Javier Treviño Cantú
El Norte
3 de junio de 2009
La “nueva relación” entre México y Estados Unidos se está definiendo más por la inercia de las iniciativas lanzadas desde el anterior gobierno del presidente Bush, que por cambios fundamentales en la forma de abordar los principales retos comunes. Una vez superada la intensa etapa de los primeros 100 días en el poder de la administración Obama, la conducción de la agenda bilateral tiende a estabilizarse. Desafortunadamente, está lejos de haber tomado una dirección cualitativamente diferente.
En lugar de estarse planteando metas ambiciosas para darle un impulso renovado a la relación, los estándares parecerían reducirse a niveles cada vez más modestos. No hay una presencia mexicana eficaz en todo el territorio estadounidense, el concepto de América del Norte se ha desdibujado, y no se perciben grandes ideas. Al igual que ocurre en otras áreas relacionadas con la política exterior estadounidense, la definición de lo que significa el éxito en la relación bilateral tiende a la baja.
Richard N. Haass —el presidente del Consejo de Relaciones Exteriores— opinaba el 14 de mayo en el Washington Post que, frente a casos como los de Afganistán, Norcorea e Irán, Estados Unidos debería limitar sus expectativas de éxito por las dificultades financieras y militares que padece. Para Haass, sería preferible que la administración Obama se propusiera logros parciales, acordes con los escasos recursos de que dispone, en lugar de establecer grandes objetivos que puedan resultar en fracasos incosteables.
En una coincidencia irónica, ese mismo día el Wall Street Journal publicó la primera entrevista concedida por el nuevo “zar” de la política para el control de drogas ilegales. Sin andarse por las ramas, Gil Kerlikowske declaró el fin de la “guerra contra las drogas”, porque los estadounidenses la perciben como un ataque hacia ellos, y el gobierno estadounidense “no está en guerra contra la gente”.
Más allá de la frase efectista para atraer la atención de los lectores, Kerlikowske dejó entrever un posible cambio significativo en las políticas antidrogas del vecino país. Además de rechazar la legalización, indicó que buscará darle un mayor énfasis a la prevención y el tratamiento de los adictos, para no verlo como un reto exclusivamente policíaco o de procuración de justicia, sino también como un tema de salud pública.
El cambio perfilado por Kerlikowske puede ser una buena señal, ya que implicaría una visión más amplia de un fenómeno que ha probado ser muy resistente al tratamiento tradicional. Lamentablemente, el inconveniente es que manda la señal equivocada a un vecino que sí está librando una auténtica guerra contra el crimen organizado.
Es probable que estemos de nuevo frente a un problema de comunicación. En su estrategia de cooperación con México sobre seguridad, la administración Obama ha optado por la continuidad de las políticas acordadas con el anterior gobierno estadounidense: a través de una Iniciativa Mérida con recursos muy limitados que todavía sigue sin concretarse, y al mantener el rechazo a la prohibición para la venta de armas de alto poder.
Por otra parte, Obama ya ha indicado que también le dará continuidad al TLC, al evitar que se contamine con la renegociación para incorporarle los acuerdos paralelos en materia laboral y energética. Aún así, basta señalar la prolongación indefinida del conflicto comercial por la suspensión del programa de acceso carretero a los camiones de carga mexicanos, para comprobar que la importancia del éxito de nuestra relación comercial sigue siendo subestimada.
De igual forma, a la vez que Obama ha retomado el tema de la reforma migratoria integral, también ha mantenido la continuidad del esquema que condiciona su avance al reforzamiento del control fronterizo.
Entre otras medidas, su administración ha reanudado la construcción de la “barda virtual”, para cubrir toda la frontera común en 2014 a un costo casi cinco veces mayor al de la Iniciativa Mérida; está ampliando un programa para identificar el estatus migratorio de los presos en todas las cárceles estadounidenses, que en cuatro años podría multiplicar por diez el número de convictos deportados; y está desarrollando programas “innovadores” para dificultar el paso de los migrantes indocumentados, incluyendo la infestación de los carrizales en las orillas del Río Bravo con avispas que, supuestamente, sólo acaban con este tipo de plantas y no son peligrosas para la gente.
Sin duda, la relación entre México y Estados Unidos está en un proceso de ajuste profundo. El problema es que cada vez hay más indicios de que tan sólo se busca administrar la problemática agenda bilateral, en lugar de buscar soluciones de fondo a los retos compartidos para establecer una visión de futuro mucho más ambiciosa.
Frente a la esperanza del cambio que trajo consigo la elección de Obama y la oportunidad que ofrecen las diversas crisis actuales, la definición de lo que significa el éxito de la relación bilateral sigue estando muy por debajo de su potencial, y de nuestras expectativas.
7 comments:
Que triste! que seguimos en la montaña rusa de los americanos y acatados a sus vaivenes e inereses internos.
Pero tienen un interés legítimo en que México los apoye en la recuperación de la confianza con los paises LA, relación perdida y que no han podido reconstruir. Lo usaremos como punto de negociación?
Bien, Javier!
Muchas gracias, Guadalupe. Sin duda, habría que usar ese interés como palanca de negociación. Te envío un saludo afectuoso.
I completely agree with your assessment. I just came back from a week in DC and NYC and Mexico is nowhere on the agenda and the discourse is pathetic.
It is time for a group of policy shapers (like you) to take up the European analogy (what the EU and Central and Eastern Europe did since 1990 is what the US and Mexico should do now) and learn from their strategies (massive consulting, free movement carrots and sticks, imagining a common [hi]story). This framework needs to become the new way to think the relationship (not the uninspired: "but they are illegal" vs. "oh these people work so hard"). PS: do join the discussion on www.shapingnetworksociety.com - you animated me to write a longer comment in the next days). Thanks again for your always brilliant insights and do come by in Germany one of these days.
Dear Philipp: Thanks so much for your comments. I appreciate your ideas and will definitely join you at www.shapingnetworksociety.com to go deeper in the discussion about the future of North America. I like the analogy you suggest and would very much like to work something out with you. Let's talk. Un abrazo con afecto.
De la revista The Economist: "LEADERS of Brazil, Russia, India and China, known collectively as the BRIC countries, will gather for their first official summit in Yekaterinburg, Russia, on Tuesday June 16th."
Nosotros seguiremos sobre-dimensionando nuestra coyuntura interna y olvidando que, a pesar de campañas políticas patéticas, narcotráfico y guarderías, el mundo de afuera se sigue moviendo.
Así es, Christian. Seguimos perdiendo el tiempo. Es una lástima. Un abrazo.
Estimado Javier,
me enteré recientemente de tu nombramiento como Secretario General de Gobierno: FELICIDADES!!!
Creo que tienes la capacidad de desempeñar ese cargo con éxito; me pongo a tus órdenes para lo que necesites, si así lo crees conveniente.
Saludos
Post a Comment