PALABRAS DEL
SUBSECRETARIO DE EDUCACIÓN BÁSICA, JAVIER TREVIÑO CANTÚ, DURANTE LA
INAUGURACIÓN DEL ENCUENTRO INTERNACIONAL CONMEMORATIVO DEL 40 ANIVERSARIO DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN INDÍGENA, 10 DE
SEPTIEMBRE DE 2018, CIUDAD DE MÉXICO
Muy buenos días a todas y a todos.
Sean bienvenidos a este importante evento
conmemorativo de los primeros cuarenta años de la Dirección General de
Educación Indígena.
Reciban cordiales saludos del Secretario de Educación
Pública, Otto Granados Roldán.
Agradecemos la presencia de las distinguidas
personalidades que nos acompañan de países hermanos, así como de los
responsables de las áreas de educación indígena que nos visitan de diversas
entidades federativas.
Gracias, también, a todas las maestras y maestros de
educación indígena por acudir a la convocatoria y ser partícipes de esta
conmemoración.
Damos la bienvenida al Dr. Salomón Nahamad y al
Maestro Cándido Coheto, quienes
condujeron la Dirección de Educación Indígena de la SEP en sus primeros años. Reconocemos
y aquilatamos la incansable lucha de
ambos a favor del reconocimiento y respeto de los derechos de los pueblos
originarios; y de la vigencia plena de un desarrollo nacional basado en la
diversidad etnocultural.
Por supuesto, agradezco a todos y cada uno de los
integrantes del equipo de la Dirección General de Educación Indígena, en
particular a la Dra. Rosalinda Morales Garza, por la iniciativa, el entusiasmo
y el empeño para llevar a cabo esta conmemoración.
Les felicito por el acierto de confeccionar un excelente
programa de actividades que augura la trascendencia de este evento. También por
la magnífica exposición de libros y materiales en lengua indígena que nos
permiten aquilatar la evolución registrada en el país en ésta materia. Les
invitamos a recorrerla.
Sin duda, la creación de la Dirección General de
Educación Indígena constituyó un parteaguas en la política educativa mexicana,
porque implicó, en ese momento, no sólo el reconocimiento oficial de la
existencia de otras lenguas maternas de los mexicanos, y de que era necesario
atender a las niñas y niños de muchas comunidades lingüísticas que no hablaban
el idioma español al ingresar a la escuela, sino de la responsabilidad que
asumía la autoridad de elaborar contenidos, métodos educativos y normas
técnico-pedagógicas especialmente diseñados para los alumnos de educación
básica hablantes de lengua indígena.
Desde entonces, ciertamente, en un proceso no lineal
ni exento de dificultades, el trabajo de la Dirección General de Educación Indígena
avanzó en la construcción e implementación de diversas propuestas educativas,
que si bien partieron del enfoque de la castellanización, predominante en la
mayor parte del siglo XX, hoy se fundan
en la reivindicación de los derechos lingüísticos y en la educación de calidad
para todos los mexicanos.
La creación de la Dirección General de Educación Indígena
se dio en una época en que adquiría cada vez más resonancia la exigencia, al
Estado mexicano, de las organizaciones y comunidades, promotores culturales y
profesores indígenas de ser partícipes de un proyecto nacional, que les
reconociera su identidad y organización propia y reconociera sus valores y
cultura; sus conocimientos ancestrales y prácticas comunitarias.
En sus inicios, la Dirección General de Educación
Indígena se distinguió por la activa participación de los maestros y los
promotores indígenas de varios estados de la República, así como del personal
de centros de estudios antropológicos y lingüísticos, quienes propusieron,
junto con las autoridades educativas, un contenido curricular basado en los
preceptos antropológicos de la época. A partir de esa línea se avanzó gradualmente hacia la construcción
de un modelo bilingüe y bicultural enfocado en la enseñanza de las lenguas indígenas.
Es importante señalar que desde la década de los ochenta
a nivel internacional y nacional se registraron importantes avances normativos en materia de derechos de los pueblos indígenas que también favorecieron la reorientación, gradual, pero progresiva,
de las políticas educativas y culturales.
En primer lugar, tras una prolongada deliberación, en
el marco de la Organización de las Naciones Unidas, la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) impulsó en 1989 el Convenio
169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, instrumento
jurídico vinculante sobre los derechos de los pueblos indígenas”, que fue adoptado por México en 1991. Consecuentemente,
el gobierno mexicano asumió la obligación de impulsar y proteger los derechos
lingüísticos, culturales y educativos de la población indígena.
