Javier Treviño Cantú
El Norte
10 de septiembre de 2008
Los estudios Warner Bros. anunciaron recientemente la decisión de posponer el estreno de la nueva película sobre el famoso aprendiz de mago, “Harry Potter y el misterio del príncipe”. Estaba programada para noviembre, y ahora sus seguidores tendrán que esperar hasta julio de 2009 para disfrutarla. Las protestas no se han hecho esperar; miles de correos electrónicos “amenazantes” han sido enviados a sus ejecutivos.
Sin embargo, los que disfrutan una buena película de suspenso, pueden encontrar una opción en otro espectáculo mediático, que también tiene a millones de espectadores al filo de sus asientos en todo el mundo: la elección presidencial de los Estados Unidos.
El guión del proceso electoral de nuestros vecinos ha tenido tantos imprevistos, que puede compararse a una novela de misterio llevada a la pantalla grande. Para empezar, los “protagonistas”, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, no eran los favoritos, pero ambos “vinieron de atrás” para asegurar sus nominaciones.
McCain representa con toda naturalidad el papel del veterano de guerra. Está frente a la última oportunidad de su carrera política. Igual que los héroes solitarios en las películas del oeste, no sólo tiene que vencer a su rival demócrata, sino que también debe enfrentarse a su propio partido, para convencer al público de que ofrece un cambio.
Obama ha asumido con aplomo su rol protagónico. Es el símbolo del sueño americano: de raza negra y orígenes modestos, logró llegar al pie de la cumbre gracias a su talento, a su educación, y al esfuerzo para inventarse a sí mismo. Parafraseando a Marshall McLuhan, su historia personal y dominio del escenario, lo convierten en un medio en sí mismo para proyectar el mensaje del verdadero cambio.
Los “actores de reparto” para la vicepresidencia también han dinamizado la contienda. A diferencia del Senador Joe Biden —aparentemente escogido por Obama para compensar su falta de experiencia internacional—, McCain volvió a demostrar su carácter imprevisible al seleccionar a la gobernadora de Alaska, Sarah Palin.
Por un instante, la noticia de que su hija soltera de 17 años estaba embarazada, pareció indicar que McCain había cometido un error. Aún así, éxito del discurso de Palin en la convención republicana de Minnesota volvió a darle otro giro a la carrera.
McCain va a destacar su independencia partidista para insistir en que representa el cambio, pero necesita el apoyo de las bases republicanas más conservadoras si quiere ganar. Palin puede serle útil: miembro de la poderosa Asociación Nacional del Rifle, es una protestante evangélica opuesta al aborto y a favor de la enseñanza del creacionismo, la corriente de pensamiento que pretende ofrecer una alternativa a la teoría de la evolución.
Más de 38 millones de estadounidenses vieron por televisión el discurso de aceptación de Obama, y casi 40 millones el de McCain. A partir de ahora, la mayoría de los electores del vecino país van a empezar a revisar las propuestas de los candidatos y a buscar una narrativa convincente.
En las próximas ocho semanas, vamos a presenciar una batalla sin cuartel por la presidencia de Estados Unidos. Seguramente habrá más de una sorpresa, altibajos constantes en las encuestas (y en las apuestas), ataques y contraataques. También veremos riesgos y oportunidades para países como el nuestro.
El gobierno mexicano ha intentado ser cuidadoso en no tomar partido por algún candidato. Después de la visita de McCain a México, fueron evidentes sus esfuerzos para tratar de que Obama viniera a equilibrar la balanza. Una pequeña delegación, encabezada por el embajador Arturo Sarukhán, asistió a las dos convenciones. Desafortunadamente, cuando todo parecía marchar de acuerdo a un guión bien ensayado, el subconsciente pareció traicionar al Presidente Felipe Calderón.
El miércoles pasado, una nota atribuida a la agencia AP citaba declaraciones del mandatario mexicano: “Sé que el candidato Obama tiene un gran apoyo de la comunidad mexicana y mexicana-americana, y ojalá que la agenda que están planteando en materia migratoria la cumplan esta vez... pero a la vez sé que el señor McCain tiene un mayor conocimiento de la realidad mexicana”.
Pocos días después, Notimex difundió ampliamente otra nota, en donde se reproducían fragmentos de la entrevista que el abanderado republicano concedió a Jorge Ramos, de la televisora Univisión. Señaló que Felipe Calderón “está luchando en estos momentos por el alma de su país” en contra del crimen organizado (y) “tenemos que ayudarlo”.
La declaración no tiene nada de malo. Todo lo contrario. Pero la forma en que la divulgó la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, puede generar la percepción de que se está produciendo una coincidencia de posturas entre el gobierno mexicano y uno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.
Son dos llamadas de atención. Ojalá alerten a todos los interesados en el cuidado de las formas, para reducir el riesgo de que se malinterprete la postura de un gobierno que, por definición, debe ser absolutamente neutral en la cerrada elección que está por resolverse en los Estados Unidos.
9 comments:
Excelente. Calderón tiene que cuidar sus impulsos.
Gracias por el comentario. Además de cuidar sus impulsos, el Presidente Calderón tiene que iniciar de inmediato el diseño de una estrategia integral para conducir la relación bilateral con Estados Unidos al inicio de la nueva Administración.
Hola Lic. Trevíño,
Claro que el Presidente Calderon tiene que cuidar sus comentarios, en eso estoy totalmente de acuerdo.
Neutralidad ante todo.
No cabe duda que esta pelicula llamada "eleccion americana" tiene muchas sorpresas y giros. Solo espero que el publico si se informe bien de las propuestas antes de ir a votar.
saludos,
Lourdes
Hola Lourdes. ¡Qué gusto recibir tu comentario! Te envío un cordial saludo.
En el número reciente de The Economist, se habla de que el próximo presidente americano debe "voltear al sur"; pero no por la importancia de México como socio y vecino estratégico, sino por la serie de eventos políticos y sociales en Sudamérica.
Aunque es cierto que la situación de Venezuela (que quiere jugar al Nasser latinoamericano)o la inestabilidad en Bolivia son fenómenos de extrema relevancia, ¿qué pasa con México que ha dejado de ser tema puntual en la agenda electoral y política norteamericana en el pasado reciente?
¿Por qué nuestro papel como actores fundamentales en la región ha pasado a segundo término?
Christian.
Hola Christian. Son muy buenas tus preguntas. Creo que lo que ha faltado es una estrategia clara para conducir las relaciones entre México y Estados Unidos. Desperdiciamos el tiempo, nos alejamos de la disciplina y perdimos la capacidad de enfocarnos en lo importante. La exitosa estrategia que se instrumentó durante la negociación del Tratado de Libre Comercio, en donde se formaron coaliciones de jugadores relevantes para la relación bilateral, es un ejercicio que debe ser tomado como punto de referencia. Además, tenemos una tarea pendiente por hacer en el ámbito de la política interna, para sentar las bases para que la economía mexicana vuelva a crecer.
¿Podrá Calderón formar un equipo de la calidad como el que negoció el TLC en 1990-93?
Yo creo que sí es posible formar un equipo de altísimo nivel para administrar la relación bilateral.
excellent point
Post a Comment