Thursday, July 01, 2021

Mejores maestros, mejores escuelas, mejores contenidos

Mejores maestros, mejores escuelas, mejores contenidos


Participante central en la implementación de la política educativa durante los años 2015-2018, Javier Treviño relata y evalúa en detalle la Reforma Educativa que se desarrolló en el sexenio pasado.

 

JAVIER TREVIÑO CANTÚ*


Cuando rendí protesta como diputado federal, el 1 de septiembre de 2012, sabía que, frente a un panorama de profundos cambios en México y en el mundo, nuestro sistema educativo no había evolucionado a la velocidad requerida. Continuaban las estructuras verticales y burocráticas. No había posibilidad de innovación ni creatividad para resolver las necesidades más inmediatas de las escuelas. Los planes de estudio no se habían desarrollado con la misma celeridad con la que lo habían hecho la pedagogía y las nuevas tecnologías.

 

Los alumnos no recibían una educación para crecer en un país democrático, multicultural, abierto a la globalización y a la era del conocimiento. El Estado mexicano había perdido la rectoría en materia educativa. No se contaba con información confiable sobre el número de escuelas y maestros que existían en el país. La asignación de plazas y promociones para los docentes se hacía de manera opaca y con criterios discrecionales. La enseñanza en las escuelas normales y la formación continua que recibían los maestros no era pertinente ni atendía a sus necesidades ni a las de los estudiantes.

 

Los efectos de este rezago se mostraban en los resultados del aprendizaje. Teníamos que iniciar un cambio profundo y radical. La premisa era mejorar la calidad con equidad. Nuestro objetivo era educar para la libertad y para la creatividad.

 

Las niñas, los niños y jóvenes de México tenían el derecho de aprender a vivir en un entorno de libertad y democracia, ejerciendo sus derechos y obligaciones. Debían conocer y respetar la diversidad. Comprender lo local, pero también lo global. Teníamos que dotarlos de herramientas para ser competitivos en una economía basada en el conocimiento. Ante la velocidad del cambio tecnológico, debían tener la capacidad de aprender a aprender a lo largo de la vida y de saber plantearse las preguntas para entender los fenómenos naturales y de la vida humana.

 

La Reforma Educativa del gobierno federal 2012-2018 planteaba, al menos, cinco cambios fundamentales:

 

Centrar el sistema educativo en los niños, niñas y jóvenes. Reconocer en la Constitución el derecho humano a una educación de calidad. Tal mandato fue la llave para conferir un profundo cambio al sistema educativo, con enfoque integral y visión de largo plazo.

Crear el Servicio Profesional Docente, que establecía reglas claras y transparentes para el ingreso, permanencia y promoción de los maestros en el sistema educativo.

Convertir el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (inee) en un organismo constitucional autónomo, responsable de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional.

Recuperar la rectoría del Estado poniendo por encima de intereses particulares el interés superior de la niñez. Reorganizar la relación entre el magisterio y las autoridades para dejar atrás un sistema opaco y clientelar, eliminando prácticas inaceptables, como la herencia y la venta de plazas.

Revisar el modelo educativo a partir de las propuestas emanadas de amplios procesos de consulta nacional, mismos que definieron un consenso para tener mejores maestros, mejores escuelas y mejores contenidos.

De noviembre de 2014 a noviembre de 2018, tuve la oportunidad de servir como subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas y como subsecretario de Educación Básica en la Secretaría de Educación Pública (sep). Una vez recuperada la rectoría del Estado, era posible hacer una revisión profunda del modelo educativo. Se llevó a cabo uno de los procesos de consulta más amplios para la definición de instrumentos de política pública de los que se tenga registro en nuestro país.

 

En el primer semestre de 2014 se organizaron 18 foros regionales y tres reuniones nacionales que contaron con más de 28 mil participantes y en los que se recabaron casi 15 mil propuestas. Se integraron y dieron a conocer tres documentos preliminares sobre: a) los fines de la educación, b) el nuevo modelo educativo y c) la propuesta pedagógica. Estos documentos se sometieron a un segundo proceso de consulta durante 2016 en 15 foros nacionales, 200 foros estatales, una consulta en línea y discusiones en los Consejos Técnicos Escolares y en las Academias de la educación media superior. En total se recibieron cerca de 300 mil sugerencias (ver enlace).

 

A partir de este proceso se logró integrar un nuevo modelo, con base en la propia experiencia y contexto mexicanos, sin perder de vista prácticas internacionales valiosas. El modelo se integró por cinco componentes y se diseñó una hoja de ruta para mejorar la calidad de la educación:

 

Un sistema de desarrollo profesional para los docentes, con evaluaciones pertinentes y una mejor formación inicial y continua.

Escuelas con más autonomía, infraestructura digna y una mejor organización.

Un planteamiento curricular centrado en el desarrollo de aprendizajes clave.

Criterios y estrategias para un sistema educativo más incluyente y equitativo.

Un esquema de gobernanza que articulaba y coordinaba la pluralidad de actores que participan en el proceso educativo.

 

Mejores maestros

 

Los maestros y maestras son la columna vertebral del sistema educativo. Aprovechar al máximo su vocación, talento y esfuerzo era esencial para la transformación educativa y social del país. La formación y el desarrollo profesional docente era la estrategia para hacer del mérito y la mejora continua los factores clave para la calidad educativa.

 

La evaluación de los maestros se concibió como un instrumento sujeto a un proceso de revisión y perfeccionamiento permanente, orientado a mejorar la calidad de la docencia. El inee rediseñó el modelo y los instrumentos de evaluación en 2016 para hacerlos más sensibles al contexto escolar.

 

Con el Servicio Profesional Docente pudimos ofrecer a los maestros certeza y transparencia sobre los criterios para el ingreso, la permanencia y la promoción en el servicio. Se normalizaron los procesos de evaluación. En todos los estados se alcanzaron tasas de participación superiores a 90 por ciento.

 

Para 2018, más de un millón y medio de maestros habían participado en los diversos procesos de evaluación y más de 206 mil habían ingresado al servicio u obtenido una promoción con transparencia y a partir de un proceso competitivo. Las evaluaciones no eran para castigar: eran una herramienta para ayudar a nuestros maestros a mejorar.

 

Quienes obtenían un “desempeño suficiente” en las evaluaciones, además de acceder a herramientas de formación continua, tenían garantizada su permanencia en el Servicio Profesional Docente durante cuatro años. Los profesores que alcanzaban el “nivel bueno”, además de lo anterior, accedían a una promoción por incremento de horas. Quienes lograban un “nivel destacado” recibían, además de los beneficios mencionados, un aumento de hasta 35% en su sueldo. De manera complementaria, se suscribieron convenios con el snte y el issste para otorgar acceso preferencial a créditos personales e hipotecarios a los maestros mejor evaluados.

 

Desarrollamos el Plan Integral de Fortalecimiento de la Educación Normal. Con los procesos de evaluación, los maestros y las maestras adquirían el derecho —y el Estado, la obligación— de que se les ofreciera una formación continua a la altura de los retos que enfrentaban.

 

El Censo de Maestros, Alumnos y Escuelas de Educación Básica y Especial (Cemabe) y el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone) permitieron eliminar la doble negociación que había dañado las finanzas de muchos estados, así como darle transparencia al ejercicio del gasto educativo. Se hizo una auditoría a la nómina y se recuperaron 44 mil plazas que no se utilizaban para la docencia, con un valor de cinco mil millones de pesos.

 

Mejores escuelas

 

El fortalecimiento de la escuela era un eje central de la reforma educativa. El Programa de la Reforma Educativa (pre) y el de Escuelas de Tiempo Completo (petc) fortalecieron la autonomía de gestión de 85 mil centros educativos.

 

Los recursos del pre permitían atender carencias de infraestructura, adquirir materiales educativos, otorgar recursos adicionales para la formación docente e impulsar la supervisión escolar. Era un enfoque que se centraba en el desarrollo de capacidades para que las escuelas incidieran en la mejora del aprendizaje de los alumnos, impulsaran la normalidad mínima (operación escolar todos los días y uso eficiente del tiempo), redujeran la deserción y mejoraran la convivencia. Cada escuela establecía una ruta de mejora centrada en el aprendizaje de los alumnos.

 

El petc ampliaba las jornadas escolares para reforzar competencias lectoras y matemáticas, de arte y cultura, y de recreación y desarrollo físico. Contemplaba la asignación de recursos a cada centro para fortalecer la autonomía de gestión y favorecer la convivencia. El número de escuelas cuya jornada escolar se amplió a seis y ocho horas pasó de 6 mil en el ciclo 2012-2013 a 25 mil en el ciclo escolar 2017-2018. En 19 mil planteles —casi 70% en localidades indígenas o rurales— el programa incluía la entrega de apoyos alimenticios del dif o proporcionados por la propia escuela.

 

La reducción de trámites y la descarga administrativa de la escuela, el fortalecimiento de los Consejos Técnicos Escolares y la consolidación de los Consejos de Participación Social fueron tareas prioritarias.

 

Los Consejos Técnicos Escolares eran órganos de deliberación y decisión donde el director y los maestros, de forma colegiada, planeaban, implementaban, monitoreaban y evaluaban la ruta de mejora de cada escuela. Los Consejos de Participación Social eran instancias de consulta, orientación, colaboración, apoyo e información en donde padres de familia, maestros, directores y otros miembros de la comunidad contribuían a la equidad y calidad de la enseñanza.