El Gobierno mexicano suscribió también, en 1996, la
Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos; en 2001 la Declaración Universal sobre la
Diversidad Cultural aprobada por la UNESCO y más recientemente, la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, adoptada por los países
miembros el 13 de
septiembre de 2007
A nivel local, en 1992 se aprobó la reforma al
artículo 4º de la Constitución, reconociendo
de manera tácita los derechos de los pueblos indígenas y la obligación
del Estado, en los siguientes términos:
“La Nación mexicana
tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en los pueblos
indígenas. La ley protegerá y promoverá el desarrollo de sus lenguas, culturas,
usos, costumbres, recursos y formas específicas de organización social y
garantizará a sus integrantes el efectivo acceso a la jurisdicción del Estado.
En los juicios y procedimientos agrarios en los que aquellos sean parte, se
tomarán en cuenta sus prácticas y costumbres jurídicas en los términos que
establezca la ley.”
Posteriormente, como resultado del movimiento indígena
detonado por la rebelión zapatista y del prolongado proceso de negociaciones en
el marco de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA), se promulgó la
reforma al artículo 2º de la Constitución reconociendo y garantizando el
derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y,
en consecuencia, a la autonomía en aspectos clave de su desarrollo, incluyendo el
derecho de todos los mexicanos a una educación pluricultural.
Esta reforma fue clave para la deliberación y
aprobación, en 2003, de importantes leyes que reglamentan los derechos
fundamentales de las comunidades y la población indígena.
·
La Ley General de
derechos lingüísticos de los pueblos indígenas;
·
La Ley Federal para la
prevención y eliminación de la discriminación;
·
La Ley de la Comisión
Nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas;
·
La Ley General de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
El conjunto de reformas constitucionales y
reglamentarias concretadas en décadas recientes establecen el marco normativo
que rige el reconocimiento, promoción y protección de los derechos de los
pueblos indígenas, incluidos los lingüísticos, culturales y educativos.
En el ámbito educativo se afirmó el derecho de los
pueblos a una educación culturalmente pertinente y al uso de su idioma materno,
junto al acceso efectivo de la lengua franca y la participación de los pueblos
indígenas en el diseño y la ejecución de programas educativos.
La Reforma Educativa impulsada a partir de diciembre de
2012 constituye un paso fundamental para
garantizar el acceso de todas las niñas, niños y jóvenes del país a una
educación de calidad, inclusiva y con equidad, respetuosa de la diversidad
étnica y lingüística.
La
reforma educativa parte de una reforma clave al artículo 3º de la Constitución,
estableciendo que:
“El Estado garantizará la calidad en la educación
obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización
escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los
directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos".
Para cumplir este mandato la SEP, conjuntamente con
las autoridades educativas estatales, llevaron a cabo un proceso amplio de
consulta, en el que participaron docentes, expertos y especialistas,
organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas, autoridades educativas,
legisladores, entre muchos otros, para
revisar y acordar los cambios al modelo educativo que garanticen educación de
calidad con equidad e inclusión para todas las niñas, niños y jóvenes
mexicanos.
Fue así como se construyó el Modelo Educativo para la
Educación Obligatoria, con cinco ejes, que me permito referir brevemente:
1. Un nuevo planteamiento curricular y pedagógico, que
articula los Aprendizajes Clave de los niveles educativos que constituyen la
educación obligatoria, desde preescolar hasta educación media superior;
2. El fortalecimiento de la organización y la autonomía
de gestión escolar, colocando a la Escuela
al Centro de las decisiones educativas;
3. El impulso del desarrollo profesional docente mediante
una estrategia que reconoce y estimula la preparación y el mérito de los
profesores;
4. Promover las transformaciones y la gestión educativas
en condiciones de equidad e inclusión para todos los alumnos.
5. Impulsar una renovada gobernabilidad del sistema
educativo que fortalezca la participación social y de los tres órdenes de
gobierno, para conferir visión compartida, de largo plazo, a las
transformaciones educativas y al mejoramiento
de los aprendizajes que requieren desarrollar las niñas, niños y jóvenes para
enfrentar los retos del siglo XXI.
El Modelo Educativo que está en marcha constituye un
planteamiento integral para lograr mejores contenidos, mejores maestros y
mejores escuelas.
Para
lograr mejores contenidos, que fortalezcan los aprendizajes de todos los
alumnos, el nuevo Plan y programa de Estudios para la Educación Básica, Aprendizajes Clave para la Educación
Integral, incorpora una propuesta
curricular innovadora, con tres componentes y un conjunto de principios
pedagógicos enfocados a lograr que todos los alumnos aprendan a aprender y aprendan a convivir.
