Wednesday, May 25, 2022

El final de la era de la ingenuidad

 

 

Davos: El final de la era de la ingenuidad


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

El Foro Económico Mundial se está llevando a cabo estos días en Davos, sin frío y sin nieve. He seguido, por internet, algunas de las participaciones. Me llamaron la atención dos de ellas, en especial.

 

Carmine Di Sibio, el presidente mundial y director ejecutivo de EY, habló de los tres pasos que las empresas deben dar para mantenerse globales y navegar por la disrupción. Dijo que la gestión eficaz del riesgo geopolítico no sólo beneficia a una empresa, sino también a la sociedad en la que opera. Tiene toda la razón. Vale la pena que luchemos por los temas que están conectados globalmente y que benefician a todos: comercio, salud e iniciativas sociales. Su conferencia planteó fuertes interrogantes:

 

¿Nos hemos detenido a pensar que la escasez de chips semiconductores ha reducido el PIB de Estados Unidos en un 1%? ¿Sabemos cuáles son los verdaderos efectos de la confrontación entre Estados Unidos y China? ¿Cuál fue el impacto de todos los retrasos en la cadena de suministro ocasionados por la pandemia de Covid-19? ¿Cuánto tardan ahora en trasladarse las mercancías de Asia a América? ¿Cuál será el impacto final del conflicto entre Rusia y Ucrania y del aumento de los precios del petróleo? ¿La globalización está en peligro o entramos ya en la era de la desglobalización?

 

Todo esto nos sacude, nos preocupa, nos inquieta. Sin embargo, como dice Carmine Di Sibio, “la solución no es que los líderes empresariales entren en pánico o se retiren de la economía global. Después de todo, la globalización ha sido el modo operativo económico dominante durante casi 80 años, y los beneficios han sido claros”.

 

Debemos enfocarnos en crecer y resolver los desafíos globales juntos. Las fronteras no pueden contener las pandemias, los desastres ambientales y los conflictos geopolíticos. Las empresas necesitan una estrategia sólida para navegar en los entornos globales en constante cambio en los que operan.

 

Los tres pasos que toda empresa debe seguir, de acuerdo con Carmine Di Sibio, son:

 

1.     Mapear sus dependencias.

 

Antes de que las empresas puedan desarrollar planes de contingencia para mitigar el riesgo, necesitan saber dónde está su exposición. Por eso es fundamental que las empresas obtengan una imagen completa y cristalina de sus dependencias con respecto a todo, desde sus cadenas de suministro y grupo de talentos hasta los centros de fabricación y la ciberseguridad. No sólo es importante que las empresas examinen su huella operativa, sino que también deben desglosarla por ingresos. De esa manera, pueden considerar el riesgo desde todos los ángulos (geopolítico, social, nacional, regulatorio) y comprender su riesgo material en cada mercado.

 

2.     Hacer de la geoestrategia una prioridad de liderazgo.

 

Los riesgos geopolíticos son inherentes a una economía globalizada y, después de unos años turbulentos, muchas empresas han sentido los efectos de primera mano. En 2021, más del 90% de los ejecutivos dijeron que sus empresas se habían visto afectadas por riesgos políticos inesperados en los últimos 12 meses. Desafortunadamente, esta nueva conciencia no se ha traducido en estrategia. En una encuesta realizada antes de la invasión rusa de Ucrania, solo el 14% de los ejecutivos del “Barómetro de confianza del capital global de EY” dijeron que la gestión del riesgo geopolítico era una preocupación estratégica principal en sus organizaciones.

 

3.     Incorporar información sobre riesgos geopolíticos en un proceso dinámico de gestión de riesgos.

 

En un mundo tan complejo y globalmente enredado como el nuestro, no hay forma de evitar el riesgo por completo, porque el mundo siempre está cambiando. Existen riesgos al alza. Es por eso que las empresas deben monitorear constantemente sus perfiles de gestión de riesgos geopolíticos y revisar sus estrategias de globalización.