 

Pusimos en marcha el Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela (sate) con mayor apoyo, asesoría y acompañamiento especializados para mejorar el funcionamiento escolar. Liberar de la carga burocrática a los docentes era prioritario para permitir al magisterio concentrarse en la enseñanza.

 

Los edificios, el equipamiento y la disponibilidad de libros y materiales didácticos son elementos indispensables de toda escuela. Por eso se invirtió en infraestructura, equipamiento y materiales educativos mediante la iniciativa más ambiciosa que se haya tenido en las últimas décadas: el Programa Escuelas al cien (Certificados de Infraestructura Escolar Nacional). Con este programa se invirtieron 50 mil millones de pesos para mejorar las condiciones de más de 33 mil escuelas en más de 2 mil municipios.

 

Mejores contenidos

 

El nuevo planteamiento curricular estaba contenido en el Plan y Programas de Estudios para la Educación Básica, Aprendizajes Clave para la Educación Integral (ver enlace). Entre las características del nuevo modelo educativo destaca su flexibilidad. Se delineó un perfil de los mexicanos que queríamos formar que sirvió como guía para el rediseño de los planes y programas de estudio y de los materiales educativos. También se desarrollaron estrategias específicas para mejorar el aprendizaje integral, con énfasis en la equidad y la inclusión, la cultura, la salud, las lenguas indígenas, el inglés, la formación continua y el fortalecimiento de las Escuelas Normales.

 

En estos procesos participaron los especialistas más reconocidos de México. El resultado fue una propuesta pedagógica centrada en el desarrollo de aprendizajes clave, con un currículo menos extenso y mejor articulado, así como prácticas pedagógicas que favorecen la exploración y la investigación. Además, el nuevo currículo incluía innovaciones como el desarrollo de habilidades socioemocionales y espacios de autonomía curricular para que cada comunidad educativa decidiera cómo utilizar una parte de su jornada escolar.

 

Pusimos a la escuela en el centro del Sistema Educativo Nacional mediante una estrategia para articular los esfuerzos de todos los sectores involucrados en el proceso educativo y alinear los recursos a las prioridades educativas del país. Se fortaleció la autonomía de gestión de las escuelas de nivel básico. Ello demostró que son las comunidades escolares las que mejor conocen los retos específicos que enfrentan y las que tienen la cercanía y capacidad para tomar decisiones efectivas para atenderlos.

 

Especialistas del Banco Mundial evaluaron el impacto de la política de gestión escolar aplicada en México entre 2015 y 2018 (ver enlace) y también analizaron el impacto del Programa Escuelas de Tiempo Completo en los estudiantes de educación básica (ver enlace). Se demostró, asimismo, que el Programa constituyó una de las acciones más importantes de la política educativa en el gobierno 2012-2018.

 

Conclusión

 

Si bien el principal objetivo de la Reforma Educativa era mejorar la calidad de la educación, era esencial lograrlo con equidad e inclusión. Debíamos promover la eficiencia, calidad, transparencia y rendición de cuentas del sistema educativo mexicano para estar en condiciones de solventar los retos que enfrentamos. Se debía avanzar hacia la construcción de un sistema de información y gestión educativa nacional que integrara y articulara la información de todos los procesos de gestión escolar, administración y evaluación del sistema educativo.

 

Los análisis de diversas reformas educativas en el mundo muestran que la variable clave en su éxito o fracaso está en la eficacia de su implementación a lo largo del tiempo.

 

El gobierno federal impulsó, de 2012 a 2018, una de las reformas educativas más profundas de México. Se publicaron documentos que exponen los resultados de la política educativa, como “Educación en México 2013-2018. Balance y perspectiva”, una memoria de la gestión educativa de esos años y el Libro Blanco de la Reforma Educativa 2013-2018 (ver enlace).

 

Diversos indicadores muestran que el país contaba, a finales de 2018, con un sistema educativo cualitativamente mejor que el de 2012. Las tasas de cobertura escolar continuaban en ascenso en todos los niveles; las tasas de reprobación y deserción tendían a reducirse y la eficiencia terminal continuaba su ascenso, de manera gradual.

 

No obstante, el mayor desafío en los niveles de la educación obligatoria continuaba siendo la mejora sostenida y generalizada de los aprendizajes de los alumnos, como lo muestran los resultados de Planea 2018.

 

La gran diferencia respecto de los años anteriores es que en el 2018 las comunidades escolares mexicanas contaban con un conjunto sólido de instrumentos, mejor articulados, para el mejoramiento gradual de los aprendizajes de los alumnos.◊

 

 

* Es licenciado en Relaciones Internacionales por El Colegio de México y maestro en Políticas Públicas por la Universidad de Harvard. Ha sido subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, y de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública.

 

https://otrosdialogos.colmex.mx/mejores-maestros-mejores-escuelas-mejores-contenidos

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