Se
trata de que las niñas, los
niños y los jóvenes adquieran los aprendizajes que les permitan participar de
manera libre, informada y responsable;
vivir con plenitud en el siglo XXI e incidir en la transformación de su
comunidad, del país y del mundo.
En respuesta a las demandas y propuestas de los
colectivos docentes y las comunidades escolares, el Modelo Educativo fortalece
los espacios de autonomía de gestión y de autonomía curricular de las escuelas
de educación básica, incluidas las escuelas indígenas.
En el periodo 2013-2018 alrededor de 110 mil
comunidades escolares de nivel básico han recibido recursos que administran
directamente de acuerdo a las prioridades de su propia ruta de mejora escolar.
Adicionalmente, en el mismo periodo, a través de los
programas federales de Escuelas Dignas, Escuelas de Tiempo Completo, Programa
de la Reforma Educativa y Escuelas al CIEN, se apoyó la rehabilitación y el
equipamiento de 13,422 escuelas indígenas; es decir, dos terceras partes del
total. En las reglas de operación de todos los programas de educación básica se
confiere prioridad a las escuelas ubicadas en las zonas con mayor
vulnerabilidad social, particularmente en comunidades indígenas.
También a través del Programa de Inclusión y Equidad
Educativa, coordinado por la DGEI, se canalizan recursos, a través de las
autoridades educativas estatales, para beneficio de las escuelas de educación indígena y
migrante con acciones de fortalecimiento académico y contextualización y
equipamiento.
El tercer componente del nuevo plan de estudios
incluye la autonomía curricular, definido como un espacio en el que la propia comunidad
escolar decide las actividades de aprendizaje que considera necesarias y
pertinentes, de acuerdo a su contexto escolar. Se trata, sin duda, de una
innovación curricular con un gran potencial que es necesario aprovechar.
El nuevo Plan y Programas para la Educación Básica
renueva y amplía la diversidad de libros de texto gratuitos y materiales para
los maestros y alumnos de las escuelas indígenas: impulsa la creación de más de
700 libros y juegos didácticos, pudiendo ser monolingües, bilingües y
plurilingües considerando las 68 lenguas indígenas nacionales y sus variantes,
todos elaborados, con la participación de los docentes.
A la fecha, y ustedes pueden apreciarlo en la
ambientación de este auditorio, hemos renovado en un trabajo colegiado con el
profesorado indígena, especialistas, académicos y equipos de la Dirección General
de Educación Indígena, los Libros de texto gratuito y se han creado por primera
vez 22 programas de la Asignatura Lengua materna. Lengua indígena. Los títulos
se han diversificado para abonar a la formación continua de diversos actores
educativos, como alumnos, docentes, Asesores Técnico Pedagógicos, directores,
supervisores y autoridades educativas de educación indígena y migrante.*
Señoras y señores. Distinguidos invitados. Amigos
todos:
Sin desconocer que los indicadores educativos y, sobre
todo, la realidad cotidiana de miles de escuelas indígenas y multigrado muestran
aún importantes retos para cerrar las brechas de desigualdad, es indudable que
el país cuenta hoy con mejores condiciones jurídicas, institucionales, sociales
y políticas para avanzar con mayor celeridad en el cumplimiento del mandato
constitucional de garantizar educación de calidad con equidad e inclusión para
todas las niñas, niños y jóvenes.
La educación indígena ha
evolucionado desde los enfoques de educación bilingüe bicultural,
intercultural-bilingüe, de atención a la diversidad lingüística y cultural
hasta avanzar hoy a una política pública integral desde la perspectiva de
derechos.
La magnitud de los retos nos obligan a reforzar el trabajo coordinado
y colaborativo de las diversas instancias del Estado mexicano, organizaciones
sociales y comunitarias, asociaciones civiles, centros de investigación, instituciones
de educación superior, de organismos internacionales, académicos, especialistas,
profesores y muchos otros actores cuya
contribución resulta relevante para imaginar, innovar, construir, dar
seguimiento y evaluar las políticas, programas y proyectos destinados a atender
las demandas y necesidades de la población indígena.
Estamos convocados a ser partícipes de esta tarea.
Estoy cierto que este Encuentro constituye un espacio
que aportará valiosas reflexiones y propuestas. Estaremos atentos y
permanentemente abiertos al diálogo.
Nuevamente sean bienvenidos y gracias a todos por su
participación.
O para decirlo más precisamente, Tlazohcamati, (gracias en náhuatl).
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