Remesas exigen buena relación México-EUA
Javier Treviño
@javier_trevino
Con gran orgullo, el Presidente de México dedicó una parte de su conferencia de prensa matutina de ayer al comportamiento de las remesas, es decir, el envío de dinero de los paisanos que radican en Estados Unidos a sus familias en México.
AMLO dijo que “en el 2019 fueron 36 mil 439 millones de dólares. En el 2020, de acuerdo a nuestra proyección de diciembre, vamos a llegar a 40 mil 574 millones de dólares. Un incremento del 11.3 por ciento. Esto significa, en pesos, 900 mil millones de pesos, es la principal fuente de ingresos de nuestro país. Para tener una idea, si estas remesas son 900 mil millones, que llegan a 10 millones de familias, es un promedio como de 350 dólares mensuales por familia, significa una derrama económica importantísima, por eso no se nos cayó el consumo a pesar de la pandemia y de la crisis económica. Esto es lo que reactiva la economía abajo, la gente tiene capacidad de compra, se beneficia al comercio en los pueblos y hay circulante, hay ingresos y hay bienestar. Entonces, por eso nuestro reconocimiento a los paisanos, a los migrantes. Muchas gracias por su apoyo, solidaridad, por su confianza, por no olvidar a su patria”.
Sin cuestionar la precisión de las cifras, los redondeos, las conversiones y los datos, es evidente que el Presidente presentó la información como si fuera un triunfo de su administración. La verdad es que hay otras razones para el incremento del envío de remesas. En primer lugar, no es un fenómeno exclusivamente mexicano. A pesar de las consecuencias de la pandemia y la recesión económica, todos los inmigrantes latinoamericanos que viven en Estados Unidos aumentaron los envíos a sus países.
Los expertos en estos temas explican algunas de las razones posibles del crecimiento inesperado de las remesas:
a) La gran solidaridad y sentido de responsabilidad. Los trabajadores migrantes saben que si ellos están pasando por tiempos difíciles, las condiciones para sus familias en su municipio de origen están todavía peores. Así que aumentaron los envíos porque aumentaron sus horas de trabajo. Hicieron un gran esfuerzo para lograrlo.
b) La ubicación estratégica. Muchos de los migrantes se lograron ubicar en “actividades esenciales” durante los peores meses de la pandemia. Los paisanos encontraron trabajo en tiendas de alimentos, conveniencia y supermercados, en la agricultura, en la construcción, en la industria del procesamiento de alimentos. Eso les permitió mantener su trabajo y continuar con el envío de remesas.
c) La experiencia y habilidad. Para muchos de los que conocemos a migrantes, clubes de oriundos y a comunidades de mexicanos en Estados Unidos, no nos sorprende que saben moverse ágilmente y que entienden mejor el funcionamiento de las economías locales.
d) Los cheques de beneficios de desempleo que recibieron. El gobierno de Estados Unidos fue muy eficaz para tratar de reactivar la economía y hacer llegar a los desempleados cantidades generosas para que pudieran hacer frente a los costos de la pandemia. Tal vez algunos de nuestros paisanos estuvieron recibiendo más que si estuvieran empleados. Y es por eso que los migrantes documentados que tuvieron derecho a estos beneficios, pues enviaron más dinero a casa, en México.
e) El tipo de cambio. El tipo de cambio fue un factor que influyó también durante los primeros meses de la pandemia.
f) El aprendizaje del pasado. Los migrantes habían aprendido de las lecciones que vivieron durante la crisis del 2008. Se prepararon ante la pandemia, aumentaron sus ahorros y racionalizaron su gasto.
g) La tecnología y el costo. Uno de los mayores obstáculos que antes tenían para enviar dinero a casa era la complejidad y el costo de la transferencia. La digitalización y el mayor empleo de la tecnología por la pandemia les ayudó a llevar a cabo sus transacciones más fácilmente y a menor costo.
Todas las anteriores son hipótesis que habría que probar y documentar. Pueden ser algunas de las razones que explican el envío de más remesas a México.
Lo que no es hipótesis, sino una verdad comprobada, es que una tensa relación entre México y Estados Unidos sería una pésima noticia para nuestros paisanos que envían las remesas. Eso sí les impactaría seriamente. Los períodos de tensión bilateral tienen un impacto en las políticas hacia los migrantes y en el ambiente de racismo. Eso genera desempleo y falta de oportunidades. Lo que nuestros migrantes quieren es que México y Estados Unidos lleven la fiesta en paz. De eso no hay duda.
Entonces, si el Presidente de México está orgulloso de los migrantes mexicanos y quiere que les vaya bien, y que sigan enviando remesas a sus familias, preocupa que esté haciendo todo lo inexplicablemente posible por tensar la relación bilateral con el nuevo gobierno.
Seguramente los migrantes mexicanos, que en general simpatizan con el Presidente electo Biden, todavía no se explican la lejanía y frialdad de AMLO. No saben por qué dudó tanto en felicitarlo, en escribirle y en llamarle. No entienden por qué no le pidió reunirse con él.
Tampoco entienden por qué México está haciendo algunas cosas inesperadas, como ofrecer asilo a Julian Assange, quien Biden considera un terrorista de alta tecnología. Los migrantes se preguntan: ¿para qué generar mayor tensión entre ambos países, independientemente de que Assange termine o no en México?
Los migrantes saben que ya hay un resentimiento de las agencias de inteligencia y de combate a la delincuencia, de Estados Unidos, que se sienten agraviadas por las disposiciones del gobierno mexicano que ahora restringen su operación en México, o por la legislación que afecta al Banco de México y lo hace más vulnerable ante el riesgo de mayores posibilidades de lavado de dinero.
Los migrantes no entienden para qué, en México, se inhibe la inversión en energía y se cambian las reglas del juego a las empresas generadoras de energía renovable, cuando lo que todos queremos para nuestros hijos es reducir el calentamiento global.
Los migrantes tampoco entienden para qué eliminar la subcontratación y generar más desempleo en México cuando lo que ellos quieren es que sus hijos o familiares, que se quedaron en México, puedan encontrar mejores empleos.
Tony Wayne, exembajador de Estados Unidos en México se preguntaba en Twitter cuál era el mensaje que AMLO está tratando de enviar a Washington. Mark Feierstein, quien formó parte del equipo del Presidente Obama y es muy cercano ahora al Presidente electo Biden, en una entrevista en Reuters el lunes pasado, dijo que no se explica por qué México está haciendo tanto esfuerzo para dañar la relación bilateral.
El exembajador de Estados Unidos en México, Jeffrey Davidow, publicó un artículo ayer en el periódico Reforma (“Preparándose para Joe”) y lo más interesante es el final: “México tiene una larga tradición de utilizar sus dotes diplomáticas para abordar la siempre complicada relación con los gringos. La llegada de Biden requerirá esas habilidades y la comprensión de que, si bien Biden es un caballero, especialmente si se lo compara con Trump, que además tiene un aprecio real por México, su paso por más de medio siglo en Washington ha demostrado que no es prudente subestimar su determinación o firmeza de propósito”.
https://www.sdpnoticias.com/columnas/javier-trevino-remesas-exigen-buena-relacion-mexico-eua.html
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