Memorándum para Joe Biden
Javier Treviño Cantú
Para: Joe Biden, Presidente electo de Estados Unidos
Asunto: Relación bilateral con México
Prioridad: Máxima
Permítame felicitarlo. Después de una extraordinaria campaña electoral, y de un motivador mensaje de unidad nacional a lo largo y ancho de su país, usted ha logrado un triunfo histórico. Ahora, después de cuatro años de sobresaltos, y del uso desmedido del Twitter desde la Casa Blanca, deberá hacerse cargo de un país sumido en su peor doble crisis, de salud y económica; con varios frentes de guerra abiertos; en un marco mundial de inseguridad energética, alimentaria y ambiental; en un entorno de proliferación armamentista y reacomodo geopolítico estructural.
Las expectativas de cambio que usted generó son gigantescas, e imposibles de satisfacer. Jóvenes, mujeres, hispanos, afroamericanos esperan mucho de usted y de la Vicepresidenta Harris. Las condiciones en que usted llega al poder pondrán a prueba todas sus capacidades. Deberá definir su agenda de política interna y exterior, nombrar un gabinete que sea rápidamente confirmado por el Congreso y supervisar la ejecución disciplinada del programa de reactivación económica. Sobre todo, deberá evitar la trampa de rendirse ante la tiranía de lo urgente sobre lo importante.
En este contexto, sería un error considerar que las relaciones con México son un tema secundario, que puede ser atendido en “piloto automático” por la burocracia. Su vecino del sur no es irrelevante, aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador se niegue a felicitarlo. México demanda una atención prioritaria por cuatro razones:
A. Su estabilidad es un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos. A sólo unos meses de celebrar elecciones, México está políticamente dividido, económicamente debilitado y se encuentra librando una auténtica guerra contra el crimen organizado y la inseguridad pública. Es una lucha sangrienta que está destruyendo el frágil tejido social del país. Evadir la atención a la posible perspectiva de un México en llamas, y sin válvulas de seguridad que alivien la presión, es un lujo que el próximo gobierno de Estados Unidos simplemente no se puede dar.
B. El Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) es determinante para el crecimiento de México y, por lo tanto, para la recuperación de Estados Unidos. México y Canadá son sus socios comerciales más confiables. Poner en riesgo uno de sus motores económicos más dinámicos equivale a darse un balazo en el pie. Hay dos elementos que hacen al TMEC todavía más valioso: la pandemia y la guerra comercial entre Estados Unidos y China. ¿Por qué? Las compañías globales están buscando disminuir el riesgo y mover la producción más cerca de los consumidores. La geografía es fundamental. Y las empresas que tienen alta exposición a China fueron muy afectadas con los altos aranceles que les impuso el gobierno de Trump. Están tratando de reducir “el riesgo chino”. El TMEC, la proximidad geográfica y la naturaleza complementaria de las tres economías hacen de América del Norte una opción atractiva para las empresas globales. México ya está ganando espacio por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y puede atraer más inversiones.
C. Su gobierno necesitará distanciarse de posturas unilaterales para demostrar el cambio prometido. El mejor lugar para empezar es cerca de casa: con sus vecinos norteamericanos. Por otro lado, México es socio estratégico de la Unión Europea. La relación transatlántica puede alcanzar un mayor peso si se plantea en términos regionales, y no sólo nacionales. México también será un interlocutor clave en América Latina, donde el bloque opositor a Washington está ganando terreno con el apoyo de sus verdaderos rivales estratégicos: China y Rusia. Además, desde su asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y su participación en el G20, México deberá ser tomado en cuenta a la hora de armar la nueva arquitectura sanitaria, financiera, comercial y política de la era post-Covid-19.
D. La solución integral del tema migratorio no podrá ser pospuesta. El tema migratorio será de la mayor atención para ambos gobiernos. El electorado hispano fue clave para su triunfo, y la falta de atención a sus demandas pondría las elecciones del 2022 y 2024 en peligro para el Partido Demócrata. En una sociedad polarizada por el populismo trumpiano y una creciente desigualdad económica, Estados Unidos no debe mantener un grupo social marginado y criminalizado, ni puede resolver por sí solo un reto de naturaleza multinacional.
Por lo anterior, se recomienda:
1. Reunirse con el Presidente López Obrador antes de la inauguración oficial del 20 de enero. Igual que en 1993, cuando se acordó con el entonces Presidente electo Clinton el rescate del TLC, es prioritario que ambos mandatarios lancen una señal contundente, de que la cooperación se fortalecerá para luchar contra los enemigos comunes, profundizar la integración económica y buscar soluciones imaginativas a los retos globales.
2. Establecer un canal de comunicación directo entre la Casa Blanca y Palacio Nacional de México para atender situaciones de emergencia; apresurar el nombramiento del responsable para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional y la confirmación de un subsecretario de Estado para América Latina con experiencia y espíritu constructivo.
3. Dedicar toda la atención y recursos necesarios para establecer un mecanismo institucional de diálogo bilateral que funcione permanente y eficazmente. Ello permitirá encarar los retos para evitar que un problema en uno de los temas contamine el resto de la relación. Se pueden sentar las bases de una verdadera alianza basada en la corresponsabilidad.
4. Aclarar su postura sobre el TMEC, los temas laborales y ambientales, para evitar malos entendidos, fricciones contraproducentes y riesgos innecesarios que contaminen el resto de la agenda bilateral. Durante la campaña, no se despejaron las dudas sobre su supuesto proteccionismo, ni se resolvieron las contradicciones entre sus principales asesores sobre este tema.
5. Ampliar la estructura institucional bilateral sobre los cimientos de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte. La ASPAN tenía muchos defectos, pero permitió establecer valiosos espacios de diálogo y coordinación que podrían servir para desarrollar una mayor competitividad y seguridad comunes.
6. Incluir a México en la solución integral al reto migratorio. Sin la participación de México, y de otros países con altos flujos de migrantes hacia Estados Unidos, cualquier opción unilateral solamente ofrecerá un alivio parcial a un problema sistémico.
7. Avanzar hacia una comunidad integrada, competitiva en América del Norte y entender los beneficios de permanecer unidos como región. El poder de la geografía cuenta. Se tiene que proteger la idea de una América del Norte fuerte y competitiva por sus economías de escala, inversiones confiables, más empleos y menos desigualdad.
8. Armonizar las regulaciones, fortalecer el estado de derecho, desarrollar el capital humano, mejorar los cruces fronterizos. Es una visión que corresponde a los dos gobiernos y potencia nuestra región. La interdependencia y reciprocidad fortalecen las cadenas de valor y aumentan la competitividad. Se necesitan mejores canales de comunicación entre los sectores público y privado, promover y asegurar un ecosistema de inversión seguro, estable. Los muros, amenazas y hostilidad entre los dos países no nos llevan a ningún lado.
9. Construir un esquema de prioridades a las que se va a atender y solucionar como región: inseguridad, tráfico de drogas, energía, cambio climático, estado de derecho. Es un ejercicio de responsabilidad en donde se debe entender que si se asume conjuntamente se podrán diseñar soluciones comunes.
10. Usted tiene la gran oportunidad para mover la conversación más allá del comercio y de la inversión. La relación bilateral tendrá que ser más amplia, más profunda y más institucional. La mayoría de las decisiones serán tomadas por los expertos, porque hay muchos más temas en la agenda. Pero al Presidente de los Estados Unidos le debe interesar cada vez más lo que pase internamente en México. Seguridad, democracia, derechos humanos, corrupción, estado de derecho, el papel de los medios de comunicación y de una sociedad civil fuerte, son los temas que la Casa Blanca podría observar, junto con la implementación correcta del TMEC.
*Javier Treviño Cantú es Director General de Políticas Públicas del Consejo Coordinador Empresarial.
@javier_trevino
Podcast: https://anchor.fm/javier-trevi361o
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