Wednesday, September 01, 2021

¿Agenda para tres meses o para tres años?


 

 ¿Agenda para tres meses o para tres años?


Javier Treviño

 

@javier_trevino

 

He leído en estos días las agendas legislativas de los partidos. Los políticos se están preparando para el período de sesiones que inicia mañana. Pero la visión sigue siendo de muy corto plazo. El debate político que veremos se concentrará en lo que los legisladores esperan para los siguientes tres meses. Tal vez deberían pensar en los siguientes tres años.

 

México necesita reactivar su economía. Es una tarea urgente. Se deben imaginar todas las políticas públicas que impulsen la inversión privada y la generación de nuevos empleos, mejor remunerados. México debe avanzar porque el cambio social y tecnológico en todo el mundo se acelera hacia un futuro muy incierto. La necesidad de innovar nunca ha sido mayor.

 

No basta con que los legisladores aprovechen las oportunidades políticas del momento y se sientan satisfechos con los triunfos del momento. Los legisladores deben crear espacios para el desarrollo del país. Ésa es su responsabilidad.

 

En los próximos tres meses, persistirán la mayoría de los problemas urgentes de hoy: pobreza, cambio climático, migración. Pero el desarrollo integral de los próximos tres años será aún más desafiante de lo que ha sido en las últimas tres décadas.

 

Un panorama tan complejo requiere una respuesta integral que sea inclusiva y transformadora, al mismo tiempo que proteja la dignidad humana, los empleos, la salud y el bienestar de los mexicanos. 

 

El paradigma económico actual se basa en la creación de valor por parte de seres humanos que se ganan la vida a través del empleo. Pero la noción de empleo, de trabajo, ha evolucionado significativamente en este siglo, en todo el mundo. Desafortunadamente, sobre este tema, la visión de nuestros políticos no evolucionó.

 

Después de la pandemia, y para reactivar la economía, debemos organizar nuestra sociedad para sobrevivir y prosperar. El nombre del juego es alentar la inversión privada para proporcionar trabajo, crear empleos.

 

Es cierto que todo mundo habla de la automatización como resultado de tecnologías avanzadas. Pero no todo se encuentra en las máquinas. Los robots no piensan estratégicamente. Tampoco diseñan medidas de implementación de los planes de acción. Las máquinas ejecutan. Pero hay todavía muchas áreas que aún exigen el buen juicio de los humanos.

 

La naturaleza cambiante del trabajo requiere acciones inteligentes y explorar opciones con flexibilidad. El impacto de la pandemia de Covid-19 en la fuerza laboral fue  tremendo. Reveló todas nuestras debilidades. El acceso reducido a la atención médica, la educación, los servicios públicos y el trabajo agravaron todos los problemas relacionados con el género, la marginación social, la exclusión y la desigualdad. 

 

El uso de tecnologías para el trabajo remoto durante la pandemia ha suscitado todo tipo de inquietudes sobre los aspectos éticos, la confianza y los límites entre trabajo y vida personal. Problemas de salud mental, estrés, perspectivas económicas inciertas se añaden a las graves preocupaciones de los mexicanos.

 

Necesitamos pensar en soluciones de largo plazo. Se requieren mecanismos de financiamiento para responder a las consecuencias de la crisis. Seguirán habiendo riesgos globales que mitigar. Ante la mentalidad anticuada de algunos legisladores, los aspectos de una sociedad, economía y cultura equitativas, y que funcionen bien, dependerán de una infraestructura digital sólida. Eso debe tomarse en cuenta a la hora de aprobar cualquier plan de reactivación de la economía.

 

Hay nuevas ideas y nuevas propuestas para los mercados laborales, los modelos de negocio y los mecanismos de protección social. Esas nuevas ideas provienen de los cambios demográficos, la formalidad, la necesidad de opciones flexibles para mejorar los ingresos, el desarrollo de nuevas tecnologías, el auge de las plataformas digitales en el lugar de trabajo y los desafíos medioambientales. 

