Javier Treviño Cantú
El Norte
1 de abril de 2004
La tragedia del 11 de marzo en Madrid y la forma en la que el gobierno español en funciones manejó la situación antes de la jornada electoral dejan no sólo lecciones, sino auténticos "mandamientos" que deberían ser observados por cualquier gobierno democrático.
Uno: no subestimarás el peligro que representa la amenaza terrorista global. A los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono han seguido ataques terroristas en Marruecos, Indonesia, Turquía, Paquistán, Iraq y, ahora, España. La pregunta no es si habrá nuevos ataques, sino en dónde.
Dos: no pondrás en riesgo la seguridad de otros países ocultando información. El mismo 11 de marzo, el Ministro del Interior, Ángel Acebes, le aseguró a su contraparte alemán que quien estaba detrás de los atentados era ETA. En lugar de tomar medidas preventivas, el ministro Otto Schily condenó a ETA y declaró públicamente que lo que había ocurrido en Madrid no representaba un peligro para Alemania.
Tres: no impulsarás políticas públicas que sean rechazadas contundentemente por la gran mayoría de los ciudadanos. El gobierno de José María Aznar le impuso al pueblo español la decisión de participar activamente en la guerra contra Saddam Hussein, y el domingo 14 de marzo pagó las consecuencias políticas. Si bien unos días antes de los ataques la mayoría de las encuestas mostraba que el PP tenía una ligera ventaja, algunos estudios electorales confiables indicaban que el PSOE podía ganar, por lo que es difícil considerar que el atentado alterara radicalmente las intenciones de voto de la mayoría de los españoles.
Cuatro: no utilizarás el servicio exterior para fines político-partidistas. La Ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, envió instrucciones a los embajadores españoles para que insistieran en confirmar que la autoría de los atentados era de ETA. En Nueva York, el representante español ante las Naciones Unidas logró que el Consejo de Seguridad emitiera la Resolución 1530, que condenó los ataques "perpetrados por el grupo terrorista ETA".
Cinco: no pondrás en riesgo a las Fuerzas Armadas por razones personales. A pesar de que el PSOE había informado oficialmente que no tenía nada qué oponer al relevo de tropas españolas en Iraq, que se lleva a cabo cada cuatro meses, el Presidente Aznar suspendió directa y personalmente el vuelo programado para el lunes pasado hasta que el Presidente electo, José Luis Rodríguez Zapatero, se pronunciara "por escrito" al respecto.
Seis: no usarás las instituciones del Estado en vano. Mientras CNN Internacional transmitía en vivo el mensaje del Rey Juan Carlos, Televisión Española, un ente público, presentaba en su pantalla al ministro Acebes insistiendo en que la dinamita utilizada era "la habitual de ETA". El sábado 13 de marzo, después de que fueron detenidos los cinco primeros sospechosos, tres marroquíes y dos indios, la agencia estatal de noticias EFE difundía un cable titulado "Las pistas apuntan a ETA y descartan a Al-Qaeda".
Siete: no manipularás a los medios de información. El Presidente Aznar llamó personalmente a los directores de los principales diarios de España para asegurarles que ETA era responsable de los atentados. Ante la contundencia del mandatario, Jesús Ceberio, el director del prestigiado diario El País, cambió el encabezado de su edición especial de "Matanza terrorista en Madrid", a "Matanza de ETA en Madrid". Mientras tanto, funcionarios del gobierno se dedicaban a llamar a los corresponsales extranjeros acreditados en España para insistir en el mismo mensaje: "Fue ETA".
Ocho: no sacrificarás la cooperación internacional en aras de controlar el mensaje. La cooperación internacional es indispensable para prevenir y responder en mejores condiciones a un atentado terrorista. Sin embargo, el gobierno español rechazó, sin mayores explicaciones, la ayuda ofrecida por Estados Unidos e Israel para identificar a las víctimas.
Nueve: harás del manejo de crisis una responsabilidad prioritaria de gobierno. En un mundo que cambia a gran velocidad, los peligros para la seguridad de cualquier país se multiplican constantemente. La forma en la que se condujo el gobierno del todavía Presidente Aznar debe convertirse en un estudio de caso sobre lo que no se debe hacer en situaciones de emergencia.
Diez: no engañarás a una ciudadanía informada. En una democracia plena, los gobiernos no pueden pretender que saben más que los ciudadanos. Vivimos en la era de la democracia informativa, y el gobierno que intente manipular flagrantemente la realidad lo hace bajo su propio riesgo.
Para México, el peligro de que nuestro país sea utilizado como plataforma para lanzar ataques contra Estados Unidos, o como puente para que grupos terroristas ingresen a territorio estadounidense, es real.
La porosidad de nuestras fronteras norte y sur, de nuestras costas y de nuestros aeropuertos representa un riesgo muy grande, para nuestro vecino y para nosotros. Ojalá nuestros políticos no olviden estos "10 mandamientos"... por su propio bien.
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