Javier Treviño Cantú
El Norte
2 de julio de 2008
La idea de la integración norteamericana se ha vuelto un tema políticamente tóxico en los tres países. Ahora, las visitas de John McCain a Canadá y México (además de Colombia) muestran que este proceso de creciente interrelación regional ha rebasado el plano comercial para desbordarse hasta el terreno de la política interna. Nos hemos convertido en actores directos de una elección cada vez más inusual.
McCain, el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, siempre ha sido un político poco ortodoxo, y sabe que debe distanciarse de de la administración Bush para tener posibilidades de ganar. También sabe que las diferencias de matiz no serán suficientes para contrarrestar el cambio que ofrece su rival demócrata, Barack Obama.
John McCain está buscando modificar toda la narrativa de la contienda para posicionarse como un lider que ofrece seguridad, por su experiencia en temas de política exterior y compromiso con el libre comercio. El problema es que va a contracorriente de un electorado más preocupado por la desaceleración económica y el supuesto efecto negativo del TLC, que por el futuro de Irak o las amenazas a su seguridad nacional.
Haciendo honor a su reputación, McCain decidió introducir un elemento novedoso y atractivo para los medios, pero a la vez arriesgado, al llevar su campaña fuera de Estados Unidos. Si bien Obama está moderando su discurso proteccionista, sus principales asesores han confirmado que irá por algún tipo de renegociación comercial con sus dos vecinos. Por ello, el tema central de las visitas realizadas por McCain a Canadá y México está precisamente orientado a contrastarse con su rival, al manifestar su compromiso para mantener el TLC en sus términos actuales, así como a impulsar el acuerdo comercial pendiente de aprobarse con Colombia.
McCain también intenta reafirmar su imagen de liderazgo en materia de seguridad, insistiendo en que apoyará la cooperación para combatir al crimen organizado. Es un tema vital para Colombia, y en nuestro país está adquiriendo una importancia trascendental con la aprobación de la Iniciativa Mérida.
Además, McCain espera que la visita le ayude con los electores hispanos. Recientemente participó —al igual que Obama— en la convención de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), donde reiteró que le dará prioridad a la reforma migratoria. Este año votarán más de 9 millones de latinos, y a finales de mayo una encuesta de Gallup le dio una ventaja a Obama sobre McCain de 62% contra 29% entre este segmento del electorado.
La audacia electoral de McCain le ha acarreado críticas, pero también ha despertado interés en su campaña. Su decisión implica riesgos, pero le ofrece la oportunidad de hacer crecer su candidatura frente a un oponente con un mayor atractivo mediático. Si McCain quiere demostrar que tiene estatura de Estadista, en lugar de centrarse en temas electoreros de corto alcance, como la falsa disyuntiva entre renegociar el TLC o dejarlo como está, quizás debería atreverse a proponer un proyecto verdaderamente de largo alcance, para impulsar una mayor integración de América del Norte.
Tendría que ser un proyecto basado en el respeto a la soberanía de cada país, y en políticas integrales que tomen en cuenta la asimetría de los tres países, para articular bajo un mismo paraguas los cuatro grandes temas de la agenda regional: 1) competitividad económica, comercial y energética; 2) cooperación equitativa sobre seguridad, para enfrentar amenazas externas comunes y retos compartidos, como el manejo de recursos transfronterizos; 3) desarrollo de un mercado laboral migratorio funcional; y 4) creación de nuevos centros de estudios especializados e intercambios educativos y culturales mucho más ambiciosos.
Robert Pastor, uno de los promotores más consistentes de esta idea, señala en su más reciente artículo (Foreign Affairs, julio-agosto) que el tema se ha convertido en rehén de presentadores de televisión populistas, grupos antiinmigrantes, organizaciones sindicales y teóricos de la conspiración. No está equivocado. En YouTube circula un video, supuestamente visto casi 6 y medio millones de veces, en donde se narra una disparatada fantasía sobre la forma en la que fuerzas oscuras buscan apoderarse del área para crear una sola nación.
Hasta ahora, la única respuesta por el mismo medio ha provenido de un comediante, Drew Carey, quien defiende al TLC con el argumento de que el verdadero enemigo para los trabajadores estadounidenses no somos los mexicanos, sino los robots. Puede ser, pero sin duda son más convincentes los argumentos de especialistas como Pastor.
Hay quienes afirman que McCain lleva las de perder en la elección presidencial frente a Obama. En cualquier caso, ésta será la primera y última oportunidad que tenga de ocupar la Casa Blanca. No debería desperdiciarla con propuestas “de cajón”, así sean tan favorables para México como la intención de respetar el TLC, apoyar la Iniciativa Mérida y buscar una reforma migratoria. Ahora sería el momento para demostrar altura de miras. Si de verdad quiere ir a contracorriente, debería promover el fortalecimiento de toda América del Norte.
6 comments:
Por lo que he visto hasta ahora, y sin duda es una primera impresión, me atrevo a decir que la visita de McCain a México tuvo un tinte meramente electorero.
Esto sin tomar en cuenta su comentario sobre la necesidad de cerrar la frontera "con muros y rejas" antes de ir por una reforma integral.
Una oportunidad desperdiciada de hablar de una relación bilateral cuyo centro sea el desarrollo integral-regional; más allá de muros y cámaras.
No hay duda de que el objetivo del viaje de McCain es netamente electoral. Tienes razón en tu comentario. Ojalá que después de las elecciones, el nuevo Presidente de Estados Unidos se enfoque y promueva una nueva visión para las relaciones en América del Norte.
¿Usted cree que Obama visitará México también, antes de la elección?
Obama tendrá que hacer algo diferente. Sin duda necesita ganar el apoyo del electorado hispano. Hay muy poco tiempo de aquí a la elección. Lo mejor que podría hacer Obama para diferenciarse de McCain es visitar Monterrey. Así enviaría una señal de modernidad y de una nueva visión para las relaciones México-Estados Unidos.
Estimado Sr. Treviño; le comparto un artículo interesante de Der Spiegel, sobre la conformación de la Unión del Mediterráneo, el famoso "Club-Med" que acercará posiciones entre Europa y el Medio Oriente.
Lejos de ser un show de Sarkozy, podría ser un claro ejemplo de una visión integral de desarrollo entre un imperio (la UE, de acuerdo a Kahna)con respecto a sus vecinos.
Guardando la respectiva proporción, algo podríamos aprender entre México y nuestro vecino del norte.
Artículo:
http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,565667,00.html
Muchas gracias, Christian. Lo voy a leer con atención. Te anticipo que mañana escribo en El Norte, y en este blog, sobre la falta de liderazgo y la fallida cumbre G8 y G5 en Japón.
Un cordial saludo
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