Saturday, July 01, 2023

Aprender a conversar

 

 

Aprender a conversar


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

En los tiempos de la polarización, los adversarios políticos tienen que aprender a conversar. Muchos mexicanos se sienten heridos e insatisfechos porque todos los días son testigos de acaloradas discusiones que no son productivas. En la medida en que avance el año, las cosas se pondrán más difíciles.

 

Cuando se manejan adecuadamente, los desacuerdos podrían conducir a mejores resultados. Pero, por lo general, no se ve así. No nos comunicamos de manera efectiva. Eso alimenta el conflicto y daña las relaciones interpersonales.

 

¿Es posible tener una conversación política constructiva en una sociedad polarizada? ¿Podemos abandonar el mundo del cinismo para entrar a la era de la esperanza? Sí. A pesar de las emociones intensificadas y posiciones arraigadas, existen estrategias que pueden ayudar a fomentar un diálogo constructivo:

 

1.     Escuchar activamente las perspectivas de los demás. Prestar atención para comprender sus puntos de vista sin interrupción y mostrar empatía hacia sus preocupaciones y experiencias. Esto demuestra respeto y ayuda a crear una atmósfera de comunicación abierta.

 

2.     Usar lenguaje y tono respetuosos en las conversaciones políticas. Evitar ataques personales o despectivos permite un intercambio de ideas más constructivo. Concentrarse en abordar los argumentos y las posiciones en lugar de atacar a las personas mismas.

 

3.     Identificar áreas de acuerdo o valores compartidos puede ser una forma efectiva de establecer una relación y un terreno común. Esto puede ayudar a crear una base para una conversación y colaboración constructivas, incluso en medio de desacuerdos sobre otros temas.

 

4.     Fomentar el diálogo haciendo preguntas abiertas permite a los oponentes articular sus puntos de vista y proporcionar una visión más profunda de sus perspectivas. Esto promueve la comprensión y brinda una oportunidad para el intercambio de ideas sin confrontaciones.

 

5.     Fincar los argumentos en pruebas y hechos en lugar de únicamente en opiniones o emociones personales. Fomentar el uso de fuentes confiables, datos y evidencia ayuda a una discusión más informada y sustantiva.

 

6.     Reconocer y manejar las emociones, que desempeñan un papel importante en la configuración de las creencias y acciones de las personas. El manejo responsable de las emociones ayuda a crear un entorno más propicio para el diálogo constructivo.

 

7.     Ser consciente de los sesgos cognitivos, como el sesgo de confirmación y el razonamiento motivado y mantener una mente más abierta. Esto puede mitigar malas influencias y facilitar un intercambio de ideas más objetivo y reflexivo.

 

8.     Establecer expectativas realistas. Cambiar las creencias profundamente arraigadas de alguien no sucederá de inmediato, o no ocurrirá en absoluto. El objetivo debe ser fomentar la comprensión, encontrar puntos en común y promover un compromiso respetuoso.

 

En la edición del 10 de mayo pasado, Harvard Business Review publicó un artículo muy interesante sobre “Cómo estar en desacuerdo productivamente”. Lo escribieron Hanne K. Collins, Charles A. Dorison, Francesca Gino y Julia A. Minson. La idea central es que los desacuerdos no tienen que ser destructivos. Pueden ser oportunidades para generar mejores ideas. Pero manejar conversaciones con alguien con un punto de vista conflictivo no es nada fácil. 

 

Los autores identifican tres recomendaciones:

 

1. Concéntrese en lo que tiene que aprender.

 

Las personas suelen entrar en desacuerdos porque sólo tienen la intención de probar que su punto de vista es el correcto y persuadir a la otra parte. Quieren demostrar que ellos tienen la razón y los demás están equivocados. Y están listos para pelear. Aunque éste es un enfoque común, no produce los resultados que la gente espera. Cuando las personas abordan los conflictos con voluntad de aprender, les va mejor. 

 

2. No subestime el interés de los demás por aprender de usted.

 

La forma en que las personas experimentan el conflicto se ve muy afectada por sus percepciones de los pensamientos y sentimientos de la otra parte. Pueden entrar en una conversación sintiéndose inquisitivos y humildes, pero salir furiosos si no sienten que su contraparte está correspondiendo. El problema es que las personas tienden a malinterpretar las intenciones de aquéllos con quienes no están de acuerdo. Algunos están más dispuestos que su interlocutor a conocer la perspectiva de la otra parte durante una conversación conflictiva. 

