La otra vacuna
Javier Treviño
@javier_trevino
¿Regresará la vida a la normalidad anterior a la pandemia del coronavirus? Leemos en este sitio diariamente toda la información y todas las opiniones sobre las vacunas contra el Covid-19. Ahora tenemos que lograr que se distribuyan y apliquen amplia, eficiente y equitativamente. El reto logístico es inmenso. La política debe quedarse a un lado porque no podemos dividir todavía más al país entre los estados, o entre los grupos sociales, que tienen acceso a la vacuna y los que no. Son grandes las expectativas y pueden ser grandes también las frustraciones. ¿Cuánto podrá durarnos la inmunidad después de la vacuna? ¿Deberemos seguir con el cubrebocas, la sana distancia y las pruebas?
Pero eso no es todo. Ahí no terminan los riesgos para la población. Un mayor uso de la tecnología significará que las habilidades que se demandan en todos los empleos cambiarán en los próximos cinco años. Necesitaremos pronto “otra vacuna” para combatir el desempleo. Además de la inversión privada, necesitaremos la vacuna de la educación y la capacitación. ¿Tendremos la capacidad de generarla y aplicarla?
Según el Informe sobre el Futuro de los Empleos del Foro Económico Mundial, tendremos que enfrentar un reto enorme. La mitad de los trabajadores y empleados necesitaremos volver a capacitarnos en los próximos cinco años, a medida que nos llegue el doble impacto de la pandemia y la recesión junto con la creciente automatización de las empresas. Es la conclusión a la que llega la tercera edición de este informe.
No todo son malas noticias. La tecnología misma que está transformando el ambiente de empleo también nos puede ayudar a aprender nuevas habilidades. Tenemos las herramientas a nuestra disposición. La innovación tecnológica puede aprovecharse al máximo.
El Foro Económico Mundial estima que, para 2025, 85 millones de puestos de trabajo podrían ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre los humanos y las máquinas. Pero pueden surgir 97 millones de nuevos empleos que se adapten mejor a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos.
Ante la automatización, la lista de habilidades que los empleadores demandarán en los próximos cinco años son:
1. Pensamiento analítico e innovación.
2. Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje.
3. Habilidad para solucionar problemas complejos.
4. Pensamiento crítico y análisis.
5. Creatividad, originalidad e iniciativa.
6. Liderazgo e influencia social.
7. Uso, monitoreo y control de la tecnología.
8. Diseño y programación de tecnología.
9. Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad.
10. Razonamiento, solución de problemas, generación de ideas.
Además de estudios de opinión, cuantitativos y cualitativos, el Foro Económico Mundial siguió los tipos de conocimientos especializados a través de plataformas como LinkedIn y Coursera. El 94% de los líderes empresariales que entrevistó esperan ahora que los empleados adquieran nuevas habilidades en el trabajo. Es un aumento considerable si consideramos que en 2018 eran sólo el 65%.
Los encuestados estiman que alrededor del 40% de los trabajadores requerirán una recalificación de seis meses o menos, pero esa cifra es mayor para los que trabajan en la industria del consumo y en la industria de la salud. En los sectores de los servicios financieros y la energía, esa proporción de trabajadores que pueden recibir una nueva formación en un plazo de seis meses es menor porque necesitarán programas más intensivos.
¿Cómo se logrará la formación y capacitación? De tres maneras: internamente en las empresas, a través de plataformas de aprendizaje en línea y con el apoyo de consultores externos. La pandemia ya aceleró la tendencia a la reconversión en línea. Las plataformas de aprendizaje reciben un mayor número de personas. El tiempo para aprender las nuevas habilidades depende de la sofisticación de los contenidos. Puede variar de uno a cuatro meses. Pero las personas también necesitarán financiamiento.
Ahora bien, además de todos estos estudios muy serios deberíamos hacernos la pregunta fundamental: ¿Tenemos la estabilidad mental y la inteligencia emocional para reinventarnos repetidamente? Esas son las dos únicas destrezas que necesitaremos para el resto de nuestras vidas, según lo expresó Yuval Noah Harari en una entrevista en Impact Theory con Tom Bilyeu https://bit.ly/2M3WFl9 .
El historiador y filósofo israelí, autor de Sapiens: De animales a dioses; de Homo Deus: Breve historia del mañana; y de 21 lecciones para el siglo XXI, ha dicho que la revolución tecnológica no será un evento, sino una serie constante de eventos. “Enfrentaremos una cadena de revoluciones. Y esas dos habilidades marcarán la diferencia entre sobrevivir y perecer ante los cambios en el trabajo”.
“Si se piensa en la rigurosa educación formal del siglo XX, con sus distintos niveles académicos de gran costo y exigencia, estas dos destrezas, que ni siquiera se enseñan, parecen poca cosa. Sin embargo, insistió Harari, marcarán la diferencia entre los que se adaptan y los que sucumben al escenario de variabilidad constante que presenta el siglo XXI”.
Lo que realmente vamos a enfrentar es una sucesión de revoluciones en el mercado laboral. Sí habrá cambios de aquí a 2025, pero serán mayores diez años después, y mucho más dramáticos en los siguientes diez años.
Según Harari, nadie sabe cómo será el trabajo en 2040. Ya no existe, como a comienzos del siglo XX, una opción segura de profesión. Se sabrá sobre la marcha. Mientras tanto, la mejor inversión no es en una carrera determinada, sino “en inteligencia emocional y en equilibrio mental, y en esta clase de habilidades sobre cómo continuar cambiando, como seguir aprendiendo.
¿Y eso cómo se adquiere? En principio, no se estudia. Harari nos dice: “No tenemos una universidad de flexibilidad mental. Hay que tener presente que mucho de lo que hoy aprendemos podría dejar de ser relevante en 20 o 30 años, así que, sea lo que sea aquello que uno haga, también tendría que invertir en el desarrollo de la inteligencia emocional, el equilibrio mental y la capacidad de mantenerse cambiando y aprendiendo y reinventándose a lo largo de la vida”. “Si en el pasado la educación se parecía a construir una casa de materiales sólidos, como la piedra, y con cimientos profundos, ahora se parece más a construir una carpa que se pueda doblar y llevar a otro lugar con rapidez y sencillez”, añadió el historiador.
Harari destacó que otra gran consecuencia de la aceleración tecnológica es que el ser humano se ha convertido en “un animal hackeable”. Es algo que ningún sistema totalitario del siglo XX logró. Hoy, en cambio, existe la tecnología que permite descifrar a los humanos como sistema, saber qué pensamos para anticipar nuestras elecciones, para manipular nuestro deseos humanos de maneras que nunca antes fueron posibles.
“Conócete a ti mismo, porque el algoritmo ya te conoce bien” sentencia Harari. A diferencia de la mente humana, que “es una máquina que produce relatos constantemente” —y sobre todo un relato muy importante, que es la identidad—, la tecnología recoge datos del sistema humano. Eso hace que, más temprano que tarde, los algoritmos puedan conocer a una persona mucho más de lo que ella se conoce a sí misma, algo que tampoco había sucedido nunca antes en la historia, subrayó.
Finalmente, y volviendo a las vacunas, Harari concluye: “Una de las grandes batallas del siglo XXI se va a librar entre la privacidad y la salud. Y creo que la salud va a ganar. La mayoría de la gente va a estar dispuesta a renunciar a una importante cantidad de privacidad a cambio de un mejor cuidado de la salud”.
En México, ante el protagonismo político de quienes deberían cuidar nuestra salud, necesitamos asegurar un sistema que nos garantice gran cuidado de la salud pero sin poner en peligro nuestra privacidad, nuestra democracia y nuestras libertades.
https://www.sdpnoticias.com/columnas/javier-trevino-la-otra-vacuna-coronavirus-economia.html
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