Javier Treviño Cantú
El Norte
8 de noviembre de 2006
Con los bombazos en la Ciudad de México, Oaxaca tomada por la PFP, grupos aún inconformes por el resultado de la elección presidencial y el crimen organizadamente desatado, ejercicios como el Proyecto México 2030 del Presidente electo Felipe Calderón podrían parecer un lujo. Sin embargo, aunque nadie puede predecir el futuro, imaginarlo representa la posibilidad de construirlo y de avanzar paulatinamente hacia las metas que se quieran lograr.
En cierto sentido, reflexionar sobre el lugar "ideal" que debería ocupar México en el mundo dentro de cuatro sexenios podría hacernos caer en escenarios utópicos. La mayoría de los mexicanos quisiéramos ver a nuestro país convertido en una potencia económica para contar con un ingreso per cápita de 40 mil dólares anuales, cerrar la brecha de la desigualdad y acabar con la pobreza extrema.
Sería maravilloso contar con una administración pública eficaz, una clase política dedicada a trabajar por el País, un sector empresarial más competitivo, y con más escuelas y universidades de primer nivel, de forma que entre todos generaran empleos de calidad para una población económicamente activa bien preparada, que en el 2030 sumará casi 64 millones de personas.
Pero, como diría Henry Kissinger, ante la dimensión de los retos que enfrentamos, el mejor camino para definir el lugar que México debería tener en el mundo dentro de 24 años, sería buscando un equilibrio entre un idealismo inalcanzable y un realismo limitado.
Quizá lo mejor que podemos desear para México es que llegue al 2030 como un país viable, capaz de mantener su cohesión social como base indispensable para ejercer plenamente su soberanía, dentro del acotado margen que presupone su creciente integración a la economía global y al sistema internacional.
Esto requiere que México logre mantenerse como un actor relevante, respetado por su capacidad para mantener el control sobre todo su territorio, y en especial de sus fronteras. Nuestro país podría entonces ser reconocido por su habilidad para brindarle mayor bienestar y seguridad a la gran mayoría de la población, por el "poder suave" que le dan su historia y culturas distintivas, y por la voluntad para participar en la definición de una nueva arquitectura global.
Por una parte, ocupar un lugar así en el mundo del 2030 dependerá de las políticas públicas que se apliquen desde ahora, del desarrollo empresarial que tengamos para entonces, y de la cultura ciudadana que logremos consolidar para convertir a nuestra democracia en un instrumento que propicie acuerdos fundamentales.
Por otro lado, en lo que toca a la política exterior, habrá que tomar decisiones difíciles para definir los terrenos en los que deberemos concentrar nuestros escasos recursos, de manera que logremos defender mejor los derechos de los paisanos en otros países, promover nuestros intereses nacionales y jugar un papel constructivo en los foros y organizaciones multilaterales.
En principio, esto significa decidir, desde ahora, si vamos a buscar convertirnos en un miembro pleno de la comunidad de América del Norte, o si vamos a seguir atrapados en la ambivalencia que ha caracterizado nuestra relación con Estados Unidos.
Por el grado de integración que han alcanzado nuestras economías y sociedades, nuestro futuro está en Norteamérica. Más allá de bardas y otros obstáculos coyunturales, nuestra mejor apuesta debería concentrarse en asegurar las condiciones internas que nos permitan negociar en un plano de igualdad relativa con nuestros vecinos del norte y potenciar los beneficios de una alianza regional, pero sin sacrificar nuestra capacidad de decisión autónoma, ni nuestros principios como nación independiente.
Una política exterior que nos ayude a llegar a buen puerto en el 2030 también debería pasar por un replanteamiento de nuestro enfoque hacia América Latina. Pretender el ejercicio de un supuesto liderazgo en toda la zona sólo recrudecería la confrontación histórica con Brasil y las tensiones con otros países del área.
En cambio, si distinguimos entre una política exterior hacia América del Sur y otra enfocada en la llamada zona "mesoamericana", quizá podríamos estar en condiciones de asumir un auténtico liderazgo. Esto podría conducir eventualmente al establecimiento de mecanismos de coordinación en materia de seguridad, esenciales para nuestra propia estabilidad, y de un acuerdo migratorio regional que regulara el acceso a los mercados de Estados Unidos y Canadá.
A esto habría que añadirle una larga serie de iniciativas para aprovechar los acuerdos comerciales y de cooperación que ya tenemos con otros países y regiones, mejorar las relaciones con naciones estratégicas para los intereses de México, y definir claramente la agenda para una actuación consistente dentro del sistema de Naciones Unidas y los demás organismos a los que pertenecemos.
Si vamos a pensar en serio en el México que queremos, es el momento de dejar atrás los viejos esquemas y empezar a considerar medidas alternativas. De otra manera, cuando en el 2030 esté por llegar al poder un nuevo gobierno, nuestros hijos nos reprocharán el tiempo perdido y tendrán que organizar un nuevo proyecto para imaginar el México del 2054.
7 comments:
¿Quién será el Canciller del gobierno de Calderón?
Dicen que Sarukhán.
Prefiero a Rozental.
También dicen por ahí que Luis Téllez y Beatriz Paredes pueden ser.
Muerto aparece director de diario mexicano
Sábado 11 de Noviembre de 2006
05:10
AP
ZIHUATANEJO.— El director de un periódico mexicano fue encontrado muerto el viernes en un hotel de este centro vacacional del océano Pacífico, un día después de publicar informaciones sobre el crimen organizado y presunta corrupción en el gobierno local.
Misael Tamayo Hernández, director del diario "El Despertar de la Costa", apareció casi desnudo y con las manos atadas a la espalda en una habitación del Motel Venus al lado de una carretera, dijo la policía de Zihuatanejo, en el estado sureño de Guerrero.
El periodista yacía en una cama cubierto con una sábana, y las autoridades encontraron en el cadáver tres perforaciones, una en la mano derecha y dos en un antebrazo. La causa de la muerte fue un paro cardiaco, dijeron investigadores.
Tamayo Hernández, un informador prestigiado en la comunidad periodística local, publicó el jueves un artículo, el cual afirmaba que las autoridades citadinas habían otorgado descuentos ilegales a varias personas, incluidos empresarios, en el costo del servicio de agua potable. La edición del jueves contenía también informaciones sobre el crimen organizado.
Los trabajadores del motel dijeron que el director llegó en un automóvil gris alrededor de las 1.25 a.m. del viernes y que el vehículo salió a las 2.30 a.m. El cadáver fue encontrado a las 7.30 a.m. (1330 GMT), dijo el fiscal local Raciel González.
Numerosos periodistas han sido agredidos o asesinados en años recientes en México, al parecer en venganza por informaciones desfavorables para delincuentes, incluidos narcotraficantes y funcionarios corruptos.
Los estados vecinos de Guerrero y Michoacán han sido escenario desde hace varios meses de una oleada de violencia caracterizada por decapitaciones, tiroteos y ataques con granadas, la cual es atribuida por las autoridades a enfrentamientos entre bandas rivales del contrabando de drogas.
Javier: Vi tu post sobre el Mexico del futuro y la noticia de la muerte del director de El Despertar de la Costa, que me parece es un periodico local y pequeño. Con mayor razón y fuerza la política debe hacerse con sentido para quienes son gobernados.
Saludos,
Javier: ¿Cuándo publicas tu siguiente artículo en El Norte?
Post a Comment