 

3. Sea explícito acerca de sus intenciones.

 

Dada la probabilidad de que su contraparte subestime su voluntad de aprender, debe ser más directo y explícito acerca de sus intenciones. Sólo se necesitan un par de oraciones para transmitir de manera clara y efectiva su intención de conocer el punto de vista de su contraparte. 

 

Todos queremos ser escuchados y comprendidos, especialmente durante los desacuerdos que podrían tener consecuencias importantes para nuestra vida. Sin embargo, entramos en conflicto cuando somos bombardeados con un soliloquio sobre la razón por la que nuestros puntos de vista están equivocados. Tales expectativas negativas dan forma a nuestro comportamiento. 

 

Julia Minson, profesora en la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard, publicó un ensayo muy interesante en el sitio de The Conversation (theconversation.com) el 31 de mayo. Dice que para tener mejores desacuerdos, es necesario cambiar algunas palabras para hacer que la contraparte se sienta escuchada y mantenga la conversación.

 

Según la profesora Minson, centrarse en su propio comportamiento (en lugar de cómo piensa o siente) y adoptar palabras y frases específicas que indiquen receptividad a su contraparte puede generar conversaciones más fructíferas. 

 

No es raro tener conversaciones que te hacen cuestionar la inteligencia y la benevolencia de tus semejantes. Por lo general, nuestra reacción natural es presentar el argumento más fuerte a favor de nuestra propia perspectiva, claramente superior, con la esperanza de que la lógica y la evidencia triunfen. Cuando ese argumento no tiene el impacto persuasivo deseado, la gente a menudo se frustra y el desacuerdo se convierte en conflicto.

 

Hacer que alguien con quien estás discutiendo sienta que estás escuchando puede calmar las aguas turbulentas, permitiendo que ambas partes lleguen a salvo a la otra orilla del río. Sin embargo, dos problemas pueden interponerse en el camino.

 

En primer lugar, el "modo de persuasión" no deja mucho espacio para escuchar, o incluso para perseguir otros objetivos para la interacción. En segundo lugar, cuando las personas desean que sus contrapartes se sientan escuchadas, no saben cómo hacerlo. 

 

Por ello, en lugar de tratar de cambiar la forma en que usted piensa o siente acerca de su contraparte, debe concentrarse en cambiar su propio comportamiento. Hay una caja de herramientas conversacional, basada en lo que funciona. Las personas que usan la “receptividad conversacional” en sus interacciones tienen éxito.

 

Las recomendaciones de Julia Minson son:

 

1.     Limite o califique sus afirmaciones, incluso cuando se sienta muy seguro de sus creencias. 

 

2.     Enfatice el acuerdo. Encuentre algo en común incluso cuando no esté de acuerdo con un tema en particular. Esto no significa comprometerse o cambiar de opinión.

 

3.     Reconozca la perspectiva opuesta. En lugar de saltar a su propio argumento, dedique unos segundos a reafirmar la posición de la otra persona para demostrar que realmente la escuchó y la entendió.

 

4.     Reencuadre a lo positivo. Evite palabras negativas y contradictorias. Al mismo tiempo, aumente el uso de palabras positivas para cambiar el tono de la conversación.

 

La “receptividad conversacional” es efectiva porque hace que la interacción sea menos conflictiva y, por lo tanto, menos desagradable. Al mismo tiempo, permite que ambas partes expresen su perspectiva. Como resultado, les da a las personas cierta confianza de que si abordan un tema de desacuerdo, su contraparte permanecerá en la conversación y la relación no sufrirá daños.

 

La mayoría de las veces, los hechos no ganan las discusiones. La conexión humana sí. Vale la pena aprender a conversar para no ser visto como un idiota desdeñoso. Cuando se evita una conversación difícil, los problemas difíciles se enconan. Hablar de las cosas difíciles nos acerca a las soluciones. La conversación nos sirve para pensar juntos, para descubrir un significado compartido, para organizarnos.

 

La capacidad de entablar conversaciones entre oponentes es esencial para la preservación de los principios democráticos de una nación.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/aprender-a-conversar/

No comments: