Palabras del Diputado Federal Javier Treviño Cantú durante la Instalación de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, LXII Legislatura
México, D.F., 24 de
octubre de 2012
A nivel mundial, en la
actualidad, todo el conjunto de la industria energética está en proceso de
cambio acelerado, y México no puede —ni debe— seguir empantanado en el rezago
de los últimos años.
Otros países productores de
energéticos, al igual que algunos de nuestros principales socios comerciales,
están llevando a cabo numerosas acciones para capitalizar las oportunidades que
generan los incesantes avances tecnológicos en el campo de la exploración y
producción, tanto en la que se refiere al petróleo, el gas y otros combustibles
fósiles, como a las crecientes fuentes de energía renovables.
México está destinado a
consolidarse como una potencia emergente en el concierto de las naciones, pero,
para lograrlo, no puede seguir dejando pasar el tiempo, de manera improductiva,
en un ámbito de carácter estratégico, con ramificaciones directas en todos los
planos de un avance potencialmente integral de nuestro país.
Una reforma energética de
fondo —que resguarde la propiedad y la rectoría fundamental del Estado mexicano
sobre los recursos energéticos y, a la vez, promueva la inversión y facilite el
aprovechamiento de la participación privada— es absolutamente impostergable.
El pueblo de México no
merece ser rehén de atavismos ideológicos rebasados, cuya única consecuencia ha
sido el retraso de un mayor bienestar para la población, la pérdida de competitividad
para la industria del país, y la falta de acciones decididas para aminorar la vulnerabilidad
frente a la reducción de nuestras reservas y a las volátiles condiciones del escenario
energético internacional.
México no merece ser presa
fácil de quienes hacen de la oposición sistemática a cualquier propuesta de
cambio una forma de lucrar con la política, para preservar la vigencia de un
modelo ya superado en los hechos.
La potestad soberana del
Estado mexicano sobre los diversos recursos energéticos con que contamos en el
país, no está, ni estará jamás a discusión.
Lo que sí es necesario y urgente, es replantear la forma en la que el
Estado ejerce su rectoría sobre dichos recursos, para asegurar que su eficaz
explotación, procesamiento y distribución contribuya —ante todo— a la seguridad
energética de la nación; al abasto oportuno y a precios accesibles para todos
los consumidores; a la generación de mayores recursos e ingresos presupuestales;
así como a la asignación de tales recursos,
con base en criterios transparentes y de largo plazo, de forma que no se
desperdicien ni representen un mero gasto, sino una verdadera inversión en el
desarrollo actual y futuro de México.
Durante la pasada campaña
electoral, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, se comprometió a impulsar
una reforma energética responsable, que contribuya en forma tangible al avance
de México.
Hoy, el grupo parlamentario
del PRI en la Cámara de Diputados, también reafirma su compromiso de trabajar a
través de esta Comisión de Energía, para lograr los acuerdos que permitan
concretar una iniciativa de avanzada en la materia.
Confiamos en el patriotismo,
la altura de miras, y la responsabilidad de nuestros colegas legisladores, para
que la voluntad que han manifestado de concurrir en este elevado propósito, se
traduzca, con la rapidez que exigen las necesidades de nuestra población y
nuestras perspectivas como nación, en una reforma de largo aliento que permita transformar
al sector energético en un auténtico detonador para el desarrollo de nuestro
país.
No comments:
Post a Comment