¡Es la infraestructura!
Javier Treviño
@javier_trevino
A veces es difícil entender la racionalidad detrás de las políticas públicas del gobierno de la 4T. ¿Por qué quieren inhibir la inversión privada? Por un lado, en muy pocos días, han empujado con celeridad tres iniciativas que desalientan la inversión: la Ley de la Industria Eléctrica, la Ley de Hidrocarburos y la eliminación de la subcontratación de personal. Por el otro lado, durante muchos meses, no se deciden a anunciar más proyectos de inversión en infraestructura.
El gobierno de la 4T, junto con las organizaciones del sector privado, ya habían definido un mecanismo para promover la inversión en infraestructura y apoyar la reactivación económica del país. La participación del sector privado sería mayor al 50% de la inversion total de cada proyecto. Las inversiones previstas eran en los sectores de energía, comunicaciones, transportes, turismo, agua, saneamiento y medio ambiente, con una definición clara sobre los beneficios sociales, el alcance de la infraestructura, su costo y su tiempo de implementación. Sin impacto en la deuda pública.
Veamos lo que ocurre cuando el líder de un país se enfoca en la construcción de infraestructura:
La economía de Estados Unidos creó 916,000 nuevos empleos en marzo. Esto significa que en los primeros dos meses del gobierno de Joe Biden se han creado más puestos de trabajo nuevos que en los primeros dos meses de cualquier administración de la historia. Sin embargo, el 2020 fue un año devastador. Todavía hay 8.4 millones de puestos de trabajo menos hoy que en marzo del año pasado. La tasa de desempleo es del 6%, por debajo del 6.2% en febrero, informó el viernes la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.
El mensaje y las acciones del gobierno de Biden para encarrilar al país en la vía de la reactivación económica después de la pandemia han sido de esperanza, de ayuda a la gente, de oportunidades para las familias. Para el 7 de abril, más de 130 millones de hogares habrán recibido su cheque de rescate de 1,400 dólares por persona. El progreso que han logrado al vacunar al pueblo estadounidense es impresionante. Se aplicaron 20 millones de vacunas en una semana.
El mensaje más importante de Biden es que sabe que los beneficios y los impactos del Plan de Rescate son temporales por diseño. Por eso propuso su Plan de Empleo el miércoles en Pittsburgh. Es un programa de ocho años para invertir en infraestructura, carreteras, puentes, banda ancha, aeropuertos, puertos y en la reparación de los sistemas de agua. Van a reparar los hospitales en todo el país. Invertirán en investigación y desarrollo para superar a China y al resto del mundo.
El componente de transporte se estima en 620 mil millones de dólares. Modernizará 20,000 millas de carreteras y caminos, reparará 10,000 puentes y construirá una red de 500,000 estaciones de carga para vehículos eléctricos para 2030. Se asignarían 200 mil millones de dólares para banda ancha de alta velocidad, red eléctrica y energía limpia y 50 mil millones para impulsar la industria nacional de chips. Van a construir un futuro energético diferente.
Los planes para edificios y servicios públicos requieren más de 200 mil millones en créditos fiscales y subvenciones para mejorar y construir viviendas asequibles. Otros 500 mil millones se utilizarían para invertir en capacitación de trabajadores e investigación y desarrollo.
Un análisis de Moody’s Analytics https://bit.ly/3dtJVyw señala que si el Congreso de Estados Unidos aprueba este plan, la economía creará 19 millones de nuevos empleos durante los próximos diez años. Buenos empleos, bien remunerados. Se trata de empleos a largo plazo para los instaladores de tuberías, los trabajadores de la salud, los que trabajan en las fábricas de acero y también en los laboratorios de vanguardia.
La propuesta enfatiza nuevos trabajos sindicalizados. También tiene como objetivo crear empleos a través de programas como un nuevo Cuerpo Civil del Clima, la construcción de viviendas asequibles y los esfuerzos para limpiar minas abandonadas o tapar viejos pozos de petróleo.
Moody’s Analytics añade que casi el 90 por ciento de los puestos de trabajo de infraestructura creados en el Plan de Empleo podrán ser ocupados por personas que no requerirán un título universitario.
Esta es una oportunidad económica para aquellos que han ayudado a construir el país y han sido ignorados o descuidados por el gobierno durante mucho tiempo. Es una inversión única en una generación, una oportunidad de ganar el futuro. La política de Biden prevé que no aumentará un centavo de impuestos a las familias que ganen menos de 400,000 dólares al año.
La propuesta que presentó Biden esta semana para financiar el programa de infraestructura pública elevaría la tasa impositiva corporativa marginal del 21 al 28 por ciento, exigiría un impuesto mínimo del 15 por ciento sobre los ingresos contables e impondría impuestos adicionales sobre las ganancias en el extranjero de las multinacionales estadounidenses. Si se aprueban, compensarían aproximadamente dos tercios del aumento en el gasto federal durante los próximos ocho años y cubrirían con creces los costos en un horizonte de 15 años.
El Plan de Biden depende de que lo apruebe el Congreso cuando regrese después de las vacaciones de Pascua. Biden se reunirá con Demócratas y Republicanos para convencerlos.
En suma, lo que Joe Biden nos está demostrando es que busca la mayor expansión en la participación del gobierno en la economía desde los tiempos de la "Gran Sociedad" de Lyndon B. Johnson. Y está actuando estratégicamente, en etapas.
La primera etapa, el “Plan de Rescate”, de 1.9 billones de dólares en ayuda para los hogares de ingresos bajos y medianos hasta que las vacunas Covid-19 permitan que la economía se reabra por completo. Este apoyo fue adicional al paquete de 900 mil millones que ya se había puesto en marcha a fines de 2020.
La segunda etapa, el "Plan de empleo" que requiere un gasto federal de 2.3 billones de dólares para construir infraestructura pública, energía verde y otros proyectos que están destinados a crear millones de empleos y mejorar la competitividad de Estados Unidos.
La tercera etapa, el programa para mejorar la “infraestructura humana” a través del gasto en colegios comunitarios, educación inicial universal y un programa nacional de licencias pagadas.
Si combinamos estas propuestas se estima una inversión de más de 4 billones durante esta década. La infraestructura es realmente una inversión en la clase media, toca todos los sectores de la economía. No se trata solamente de construir y arreglar algunos de los espacios públicos del país. La propuesta es más grande que todo el presupuesto del gobierno federal de Estados Unidos.
Ojalá que el gobierno del Presidente López Obrador analice cuidadosamente lo que están haciendo nuestros vecinos del norte. No es suficiente lo que se puede lograr con los programas sociales. Lo que las organizaciones del sector privado mexicano han propuesto, desde hace ya mucho tiempo, es cumplir el objetivo de una inversión, de manera continua, de 25 por ciento del PIB, basado en las ventajas competitivas del país, activando un gran número de proyectos adicionales a los que ya están en marcha, con fuerte participación privada, con base en su rentabilidad social y económica. Ese proceso implica la realización de anuncios de paquetes de inversión. Es urgente avanzar en ello para reactivar la economía. ¡Es a través de la construcción de infraestructura como podremos crear mejores empleos!
https://www.sdpnoticias.com/columnas/javier-trevino-es-la-infraestructura.html
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