

7. “El cambio siempre trae oportunidades”. En lugar de temer al cambio, Qubein insta a los líderes a verlo como el catalizador del crecimiento y la innovación.

8. “El éxito no se trata sólo de ganar dinero; se trata de marcar la diferencia”. Redefine el éxito como la creación de valor e impacto positivo, no sólo como ganancia personal.

9. “La mayoría de nosotros perdemos las mejores oportunidades de la vida porque se nos presentan disfrazadas de trabajo”. Qubein enfatiza que la transformación se basa en el trabajo duro y en aprovechar las oportunidades que genera el esfuerzo.

10. “¿Eres un termómetro o un termostato? Un termómetro sólo refleja la temperatura de su entorno, adaptándose a la situación. Pero un termostato inicia la acción para cambiar la temperatura de su entorno”. Esta metáfora captura su llamado a los líderes a ser agentes de cambio proactivos, no meros respondedores pasivos.

11. “Cuando una meta le importa lo suficiente a alguien, esa persona encontrará la manera de lograr lo que al principio parecía imposible”. La visión y la pasión impulsan la persistencia necesaria para una transformación extraordinaria.

El mensaje central de Qubein es: la transformación es posible para organizaciones o líderes que adopten una visión audaz, abracen el cambio, se comprometan plenamente, ejecuten con disciplina y espíritu emprendedor.

https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-camino-sinuoso-de-la-transformacion/


Saturday, May 31, 2025

Revoluciones silenciosas

Revoluciones silenciosas

Javier Treviño

@javier_trevino

Las revoluciones evocan imágenes de multitudes, caos y confrontación. Son momentos en los que la historia toma forma con declaraciones contundentes y fuerza bruta. Sin embargo, no todas las revoluciones son ruidosas. Algunas se desarrollan silenciosamente, bajo la superficie, transformando sociedades, valores y sistemas, sin la fanfarria de la violencia ni la agitación. Ocurren gradualmente, desapercibidas, hasta que sus efectos son irreversibles.

Hace muchos años leí el libro de Ronald Inglehart, “The Silent Revolution: Changing Values and Political Styles Among Western Publics” (1977). El autor define las revoluciones silenciosas como "cambios de valores que ocurren no por una ruptura repentina, sino mediante el reemplazo generacional y la adaptación gradual". Para Inglehart, la era posterior a la Segunda Guerra Mundial presenció una revolución silenciosa en las sociedades occidentales, a medida que las generaciones más jóvenes priorizaban la autoexpresión y la calidad de vida sobre la seguridad económica y física.

¿Cuáles son las características de las revoluciones silenciosas?

1. Gradualidad: A diferencia de las revoluciones violentas que estallan repentinamente, las revoluciones silenciosas se desarrollan a lo largo de décadas o generaciones.

2. Mecanismos no violentos: Utilizan medios legales, educativos, culturales o económicos en lugar de la fuerza física.

3. Transformación estructural: Alteran los marcos subyacentes, como los sistemas de creencias, las instituciones o las normas sociales.

4. Visibilidad latente: Su impacto sólo se hace evidente en retrospectiva, y pasa desapercibido mientras está en curso.

5. Participación amplia: En lugar de ser impulsadas por élites o líderes carismáticos individuales, se configuran mediante una participación dispersa y descentralizada.

¿Cuáles son otros elementos centrales de las revoluciones silenciosas?

1. Ideas e ideologías: Las revoluciones silenciosas comienzan con un cambio en la conciencia colectiva. Cambiar las ideas dominantes puede erosionar la legitimidad de los sistemas existentes. Esto allana el camino para nuevas normas.

2. Instituciones y políticas: Los cambios graduales en las políticas, como nuevas leyes, reformas educativas o reestructuración institucional, sirven como vehículos para cambios revolucionarios. Estas reformas pueden ser "pragmáticas", pero tienen implicaciones transformadoras.

3. Tecnología e infraestructura: La innovación tecnológica puede catalizar revoluciones silenciosas. La revolución digital ha redefinido la comunicación, el comercio y la comunidad de maneras que inicialmente eran imperceptibles.

4. Cambios demográficos y culturales: Los cambios en las estructuras familiares, los niveles educativos, los roles de género o los patrones de inmigración pueden revolucionar silenciosamente las dinámicas fundamentales de la sociedad.

¿Cuáles son algunos ejemplos de revoluciones silenciosas?

1. El cambio posmaterialista. En su libro, Ronald Inglehart documentó un cambio de valores en las sociedades industriales avanzadas: de preocupaciones materialistas (estabilidad económica) a prioridades posmaterialistas (protección ambiental, igualdad de género, autonomía individual). Esta transformación, en gran medida invisible al principio, ha tenido profundas implicaciones políticas, influyendo en el auge de los partidos verdes, los movimientos por los derechos civiles y la democracia participativa.

2. La revolución digital. El auge del internet y la tecnología móvil alteró fundamentalmente el tejido de la sociedad global: cómo nos comunicamos, trabajamos e incluso cómo pensamos. Shoshana Zuboff, en “The Age of Surveillance Capitalism” (2019), exploró cómo estas tecnologías han creado nuevas estructuras de poder y modelos económicos, moldeando silenciosamente el comportamiento y la gobernanza sin consentimiento ni reconocimiento explícitos.

3. Conciencia ambiental y política climática. El auge del ambientalismo —de la defensa de nichos específicos al consenso global— ilustra una revolución silenciosa en las prioridades y las políticas. Libros como “Silent Spring” (1962) de Rachel Carson no provocaron una revuelta masiva, sino que iniciaron una lenta transformación en la conciencia pública y las políticas regulatorias.

Cansancio político.

El cansancio político —también conocido como hartazgo, fatiga política, desilusión o alienación— puede ser una causa y una condición importante para una revolución silenciosa. Si bien las revoluciones políticas suelen surgir de una intensa movilización y confrontación, las revoluciones silenciosas pueden surgir de lo contrario: la desconexión con las estructuras políticas tradicionales y la búsqueda discreta de alternativas.

1. Decepción con la política tradicional.

Cuando los ciudadanos pierden la fe en los partidos, líderes e instituciones políticas establecidas, pueden retirarse de la participación convencional (voto, activismo) y, en cambio, expresar sus valores a través de cambios culturales, cambios en el estilo de vida o iniciativas descentralizadas. Este cansancio se convierte en terreno fértil para revoluciones silenciosas en valores, identidades y modos de gobierno. El profesor Colin Crouch escribió en su libro “Postdemocracia” (2000) que “la erosión de la confianza en las instituciones políticas no es necesariamente el fin de la política; puede ser el comienzo de la política por otros medios”. 

2. Transición de la participación a la autonomía personal.

Ronald Inglehart argumentó que, a medida que las personas se cansan políticamente, o se sienten materialmente seguras, desvían su atención de las luchas materiales colectivas hacia la expresión y la autonomía individuales. Esto impulsa las revoluciones posmaterialistas y culturales, silenciosas en su forma, pero radicales en sus implicaciones. “Cuando la política se percibe como corrupta o insensible, la gente ya no marcha, sino que se retrae”, concluye quien fuera el director de la Encuesta Mundial de Valores.

3. Sustitución de instituciones.

En lugar de enfrentarse al sistema directamente, los ciudadanos cansados y hartos del estado actual de cosas podrían construir o apoyar sistemas paralelos —cooperativas locales, software de código abierto, monedas comunitarias o democracias digitales— que poco a poco socavarían el orden dominante. El auge de la tecnología blockchain surgió como respuesta a la desconfianza en los bancos. El movimiento de educación en casa aparece como reacción al desencanto con la educación pública. El periodismo ciudadano y los medios de comunicación descentralizados surgen de la frustración con las narrativas dominantes.

4. Rechazo silencioso de las narrativas dominantes.

El cansancio político puede resultar en un rechazo masivo, pero silenciado, del discurso de las élites, lo que lleva a una transformación de los símbolos culturales, el lenguaje y las aspiraciones, sentando las bases de una revolución cultural. Esto se evidenció en la década de 2010 con el creciente escepticismo hacia la globalización, el neoliberalismo y la autoridad centralizada. Rebecca Solnit, en su libro “Esperanza en la oscuridad” (2004) escribió acertadamente que “la gente no siempre asalta el palacio. A veces simplemente deja de mirarlo.”

5. Estudio de caso: Europa del Este antes de 1989.

En los años previos a la caída del bloque soviético, muchos europeos del Este se desvincularon de la vida política oficial. Disidentes como Václav Havel abogaron por “vivir en la verdad” como una forma de resistencia silenciosa, optando por no creer en la propaganda estatal ni participar en sus rituales. En “El poder de los impotentes” (1978), Havel escribió que “el verdadero poder de la disidencia no reside en el acto de protesta, sino en la retirada silenciosa del consentimiento”. Todos lo sabemos. Esta erosión silenciosa de la legitimidad, impulsada por el cansancio y la disidencia silenciosa, allanó el camino para un cambio político repentino y drástico.

El catalizador de la revolución silenciosa.

El cansancio político es más que sólo un síntoma de apatía: es un catalizador de la revolución silenciosa. Cuando las personas se desvinculan de los sistemas fallidos, comienzan a construir nuevas formas de vida, organización y relación, transformando silenciosamente el panorama político y cultural. Estos cambios pueden ser lentos, sutiles y descentralizados, pero su impacto acumulativo es duradero.

Hay gobiernos que no se dan cuenta de que las revoluciones silenciosas empiezan con cambios tectónicos bajo la superficie de la sociedad. Se centran menos en el espectáculo y más en la sustancia: transforman mentes, normas e instituciones de manera que perduran. Al estudiar y reconocer las revoluciones silenciosas, comprendemos mejor cómo los cambios significativos suelen ocurrir: no con un estallido, sino con persistencia, ideas y determinación.

Una "revolución silenciosa" describe una transformación fundamental dentro de una sociedad; ocurre gradualmente, sin trastornos dramáticos ni violencia generalizada. A diferencia de las revoluciones tradicionales, marcadas por barricadas y derramamiento de sangre, las revoluciones silenciosas se desarrollan a través de cambios en valores, normas, tecnologías o estructuras institucionales, que eventualmente conducen a profundas alteraciones en la forma en que las personas viven, piensan e interactúan.

El ritmo de una revolución silenciosa es evolutivo; el cambio se acumula con el tiempo, inadvertido en sus etapas iniciales. Es impulsada por actores no estatales, como empresarios, movimientos de base, innovadores tecnológicos. Cambia las actitudes culturales. Su impacto es profundo y duradero. Transforma los aspectos fundamentales de la sociedad. Sólo se hace evidente en retrospectiva, cuando el efecto acumulativo de estos cambios graduales se vuelve innegable.

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