 

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, por su parte, mirando las perspectivas a medio y largo plazo, mostró que tiene una hoja de ruta clara para la modernización del país. Los tres pilares clave de su visión son:

 

1.     Plan de Recuperación NextGenerationEU.

 

España lanzó el año pasado un ambicioso plan de recuperación, transformación y resiliencia a 6 años y 70,000 millones de euros. Está transformando su economía, basado en cuatro motores fundamentales: la transición verde, la transformación digital, la cohesión social y territorial y la igualdad de género.

 

La respuesta para acabar con su dependencia del gas y el petróleo rusos está precisamente en la descarbonización de su economía. Crearon un instrumento innovador para potenciar la colaboración público-privada: los Proyectos Estratégicos, o PERTE, que son un motor de crecimiento económico, empleo y competitividad de la economía española. Son instrumentos para promover y coordinar inversiones complejas y prioritarias en sectores estratégicos donde se requiere la intervención del Estado para complementar la iniciativa privada.

 

Canalizarán más de 30,000 millones de euros en fondos públicos y movilizarán alrededor de cuatro veces más de financiación privada en áreas como vehículos eléctricos, energías renovables e hidrógeno, gestión del agua, economía circular y sectores sanitario y aeroespacial, microelectrónica y semiconductores. Con más de 12,000 millones de euros de inversión pública, se convertirán en el mejor socio de la industria en sus esfuerzos por expandir y diversificar la producción de microchips. 

 

2.     Cien reformas estructurales. 

 

En la transición verde y la lucha contra el cambio climático, están canalizando 30,000 millones de euros, el 40% de los fondos Next Generation de España, para la descarbonización. Se suman ambiciosas reformas para luchar contra el cambio climático e impulsar la economía circular, el autoconsumo y la movilidad sostenible. España quiere posicionarse como líder mundial en sostenibilidad.

 

En cuanto a la transformación digital, la agenda española es integral: desde las competencias digitales a la ciberseguridad, de la digitalización de las pymes a una política de nube sólida, de la conectividad 5G a la inteligencia artificial.

 

La educación y atracción de talento es fundamental para el gobierno español. Saben que el capital humano es el motor que impulsa el crecimiento económico. Reformaron su sistema educativo de arriba abajo: desde impulsar la educación preescolar hasta una gran expansión y modernización de su sistema de formación profesional; desde la reforma universitaria hasta una nueva Ley de Ciencias que brinda incentivos adecuados y duplica el monto de financiamiento para investigación, desarrollo e innovación.

 

3.     Empleo estable y de calidad. 

 

Gracias a la reforma laboral negociada y acordada por empresarios y sindicatos, España va por buen camino para corregir los defectos endémicos de su mercado laboral: la precariedad y la temporalidad. Tanto las tasas de desempleo de los jóvenes como las de las mujeres están disminuyendo a un ritmo constante. Hay más de 20 millones de personas ocupadas. Con más inversiones públicas y mejor educación, con más empleos y mejores empleos, hay más oportunidades para que todos prosperen.

 

El presidente del gobierno español lo tiene muy claro: “la mejor política social es aquélla que combina oportunidades de empleo de calidad para el conjunto de la sociedad con un Estado de bienestar fuerte que proteja a los más necesitados”.

 

Y añadió: “Ahora estamos viendo cómo nuestros valores, aquellos sobre los que se construyen nuestras sociedades, necesitan ser defendidos. No hay nada inevitable en el surgimiento del extremismo y la tiranía. Por el contrario, existe una clara posibilidad de que los valores de la democracia, la libertad y el derecho internacional sigan prosperando”.

 

Pedro Sánchez dijo: “Es hora de sentirnos seguros de nosotros mismos. No temamos a las fuerzas que amenazan con descarrilar el futuro con su terror y odio. Tenemos las armas más poderosas si las usamos sabiamente. Porque la democracia y el multilateralismo pueden volverse desordenados, ruidosos e imperfectos en ocasiones, pero sabemos que son el único camino hacia la paz y la libertad a largo plazo”.

 

Pedro Sánchez concluyó que “el futuro es una tierra por conquistar. Lo que estamos presenciando no es sólo un recordatorio de que la historia no terminó hace tres décadas. Estamos asistiendo al final de la era de la ingenuidad”.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/davos-el-final-de-la-era-de-la-ingenuidad/

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