 

No podemos ignorar las nuevas tendencias, ni mucho menos ponerles obstáculos. La forma de crear valor en la economía digital prevalecerá más a través de plataformas y modelos comerciales habilitados digitalmente. Las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas (IoT), la automatización y la conectividad digital acelerarán los cambios ocupacionales y de habilidades, y el surgimiento de industrias nacientes. 

 

Tanto los empleadores como los empleados deben estar motivados para aprender, desarrollarse, crecer y adaptarse a una nueva realidad que traerá la naturaleza cambiante del trabajo. El gobierno no sólo deben permitir tales cambios. Debe estar listo para encabezarlos. 

 

El número de personas empleadas en la “economía gig” y las plataformas digitales está creciendo. Está creando más flexibilidad y accesibilidad para la mayoría de las personas, así como nuevas formas de conectar a los consumidores y los trabajadores. Las empresas están proponiendo, con creatividad, nuevos esquemas de protección social. Es importante que el gobierno y los legisladores entiendan esta nueva realidad y no antepongan esquema rígidos del pasado.

 

El espíritu empresarial cobrará importancia para desempeñar un papel de liderazgo en la transformación del trabajo. Los gobiernos deberán considerar políticas de incentivos y desregulación específicas para crear un entorno propicio para la innovación y el desarrollo. Eso traerá prosperidad.

 

En un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre “La naturaleza cambiante del trabajo: 30 señales a considerar para un futuro sostenible” https://bit.ly/2WFbcZK se concluye:

 

1.     La pandemia puso de relieve el énfasis que debemos poner en el bienestar.

 

2.     La tecnología digital cambiará la forma en que trabajamos para siempre.

 

3.     Debemos estar preparados para los nuevos modelos de trabajo. Es necesario alentarlos sin obstaculizarlos.

 

4.     Las condiciones adecuadas en el trabajo pueden ayudar a fomentar la inclusión.

 

5.     El espíritu empresarial está transformando la forma en que hacemos negocios.

 

El informe del PNUD señala que, con tecnologías como el crowdfunding, blockchain y la banca en línea, se democratiza el acceso a la inversión. Ahora hay una mayor oportunidad para que se arraiguen ideas disruptivas. El PNUD predice que las empresas emergentes liderarán el camino en la adopción de nuevas estructuras y prácticas organizativas, como ya lo han hecho con las herramientas de colaboración digital. También ve un papel para el espíritu empresarial apoyando una cultura de innovación e incorporando el pensamiento lateral, la autonomía, la proactividad, la conciencia del mercado y la asunción de riesgos.

 

La verdad es que los nuevos legisladores que inician su periodo de sesiones mañana deben entender que se está cristalizando ya una nueva forma del futuro del trabajo en México. No hacen falta ocurrencias, ni iniciativas sorpresivas, ni puntos de acuerdo que obstaculicen las actividades que ya están mejorando la calidad de vida de muchos mexicanos. El "futuro del trabajo" ya está aquí. Se pueden ver señales de cambio en casi todos los mercados laborales, modelos de trabajo y mecanismos de protección social. Aunque el principal impulsor de los cambios disruptivos del año pasado fue la pandemia de Covid-19, algunas de las tendencias se conocían antes: cambios demográficos, rápido desarrollo tecnológico, aumento de plataformas de trabajo digitales y desafíos ambientales.

 

El PNUD concluye su estudio con tres ideas muy concretas:

 

1.     La naturaleza cambiante del trabajo no es un proceso lineal, sino más bien un conjunto interconectado de desafíos que requieren un enfoque sistemático que suavizará el camino incierto que están tomando las economías y las estructuras sociales. 

 

2.     En lugar de simplemente reaccionar a las interrupciones en el sistema, es necesario reconocer los posibles impactos positivos que influyen en la trayectoria de la transformación del trabajo, que, con soluciones adecuadas, pueden traducirse en los componentes básicos de carteras de soluciones orientadas al futuro. 

 

3.     Las intervenciones gubernamentales y legislativas deben centrarse en resolver los problemas del mañana basados ​​en la previsión, poniendo a los seres humanos en el centro de la transformación.

 

https://www.sdpnoticias.com/opinion/javier-trevino-agenda-para-tres-meses-o-para-tres-anos/

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