Formación y Desarrollo Profesional de los Maestros
Javier Treviño
Cantú
En
mis colaboraciones anteriores abordé dos de los cinco ejes del nuevo Modelo
Educativo. El primero, los Planes y Programas de Estudio, tiene como objetivo
contar con mejores contenidos y materiales
para la enseñanza y el aprendizaje. El segundo, poner a la Escuela en el
Centro del Sistema Educativo, reivindica a la escuela para darle la mayor
prioridad en las decisiones y acciones del sector educativo.
En
esta ocasión me referiré al tercer
eje, la Formación y Desarrollo Profesional de los Maestros, cuyo propósito es
asegurar que los alumnos cuenten con los mejores maestros y que éstos reciban
todo el apoyo y reconocimiento a su importante labor.
Esos
tres componentes, mejores contenidos, mejores escuelas, y mejores maestros son fundamentales para lograr una verdadera transformación
de la educación. Sin la participación de los maestros, sin su profundo sentido
de responsabilidad social y compromiso de prepararse para enseñar y formar a
nuestros niños y jóvenes, esa transformación sería simplemente imposible.
¿Quién
no recuerda con cariño y admiración
a algún maestro o maestra? Y es que los docentes cumplen un rol esencial no
sólo para que los alumnos disfruten la lectura, aprendan ciencias o
matemáticas, sino también para que aprendan a aprender y aprendan a convivir, a
superar los obstáculos de su entorno y crezcan como individuos. Creo que no hay
mejor forma de ilustrar esto que
citando lo que un alumno nos decía en la consulta nacional que realizamos para revisar
y construir el nuevo Modelo Educativo: “Mi maestro favorito me enseñó a creer en mí mismo como
estudiante, y me preparó para las
materias que vi más adelante”.
El
nuevo Modelo Educativo concibe al docente así, como lo describía ese alumno,
como un profesional sólidamente
formado, centrado en el aprendizaje de sus estudiantes y en
generar ambientes incluyentes, comprometido con la mejora constante de
su práctica y capaz de adaptar el currículo a su contexto especifico.
La reforma educativa estableció un sistema de
desarrollo profesional docente basado en el mérito y en el mejoramiento
permanente de las maestras y maestros de México. Y como
autoridades educativas tenemos
la obligación de dotar a los maestros, a los directivos y supervisores de
las escuelas de las herramientas necesarias para fortalecer su condición
profesional, su liderazgo y para que puedan prepararse y actualizarse de manera
constante.
Para ello nos hemos dado a la tarea de
realizar un gran esfuerzo de formación continua derivado de la evaluación y la consulta
a los docentes, elementos clave que permitieron conocer con precisión las
necesidades de capacitación y mejora profesional.
Nuestra
meta en 2017 era capacitar, en distintos ámbitos, a 500 mil docentes, la cual
superamos al alcanzar más de 626 mil docentes capacitados, es decir, el 125 por ciento de la meta
planteada.
En
2018, nuestra meta es capacitar a más de 644 mil docentes en los diversos programas de formación continua,
y a un millón 200 mil docentes en los contenidos del nuevo plan y programas
para la educación básica, denominado Aprendizajes
Clave para la Educación Integral, que iniciará en el ciclo escolar 2018 –
2019.
Además
de que no hay labor más noble y valiosa que la de alguien que enseña, educa y
forma a otros; de poco serviría
que tengamos los mejores contenidos y las mejores escuelas, si la gran
transformación de la educación en México no la hacemos con los maestros. Por
eso la profunda importancia de la formación y desarrollo profesional de los Maestros
planteada como uno de los cinco ejes del nuevo Modelo Educativo.
Javier Treviño Cantú es
Subsecretario de Educación Básica del Gobierno de la República
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